Por José Manuel Serrano Esparza
La ofensiva sobre Las Malagueñas y Torreárboles bajo el mando global del general Varela no se inició en absoluto a las 5:30 h de la madrugada del 5 de Septiembre de 1936 como han indicado recientemente algunas fuentes.
A las 5:30 h fue cuando el general Varela inició su salida de Córdoba capital con su estado mayor, su ayudante y su escolta, además de Don José García Carranza y Don Eduardo Sotomayor, tal y como refleja el Diario de Operaciones del general Varela de Jesús Núñez Calvo, editorial Almena, en su página 41.
La ofensiva sobre las colinas Las Malagueñas y Torreárboles se inició aproximadamente a las 10:00 h de la mañana del 5 de Septiembre de dicho día.
La colina Las Malagueñas fue atacada por la columna central franquista al mando del comandante Álvarez Rementería (con 300 falangistas y una compañía de ingenieros, a través de su vertiente sur y que había seguido previamente el eje de marcha de la carretera de Córdoba a Almadén), mientras que la colina Torreárboles fue atacada por la columna franquista de la izquierda al mando del comandante Sagrado (a través de su vertiente sur).
Hay unos 15 km de distancia entre Córdoba capital y Cerro Muriano, por lo que tanto la columna del centro como la de la izquierda, que salieron de Córdoba capital a las 5:30 h de la madrugada del 5 de Septiembre de 1936, necesitaron varias horas de marcha a pie para llegar a la zona de ambas cotas, no antes de las 9:00 h de la mañana, más el tiempo que necesitaran para instalar las tres baterías de artilleria de que disponían : una de 155 mm, otra de 105 mm que situaron al sur del Cortijo de Velasco y una de 75 mm al sur del Cerro de San Cristóbal.
Respecto a la columna franquista atacante de la derecha, al mando del coronel Sáenz de Buruaga (máximo especialista en operaciones envolventes del Ejército de África, con sus temidos tabors de regulares marroquíes), esta columna, que era la más importante para el éxito de la operación atacante del general Varela, salió de Córdoba capital varias horas antes que las otras dos, avanzando en dirección noroeste hasta llegar a Alcolea, y desde ahí prosiguió su marcha en dirección norte a través de la zona comprendida entre el Arroyo Guadalbarbo y el Arroyo Yegüeros, llegando hasta el Vértice Clavellina - 448 m a las 5:00 h de la madrugada, de modo muy sigiloso, y siguiendo como eje de marcha el camino de los Pañeros, hasta llegar a Piedra Horadada, en las inmediaciones del Cerro de la Coja y las Fundiciones y Lavaderos de la Córdoba Copper Company, donde estuvieron varias horas a la espera, hasta aproximadamente las 13:00 h, cuando tal y como explica Francisco Moreno Gómez (40:23-41:07) en el documental Los Héroes Nunca Mueren (2004) dirigido por Jan Arnold, lanzaron un ataque contra la colina Las Malagueñas, intentando capturar a los altos oficiales del puesto de mando republicano en la zona (comandantes Juan Bernal, Gerardo Armentia, Balibrea y Aviraneta) que estaba en la Mansión de Las Malagueñas.
Y la espera de aproximadamente ocho horas por parte de la columna de la derecha de Sáenz de Buruaga, integrada por los tabors y escuadrones marroquíes de regulares, hasta que lanzaron su primer ataque a primera hora de la tarde contra la colina Las Malagueñas, fue fruto de la enorme experiencia en combate del general Varela, que intentaba por todos los medios fijar y desgastar a las tropas republicanas que defendían las colinas Las Malagueñas y Torreárboles, mediante el ataque cuesta arriba a través de la vertiente sur de ambas respectivamente con la columna del centro y la de la izquierda, para realizar varias horas después la maniobra envolvente a través de la vertiente norte de ambas cotas y la Finca de Villa Alicia con la mencionada columna de la derecha del coronel Sáenz de Buruaga, integrada por tropas marroquís de tabor de regulares.
Por otra parte, el 5 de Septiembre de 1936 no empezaron a escucharse los primeros disparos en la aldea a las 6:00 h de la mañana, porque dicho día no hubo batalla alguna dentro de la aldea de Cerro Muriano.
La batalla tuvo lugar en las colinas Las Malagueñas, Torreárboles y la Finca de Villa Alicia a partir de aproximadamente las 10:00 h de la mañana de dicho día, por lo que sólo pudieron oirse tiros a partir de esa hora.
Además. ésto fue corroborado en la revista portuguesa Visao de Agosto de 2006 en el reportaje Pelos Olhos de Capa realizado en Cerro Muriano por Bruno Rascao y Patricia Fonseca, cuando entrevistaron a Paco Montilla, habitante de Cerro Muriano (que tenía 7 años el 5 de Septiembre de 1936), que relató haber vió por la mañana, el 5 de septiembre de 1936, aproximadamente a esa hora, como varios soldados republicanos que estaban en el Cerro de la Coja dispararon algunos tiros sobre aviones franquistas que empezaron a sobrevolar la zona, algo que les fue confirmado también por el testimonio de Pedro Gallego Moreno (habitante de Cerro Muriano que siempre vivió cerca del Cerro de la Coja y conversó con varios ancianos mayores que él sobre el tema durante los años ochenta y noventa), que informó de que las tropas moras llegaron a Piedra Horadada por la mañana y pudieron ser vistas, con luz día, por varias personas que vivían en la zona.
Asimismo, Francisco Moreno Rubio y María Lourdes Córdoba (también habitantes de Cerro Muriano) afirmaron en el documental Los Héroes Nunca Mueren de 2004, dirigido por Jean Arnold, que vieron aproximadamente a las 13:00 h del 5 de Septiembre de 1936 como los tabors y escuadrones de regulares marroquís iniciaron su ataque para intentar tomar por asalto la colina de Las Malagueñas, pero encontraron una fortísima resistencia.
Por otra parte, el pueblo de Cerro Muriano no fue atacado hasta el 6 de Septiembre de 1936, cuando los tabors de regulares marroquís de Sáenz de Buruaga hicieron un ataque devastador a sangre y fuego a través de la zona del Camino de Los Pañeros, tomando el pueblo por asalto aproximadamente a las 10:15 h de la mañana.
Por tanto, los tabores 2 y 3 de de regulares marroquís no entraron por el flanco izquierdo del pueblo el 5 de Septiembre de 1936 a las 6:00 h de la mañana como afirmó Fernando Revuelta en el diario El Socialista, porque dicho día no hubo batalla dentro del pueblo de Cerro Muriano, sino en las colinas Las Malagueñas, Torreárboles y la Finca de Villa Alicia.
Se da además la circunstancia de que no hubo tales tabores de regulares 2 y 3, porque la columna de la derecha franquista atacante de Sáenz de Buruaga que incluía tropas marroquíes estaba formada por un sólo tabor de regulares (el GFRI de Melilla nº2 menos una sección, al mando del comandante Francisco López-Guerrero Miranda), el 2º escuadrón del Grupo de Regulares de Ceuta nº 3 a pie y el 3er Escuadrón del Grupo de Regulares de Alhucemas nº5 a pie, los dos últimos al mando del comandante Gerardo Figuerola, tal y como se explica en el Diario de Operaciones del General Varela, recopilado por Jesús Núñez Calvo, Editorial Almena.
Por otra parte, la aviación rebelde, no voló a gran altura el 5 de septiembre de 1936 sobre la zona de Cerro Muriano, tal y como escribió Fernando Revuelta.
La aviación rebelde voló a altura media, porque estaba constituida por aviones biplanos Breguet XIX (techo de vuelo de 7.200 m) y Nieuport 52 (techo de vuelo de 7.000 m) que despegaron del aeródromo de la Electromecánica (unos 8 km al oeste de Córdoba capital, cerca de Medina Azahara) y lanzaron bombas muy pequeñas adosadas a soportes subalares, cuya efectividad no era muy grande, como consecuencia de su escaso peso y pequeña carga explosiva, por lo que arrojarlas desde gran altura hubiera generado una notable imprecisión y una efectividad todavía menor.
El propio Franz Borkenau comenta con extrañeza en su libro El Reñidero Español como vió el 5 de Septiembre de 1936 que las bombas lanzadas por los aviones franquistas eran muy pequeñas, de unos 50 kg de peso y con escasa efectividad, aunque lógicamente su explosión y estrépito provocó la huida en masa de la población civil de Cerro Muriano a partir del mediodía del 5 de Septiembre de 1936, que se intensificaría todavía más a partir de las 15:00 h de dicho día.
Es importante tener presente que durante la Guerra Civil Española, especialmente en 1936, era frecuente que los reporteros de ambos bandos exageraran los acontecimientos o las cifras de bajas a su favor, algo que formaba parte de la propaganda en ambos contendientes.
De hecho, el propio Fernando Revuelta (que era un buen escritor), afirma en su mencionado artículo en el diario El Socialista que el bando faccioso tuvo 108 muertos en la Batalla de Cerro Muriano, cifra completamente desproporcionada e intencionadamente hinchada.
No hay que olvidar tampoco el contexto de aquellos momentos en el que los periodistas de ambos bandos tenían una enorme presión por parte de sus jefes militares y políticos para escribir a favor de los intereses de cada respectivo contendiente.
Por su parte, el bando franquista reconoció sólo once muertos el 5 de Septiembre de 1936 : el Capitán de Artillería D. Eugenio Carrillo y diez soldados (datos que aparecen en el Diario de Operaciones del General Varela), cifra probablemente inferior a la real, ya que dos de las columnas franquistas (la del centro y la de la izquierda) tuvieron que atacar respectivamente, cuesta arriba, la vertiente sur de las colinas Las Malagueñas y Torreárboles, contra tropas republicanas que les disparaban desde la cima, mientras que las tropas marroquís de la columna de la derecha y que combatieron con su típica extrema ferocidad en primera línea de fuego, hubieron de tener más muertos, algunos de los cuales no serían anotados en la lista de bajas, ya que tal y como explica Mustaphah El Merroun en su libro Las Tropas Marroquíes en la Guerra Civil Española 1936-1939, Editorial Almena, en su página 193, las circunstancias muy convulsas de los primeros meses de contienda y la necesidad muy urgente del bando franquista por reclutar soldados marroquís en Marruecos, hacía que se les transportara desde el norte de África a España frecuentemente sin control, sin saberse su nombre ni apellidos, por lo que cuando morían en combate no constaban después en las listas de fallecidos.
Con respecto a la crónica de Juan Herrera en el Diario Córdoba (periódico que en esos momentos estaba en poder del bando franquista desde el principio de la guerra, tras tomar el poder en Córdoba capital el coronel Ciriaco Cascajo) en la que afirma que " partió desde la Ciudad de la Mezquita la madrugada del día 5 de Septiembre acompañando a la columna principal y que poco después de las 5 de la mañana llegaron a Pradillos, donde los falangistas tributaron una clamorosa acogida a Varela, quien a las 5,30 horas ordenó el movimiento de sus tropas hacia Torreárboles y Cerro Muriano " , tampoco es posible, porque tal y como se explica en el Diario de Operaciones del General Varela, a las 5:30 h el general Varela no estaba en los Pradillos (zona situada aproximadamente 8 km al norte de la ciudad de Córdoba), sino en Córdoba capital, y fue a esa hora cuando inició su salida desde la ciudad con su estado mayor y la columna principal del centro (al mando del comandante Antonio Álvarez de Rementería Martínez, cuyo eje de marcha fue la carretera de Córdoba a Almadén y que tenía por misión fundamental atacar la colina Las Malagueñas a través de su vertiente sur).
Por tanto, los falangistas no pudieron dar una clamorosa acogida a Varela en Los Pradillos poco después de las 5 de la mañana, porque el general Varela no salió de Córdoba capital hasta las 5:30 h.
Y el general Varela no pudo ordenar desde Los Pradillos a las 5:30 h el movimiento de sus tropas hacia Torreárboles y Cerro Muriano, porque a esa hora inició su salida de Córdoba capital, de la que Los Pradillos está unos 8 km más al norte.
Por otra parte, dicha hipotética clamorosa acogida al general Varela poco después de las 5 de la mañana en Los Pradillos no pudo producirse por un factor añadido más : habría comprometido el sigilo absoluto necesario para el avance de la columna central franquista atacante sin ser detectada, mientras avanzaba desde Córdoba capital, con dirección norte, pasando junto a Pedroches, Torreblanca, lo que es hoy en día la Urbanización La Colina, el Cortijo Valero y el Cortijo de Orive Bajo hasta llegar a la zona de Los Pradillos.