lunes, 19 de enero de 2015

CITROEN ZX 16 VÁLVULAS: UN PURA SANGRE INOLVIDABLE

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Citroen ZX 16 Válvulas preparado por Piedrafita Sport y dotado con motor Tipo XU1034 de 1998 cc de 4 cilindros en línea y diámetro x carrera de 86,0 x 86,0 mm capaz de alcanzar los 200 CV de potencia a 7200 r.p.m, sistema integral de inyección Weber Alpha Plus y caja de cambios Tipo BE3 de 5 velocidades a crabots. Supercopa Citroen ZX. Circuito del Jarama (Madrid). 1996. Nikon F3 con zoom Nikkor 35-70 mm f/3.5 AI-s de enfoque manual. Fuji Velvia a ISO 80. 1/30 seg a f/11.

Durante cinco años consecutivos, entre 1992 y 1997, el Citroen ZX 16 Válvulas en sus diferentes versiones adquirió el status de legendario, obteniendo grandes resultados en competiciones nacionales e internacionales.

Tanto los entusiastas de la marca como los pilotos profesionales con predilección por los coches de pequeño tamaño y soberbia relación precio/rendimiento, disfrutaron desde el principio de este modelo de Citroen, muy estimado por todos aquellos que lo condujeron y tuvieron oportunidad de experimentar sus cualidades y personalidad ciertamente únicas.

El ZX 16 Válvulas de tracción delantera y 1150 kg de peso fue lanzado al mercado por Citroen en el Salón del Automóvil de París en Septiembre de 1992, con un motor de 2 litros en bloque de fundición con culata y cárter de aluminio,, 4 cilindros en línea, ubicación delantera transversal, 16 válvulas - cuatro por cada cilindro- y doble árbol de levas, con una potencia de 155 CV y un torque de 186 Nm.

Desde el mismo momento de su presentación, el Citroen ZX 16 válvulas de tres puertas consiguió un muy buen posicionamiento dentro de su segmento en lo tocante a su comportamiento como vehículo para viajes, casi al nivel del Volkswagen Golf Mk2, y aportó neumáticos Michelín XGTV de muy alta calidad, optimizados para el drenaje de agua, además de destacar por sus discos de freno de gran diámetro.

Debido a la fuerte competencia entre los Opel/Vauxhall Astra GSI, Ford Escort RS2000 y Volkswagen Golf GTi, Citroen decidió incrementar al máximo tecnológicamente posible y a marchas forzadas las prestaciones del nuevo ZX 16 Válvulas.

Ha de destacarse también su muy bajo consumo para la época: 8 litros por cada 100 km a una velocidad media de 100 km/h.

Por otra parte, aportaba mucho mejores asientos que las versiones previas del ZX (como el popular 1.9D con bloque de aleación y culata), así como abundantes ajustes para conseguir la posición más cómoda viable del piloto, además de conseguir una conducción muy eficaz potenciada por una caja de cambios notablemente rápida y precisa.

En 1996, Citroen dejó de fabricar el ZX 2 litros 16 Válvulas de 155 CV e introdujo una versión actualizada con una planta motriz todavía más potente: el ZX 2 litros de 167 CV.

El primer modelo de este nuevo motor de 167 CV mostró continuamente su gran potencia y fiabilidad, con mejoras internas en el bloque del motor, carter y culata, junto con una electrónica más avanzada, admisión y tubo de escape perfeccionados y un avance clave: el aumento del par motor a 193 Nm, incorporando asimismo un colector de admisión de longitud variable cuya misión era lograr una reacción de gran eficacia en cada velocidad de giro, aunque le faltaba un poco de respuesta en la zona alta del indicador r.p.m, algo que fue corregido en la segunda versión de este extraordinario motor de 167 C.V (que supera con creces la energía necesaria para mover el coche), arreglándoselas sin la admisión variable y utilizando conductos muy pulidos de longitud definida que trajeron consigo un mayor rendimiento a altas revoluciones.

Además, el Citroen ZX 2 litros 16 válvulas de 167 CV fue muy potenciado con neumáticos especiales Michelín de material compuesto blando y cubierta de gran resistencia, que permitían trazar las curvas a alta velocidad y con gran seguridad. Y su potencia era tal para un coche de tan reducidas dimensiones y peso, que Citroen decidió incluir su motor en el modelo Xsara de 1997.

Debido a las excelentes cualidades y fiabilidad del Citroen ZX 2 litros 16 válvulas, fue utilizado en muchísimos rallies, especialmente en Francia, Bélgica, España, Portugal y Finlandia, siendo también dos de ellos usados en Alemania para los campeonatos de carreras de coches turismos y posteriormente en 1997 durante el Campeonato de Holanda de Coches Deportivos.

Incluso, Citroen Sport España creó en 1994 la ZX 16 Válvulas Super Cup, una competición automovilística de muy alto nivel para pilotos experimentados que conducían modelos de ZX 2 litros 16 Válvulas con un motor enormemente potente, robusto y de gran fiabilidad, así como una puesta a punto de primerísimo nivel que les permitía alcanzar entre los 180 y 212 CV, una caja de cambios Tipo BE3 de 5 velocidades a crabots y una velocidad máxima de 226 km/h.

Tanto fue así que Sylvain Poulard ganó el Rally Cross de Francia en 1995 con un ZX de 16 válvulas.

Ni que decir tiene que incluso con dichos tremendos Citroen ZX 2 litros 16 Válvulas capaces de generar entre 180 y 212 CV y creados para conseguir la máxima competitividad en circuitos profesionales, no se dejó de lado en ningún momento la filosofía de intentar obtener el mejor compromiso posible entre rendimiento, tamaño y coste de producción, y hubo aproximadamente 30 coches de este modelo desarrollado como un auténtico vehículo de competición (comparable en prestaciones a las de un coche Grupo A puntero de la época), corriendo anualmente durante la mencionada y muy famosa Super Copa ZX 16 Válvulas (algunas de cuyas últimas unidades de ZX 2 litros 16 válvulas participantes preparadas por Piedrafita Sport alcanzaron entre 220 y 230 CV de potencia), que finalizó en 1997 con la llegada del Citroen Xsara.

DATOS TÉCNICOS DEL CITROEN ZX 16 VÁLVULAS
Velocidad Máxima: 220 km/h.
0-100 km/h: 9.1 segundos (versión 155 CV), 7.7 segundos (versión 167 CV).
Motor: 155 CV, 167 CV y 30 unidades participantes en la Super Copa ZX 16 Válvulas con plantas motrices con impresionante puesta a punto estado del arte de la época entre 180 y 212 CV
Torque: 193 Nm.
Desplazamiento: 2 litros.
Tipo de Motor: 4 cilindros, 16 válvulas.
Ubicación del Motor: Delantera.
Caja de Cambios: 5 velocidades.
Tracción: Delantera.
Distancia entre ejes: 2´540 m.
Peso: 1150 kg.
Año de Presentación: 1992 (versión de 155 CV - reales 144-) y 1996 (versión de 167 CV).
País de Producción: Francia.
Ratio Potencia/Peso: 142´74 CV/tonelada
Potencia por litro: 62´27 kw/litro.

                                                                                                                          Foto: Piedrafita Sports

LOS MÍTICOS PIEDRAFITA CITROENS ZX 16 VÁLVULAS KIT CARS
Julián Piedrafita, uno de los más importantes expertos en puesta a punto de motores y mecánica automovilística de la historia, y que fue desde 1977 el hombre clave de Citroen en la preparación de plantas motrices (habiendo desarrollado algunos de sus más destacados modelos como el Citroen AX 4 x 4) especialmente en el ámbito de la competición, y que desde 1994 había preparado los muy especiales Citroen ZX 16 válvulas de competición para la Copa ZX de España, logró a partir de 1997 superarse a sí mismo, rizando el rizo y desarrrollando, con profundísimo conocimiento y experiencia acumulados durante varias décadas un sueño hecho realidad: los Piedrafita ZX Kit Cars, a partir de un prototipo original contruido en Francia en colaboración con Dany Snobeck pero que no había participado en ninguna competición.

Piedrafita logró una hazaña sin precedentes: llevar el potencial del Citroen ZX de 16 válvulas hasta sus máximos confines técnicamente posibles de potencia, velocidad, seguridad y fiabilidad, mejorando en una pléyade de aspectos el ZX 16 Válvulas Kit Car original que recibió, partiendo de una carrocería Matter como núcleo, trabajando a destajo con parámetros en gran medida artesanales, todo tipo de recursos de cosecha propia, atención minuciosa a cada detalle y esforzándose por extraer el 100% del rendimiento del ZX 16 Válvulas, lo cual consiguió en gran medida, y lo que es más increíble, contando en todo momento con un presupuesto muy reducido.

De este modo, el cúmulo de mejoras y aspectos optimizados obra de José Luis Piedrafita y su equipo en el taller Piedrafita Sport de Madrid (en simbiosis con la motorización de élite realizada por Snobeck y algunas aportaciones del ingeniero y director técnico José Juan Aracil Elejabeitia, obteniéndose una planta motriz de 269 CV a 8650 r.p.m) fueron al Citroen ZX 16 Válvulas lo que Alois Ruf al motor de 3.366 cm3 con doble turbocompresor de 6 cilindros con árbol de levas ubicado en la culata, 24 válvulas, par motor máximo de 553 Nm y 469 CV de su Porsche Ruf 911 CTR de 1987, dotado con caja de cambios manual de cinco velocidades construida artesanalmente y discos de freno Brembo estado del arte en su época.


Por otra parte, en 1997, Julián Piedrafita (junto con José María Barroso y Juan José Aracil Elejabeitia) formó una gran sinergia con el piloto Jesús Puras, que condujo un Citroen ZX Kit de 16 Válvulas y 269 CV, con el que el piloto cántabro y su copiloto Carlos del Barrio ganaron el Campeonato de España de Rallies de dicho año, un triunfo muy meritorio, ya que el equipo Citroen hubo de enfrentarse a un amplio surtido de coches más potentes de otras marcas.

Este célebre Piedrafita Sport Citroen ZX 16 Válvulas Kit Car de 967 kg de peso, motor 2 litros de 4 cilindros, 2 árboles de levas en cabeza, 4 válvulas por cilindro, 269 CV sin turbo y caja de cambios secuencial X-Track de seis marchas que extrae plena potencia con enorme precisión y que posee entre otras muchas virtudes una facilidad de conducción poco común en este tipo de coches de gama referencial, notable versatilidad, gran estabilidad y ausencia de balanceo en las curvas, se convirtió desde mediados de los años noventa en el estandarte de la filosofía de coches con dos ruedas motrices y motor atmosférico de 2 litros sin turbo, cuyo objetivo era (entre otros muchos) reducir notablemente el coste de producción de los vehículos para rallies de Grupo A, pero siendo simultáneamente capaces de competir con plenas garantías contra otros coches deportivos dotados de motores con turbocompresor.

Hay que resaltar también el hecho de que la mencionada caja de cambios secuencial X-Track de seis marchas era igualmente del más alto nivel, a crabots, caracterizada por la ausencia de sincros y con dientes rectos, un prodigio de mecánica diseñado para subir marchas sin embrague y bajar sirviéndose un poco de él.

Se da además la circunstancia de que los Piedrafita Sport Citroens ZX 16 Válvulas Kit Cars fueron una plataforma tecnológica de notable trascendencia, ya que significaron la plena aplicación práctica del uso de muy avanzados ordenadores (que fueron entre otros abundantes aspectos un factor clave en el diseño del arco de seguridad integrado en la carrocería) como complemento fundamental de apoyo a la labor de taller, ámbito en el que la estrategia de José Aracil Elejabeitia (pionero en la implantación en coches de carreras en España de sistemas de telemetría con continua obtención de datos sobre una pléyade de parámetros y transmisión de los mismos desde vehículos a ingenieros y técnicos) había sido de gran trascendencia desde finales de los años ochenta en el seno de Piedrafita Sport, sin olvidar el uso extensivo de Kevlar que facilitó la reducción de peso.

Así pues, Piedrafita Sport se convirtió desde mediados de los años noventa en uno de los más importantes referentes europeos en tecnología automovilística, mecánica, de fine tuning, componentes específicos y motorización de vehículos optimizados para la competición deportiva, con auténticos mitos como el Citroen ZX Kit Car de 269 C.V pilotado por Jesús Puras o el prototipo Citroen AX 4 x 4 Turbo de 900 kilos con tracción X-Track a las cuatro ruedas a los mandos de Guillermo Barreras y 450 C.V de potencia, obra de José Aracil y modelo cumbre de los AX Piedrafita Sport.

La confianza de Citroen en Julián Piedrafita era tan grande que en 2001 le llamaron para que realizara la puesta a punto del Citroen Xsara Kit Car que Sebastián Loeb (que sería posteriormente Campeón del Mundo de Rallies seis veces consecutivas en 2004, 2005, 2006, 2007, 2008 y 2009) ganó el Campeonato de Francia de Rallies de dicho año.

Y en la memoria de los buenos aficionados a las carreras de coches siempre habrá un lugar para pilotos como Jesús Puras (6 veces Campeón de España de Rallies), Luis Climent, Daniel Sordo, Antonio Zanini, Miquel Fuster, Guillermo Barreras, Genito Ortiz, Ricardo Muñoz, Enric Burrull, Daniel Sola y otros.

© Texto y Fotos Indicadas: José Manuel Serrano Esparza

NAPIER-RAILTON SPECIAL 1933

domingo, 18 de enero de 2015

THE AFRICAN BUFFALO BY FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE

On January 16, 1969 the world famous zoologist and naturalist Dr. Félix Rodríguez de la Fuente published the following very interesting article in La Actualidad Española magazine dealing on the African Buffalo (Syncerus caffer), the most dangerous animal in this continent, and the experiences he gleaned on contacting a herd of them during his stay in the great East Rift Valley, specifically by the Manyara lake (Tanzania), managing to approach them within a very short distance.

It was one of the first in-depth studies made on this tremendously powerful bovid species, and the lavish text of his report is a treat for any enthusiast of natural science and wild animals, with the added bonus of the pictures made by Francisco Ontañón and the remarkable sketches made by Josechu Lalanda, an internationally recognized drawer of fauna and author of fabulous lithographies.

The account is likewise outstanding because displaying his customary discernment, Dr. Félix Rodríguez de la Fuente foretells with some decades of anticipation the potential future use of buffalos in XXI Century worldwide cattle farms and dairies.


There are animals like antelopes and gazelles that have become famous thanks to their beauty. Other ones like the lion, draw attention because of their bravery and proud bearing. Finally, the giants like elephants and giraffes make an impression due to their colossal dimensions.

But there is an African creature which aside from its big size, demeanour and physical appearance, is famous among every hunter and zoologist for being specially dangerous.

I refer to the wild African buffalo (Syncerus caffer), the large bovid of the savannah.

Because it is known that this herbivore has caused more casualties among its natural enemies, including man, than any other seemingly more aggressive and uncontrollable wild animal.

For European and American hunters looking for strong emotions in Africa, the buffalo has always made up something highly coveted, because if the shooter doesn´t manage to knock it down with the first bullet, its compulsory trailing is exceedingly risky, since the wounded animal goes away to the most impenetrable brush, always trying to take a roundabout way to attack on the back of the man attempting to kill it, on a location greatly hampering both visibility and movements.

During its charge, the sturdy ruminant which can reach a ton weight advances straight ahead breaking the scrub in its path.

Unlike bulls, it always bears its head up and its muzzle in the wind so as not to lose the olfactory contact with the victim.

Its keen hearing and sharp eyesight complete the defensive mechanism in synergy with an amazing agility for such a bulky and strong ruminant.


Its extraordinarily solid horns are a kind of helmet on its forehead, progressively bending downwards and protruding in two sharp lateral tips.

The simple hit of the middle shield of its horns will suffice to kill a man.

On the other hand, the African buffalo often chases its enemies trying to hunt it, treading them down after throwing them to the ground. 

But in spite of its amazing strength and stamina, this most times peaciful exceedingly large bull only attacks when it is harassed, behaving under normal conditions as a harmless and shy creature.

During one scorching morning in the Great East Rift Valley we were filming white pelicans on the banks of Manyara Lake, when we saw half a dozen large male African buffalos wallowing in a quagmire.

As soon as they discovered our car coming out of a track through the thicket, the huge bovids got up to watch us. Covered with glittering black mud, they stood out on the sandy ground as six burnished basalt statues.


A flock of exceedingly white lesser egrets pecking around them searching for insects and parasites, took flight elegantly, composing a landscape of such a deep African taste, with the waters of the great lake in the background, that I couldn´t resist the temptation of beholding it and photographing it from the ground.

I got off the car trying not to let myself be impressed by the hesitant gesture of the professional guide and moved slowly towards the buffalos with the camera in my hand.

I must confess that the Land Rover followed me at a short distance and that however fast those buffalos could have been in their charge, I would have always had enough time to get on the car.

But the buffalos reaction was the one foreseen by those featuring an insight of the legendary African animal.

First of all, they raised their usually fallen ears, pointed their damp and blunt muzzles at me and gave a range of loud snorts, after which they went away running in the direction of the luxuriant growth closing the beach towards the reserve.

In spite of the thrill the episode spawned on me, it wasn´t any act of courage, because as I have already explained, buffalos only charge when they´re irked or wounded, when you stand between a female and its calf lying on the grass, or if one enters the territory of an old isolated male, generally being shortsighted and deaf, which uses its smell to identify its aggressors and prefers an instant charge rather than a flight that could put its rearguard at the mercy of the attacker.

In any event, the aggresiveness of wild animals has always a reason and represents an attitude in their behaviour being favourable for the development of the species.

The buffalos, ungulates, ruminants and herbivores would be a highly sought-after prey for all the carnivores sharing its habitat if they hadn´t managed to disuade them with some efficient resources.

Because as it is widely known, phytophagous animals (id est, the ones feeding from plants) use a comprehensive range of systems to defend themselves from predators: some protect themselves through mere escape thanks to their specialized qualities for running; other ones prefer to remain standstill striving after going unnoticed by means of their pelts being perfectly camouflaged in the environment; other ones boasting remarkable swimming, digging or climbing abilities choose to save themselves diving into water, getting into deep burrows or going up to a treetop.


Only a few phytophagi have developed muscular bodies, adequate weapons and aggresssive tendencies to defend from their enemies through attack. 

But these stubborn colossi most times opt for getting away rather than fighting and only bring their defensive abilities into play at critical moments. All the wild bovids and particularly the African buffalo act according to that strategy.

And its security system is so firm that they only have two natural enemies: man and lion.

I´m not going to describe the multiple tragedies brought about by buffalos among sporting hunters that I was reported, because I´m not in favour of the physical confrontation between men and animals, unless the former ones need the meat of the latter ones to survive, as currently happens with some tribes of Pygmies and the elephants.

But I will quote the story told by Mervyn Cowie, observed by a patrol of rangers who camped by the banks of Galana River, in Kenya.

A couple of two buffalos made up by an old male and a half adult one were attacked by a lion which threw the young one on the ground.

The old buffalo came immediately to help its companion, charged on the lion and horn thrusted it into the air.

The fallen buffalo got up quickly and both of them went after the lion, making him get into the river waters.

But not happy with their feat, the relentless buffalos looked for the lions pride and made such an onslaught on them that the felines were subsequently scattered.

The African buffalo prefers the savannahs interlarded with more or less dense forests and often gather in herds that sometimes exceed a hundred individuals.


They can be seen  soberly grazing as herds of black and shiny cattle in the regions where they are not tracked down by hunters: in all the reserves and parks of Eastern Africa.

The adult males set up small groups or couples at a distance from the females and calves, and to defend themselves from the lions attacks, they make up a circle inside which females and calves place, while an impregnable defensive barrier formed by the males horns prevents the felines from entering.

In those countries where the African buffalo is highly chased by hunters, it usually spends the whole day inside the overgrowth, going to the grazings after sunset and withdrawing with the first lights of dawn.

Whatever the circumstances, these ruminants are often in the humid areas near rivers or lakes.

Once they reach the mires, they go deep on the muddy banks, where other animals don´t dare to stay and they can be seen taking mud baths to get rid of parasites.

The oxpeckers and lesser egrets always escort buffalo herds. The former ones because they feed on their ticks, and the latter ones because they usually catch the insects lifted by buffalos when these walk through the grasslands.

Calves are born between December and February, being closely watched by their mothers, in such a way that only a few of them will die within the claws of the lions.

Some experiences are being made aiming at the future transformation of the wild African buffalo into a tamed animal for the manufacturing of dairy products in specialized farms, because the massive weight reached by these animals together with their ability for adaptation to different pastures (far superior to the standard bovid cattle) and their resistance to diseases, turn them into an ideal species for a future agricultural and livestock use in large areas of some young African nations.

In addition to the big wild buffalo of the savannahs, we can find the smaller and reddish forest buffalo (Syncerus nanus) in central and western Africa. It inhabits the humid tropical jungles and its habits, including its fierceness, are very similar to the one exhibited by its black relative.

In Uganda and Congo, in the boundaring zones between savannahs and forests, herds made up by individuals seeming to be intermediate types between the big wild African buffalo and the smaller one can be seen.

Translated into English by José Manuel Serrano Esparza