sábado, 6 de julio de 2013

COPIA DE "BESO EN TIMES SQUARE" DE ALFRED EISENSTAEDT VENDIDA EN WESTLICHT POR 24.000 EUROS: REFLEXIONES SOBRE UNA TENDENCIA CLARAMENTE AL ALZA

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El pasado 24 de Mayo supuso un notable éxito para la 8ª Subasta Fotográfica Westlicht en Viena, uno de cuyos momentos álgidos fue sin duda los 24.000 euros alcanzados por una copia tamaño 30,5 x 44,5 cm realizada sobre papel fotográfico a partir del negativo original 24 x 36 mm de la famosa imagen 

Copia de la mundialmente célebre fotografía hecha por Alfred Eisenstaedt subastada en Westlicht. Esta gran imagen es uno de los iconos más importantes en la Historia de la Fotografía.

“Beso durante el Día de la Victoria en Times Square”, captada por Alfred Eisenstaedt el 14 de Agosto de 1945 y firmada por el fotógrafo,




sin olvidar los 66.000 euros pagados por "Mujer ataviada con Sombrero de Pollo" de Irving Penn, los 15.600 euros obtenidos por una fotografía hecha por Ernst Haas a Elliott Erwitt sujetando una Leica M3 pintada en color negro y los 9.000 euros logrados por una fotografía realizada en 1957 por David Douglas Duncan a Pablo Picasso con máscara de payaso.

Así pues, este evento ha significado entre otros aspectos importantes la confirmación de una tendencia constantemente en aumento y un gran interés por la fotografía clásica, en especial la de blanco y negro, compartida tanto por coleccionistas internacionales como locales, cuyo denominador común es su gran pasión por las fotografías realmente grandiosas realizadas por muchos de los más legendarios Maestros de la Fotografía de todos los tiempos, hasta tal punto que Westlicht Photo Auction es hoy por hoy el referente internacional desde el punto de vista de los resultados en el ámbito de las casas de subastas dedicadas a fotografía (por mencionar sólo un ejemplo, durante la reciente 8ª Subasta Fotográfica Westlicht, se vendieron el 76% de las imágenes, que alcanzaron con frecuencia pujas y precios finales bastante por encima de sus valoraciones iniciales).

Logo de Westlicht Schauplatz für Fotografie a la entrada de la Galería donde tienen lugar las Exhibiciones y Subastas.

Pero entonces, inevitablemente surge una pregunta:

¿Cómo es posible este notorio renacimiento y pasión desaforada por fotografías que en muy alto porcentaje fueron hechas hace muchas décadas durante el Siglo XX con cámaras que utilizaban películas químicas en diferentes formatos? ¿Por qué existen en estos momentos tantas personas dispuestas a pagar con gusto cantidades tan elevadas por estas imágenes realizadas sobre papel fotográfico de alta calidad hasta el punto de que incluso son habituales los momentos de “ bidding war” por las fotografías en venta más codiciadas?

RAZONES PARA UNA TENDENCIA APRECIABLEMENTE EN ASCENSO

Son abundantes los factores que han provocado este deseo vehemente por adquirir fotografías clásicas hechas por fotógrafos famosos con película química, entre las que destacan:

a) El valor muy importante de dichas imágenes, tanto desde un punto de vista histórico como social, ya que la inmensa mayoría de ellas son en gran medida Patrimonio de la Humanidad y muestran con frecuencia instantes captados en medio de acontecimientos que marcaron puntos de inflexión en el devenir del Siglo XX.

b) La admirable calidad de las imágenes desde el punto de vista de los momentos muy representativos plasmados en ellas, independientemente de las cámaras y objetivos con los que fueron realizadas y los aspectos técnicos de las mismas, ya que lo más importante de todo es el fotógrafo que está tras la cámara, su talento, su experiencia y estar en el lugar preciso en el momento adecuado.

c) La magia del blanco y negro. La mayor parte de estas fotografías fueron captadas con emulsiones clásicas químicas monocromas que contenían elevadas cantidades de haluros de plata y lograban una muy especial y bella estética de imagen vintage sobre papel fotográfico, un auténtico deleite para contemplar y apreciar.

d) El impresionante talento para su oficio demostrado durante sus carreras profesionales por los legendarios fotógrafos que crearon estas imágenes, en una época en la que las grandes revistas ilustradas como Life, Picture Post, Collier´s, The Illustrated London News, Regards, Weekly Illustrated, Look, Ladies Home Journal, etc, pagaban muy bien a los excelentes fotógrafos para que cubrieran diferentes zonas del mundo y desarrollaran abundantes misiones fotográficas, invirtiendo grandes sumas de dinero propio para financiar sus viajes por los cinco continentes en las mejores condiciones posibles, para posterioemente llenar las páginas de sus publicaciones gráficas con espléndidas fotografías que destilaban impacto y catalizaban tanto las ventas supermasivas en los kioskos como los anuncios publicitarios en página completa de muchas marcas importantes.

Contraportada del número de la revista Life del 17 de Enero de 1938. La gran empresa en posesión de la mejor red de distribución del mundo entonces y ahora, tuvo la inteligencia de seguir los consejos de Henry Luce (Propietario y Editor de Life), John Shaw Billings (Editor Ejecutivo y el hombre clave a la hora de decidir los relatos fotográficos que habrían de ser incluídos), Daniel Longwell (Editor Ejectutivo, profundo conocedor de los fotoperiodistas y cuya misión era enviarles a realizar reportajes fotográficos en los que pudieran rendir al máximo conforme a su manera de trabajar, experiencia y personalidad) y grandes editores fotográficos como Edward K. Thompson desde las primeras reuniones mantenidas en las oficinas publicitarias de Life ubicadas en 135 East 42nd Street de Nueva York. Todos eran plenamente conscientes de que el factor clave para las ventas masivas de una revista de tan enorme calidad y calado era la contratación de fotógrafos muy buenos (que eran muy bien pagados) para que hicieran ensayos fotográficos por todo el mundo, repletos de imágenes que mostraran momentos definitorios, a fin de atraer constantemente la atención de los compradores y mantenerles como entusiastas compradores de Life, tanto si adquirían la revista (profusamente ilustrada y con un papel de gran calidad y notable gramaje, muy resistente al paso del tiempo) en kioskos como mediante suscripción. Ni que decir tiene que la labor de los editores gráficos eligiendo la flor y nata de las excelentes fotografías y el duro trabajo de los departamentos de arte elaborando junto a los editores gráficos la distribución y aspect ratio de las imágenes, era también de trascendental importancia.

Retrato de Alfred Eisenstaedt realizado por Claire Yaffa en 1978.

Por citar solo un ejemplo, Alfred Eisenstaedt,  fuerza fotográfica en sí mismo durante setenta años, entre finales de los años veinte y mediados de los noventa del siglo XX, fue decisivo en el desarrollo y tremendo éxito de la revista Life en la etapa de Henry Luce, desde su mismo lanzamiento al mercado el 23 de Noviembre de 1936 con 380.000 ejemplares vendidos, alcanzándose pronto cifras récord de 1 millón de revistas por semana a partir de 1937, números astronómicos para la época.

"Beso en Times Square durante la celebración del Día de la Victoria" es una de las imágenes más representativas en toda la Historia de la Fotografía y ha formado parte de muchas exhibiciones fotográficas por todo el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. He aquí la placa anunciando la exhibición 75 Años de Life, que tuvo lugar en la Leica Gallery de Nueva York entre el 11 de Noviembre y el 7 de Enero de 2012.

Eisenstaedt publicó miles de sus fotografías en ella y consiguió la asombrosa cifra de 92 portadas.

Y lo mismo ocurrió con otros grandes fotógrafos que trabajaron para Life magazine como Henri Cartier-Bresson, Eugene Smith, Robert Capa, Werner Bischof, David Seymour “Chim”, George Rodgers, Margaret Bourke-White, Eileen Darby, Ernst Haas, Elliot Erwitt, Andreas Feininger, Bob Landry, Carl Mydans, Elliot Elisofon, Dmitri Kessel, Frank Scherschel, David Douglas Duncan, Gjon Mili, Gordon Parks, George Silk, Hansel Mieth, Larry Burrows, Ralph Morse, Pater Stackpole, Phillipppe Halsman, Cornell Capa, Thomas McAvoy, Walker Evans, William Vandivert y muchos otros.

e) El continuo incremento del valor de recompra de las copias adquiridas, tanto de época como posteriores, por lo que se convierten en codiciados artículos de inversión con grandes niveles de fiabilidad.

f) La floreciente pujanza de China como país muy interesado en la fotografía clásica, siendo muchos los compradores procedentes de esta nación.

g) La creciente difusión de dispositivos LED de gama alta que están empezando a permitir tanto a coleccionistas privados como a inversores tener en sus propios domicilios estos muy valiosos positivos hechos a partir de negativos originales expuestos por fotógrafos famosos, algo que hasta la fecha estaba en gran medida reservado a museos y galerías. Estos mecanismos luminosos de última generación y muy bajo consumo están permitiendo a los entusiastas de la fotografía de la más alta calidad pura y dura poder habilitar zonas específicas de sus casas para mostrar estas obras maestras con la iluminación más adecuada y sin riesgo de dañarlas.

h) La naturaleza artesanal de las copias a la venta en Westlicht, tanto vintage como posteriores, que fueron creadas dentro de cuarto oscuro hace muchos años, a menudo tras ingentes cantidades de horas e incluso días de denodados esfuerzos en pos de los mejores positivos posibles, intentando interpretar con la mayor fidelidad  la realidad del acto fotográfico en el momento de la exposición y génesis de la imagen latente.

i) Una gran cantidad de estas fotografías fueron seleccionadas por muchos de los mejores editores de fotografía de la historia: Simon Guttman (Berliner Illustrierte Zeitung), Edward K. Thompson (Life ), Stefan Lorant (Weekly Illustrated, Picture Post), Roy Striker (FSA Project, Lamp), Willard D. Morgan (Life, Look), John G. Morris (Life, Ladies Home Journal, Washington Post, New York Times, National Geographic), James A. Fox (Magnum), Howard Chapnick (Black Star Agency), Barbara Baker Burrows (Life), Marie Schumann (Life), Arnold H. Drapkin (Time), Robert Pledge (Zoom , Gamma, Contact Press Images) y otros.

En aquella época, se pedía constantemente a los fotógrafos que realizaran relatos fotográficos, con un requisito primordial: las imágenes habrían de ser excelentes y tnedrían que dejar huella en los lectores, porque el objetivo era vender todas las revistas posibles.

Por tanto, la labor de los editores gráficos era un factor absolutamente fundamental, ya que tenían que elegir a partir de los contactos las mejores imágenes para su publicación.

Elegante cartel publicitario de la película de blanco y negro Agfa Isopan de 35 mm de finales de los años treinta.

j) La muy bella y especial estética de imagen característica de las copias sobre papel fotográfico realizadas a partir de legendarias emulsiones químicas de blanco y negro como la Eastman Kodak Nitrate Panchromatic Weston 32 cargada a granel (obtenida a partir de stock cinematográfico) de los años treinta, Kodak SS Panchro Nitrate Panchromatic de los años treinta, Kodak Super X Nitrate Panchromatic de los años treinta, Agfa Isopan de finales de los años treinta, Agfa Isopan F de principios de los años cuarenta,

Película de blanco y negro de 35 mm Agfa Isopan F de principios de los años cuarenta.

Kodak Plus-X, otra emulsión clásica de blanco y negro. Fue lanzada al mercado en 1938 y siguió en producción hasta nada menos que 2011. Su sensibilidad era de ISO 125 y fue usada por muchos fotógrafos de la Agencia Magnum durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta como George Rodger (cobertura de los Bombardeos sobre Londres en 1940), Mark Riboud (fotografías de la Torre Eiffel en París en 1953), Erich Lessing (sublevación de Budapest contra la ocupación soviética en 1956), Eve Arnold (fotografías de Joan Crawford en 1959), Leonard Freed (fotografías de Martin Luther King en Octubre de 1964 en Baltimore, aclamado por miles de personas, recién regresado de Europa tras recibir el Premio Nobel de la Paz) y muchos otros. 

Kodak Plus X, Agfa Isopan ISS, Kodak Panatomic-X ISO 32 (1933-1987), Kodak Super XX, Kodak Tri-X 400, Ilford HPS, Ilford HP3, Agfa L IR, Ansco Super Hypan, Ilford HP4, Ilford HP5, Fuji NP 400 PR, Agfa Isopan Ultra, Ilford Pan F50, etc.

Kodak Super-XX de 35 mm, la película de blanco y negro utilizada por Alfred Eisenstaedt el 14 de Agosto de 1945 para captar su famosa fotografía del Beso del marinero y la enfermera durante la celebración del Día de la Victoria en Times Square. Tenía una sensibilidad de ISO 250 y fue la emulsión rápida todoterreno fotoperiodística por excelencia hasta la llegada del también mítico Kodak Tri-X Pan 400 en 1954.

Por su parte, todas estas películas monocromas aportaban distintas estéticas de imagen y se podía obtener una notable versatilidad de resultados dependiendo de los reveladores utilizados, unos optimizados para conseguir grano fino como el Kodak D-76 y el Kodak Xtol y otros que favorecían la acutancia, es decir, la percepción visual de nitidez, como el entrañable Agfa Rodinal.

Kodak Tri-X Pan, la película de blanco y negro formato 24 x 36 mm más utilizada en el ámbito fotoperiodístico en toda la Historia de la Fotografía. Un alto porcentaje de fotografías de renombre fueron hechas exponiendo esta emulsión monocroma de blanco y negro que destaca por su soberbia acutancia y rango tonal, acompañadas de una versatilidad imbatible.

Y existían excelentes emulsiones clásicas de blanco y negro como el Kodak Tri-X Pan 400 y el Kodak-Plus X que pese a mostrar algo de grano, aportaban una notable acutancia, gama tonal y versatilidad en laboratorio fotográfico al hacer copias de alta calidad en diferentes tamaños.

k) Los positivos hechos a partir de negativos de blanco y negro expuestos por estos Maestros de la Fotografía se realizaban habitualmente con ampliadoras profesionales de muy alta calidad como la Leitz Focomat VIWOO Varob Model 1934 (para formato 35 mm), Leitz Valoy II (para formato 35 mm),

Leitz Valoy II, una magnífica ampliadora dedicada para formato 35 mm. Era muy cómoda de usar, con enfoque manual y montura con helicoidal de foco, pudiendo utilizar una amplia gama de objetivos de ampliación de alta calidad como el Elmar 5 cm f/3.5, Leitz Focotar 50 mm f/4.5, Leitz Summicron 50 mm f/2 con adaptador DMUOO, EL Nikkor 50 mm f/2.8 (con tubo de extensión dotado con montura de rosca Leica de 39 mm y ubicado entre el objetivo y la ampliadora) y otros. Junto con la también excelente ampliadora Leitz Focomat 1C (concebida igualmente para uso con formato 35 mm y utilizada entre otros por Ralph Gibson), fue usada de manera intensiva por muchas agencias fotográficas y fotógrafos de renombre como Eugene Smith durante la segunda mitad del siglo XX, siendo el modelo de ampliadora preferido por muchos amantes de la Fotografía en Blanco y Negro que todavía exponen películas químicas monocromas con sus cámaras analógicas de formato 24 x 36 mm.

Leitz Focomat IIC (para formato medio), 



Leitz Focomat IIC, optimizada para formato 6 x 9 cm, si bien es capaz de manejar otros tamaños como 35 mm y 6 x 6 cm mediante los adecuadas bandejas de negativos. Esta es una de las mejores ampliadoras jamás fabricadas. Sus objetivos de ampliación habituales eran el Leitz Focotar 60 mm f/4.5 y el Leitz V Elmar 100 mm f/4.5. Producida entre 1957 y 1983, durante los años sesenta tenía un precio similar al de un coche. Fue integrante habitual de las secciones de cuarto oscuro de las mejores agencias de publicidad, fotográficas y revistas ilustradas del mundo, logrando soberbios resultados dimanantes de su calidad óptica y mecánica sin compromisos, hasta tal punto que la inmensa mayoría de ellas funcionan perfectamente hoy en día.

Beseler Model 23C (desde 35 mm hasta formato medio 6 x 6 cm),

Beseler Modelo 23C, especialmente diseñada para formato medio 6 x 6 cm (aunque puede utilizar otros tamaños de negativo desde Minox 8 mm a 6 x 7 cm), un clásico muy querido por los incondicionales de la fotografía de blanco y negro. La impresionante calidad de esta ampliadora, construida como un tanque, permitía un duro uso profesional diario durante muchas décadas, hasta tal punto que existe en la actualidad un floreciente mercado de segunda mano con muchas de ellas en buen estado y funcionamiento impecable. Ni que decir tiene que en simbiosis con objetivos de ampliación de formato medio de gama alta como el Schneider Kreuznach Componon-S 80 mm f/4 que generalmente ha incorporado desde mediados de los años sesenta hasta hoy en día, la calidad de las copias sobre papel fotográfico en muchos tamaños distintos que puede obtenerse con ella es simplemente soberbia.

Omega D2 (para gran formato 10 x 12 cm)

Ampliadora Omega D2 de gran formato 4 x 5 (10 x 12 cm) de mediados de los años cincuenta, un auténtico caballo de batalla robusto a más no poder fabricado entre 1954 y 1979 y perteneciente a la estirpe evolutiva iniciada por la Omega D (1938-1941) y la Omega DII (1941-1954) que fue el standard entre las impresoras de gran formato desde finales de los años treinta. Capaz de soportar muchas décadas de uso intensivo profesional diario, demostró ser virtualmente indestructible, y en sinergia con los objetivos Wollensak Raptar 135 mm f/4.5 Anastigmat y el Wollensak Raptar 162 mm f/4.5 Velostigmat (que eran las ópticas de buena calidad que incorporaba originalmente) y sobre todo con los mucho mejores Schneider Componon-S 135 mm f/5.6, Schneider Componon-S 150 mm f/5.6, Nikkor EL 135 mm f/5.6 y Nikkor EL 150 mm f/5.6, se convirtió en una máquina muy extendida y de gran fiabilidad dentro de las salas de cuarto oscuro de las más importantes agencias fotográficas y revistas ilustradas del mundo, ya que aunque el formato miniatura  35 mm encarnado por las pequeñas cámaras telemétricas sin espejo Leicas y Contax significó a efectos prácticos una revolución y generó un nuevo tipo de fotoperiodismo mucho más ágil y dinámico, las soberbias cámaras de gran formato 4 x 5 (10 x 12 cm) como la Greflex Super D y sobre todo las Peacemaker Speed Graphic y Crown Graphic siguieron siendo usadas por muchos fotógrafos profesionales (tanto en la esfera fotoperiodística como de fotografía artística) que anhelaban conseguir los mejores resultados posibles desde el punto de vista del poder de resolución, contraste, gama tonal y posibilidad de grandes ampliaciones sin grano así como reencuadres de zonas concretas del negativo sin pérdida de calidad, ya que la gran superficie de la placa de 4 x 5 " (10 x 12 cm, dieciséis veces el área del formato 24 x 36 mm y todavía mucho más grande que el formato medio 6 x 6 cm) permitía a los editores gráficos realizar reencuadres selectivos modificando el aspect ratio de las imágenes originales de los reportajes e incluso elegir en caso necesario zonas muy pequeñas para su ampliación (preservando incluso así un muy alto nivel de detalle) para adaptarse a la maquetación y a las necesidades de paginación. En este sentido, grandes fotógrafos que utilizaron las cámaras de gran formato anteriormente mencionadas como Margaret Bourke-White, Walker Evans, Dorothea Lange, Weegee, John Sexton, Nat Fein y muchos otros, hicieron muy buena fotografías que destacaban por su espectacular nivel de detalle y que eran con frecuencia elegidas como portada. Además, una ampliadora Omega DII de finales de los años cuarenta, que perteneció a Diane Arbus ha sido utilizada por el aclamado fotógrafo de retratos y positivador Neil Serkirk (utilizando cargadores de 6 x 6 cm) para hacer soberbias copias de negativos originales expuestos por la gran fotógrafa norteamericana de Nueva York con cámaras binoculares réflex de formato medio Rolleiflex y Mamiya.

Beseler 45 AF (para gran formato 10 x 12 cm), Beseler 45MX (para gran formato 10 x 12 cm), Beseler 45MXT (para gran formato 10 x 12 cm), Durst L 184 (para gran formato 20 x 25 cm), Saunders LPL 4500 II (para gran formato 10 x 12 cm), De Vere 504 (para gran formato 10 x 12 cm), Durst L 1200 (para gran formato 10 x 12 cm), Omega B22 (para formato medio 2 ¼ x 2 ¼), Zone VI (para gran formato 5 x 7), Leica Focomat V35 (para formato 35 mm) y otras.Todo ello en perfecta sinergia con objetivos de ampliación de alta calidad como el Varob 5 cm f/3.5 (para 35 mm), Leitz 95 mm f/4 VOORT (para formato medio), Schneider Componon-S 80 mm f/4 (para formato medio), Schneider Componon 100 mm f/5.6 (para formato medio), Focotar 50 mm f/4.5 (para formato 35 mm), Summicron 50 mm f/2 M39 con adaptador Leitz DMUOO Summicron (para formato 35 mm), el Schneider Componon-S 50 mm f/2.8 (para formato 35 mm) y otros, que eran en gran medida el factor crucial para la calidad final de las copias, junto con el tipo de fuentes de luz que permitían diferentes aspectos de los positivos.

l) Las asombrosas propiedades físicas y químicas de las emulsiones clásicas de blanco y negro como la Kodak Tri-X 400 y otras que contienen grandes cantidades de haluros de plata de formas no controladas que se asemejan a nubes de asteroides.

Al hacer copias sobre papel fotográfico a partir de estas emulsiones de blanco y negro que incluyen grandes cantidades de plata, el grano es más visible que con otras emulsiones monocromas tecnológicamente más avanzadas como la Kodak T-Max 100, Fuji Acros 100, Kodak T-Max 400, Ilford Delta 100, Ilford Delta 400, etc, que se caracterizan por sus formas hexagonales, configuración tabular, cristales muy planos de sales de plata, uniformidad geométrica y mucha menos cantidad de plata, de tal manera que el grano es menos evidente en las copias hechas a partir de ellas mediante ampliadora, incluso con películas de ISO 400 e ISO 800.

Pero las emulsiones clásicas de blanco y negro que incluyen cantidades de plata mucho más altas y se caracterizan por las formas no controladas e irregulares de sus granos, consiguen mucho mejor rango tonal y acutancia, especialmente si se revelan con los reveladores más apropiados para ello, en sinergia con ampliadoras profesionales y los papeles fotográficos que mejor se adapten a sus rasgos.

Pero además, por increíble que pueda parecer, las películas clásicas de blanco y negro con elevadas cantidades de plata y grano con form a imprevisible y no uniforme como la Kodak Tri-X 400, Kodak Plus-X, Kodak Panatomic-X y otras, están mucho más íntimamente vinculadas (en lo tocante a su comportamiento durante el acto fotográfico, el revelado de las emulsiones expuestas, la creación de contactos y la elaboración mediante ampliadoras de copias en diferentes tamaños) a los últimos confines de la más avanzada Ciencia Física actual, sobre todo al ámbito del Principio de Incertidumbre de Werner Heisenberg (con respecto a la posición y momento de la órbita de electrones en los átomos) y la Teoría de los Cuantos de Max Planck (con respecto a la revelación de los comportamientos individuales de las partículas subatómicas que forman todos los tipos de materia y al conocimiento de qué moléculas son energéticamente favorables entre sí y las magnitudes energéticas involucradas) y la Ecuación de Schrödingen (con respecto al cambio de las funciones de onda en el tiempo y su aplicación al concepto de patícula libre) y la naturaleza extremadamente irregular del caos clásico que se muestra cuando tiene lugar la dispersión de electrones a partir de pequeñas moléculas, sin olvidar el hecho de que en el momento de la exposición de las películas clásicas de blanco y negro que incluyen gran cantidad de plata, se generan en su interior una pléyade de sobreexcitados átomos de Rydberg cuya morada se halla entre el mundo clásico y el cuántico y cuyo vínculo de unión es el Caos Cuántico, presidido por la imposibilidad de saber la posición y velocidad de una partícula subatómica.

Por tanto, lo que ocurre dentro de la gelatina transparente que incorporan estas emulsiones químicas de blanco y negro cuando sus granos de plata (que presentan distintos tamaños, formas irregulares y se hallan dispersos en su interior) son incididos por luz en el momento de la exposición, es algo verdaderamente asombroso y de enorme complejidad.

Contacto de 35 mm de la famosa fotografía "Beso durante la celebración del Día de la Victoria en Times Square" realizada por Alfred Eisenstaedt el 14 de Agosto de 1945. Photo: Alfred Eisenstaedt.

En este sentido, la gran fotografía “Beso el Día de la Victoria en Times Square” hecha por el extraordinario fotógrafo Alfred Eisenstaedt aquel 14 de Agosto de 1945 en Times Square, Nueva York, es un buen ejemplo del producto final obtenido tras la formación de la imagen latente en el momento de la exposición.

Es decir, una imagen invisible nació dentro de la cámara telemétrica Leica IIIa de 35 mm cuando la película de blanco y negro Kodak Super XX ISO 250 en formato 24 x 36 mm que había en su interior (y que incluía grandes cantidades de plata), fue expuesta al presionar Eisenstaetd el botón liberador del obturador y la luz incidió sobre la emulsión química monocroma, momento en el que una imagen invisible del beso entre el marinero y la enfermera (la imagen latente propiamente dicha, constituida únicamente por plata) fue creada e impresionada sobre ella, haciéndose posteriormente que fuera visible mediante el revelado con Kodak D-76 (durante 20 minutos) unas pocas horas después aquel día hace 68 años, y tras ello, se crearon los contactos de 35 mm para realizar la edición (Eisenstaedt hizo cinco fotografías del marinero y la enfermera en Times Square, de las cuales se eligió la mejor que es la mundialmente conocida).

m) La lealtad a la fotografía química de blanco y negro de altísima calidad mantenida por sus conocedores y entusiastas por todo el mundo. Con respecto a Westlicht, los devotos de las imágenes hechas por Maestros de la Fotografía llevan muchos años ininterrumpidos embelesados,


prestando mucha atención a las imágenes


y reemprendiendo la marcha tras disfrutar la magia del Blanco y Negro.


Copyright Texto y Fotos: José Manuel Serrano Esparza