Juan José Obrero Castro y José Manuel Serrano Esparza han podido descubrir la ubicación en el centro de lo que hoy en día es la calle Eucaliptos, en la zona de Los Llanos, aproximadamente 1 km al norte de Cerro Muriano, de una foto hecha por Hans Namuth / Georg Reisner el 5 de septiembre de 1936 a las 15:30 h de la tarde a una mujer joven vestida de negro, tras cuyo hombro izquierdo se aprecia un poste de teléfono muy inclinado a la derecha, en el centro de la imagen a su madre con una cofia negra sobre su cabeza que se agarra al brazo de su hija con la mano izquierda y al brazo de un hombre joven con boina oscura que lleva a un niño en brazos, con el Cortijo de Enrique Eliseo visible al fondo.
Esta fotografía está hecha en la zona central de la calle Acera Eucaliptos, en Los Llanos del Conde.
El 5 de septiembre de 1936 toda la zona alrededor de las cuatro personas en imagen era campo, con excepción del Cortijo de Enrique Eliseo que se aprecia al fondo a la izquierda, por encima de la boina oscura del hombre joven que sujeta al niño entre sus brazos.
Hoy en día, toda esta zona está repleta de casas que tapan los pequeños cerrillos que se ven en el horizonte.
Estas cuatro personas están huyendo del bombardeo de Cerro Muriano por la aviación franquista y caminan a través de la antigua carretera N-432a (que en aquella época estaba hecha con tierra compactada) con dirección noroeste, hacia la Estación de Tren de Obejo y El Vacar.
Es una fotografía impresionante, que se enmarca en la época dorada del fotoperiodismo de los años treinta del siglo XX, disparando a pulso con una cámara Leica telemétrica formato 24 x 36 mm.
Hans Namuth / Georg Reisner hace la foto desde una distancia increíblemente próxima, consiguiendo captar sin ser visto a las cuatro personas que aparecen en imagen, algo que tiene un enorme mérito en un contexto tan sumamente convulso como éste, de población civil que huye de la guerra.
El fotógrafo hace un tiro rapidísimo, instintivo, al ver las condiciones muy difíciles en las que está avanzando esta familia, con la anciana en el centro jadeante, sudorosa y a punto de desplomarse sobre el suelo de agotamiento, que camina como puede agarrada al brazo de su hija (a la derecha de la imagen) y de su yerno ( a la izquierda de la fotografía, que lleva a su hijo de unos 6 años de edad agarrado de sus piernas, mientras el niño se aferra a sus hombros).
La imagen está levemente desenfocada, algo muy característico del fotoperiodismo de los años treinta con cámaras Leica telemétricas de visor directo, como consecuencia de tres factores principales :
a) Hans Namuth Georg Reisner no enfocan girando el aro de enfoque del objetivo, lo cual habría sido muy lento para hacer una imagen como ésta), sino llevan la cámara configurada previamente para enfocar por zonas, mediante la simbiosis entre la escala de profundidad de campo y la escala de distancias, para conseguir nitidez entre aproximadamente 2 metros y 5 metros, seleccionando habitualmente f/8 o f/11.
Se consigue así un autofocus natural por zona de nitidez que es más rápido que cualquier AF automático de las mejores cámaras digitales profesionales existentes hoy en día en el mundo, 87 años después de ser hecha esta foto.
b) El fotógrafo no es insensible al contexto de gran dramatismo que preside la imagen de estos cuatro refugiados, por lo que la estabilidad de disparo a pulso es afectada por el impacto visual e intensidad emocional del fotógrafo a partir del instante en que realiza el encuadre y mientras aprieta el botón liberador del obturador de la cámara.
Es una fotografía impresionante, que se enmarca en la época dorada del fotoperiodismo de los años treinta del siglo XX, disparando a pulso con una cámara Leica telemétrica formato 24 x 36 mm.
Hans Namuth / Georg Reisner hace la foto desde una distancia increíblemente próxima, consiguiendo captar sin ser visto a las cuatro personas que aparecen en imagen, algo que tiene un enorme mérito en un contexto tan sumamente convulso como éste, de población civil que huye de la guerra.