jueves, 5 de septiembre de 2019

CERRO MURIANO : IDENTIFICADA LA AUTORÍA Y UBICACIÓN DE TRES NUEVAS FOTOGRAFÍAS HECHAS POR HANS NAMUTH Y GEORG REISNER EL 5 DE SEPTIEMBRE DE 1936, APARECIDAS EN LA REVISTA BELGA LE SOIR ILLUSTRÉ DEL 3-10-1936

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Texto y Fotos Indicadas : José Manuel Serrano Esparza


Tras una investigación de varios años, elrectanguloenlamano.blogspot.com ha podido descubrir la autoría y ubicación de tres nuevas fotografías hechas por Hans Namuth / Georg Reisner en Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936,
                                               
                                                                                                            © José Manuel Serrano Esparza

en un reportaje inédito titulado " Visages Tragiques " ( " Rostros Trágicos ") publicado en el número 450 de la revista ilustrada belga de gran formato 39 x 28 cm Le Soir Illustré del 3 de octubre de 1936, en sus páginas 14 y 15.

Los nombres de Hans Namuth y Georg Reisner, autores de las fotografías, no se mencionan en ninguna parte, ni tampoco aparecen sus créditos bajo las imágenes.

Y tampoco se menciona el lugar donde se hicieron las fotografías, que fue sin ningún género de dudas en Cerro Muriano (Córdoba).

Acompaña a las imágenes un texto de carácter general, en francés, en el que se habla de las circunstancias dramáticas de la Guerra Civil Española en Sevilla, Córdoba y Talavera durante los dos primeros meses de contienda hasta ese momento.

Se trata de un total de séis imágenes, tres de ellas ya conocidas y otras tres cuya autoría y ubicación se desconocían :


                                                                                                           Photo : Hans Namuth / Georg Reisner

A) Fotografía de una mujer madura con gafas e indumentaria de color negro, que camina apresuradamente junto a un poste de telégrafo (parcialmente visible) a la derecha del todo de la imagen.

Esta mujer está huyendo precipitadamente de Cerro Muriano y avanza con muchas dificultades, ya que está agarrando con su mano izquierda una gran sartén y una perola, mientras sujeta entre su antebrazo y costado izquierdos una cesta llena con los enseres que ha podido salvar y una almohada en su parte superior, al tiempo que lleva en su mano derecha un cazo de medianas dimensiones con la tapa puesta, comida dentro y de la que sobresale ligeramente la parte trasera de una cuchara metálica, discernible gracias a las líneas de Mackie entre las zonas de alta y baja densidad creadas durante el revelado con Agfa Rodinal, optimizado para potenciar la acutancia.

Pocos metros tras ella se aprecia a un hombre con chaleco y pantalón negros, camisa blanca y boina negra corriendo en la misma dirección que la mujer, captada mientras huye del pueblo de Cerro Muriano ante la intensificación de los bombardeos por parte de la aviación franquista.

Asimismo, en la mitad superior de la imagen a la izquierda una madre y su hija acompañadas por su perro están iniciando la huída con idéntica dirección, mientras que en la esquina superior izquierda se aprecia parte de valla de alambre y tres de los postes de madera de sujeción de pequeño corral. 

Hans Namuth /Georg Reisner hace la foto desde una distancia muy próxima.

La expresión facial de la mujer, con la mirada perdida y presa del pánico, ha sido magistralmente plasmada por el fotógrafo.
                                                         

                                                                                                        Photo : Hans Namuth/ Georg Reisner

B) Fotografía de un miliciano anarquista de la CNT o la FAI de Alcoy (Alicante) que camina apresuradamente y lleva en sus brazos a un bebé envuelto en una pequeña manta blanca, tratando de protegerle del sol, mientras a la derecha de la imagen aparece un hombre maduro con sombrero típico andaluz, que avanza tras él, también a paso ligero, aterrorizado, con su mano izquierda sobre la barbilla y labios, como consecuencia del stress, mientras lleva colgada de su antebrazo izquiedo una manta oscura para pasar la noche al raso.

La fotografía captada por Hans Namuth/Georg Reisner del miliciano de Alcoy (Alicante) llevando al bebé en brazos y con su abuelo tras él, fue hecha junto al paso a nivel de la vía férrea Córdoba-Almorchón situado en la zona sur del pueblo, cerca del restaurante Los Pinares y visible en esta imagen de 2019. Las tres personas que aparecen en la fotografía de Hans Namuth/Georg Reisner estaban situadas en ese momento aproximadamente cuatro metros detrás del borde inferior de la imagen. No fue posible sacar esta foto moderna desde más atrás para emular el encuadre de la imagen captada por Hans Namuth/Georg Reisner el 5 de septiembre de 1936 porque la carretera N-432a está justo detrás y pasan coches constantemente a gran velocidad, por lo que situarse sobre ella es peligroso, además de que también entran y salen coches con frecuencia a través de la zona a la izquierda. El pequeño muro de color blanco que se aprecia antes de la casa, no existía en 1936, ni tampoco las plantas verde oscuro de pequeño tamaño sobre él. © José Manuel Serrano Esparza

Esta fotografía fue hecha por Hans Namuth / Georg Reisner junto al paso a nivel de la vía férrea Córdoba-Almorchón situado en la zona sur de Cerro Muriano, cerca del restaurante Los Pinares. 

                                                                                                          © José Manuel Serrano Esparza 
                                                                 
En 1936 toda la zona alrededor de la casa y las vías del paso a nivel era tierra, no existían la carretera asfaltada, ni la acera con adoquines y cemento ni la tapa metálica de alcantarilla próxima a la vía, que fueron construidas después de la guerra civil, el terreno estaba aproximadamente medio metro por debajo de su nivel de hoy en día, y la vía estaba en alto con una pequeña pendiente a ambos lados, mientras que hoy por hoy está prácticamente a la misma altura que la acera y parte de ella tapada en gran medida por el cemento, de tal manera que del tramo de vía visible al fondo, en la zona izquierda sólo la superficie de los raíles es visible.

                                                                                                        Photo : Hans Namuth/ Georg Reisner

Lo que se ve al fondo es la casilla del guardagujas del paso a nivel de la vía férrea Córdoba-Almorchón situado en la zona sur de Cerro Muriano y en la que desde febrero de 1937 trabajó como capataz Santiago Cuadro Macías, mientras que su mujer María Calvente Espinosa era la guardabarrera. 

Es una imagen muy dramática, que refleja fielmente la angustia que se vivía en el pueblo de Cerro Muriano en esos momentos, porque la aviación franquista había arrojado ya varias bombas, provocando el pánico entre la población civil, que estaba huyendo en masa a pie, con dirección norte hacia la antigua estación de tren de Obejo y el Vacar, caminando junto a la vía férrea Córdoba-Almorchón.

La expresión facial del miliciano con la boca muy abierta, la camisa totalmente desabrochada y la cara desencajada revelan también el miedo que existía al ataque contra el pueblo en cualquier momento por parte de las tropas marroquíes del Ejército de África y el enorme calor que hizo aquel 5 de septiembre de 1936 en Cerro Muriano, con temperaturas próximas a los 40º C.

Se aprecia asimismo en la imagen el pie derecho del bebé colgando por fuera de la manta.

Ni que decir tiene que la ausencia de la madre del bebé (que probablemente se encontraba en esos momentos colaborando en las faenas del campo con su marido y había dejado a la criatura al cuidado de su abuela) potencia notablemente el dramatismo de la escena.

La muy baja sensibilidad de la película de blanco y negro, de sensibilidad Weston 40 (equivalente a ISO 32) y el diafragma probablemente f/8 utilizado para conseguir la máxima zona de nitidez posible con la que fue hecha la fotografía, significó una velocidad de obturación más bien baja, por lo que el pie derecho que avanza del abuelo del bebé aparece trémulo.

Pese a que es un tiro hecho desde muy cerca por Hans Namuth/Georg Reisner, aproximándose al máximo al miliciano que lleva al bebé entre sus brazos (y que es el principal protagonista de la imagen), en circunstancias muy convulsas y con una imagen obtenida ligeramente desenfocada, la profundidad de campo permite discernir el tramo de la vía férrea Córdoba- Almorchón en el paso a nivel al sur del pueblo.

Aunque la imagen está ligeramente desenfocada, el revelador Agfa Rodinal optimizado para acutancia, ha hecho que la imagen tenga suficiente nitidez para poder discernir los detalles importantes, incluyendo las mencionadas vías del tren e incluso la señal ferroviaria visible en la mitad superior derecha de la imagen.


Es una fotografía importantísima, porque está hecha dentro del pueblo de Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936 y las personas que aparecen en ella, tanto el miliciano anarquista de Alcoy con el bebé en brazos como su abuelo, cruzando junto al paso a nivel con dirección norte, vienen huyendo a pie de la zona más al sur del pueblo, probablemente de alguno de los cortijos próximos a Las Malagueñas o Torreárboles, que están siendo atacadas por las tres columnas franquistas al mando del general Varela, y verifica sin margen para la duda el hallazgo realizado por D. Francisco Moreno Gómez en su obra La Guerra Civil en Córdoba de 1985 en su capítulo dedicado a Cerro Muriano, en el que describe como ante el intento por parte de los tábors de regulares marroquís de la columna de la derecha del coronel Sáenz de Buruaga de penetrar a través de una barranca próxima y tomar por asalto la Loma de las Malagueñas, los milicianos alcoyanos de la CNT y la FAI que defendían la zona, se lanzaron sobre ellos disparando a granel, deteniendo su avance.

El inesperado ataque en tromba de los alcoyanos frenó en seco durante varias horas el avance de la columna de la derecha de Sáenz de Buruaga (la más importante para el éxito de la ofensiva contra Cerro Muriano planeada por el general Varela), y únicamente la altísima moral de combate de las tropas marroquís, con muy abundante experiencia de años en guerra colonial en África, les permitió aguantar en sus puestos en posición defensiva.

Desde un punto de vista militar, ésto tuvo una trascendencia enorme, ya que el general Varela, al observar con sus prismáticos desde la distancia la enorme ferocidad del ataque alcoyano sobre los tabors de regulares marroquís en las proximidades de la zona baja de la Loma de Las Malagueñas, se percató de que toda la columna de la derecha de Sáenz de Buruaga podía ser aniquilada si unidades republicanas procedentes del pueblo de Cerro Muriano (a una distancia de aproximadamente 2 km) o El Vacar (a una distancia de aproximadamente 12 km) acudían a hacer frente a las tropas franquistas marroquís (que estaban luchando frontalmente contra los alcoyanos) y caían sobre su espalda, cogiéndoles entre dos fuegos.

Y para evitar tal peligro, el general Varela, curtido en mil batallas en la Guerra de Marruecos durante los años veinte y con una enorme experiencia en combate, ordenó intensificar el bombardeo de la aviación franquista sobre Cerro Muriano, para hacer creer a todas las tropas republicanas en la zona, que estaban a punto de intentar tomar por asalto el pueblo, cuando la realidad es que el objetivo prioritario del general Varela era conquistar Las Malagueñas, Torreárboles y la Finca de Villa Alicia.


                                   Antiguo aeródromo de la Electromecánica hoy en día, 83 años después. © José Manuel Serrano Esparza.

En esos momentos, la aviación franquista tenía muy pocos aparatos disponibles en Córdoba y sus alrededores, sobre todo obsoletos bombarderos ligeros y de reconocimiento Breguet XIX que lanzaban pequeñas bombas de 50 kg, pero el general Varela dió orden de que despegaran del pequeño aeródromo de La Electromecánica (ubicado al oeste de Córdoba capital, en las inmediaciones de Medina Azahara, y cuyas vicisitudes entre Julio y Diciembre de 1936 han sido analizadas desde hace años por D. Patricio Hidalgo Luque, máximo especialista militar sobre la Guerra Civil Española en la provincia de Córdoba) y bombardearan el pueblo de Cerro Muriano.

Evidentemente, ésto es una canallada, ya que aunque no hubo víctimas mortales, podían haber muerto habitantes del pueblo, y el impacto de las pequeñas bombas de 50 kg provocó el pánico entre la población civil, que huyó en masa con lo puesto en dirección norte, siguiendo la vía férrea Córdoba-Almorchón, donde Robert Capa hizo su grandioso reportaje sobre la huida de los Refugiados de Cerro Muriano a pie hasta la estación de Tren de Obejo y El Vacar.

Pero el propio Franz Borkenau, periodista suizo que estuvo también en Cerro Muriano junto a los fotógrafos Hans Namuth y Georg Reisner, comenta con extrañeza en su obra " El Reñidero Español " que las bombas eran muy pequeñas y su impacto no provocaba grandes daños, y que pudo ver además como algunos artilleros marroquís se acercaban por la izquierda, desde el otro lado de la vía férrea, y habían superado el flanco izquierdo de las líneas del gobierno, sin hallar oposición, por lo que podrían haber entrado en el pueblo en cualquier momento, pero no lo hicieron.

La realidad es que las temidas tropas marroquís de tabor de Regulares tenían órdenes muy estrictas de no intentar entrar en el pueblo hasta que hubieran capturado Las Malagueñas, Torreárboles y la Finca de Villa Alicia, y que el tabor de Regulares de Melilla (bajo el mando del comandante López Guerrero) y los escuadrones de Regulares de Ceuta nº 3 y Alhucemas (ambos al mando del comandante Gerardo Figuerola) estaban luchando en esos momentos a brazo partido con los milicianos alcoyanos que llevaban varias horas frenando su avance en la zona próxima a la Loma de Las Malagueñas, lo cual había ralentizado también la progresión de las otras dos columnas franquistas (la de la izquierda al mando del comandante Sagrado y la del centro al mando del General Varela).

Incluso, para hacer creer a las tropas republicanas todavía más que las fuerzas franquistas estaban a punto de atacar el pueblo para conquistarlo, el coronel Sáenz de Buruaga envió pequeños contingentes de soldados marroquís a las proximidades de la vía férrea adyacente al flanco izquierdo de Cerro Muriano, con instrucciones de que abrieran fuego de ametralladora y de artillería de pequeño calibre, para que los milicianos y tropas leales a la República que defendían el pueblo creyeran que les van a atacar rápidamente.


Piedra Horadada, formación rocosa de cuarzo, situada a las afueras de Cerro Muriano, junto al Camino de los Pañeros. © José Manuel Serrano Esparza 

E igualmente, desde bien temprano por la mañana, situaron otros pequeños contingentes de los temidos soldados marroquís en las inmediaciones de Piedra Horadada, donde se mostrarían durante todo el día a los soldados republicanos y milicianos ubicados defensivamente en los Lavaderos y Fundiciones de la Córdoba Copper Company, en la zona de su límite visual, para hacerles creer que podían atacarles en cualquier momento (algo que no ocurriría hasta el día siguiente) y fijarles también en sus posiciones.

La intención fue conseguir por todos los medios fijar a las fuerzas republicanas que defendían Cerro Muriano en sus posiciones, y que no hubiera ningún movimiento de tropas republicanas desde el pueblo hacia los alrededores de la vertiente norte de Las Malagueñas, ya que los alcoyanos habían atacado en tromba a las unidades marroquís de la columna de la derecha al mando del coronel Sáenz de Buruaga, que estaban en esos momentos clavadas defensivamente en sus posiciones, sin poder avanzar ni envolver, por lo que si dichas tropas marroquís eran atacadas por otras fuerzas republicanas desde diferentes ángulos, toda la columna de la derecha del ataque franquista al mando de Sánez de Buruaga podría sucumbir, lo cual haría inviable conquistar la Loma de las Malagueñas y la colina Torreárboles, que estaban siendo atacadas cuesta arriba por las otras dos columnas a través de sus vertientes sur.

Y esta nueva fotografía recién descubierta del miliciano que sujeta a un bebé entre sus brazos en el interior del pueblo de Cerro Muriano, junto al paso a nivel, hecha alrededor de las 15:00 h de la tarde del 5 de septiembre de 1936, indica claramente que el pueblo no está siendo atacado por la infantería franquista en esos momentos (de ser así, el miliciano de Alcoy que aparece en imagen estaría empuñando su fusil), aunque han explotado ya varias bombas de aviación de 50 kg, por lo que tanto las fuerzas republicanas como la población civil están angustiados y creen que dicho asalto se va a producir en cualquier momento, por lo que todo el mundo está abandonando el pueblo, presa del pánico, algo visible en los semblantes de los dos protagonistas de la imagen, que al igual que el bebé, están escuchando sobre todo los disparos del tremendo choque que desde aproximadamente la 1 de la tarde está teniendo lugar entre los alcoyanos y las tropas marroquíes de la columna de la derecha de Sáenz de Buruaga.

                                       
                                                                                                         Photo : Hans Namuth/Georg Reisner

C) Fotografía de una mujer de unos 35 años (aunque aparenta unos 50) con indumentaria de color blanco, que está huyendo a pie apresuradamente de Cerro Muriano, ante la intensificación del bombardeo del pueblo por parte de la aviación franquista.

Actualización 9 de Julio de 2021 : 

Fotografía hecha en lo que es hoy en día la calle Acera Eucaliptos (que entonces no existía, ya que en 1936 toda la zona era campo con excepción de la antigua casa del guardabarreras de la vía férrea Córdoba-Almorchón) en Los Llanos del Conde, aproximadamente a 1 km de Cerro Muriano.         

En la zona superior derecha de la imagen se aprecia parte del Cerro de la Coja.          

                                                                                                        Photo : Hans Namuth /Georg Reisner

Lleva colgada de su antebrazo derecho una cesta de mimbre de gran tamaño llena con las pocas cosas que ha podido salvar, mientras sujeta como puede entre su brazo y costado izquierdo un gran petate con pertenencias personales.

La imagen es desoladora por varios motivos :

- La ropa de la mujer está muy usada y deteriorada, con varios orificios y remiendos visibles en la zona central delantera y derecha de la falda, indicando claramente la extrema pobreza de la población rural de la época, que trabajaba de sol a sol por un ínfimo salario, inmersa en economía de subsistencia y utilizando prácticamente la misma ropa todos los días (salvo en fiestas y celebraciones familiares especiales), al carecer de los recursos económicos suficientes para poder comprar más prendas.

- Esta mujer tiene un enorme sobrepeso, de más de 30 kg, fruto de una alimentación deficitaria en proteinas, fruta y distintas vitaminas, basada sobre todo en pan y legumbres y una vida trabajando hasta la extenuación, no sólo sacando a los hijos adelante y haciendo las comidas a diario, sino también colaborando con frecuencia en las tareas del campo, por lo que su jornada laboral real ha sido de unas 14/16 horas diarias desde su adolescencia.

- Probablemente padece varices, pero no ha podido pagar un médico.

- Aparece sudando a mares, con la boca entreabierta, caminando penosamente bajo un sol abrasador con una temperatura próxima a los 40º C, cada vez con mayor lentitud, fruto del progresivo cansancio, y es visible un rictus de sufrimiento en su expresión facial.

Las fortísimas sombras realzan el dramatismo de la escena.

- El fotógrafo la ha captado justo en un momento en que empieza a elevar hacia su rostro el delantal atado a su vestido, para secarse el sudor de la frente.

Esta mujer que está haciendo acopio de un enorme coraje y fuerza de voluntad para poder seguir caminando, ha sido probablemente sorprendida por el estruendo de las bombas de la aviación franquista pocos minutos antes, mientras estaba haciendo la comida, y ha emprendido la huida lo más rápidamente posible.

- El calzado que lleva son las alpargatas de andar por casa que estaba usando cuando empezó a escuchar las explosiones de las bombas lanzadas sobre el pueblo.

Sin duda, esta mujer tuvo que sufrir de modo indecible para hacer a pie los durísimos 11 km a pleno sol entre el pueblo de Cerro Muriano y El Vacar, caminando junto a la vía férrea Córdoba-Almorchón, a través del antiguo camino a la Estación de Tren de Obejo.

Además de su gran valor histórico, documental y social, estas imágenes son muy significativas desde un punto de vista fotográfico, ya que muestran la eficaz sinergia de dos fotoperiodistas de primer nivel en aquella época como Hans Namuth y Georg Reisner, con una notable habilidad para hacer este tipo de fotografías desde distancias muy próximas.

Por otra parte, el autor de este artículo, tras muchos viajes a Cerro Muriano ha podido descubrir la ubicación exacta de otra fotografía hecha por Hans Namuth /Georg Reisner también en este pequeño pueblo situado a 15 km al norte de la ciudad de Córdoba, el 5 de septiembre de 1936, una imagen ya conocida, puesto que aparece en el libro Spanisches Tagebuch, publicado en 1986 por la editorial Nishen Verlag,


Hans Namuth / Georg Reisner captaron con una Leica III telemétrica acoplada a un objetivo Leitz Summar 5 cm f/2 un instante decisivo en el que podemos ver a una mujer de unos 35 años, que ha tenido que huir rápidamente de su casa, dejando atrás todo su pasado. Dicha mujer se convierte en la principal protagonista de un momento atemporal en el que aparece llorando, pañuelo en mano y visiblemente desconsolada, caminando en dirección norte, mientras la chica joven situada la la izquierda (de perfil a la cámara, por lo que su cara no es visible) la mira angustiada, lo cual potencia aun más si cabe el dramatismo de la escena. © Hans Namuth / Georg Reisner 

en la que se aprecia a un miliciano que ayuda a caminar a una mujer de unos treinta y cinco años con un pañuelo en su mano izquierda, mientras se lleva la mano derecha a su sien con gesto de evidente preocupación y llorando, al tiempo que una chica joven con vestido blanco y cinturón negro, probablemente su hija, la mira angustiada.

                                                                                                           © José Manuel Serrano Esparza 

Esta fotografía fue realizada en la que es hoy en día la principal zona comercial y de restaurantes de Cerro Muriano, a la derecha de la cuesta abajo de lo que es hoy la calle Carretera, un tramo entre los kilómetros 253 y 254 de la N-432A Granada-Badajoz, a muy pocos metros de la farmacia de la licenciada Julia Rubias y la ferretería El Grifo.

Algo más abajo a la izquierda están hoy en día la sucursal de Caja Sur, el Bar Bruno y el Bar Cinema.

En 1936, la carretera era algo más ancha de lo que es actualmente y no estaba asfaltada, sino que había sido construida principalmente con arena compactada.

A ambos lados de la misma no había construcciones, con excepción de la casa blanca que se ve al fondo, en la zona central de la imagen, y los bloques de piedra encalados para señalizar el trazado de la carretera.



El hombre que ayuda a caminar a la mujer de unos treinta y cinco años es un miliciano de la CNT de Alcoy, perteneciente a la columna alcoyana, que había salido de esa localidad alicantina casi un mes antes, el 7 de agosto de 1936, formada por 534 militares del Regimiento de Infantería de Vizcaya nº 12, con guarnición en Alcoy, y 687 milicianos anarquistas alcoyanos.

Al llegar el 9 de agosto de 1936 a Pedro Abad (Córdoba), la columna se dividió en dos, marchando una parte de Cerro Muriano, al mando del alférez Melquíades Valiente y de Enrique Vañó Nicomedes (secretario general de la federación local de la CNT, que fue fusilado en Alicante el 29 de agosto de 1939) como jefe de milicias, llegando a Cerro Muriano durante la tercera semana de agosto de 1936.

Al fondo de la imagen, en la mitad superior derecha de la fotografía, se aprecia la zona de monte con encinas ubicada a la izquierda de la colina Torreárboles, la cota más alta de la sierra norte cordobesa, con una altura de 692 metros y situada a aproximadamente medio kilómetro a la derecha (fuera de imagen).



Por otra parte, ochenta y tres años después, ha sido posible discernir mediante reencuadre selectivo, que el vehículo cuya mitad aparece a la derecha de la fotografía es un camión con matrícula de Alicante, cuyos dos primeros números son 72, mientras que en su zona superior están impresas las letras TOMÁS.

Los hombres que aparecen al fondo, dispuestos para empezar la huída, son integrantes de la columna alcoyana, tanto militares profesionales (el que se observa más a la izquierda, probablemente un oficial del Regimiento de Infantería Vizcaya nº 12 con guarnición en Alcoy, está mirando al fotógrafo) como milicianos civiles de la CNT y la FAI de dicha localidad alicantina.

Asimismo, la gran nitidez en contornos obtenida por el revelador Agfa Rodinal ha hecho posible poder vislumbrar dos camiones más al fondo y un burro que aguarda también el momento de iniciar la huída, así como otro miliciano que camina varios metros más allá de él.

En el momento de dicha huída, pocos minutos después de que Hans Namuth / Georg Reisner hicieran la foto, todas las personas que aparecen en la imagen avanzaron de modo ascendente hacia la cámara, en dirección norte, atravesando el tramo de la actual carretera N-432A Granada-Badajoz, a la altura del kilómetro 253, junto al cual se encuentran hoy en día el Restaurante Bar X, Casa Rosario y el Bar Casinito.

Por otra parte, esta fotografía es importante porque aunque sea imperfecta desde un punto de vista técnico, con un enfoque no del todo preciso y abundante grano visible, inherente a la emulsión química de blanco y negro utilizada, ésto no importa en absoluto en este tipo de fotografías en las que los factores decisivos son estar en el momento y lugar adecuados, aproximarse todo lo posible al epicentro de la acción, hacer la foto con discreción captando el momento decisivo y pasar desapercibido durante el acto fotográfico, algo que Hans Namuth / Georg Reisner han conseguido plenamente, plasmando con gran realismo la atmósfera de inquietud e incertidumbre imperante en aquellos momentos en Cerro Muriano.