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El Napier-Railton Special es uno de los coches clásicos más bellos y potentes jamás construidos, caracterizándose entre otros muchos factores por incorporar un tremendo motor de aviación Napier-Lion XIA de 24 litros y 12 cilindros, generador de 530 caballos de fuerza a 2350 rpm.
Este supercoche clásico británico es capaz de alcanzar los 278 km/h, una gran velocidad máxima para la época en que fue construido.
No en vano, esta insólita obra de arte mecánica y de ingeniería automovilística conserva todavía el récord de velocidad del circuito peraltado de Brooklands con 237 km/h.
Adquirió celebridad internacional cuando en 1935 y 1936 batió dos veces el récord mundial de resistencia de la llanura salada de Bonneville (Estados Unidos), con una por entonces muy notable velocidad media de más de 248 km/h.
El Napier-Railton W12 24 litros Especial de 1933 en plena carrera a su velocidad máxima de 278 km/h sobre la pista de Farnborough (Hampshire, Reinto Unido) el 22 de Julio de 2004.
El sonido producido a toda velocidad por el asombroso motor de aviación que impulsa al Napier-Railton Special 1933 ha de ser oido para poder creerlo. Pista de Farnborough (Hampshire, Reino Unido), 22 de Julio de 2004.
NACIDO PARA CORRER
El Napier-Railton Special 1933 fue concebido con un claro objetivo in mente: la obtención de la máxima velocidad posible, junto con una resistencia sin precedentes en el ámbito de las carreras de larga duración.
John Cobb poseía un importante historial previo como piloto de coches de competición en carreras disputadas por toda Gran Bretaña durante los años veinte, habiendo conducido diferentes modelos de automóviles de gran velocidad, como un Delage V12 de 10.5 litros, un Fiat de 10 litros y un Parry Thomas Special de 27 litros con el que ya había logrado el récord de vuelta rápida en el circuito de Brooklands, con una velocidad de 213 km/h.
Pero a principios de la década de los treinta, Tim Birkin, gran rival de Cobb, le estaba batiendo con asiduidad gracias a su Bentley Special dotado con compresor de sobrealimentación, y Cobb se dió cuenta de que necesitaba un coche mucho más rápido y potente si quería tener posibilidades de victoria.
Así pues, contactó con Raid A. Railton, ingeniero jefe de la empresa Thomson & taylor, explicándole con todo detalle lo que precisaba: un vehículo con un chasis capaz de soportar el gran tamaño, peso y brutal potencia de un motor de aviación.
También era necesario fabricar una caja de cambios especial de tres velocidades capaz de manejar la inmensa fuerza y torque del nuevo coche de carreras "especial" en ciernes, y a fin de evitar un peso excesivo, una prioridad importante de las especificaciones era que habría de ser un automóvil monoplaza con chasis de aluminio.
Por otra parte, la elección de neumáticos adecuados supuso también un reto, ya que tenían que aguantar con total garantía el peso de aproximadamente dos toneladas del vehículo, aspecto que era uno de los factores clave del proyecto.
Finalmente, con respecto a la caja de cambios, John Cobb pudo contar con la inestimable ayuda de John Cobb, que conforme a las premisas marcadas, creó una muy robusta y fiable caja de velocidades con tres marchas.
El chasis de aluminio fue realizado por Gurney Nutting & Co. Limited (una empresa inglesa de gran reputación, que había sido fundada en 1918 y construía carrocerías de gama alta con las características indicadas por sus clientes - entre los que figuraban firmas tan prestigiosas como Bentley, Daimler, Rolls-Royce y Duesenberg- y cuyos primeros diseños habían aparecido en Octubre de 1920 en el Salón del Automóvil de Londres) en sus instalaciones de Lacland Place SW10 de la capital inglesa.
Y en cuanto a los neumáticos, tras un período de investigación, Dunlop fue capaz de solucionar el prolijo problema de encontrar cubiertas adecuadas capaces de aguantar el gran peso del coche, suministrándolas al cabo de pocas semanas.
Siguiendo las pautas establecidas por John Cobb, otras especificaciones desarrolladas por Raid A. Railton y Thomson & Taylor para el nuevo coche de descomunal potencia y tamaño, incluían frenos de tambor ubicados en la rueda trasera y una combinación de ballestas semielípticas y eje impulsor que configuraban un bastidor tipo escalera sobre el que descansaba todo el vehículo.
Pero sobre todo, los dos objetivos más importantes a lograr eran una velocidad máxima de aproximadamente 168 mph (278 km/h) - algo verdaderamente impresionante para la época- y por supuesto, lo que habrñia de constituir el epicentro del nuevo supercoche de competición: un motor muy especial, de extraordinarias prestaciones, con la superlativa potencia, energía y resistencia necesarias para hacer que la máquina de dos toneladas funcionara a la perfección de principio a fin en carreras de larga duración y que se impusiera en ellas, sin olvidar la consecución de nuevos récords de velocidad, algo a lo que John Cobb dedicaría toda su vida.
AERO MOTOR NAPIER-LION XIA
La planta motriz elegida para el nuevo concept car fue el motor de aviación Napier-Lion XIA de 24 litros, con configuración en W de doce cilindros dispuestos de modo muy poco frecuente, con tres filas de cuatro cilindros a 60º entre sí, y 530 caballos de potencia al freno a 2350 rpm, que es su potencia nominal, aunque John Cobb hizo que se realizara una especial puesta a punto del motor que permitiera alcanzar los 600 caballos de fuerza.
Este motor de inefable potencia, refrigerado por agua y con un imponente esquema en W de 12 cilindros, pertenece al campo de la Industria Aeronáutica
Su transmisión lleva doble árbol de levas en cabeza por fila y cuatro válvulas por cilindro, con caja de cambios Moss de engranaje constante, tres velocidades y tracción a las ruedas traseras.
La fabricación de este soberbio aero motor - acometida desde un principio partiendo de tochos de aluminio almacenados en grandes cantidades que eran utilizados durante las distintas fases de producción- era realizada mayormente de modo artesanal manual, con pautas cualitativas muy altas en todas y cada una de las piezas, y con un muy amplio elenco de trabajadores muy cualificados y con gran experiencia que desarrollaban diferentes tareas y etapas para construir las distintas partes de la planta motriz Napier-Lion XIA, y que incluían el manejo de máquinas taladradoras, hornos y baños utilizados para el tratamiento de componentes metálicos, tornos para fresar cigüeñales, producción de válvulas, vertido de aluminio derretido de crisoles a moldes cilíndricos de hierro, fresadoras verticales Cincinatti para cortar ranuras para juntas de cuñas, tornos accionados por correas, herramientas de perforación, camisas de cilindros, máquinas especiales para labrar las culatas, tornos revólver, pulidoras verticales sobre cárteres de cigüeñal, tornos Lang & Sons accionados por correas para laminar las válvulas, extracción de las tapas de aluminio de las culatas de moldes de arena, e incluso dibujos con gran nivel de detalle de imágenes de distintas zonas de piezas de alumino, realizados mediante microscopía óptica.
Por otra parte, en el aero motor Napier-Lion XIA, cada bloque de cuatro cilindros con doble árbol de levas en cabeza va unido al piñón del cigüeñal y cada cojinete principal dispone de tres bielas.
Vista de la Distribución de Marchas del aero motor Napier-Lion, que muestra claramente las soluciones sabias y a menudo totalmente originales encontradas por la empresa D. Napier & Sons Ltd en su fábrica de Acton, Londres.
Impresionante Cigüeñal con Extensión o Eje de Transmisión Auxiliar, una maravilla de precisión mecánica.