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Leica ha presentado hoy durante un acto celebrado en Berlín su Leica M Monochrom, la primera cámara digital full frame de la historia con sensor 24 x 36 mm - CCD de 18 Megapixels, diseñado únicamente para fotografía de blanco y negro.
Aunque evidentemente la Leica M Monochrom es una cámara de aspecto enormemente similar a las M9 y M9-P full frame digitales para color, a cuya clásica Línea M también pertenece, la decisión tomada por Leica de fabricar una cámara telemétrica para uso exclusivo con blanco y negro
constituye algo sin precedentes y que muestra claramente la enorme importancia que la mítica empresa alemana concede a las imágenes monocromas
y a su gigantesco peso específico en la Historia de la Fotografía, muy vinculado a la época dorada de la fotografía analógica, y que continúa plenamente vigente.
No en vano, la búsqueda de la emulación de la magia del blanco y negro químico en el ámbito digital ha sido una constante desde la llegada de los primeros captores electrónicos 24 x 36 mm de alta calidad, con soluciones de variada índole que con mayor o menor nivel de aproximación trataban de reproducir las características de imagen de películas monocromas de reconocida versatilidad, especial estética de imagen y calidad global de la misma, como por ejemplo la Kodak Tri-X 400.
No deja de ser pues curioso e incluso fascinante el paso emprendido por Leica con esta cámara recién llegada y que entronca histórica y conceptualmente con la fotografía de blanco y negro analógica, que en muy elevado porcentaje ha sido epicentro vital diacrónico de la marca desde la creación de la Leica Ur en 1913 hasta esta flamante Leica Monochrome digital de 2012, igualmente en formato 35 mm.
Lo que ocurre es que ya inmersos en plena era digital, la nueva Leica Monochrom y su sensor CCD de 18 Megapixels (fabricado por Truesense Imaging, Inc. de Rochester, Nueva York), de diseño completamente nuevo, auténtico estado del arte, desarrollado únicamente para fotografía de blanco y negro y caracterizado por la no existencia de filtro de paso bajo, filtros de color RGB sobre los fotodiodos ni filtro Bayer alguno, inaugura una nueva etapa en la que se obtendrá un mayor aprovechamiento de la calidad óptica incontestable de los objetivos Leica M asféricos, que siempre han precisado excelentes captores tanto analógicos - películas químicas- como digitales - sensores- para explotar al máximo sus capacidades.
Ya en la época analógica, entre la segunda mitad de los años veinte y la década de los noventa, los tests para saber hasta donde podía llegar la calidad de los objetivos Leica M se realizaban utilizando los mejores captores analógicos posibles,
Otto Geier, supervisor del departamento óptico de Leitz Canadá (a la derecha) examina bajo la atenta mirada del legendario diseñador óptico Walter Mandler (a la izquierda) un rollo de película de 35 mm Kodak Panatomic-X 25 ASA - caracterizado por su curva extremadamente larga y el gran mantenimiento de detalle en zonas high key y low key- expuesto con Leica M3 y Summicron-M 50 mm f/2 retráctil en la fábrica Leitz de Midlands, Ontario (Canadá) a mediados de los años cincuenta. Photo: Leica Camera AG
es decir, emulsiones químicas de blanco y negro de 35 mm y muy baja sensibilidad (entre ISO 20 e ISO 32), que eran con diferencia las que extraían el máximo potencial cualitativo de las ópticas, gracias a su grano superfino, gran poder de definición, excelente contraste y amplia gama tonal, sin olvidar la muy importante acutancia. Ni que decir tiene que se elegían los mejores reveladores disponibles para obtener óptimos resultados.
Este método, de gran fiabilidad, ha sido utilizado durante gran parte del siglo XX y lo que va del XXI por eximios diseñadores ópticos como Max Berek, Walter Mandler, Helmut Marx, Lothar Kölsch, Horst Schröder, Peter Karbe, Sigrun Kammans, Michael Heiden y otros hasta la actualidad, así como por expertos de talla mundial en el conocimiento de los objetivos Leica y su historia como James L. Lager, Erwin Putts, Marco Cavina, Geoffrey Crawley, Tom Abrahamsson, Brian Bower, Günter Osterloh, Paul-Henry Van Hasbroeck, Ivor Matanle, Gianni Rogliatti, Ed Schwartzreich, Lars Netopil, Dick Gilcreast, Dr. Bahman Bawendi, Kobayashi Hirofumi, Will Wright y otros.
Por mencionar sólo un ejemplo, hace tan sólo 4 años, a finales de Octubre y principios de Noviembre de 2008, uno de los primeros tests llevados a cabo en el mundo con el Elmar-M 24 mm f/3.4 ASPH fue realizado por Tom Abrahamsson con dicho objetivo conectado a una cámara analógica Bessa R4M y película de blanco y negro Fuji Acros 100 de 35 mm revelada con Beutler, verificando que este angular creado para la Leica M8, era también muy apropiado para uso con emulsión química monocroma de grano muy fino, y lograba una impresionante calidad de imagen con película de blanco y negro, comparable a la producida por el Apo-Summicron-M 75 mm f/2 ASPH y el Summilux-M 50 mm f/1.4 ASPH con idéntica emulsión, llegando a la conclusión de que no existe película de blanco y negro ni sensor digital (siempre entendiendo que las emulsiones monocromas de menor sensibilidad en combinación con los reveladores adecuados son las que consiguen extraer más del enorme potencial cualitativo de los objetivos Leica M ASPH) capaz de resolver al 100% toda la calidad que estas ópticas pueden llegar a dar, lo cual aporta a Leica una más que notable confianza con respecto al futuro lanzamiento de nuevos productos de su Sistema M Telemétrico Digital 24 x 36 mm.
Aunque existían soberbias emulsiones en color como las Kodachrome 25 y 64, la Kodak Ektar 25, la Fuji Velvia, etc, la mejor elección posible a la hora de verificar la calidad real de los objetivos Leica M fueron siempre las películas químicas de blanco y negro de referencia con muy baja sensibilidad ( de las cuales las Kodak Technical Pan, Adox CMS 20, Kodak Agfapan APX-25, Rollei Ortho 25 y Rollei ATP 1.1 son ejemplos relativamente recientes y relevantes) con las cualidades anteriormente mencionadas, y así se ha venido haciendo durante casi 90 años consecutivos por parte de Leica en Wetzlar, Midland (Ontario, Canadá) y Solms, siendo en mi opinión aún hoy en día el método más fiable en esta faceta.
Tengo la firme convicción de que la Leica Monochrom, con su nuevo sensor de blanco y negro estado del arte en sinergia con las ópticas M y el muy avanzado software Silver Efex Pro 2 ( basado en las características del cuarto oscuro tradicional y capaz de emular 20 tipos distintos de famosas películas químicas de blanco y negro) conseguirá en gran medida imitar con un encomiable nivel de aproximación (ahora ya en pleno siglo XXI y en el marco del ámbito digital) las referenciales cualidades de imagen de las mejores películas químicas monocromas de 35 mm- a efectos prácticos captores analógicos - de muy baja sensibilidad entre ISO 20-ISO 32, así como las de otras emulsiones monocromas de mayor sensibilidad y estética de imagen única como las Kodak Tri-X 400 y la Ilford Pan F 50, etc, pero con el nivel cualitativo y las enormes posibilidades de ampliación sobre papel fotográfico de esas mismas películas en rollos de formato medio 120 (en este sentido, la gran calidad de los sensores digitales full frame son una importante ventaja, ya que permiten disparar a sensibilidades normales, intermedias y altas sin ruido, frente a las películas químicas que en mayor o menor medida dan grano al digitalizar los negativos con scanner de tambor, incluso las monocromas de isos más bajos) y conseguirá unas imágenes de blanco y negro (archivos DNG directos de B y N muy puro en el momento mismo de la captura) claramente superiores, sobre todo en nitidez, a los resultados obtenidos con las Leicas M9 y M9-P (que seguirán siendo una opción formidable para la fotografía en color -si bien las circunstancias de mercado probablemente exijan un nuevo sensor en la futura M10 que mejore la calidad de imagen entre ISO 2000 y 5000- ) al pasar a blanco y negro sus archivos originales en color.
La Leica Monochrom sacará un mucho mayor partido de los fotones (la calidad lumínica de los píxels será superior, ya que la cámara es capaz de generar un píxel de datos por cada píxel captado, con lo que cada uno de ellos mantiene los valores de luminancia reales), con unos archivos 14-bit DNG digitales sin comprimir de blanco y negro más propios de cámaras analógicas de formato medio de gama alta con ópticas high end, película de baja sensibilidad y digitalización de los negativos con scanner de tambor virtual en modo TIFF que de una cámara formato 24 x 36 mm (siempre entendiendo que existen en el mercado cámaras reflex para fotografía de gama profesional de Nikon - D3 y D4- y Canon - EOS Mark III, IV, etc- así como telemétricas - Leica M9- que obtienen una soberbia calidad de imagen en color igualmente propia del formato medio, sobre todo en cuanto a poder de resolución y contraste - en algunos otros aspectos importantes, el formato medio analógico todavía se impone -, si bien en fotografía de blanco y negro la Leica M Monochrom se improndrá claramente).
En este sentido, a fin de verificar adecuadamente las capacidades de la Leica M Monochrom bajo condiciones reales de trabajo, el fotógrafo de la Agencia Magnum Jacob Aue Sobol realizó una misión especial para Leica: un viaje de un mes de duración a bordo del tren Transiberiano - con algunas paradas en Moscú, Ulan Bator y Beijing - haciendo todas las fotos posibles con una Leica Monochrom y el nuevo objetivo Summicron-M 50 mm f/2 ASPH.
Y tras esta tarea, a lo largo de la cual hizo aproximadamente 30.000 fotografías, la mayoría de ellas a ISO 6400, se llegó a varias conclusiones importantes:
- La calidad de imagen lograda por la cámara a ISOS altos y muy altos es asombrosa, hasta tal punto que ISO 6400 en la Leica M Monochrom equivale aproximadamente a ISO 400 con la M9 y M9-P, y no existe ruido alguno entre ISO 2500 e ISO 6400.
- Fotografiar en blanco y negro con la Leica M Monochrom es una experiencia en gran medida fílmica, que se convierte en un deleite para aquellos profesionales y aficionados avanzados que siempre han tenido propensión por la fotografía química de blanco y negro como medio expresivo y creativo.
- Jacob Aue Sobol, un reconocido fotógrafo de blanco y negro que ha utilizado siempre cámaras analógicas (Contax G2, Contax T3 y Ricoh GRS1 - un buen fotógrafo puede realizar excelentes imágenes con cualquier cámara -) y películas químicas de media y alta sensibilidad como la Kodak Tri-X 400, expuestas con frecuencia bajo condiciones de baja luminosidad, utilizando a continuación reveladores potenciadores de altos isos para obtener elevados contrastes, con una muy buena técnica final de impresión, logrando una intimidad muy especial mediante la adecuada elección de sujeto y composición, pudo constatar que hacer fotografías de blanco y negro con la Leica Monochrom 24 x 36 mm digital es una experiencia en gran medida fílmica, con enormes posibilidades y versatilidad, además de que la cámara es una soberbia herramienta fotográfica capaz de enfrentarse a cualquier trabajo fotográfico, produciendo soberbias imágenes de blanco y negro, gracias a su asombrosa eficacia a ISOS altos y a la tradicional optimización de las cámaras Leicas telemétricas formato 35 mm para los disparos a pulso.
- La Leica M Monochrom no es un producto fetichista en absoluto, sino una auténtica herramienta fotográfica con la que trabajar y capaz de obtener fotografías en blanco y negro con un nivel de calidad de imagen, nitidez, contraste y rango dinámico claramente superiores a los buenos resultados que pueden conseguirse con las mejores cámaras profesionales dslr y telemétricas convirtiendo sus archivos originales RAW color a blanco y negro.
En otro orden de cosas, esta brillante y original iniciativa emprendida con la Leica Monochrom verifica rotundamente no sólo la plena viabilidad del concepto Leica M digital formato 35 mm, sino también lo que puede ser absolutamente fundamental de cara al futuro: la progresiva escalabilidad cualitativa del sistema de cámaras telemétricas formato 24 x 36 mm de la empresa fotográfica alemana y sus sucesivos captores digitales, sustentada en la enorme confianza que aporta la impresionante calidad óptica y mecánica de los objetivos Leica M, en especial los asféricos de última generación, mayormente diseñados por Peter Karbe y en cuya construcción mecánica ha tenido un papel destacado Andre de Winter durante los últimos años, de tal manera que la sinergia entre las ópticas Leica M y los sensores cada vez mejores que puedan ir apareciendo a medio y largo plazo, seguirá siendo espléndida.
Por si todo ello fuera poco, al igual que ocurría cuando utilizaban cámaras analógicas telemétricas y las más destacadas películas de blanco y negro que siempre exigían una exposición muy precisa para conseguir los mejores resultados, los fotógrafos profesionales y aficionados avanzados tendrán con la Leica M Monochrom un nuevo display que muestra un histograma con datos RAW, lo cual permitirá un control muy preciso de los valores tonales para conseguir una exposición óptima. Ello constituye una importante mejora con respecto a los histogramas convencionales fabricados hasta ahora, con frecuencia muy influenciados por la compresión JPEG.
Además, la Leica Monochrom incorpora una pantalla trasera LCD TFT de 2.5 pulgadas y 230.000 pixels, con vidrio especial de zafiro antirrayado.
De modo simultáneo, Leica ha anunciado que ofrecerá a los usuarios de Leica Monochrom un exclusivo servicio de realización de copias fotográficas de muy alta calidad sobre papel baritado a través del afamado laboratorio alemán WhiteWall, creado en Berlín en 2003 por Stefanie Harig y Mark Ullrich -dos entusiastas de la fotografía clásica química de blanco y negro, cuyo sueño fue siempre conseguir hacer copias monocromas sobre papel realizadas a partir de archivos digitales y que emularan al máximo posible a los tradicionales positivos hechos con ampliadora analógica a partir de negativos de blanco y negro sobre papel baritado como referentes cualitativos-, con el apoyo entusiasta de Hubert Burda, historiador del arte, coleccionista de relieve internacional, CEO del grupo editorial Hubert Burda Media y gran apasionado de la fotografía química de blanco y negro del siglo XX, que posee abundantes copias vintage monocromas de imágenes captadas por fotógrafos famosos del siglo XX y que es actualmente uno de los accionistas principales de Whitewall.
Ello es otro indicio más, enormemente relevante, de la gran seguiridad que tiene la legendaria empresa fotográfica germana en su nueva Leica M Monochrom como generadora -desde el mismo momento del acto fotográfico- de imágenes digitales de blanco y negro muy puro y de cualidades insólitamente similares a las de las mejores películas químicas monocromas de 35 mm y formato medio, ya que el mencionado laboratorio trabaja con papel fotográfico de blanco y negro baritado Ilford Galerie FB Digital (denominado Harman Galerie FB Digital desde el 30 de Julio de 2008),
con unas pautas de producción artesanal de los positivos muy similares a las del ámbito Fine Art de blanco y negro químico - que continúa siendo el referente cualitativo mundial, en especial con cámaras analógicas de gran formato 8 x 10 " (20 x 25 cm)- , con diferentes fases que utilizan procesos propios del revelado manual artesanal clásico de las emulsiones de blanco y negro con químicos húmedos, exposición clásica sobre auténtico papel fotográfico monocromo con haluro de plata - lo cual garantiza una máxima nitidez, riqueza de detalle, contraste y rango tonal, además de aportar muchas décadas de durabilidad - y la obtención final de ampliaciones con la soberbia estética de imagen y propiedades archivísticas de los positivos tradicionales logrados en cuarto oscuro con películas químicas, pero con la comodidad y muy superiores posibilidades de manejo que aportan los archivos digitales, de tal manera que al ver una ampliación fotográfica hecha con impresora láser high end sobre dicho papel de gran calidad a partir de un archivo digital DNG muy puro monocromo directo en captura realizado con la Leica Monochrom, un experto puede expresar con convicción que la imagen fue hecha exponiendo película química de blanco y negro de alta calidad, formato medio y muy baja sensibilidad.
Esto entronca también con la más pura filosofía Leica (en gran medida encarnada por Theo Kisselbach con sus técnicas de cuarto oscuro y la Leica Schule revivida por él desde finales de los años cuarenta),
Henri Cartier-Bresson: Jawaharlal Nehru anuncia la muerte de Gandhi, que acaba de producirse, a la multitud reunida alrededor de su casa. Delhi (India). 30 de Enero de 1948. Magnum´s First Exhibition en la Westlicht-Schauplatz für Fotografie de Viena (Austria). 2008. Photo: José Manuel Serrano Esparza.
que durante toda su historia, tanto en la etapa química como ahora en la digital, ha considerado que la esencia de la fotografía y la verdadera piedra de toque para cotejar de manera incuestionable la calidad de un sistema fotográfico, se halla en las copias a distintos tamaños sobre genuino papel fotográfico, muy por encima de lo que se aprecie en la pantalla de un ordenador o ampliando al máximo con excelentes programas de tratamiento de imagen como Adobe Photoshop.
En este sentido, Leica lo tiene muy claro: tanto en el ámbito químico como en el digital, la fotografía de blanco y negro fue, es y será el referente cualitativo, tal y como demuestra con esta apuesta no exenta de ciertos riesgos dadas las circunstancias de mercado, pero que en mi opinión y pese a su elevado precio, puede funcionar muy bien a nivel de ventas, y sobre todo de resultados y grandes satisfacciones que pueda reportar a quienes tengan oportunidad de hacer blanco y negro con ella en géneros como el fotoperiodismo, el streeter, la fotografía de viajes, etc, con la gran ventaja de que la impresionante calidad óptica pura y dura de los objetivos Leica M ASPH no corregidos por firmware en combinación con el sensor estado del arte exclusivamente B y N de la Leica Monochrom permite conseguir soberbios archivos DNG muy puros y sin apenas manipulación, que permiten un margen de maniobra en postprocessing mucho mayor que con objetivos corregidos por firmware (y que producen archivos RAW con fuerte processing en cámara en el momento del acto fotográfico), especialmente en lo tocante a enfocar más (120% de enfoque e incluso más, sin problemas), potenciación de la nitidez, realzado del intervalo tonal mediante leves ajustes de exposición, etc.
La Leica M Monochrom establece un standard de calidad completamente nuevo en el ámbito de la imagen electrónica en Blanco y Negro, con una encomiable emulación digital de la estéticas de imagen fílmica y realismo de las mejores emulsiones químicas monocromas de formato medio y muy baja sensibilidad, y la posibilidad añadida de optar (entre las 20 películas de blanco y negro disponibles mediante el uso del muy avanzado software Silver Efex Pro 2) de otras famosas emulsiones químicas de blanco y negro de ISOS más altos, carácter único y bello grano visible en mayor o menor medida, como la Kodak Tri-X 400, Fuji Neopan 400, Kodak T-Max 400, Ilford Delta 3200, etc.
Es un regreso al futuro, con muy sólidos fundamentos en el pasado, y firmemente enraizado en una experiencia de casi 100 años como empresa fotográfica en la que además de las cámaras y objetivos de la firma alemana, fueron las sucesivas gamas de ampliadoras de 35 mm Leitz Focomat
las que marcaron el camino a seguir a la hora de conseguir los mejores resultados posibles a partir de películas 24 x 36 mm de blanco y negro y los subsiguientes positivos como objetivo prioritario, con unos criterios artesanales de trabajo en cuarto oscuro químico que WhiteWall logra emular en grandísima medida en cuarto oscuro digital, con grandes impresoras digitales láser de referencia
Durst Lambda
y Océ Lightjet, que consiguen una perfecta simbiosis entre la tradicional fotografía química de blanco y negro y la digital, usando papel baritado Harman Galerie FB Digital.
Este salto cuántico que Leica acaba de dar en lo tocante al nivel cualitativo y de estética de imagen del blanco y negro digital - que va mucho más allá de la eliminación de filtros y que sigue en gran medida la estela de las características de imagen de las mejores emulsiones químicas monocromas de 35 mm y formato medio- , abre una nueva etapa en la Historia de la Fotografía de Blanco y Negro y probablemente marca de modo diáfano el futuro de la fotografía monocroma digital que tratará de emular al máximo posible a la basada en haluros de plata.
Photo: José Manuel Serrano Esparza
Dr. Andreas Kaufmann, CEO of Leica Camera AG y motor impulsor desde 2006 de la legendaria empresa fotográfica alemana junto con el formidable equipo de diseñadores ópticos, ingenieros mecánicos y trabajadores que han sido capaces no sólo de garantizar la supervivencia de la firma con sede en Solms en el ámbito digital, sino la plena consolidación y éxito de Leica como uno de los más importantes líderes mundiales de dicho sector en el lanzamiento de productos digitales convertidos en referencia desde el mismo momento de su presentación, tanto desde el punto de vista de su calidad óptica y mecánica como de futuro prometedor, hasta tal punto que tras la llegada de la Leica M9 telemétrica digital de 35 mm y la Leica S2 de formato medio, han conseguido a base de gran esfuerzo hacer realidad un sueño: la creación de la Leica Monochrom, una cámara telemétrica digital formato 35 mm exclusivamente concebida para fotografía de blanco y negro y que produce unos archivos digitales monocromos DNG sin comprimir directos y muy puros en el momento mismo del acto fotográfico, con un nivel de excelencia en la calidad global de imagen blanco y negro, nitidez, contraste y estética de imagen asombrosamente similar al obtenido utilizando cámaras de formato medio analógicas como la Mamiya 7 o la Fuji 6 x 9 Texan rangefinder exponiendo las mejores películas químicas monocromas de ISO 25 y digitalizando después los negativos con scanners profesionales de tambor virtual generando enormes archivos TIFF sin comprimir, con la opción añadida de poder seleccionar a través del muy avanzado software Silver Efex Pro 2 (con herramientas inspiradas en el cuarto oscuro tradicional y con notable capacidad de emulación digital de emulsiones fotoquímicas monocromas) hasta un total de 20 tipos distintos de famosas películas de blanco y negro de 35 mm de diferentes sensibilidades, algunas de ellas con cualidades muy especiales en cuanto a especial belleza estética, grano ligeramente visible y atractivo, gran acutancia, muy fidedigna captación de texturas, etc.
Andreas Kaufmann es también desde hace muchos años un gran apasionado de la fotografía clásica de blanco y negro, así como propietario de la Leica Galerie de Salzburgo (Austria), habiendo luchado en todo momento por potenciar las Leica Galeries existentes por todo el mundo.
Su brillante y original idea de lanzar al mercado la Leica Monochrom, primera cámara fotográfica exclusivamente fabricada para realizar fotografía en blanco y negro, constituye un hito sin precedentes en la Historia de la Fotografía Mundial.
Copyright Texto y Fotos Indicadas: José Manuel Serrano Esparza. LHSA
ANÁLISIS DE LAS CURVAS MTF DEL APO-SUMMICRON-M 50 MM F/2 ASPH