Texto : José Manuel Serrano Esparza
Fotos : Robert Capa / elblogdetrends.wordpress.com
Tras 14 años de profundo estudio, foto por foto, de las 17 imágenes captadas por Robert Capa durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia (Cerro Muriano) aproximadamente entre las 12:00 y 12:30 h del mediodía del 5 de septiembre de 1936 junto al cortijo del mismo nombre, he podido descubrir que uno de los combatientes anarquistas a los que capta con su cámara telemétrica Leica II (Model D) formato 24 x 36 mm es Eusebio Hurtado Rubio, perteneciente al Batallón Garcés republicano.
Foto : Robert Capa / © ICP New YorkEs una fotografía en la que aparece Eusebio Hurtado Rubio sujetando con su mano derecha una gorra de plato militar, en una toma contrapicada, muy de abajo arriba, con la que Robert Capa potencia el dramatismo de un instante concreto del discurso del combatiente anarquista andaluz, que está subido a un tonel (fuera de imagen) y con la boca abierta, hablando a una heterogénea mezcla de abundantes milicianos anarquistas de la CNT y la FAI de Alcoy (Alicante), muchos milicianos anarquistas andaluces también de la CNT y la FAI, algunos combatientes comunistas y algunos soldados republicanos con cascos.
El análisis comparativo de esta fotografía realizada por Robert Capa el 5 de septiembre de 1936
Eusebio Hurtado Rubio el 31 de agosto de 1937 en La Carolina (Córdoba). © Familia Hurtado Hernández, elblogdetrends.wordpress.com
con esta otra foto de Eusebio Hurtado Rubio hecha el 31 de agosto de 1937 en La Carolina (Córdoba), que aparece en el blog
realizado por su hijo con gran nivel de esfuerzo y cariño en recuerdo de su progenitor, y en la que aparece también con bigote, al igual que en la foto que le hace Robert Capa un año antes, el 5 de septiembre de 1936, revela que son la misma persona.
Es la misma cara, los mismos ojos muy expresivos, el mismo bigote, la misma nariz, idéntica mandíbula, las mismas orejas en abanico ( en la fotografía hecha por Robert Capa sólo se aprecia la oreja izquierda), el mismo hoyuelo bajo el labio inferior y el mismo pelo moreno abundante.
Foto : Robert Capa / © ICP New York
En la foto que le hace Robert Capa, Eusebio Hurtado Rubio tiene la mirada perdida mientras habla a sus compañeros, intentando infundirles ánimo antes del inminente combate contra las tropas marroquís del coronel Sáenz de Buruaga de la columna atacante de la derecha, que están a pocos cientos de metros.
Mapa que muestra las tres columnas de tropas franquistas que el 5 de septiembre de 1936 atacaron la zona de Cerro Muriano, concretamente la colina Las Malagueñas, la Finca de Villa Alicia y la colina Torreárboles. La columna de la derecha, al mando global del coronel Sáenz de Buruaga y formada por varias unidades de élite del Ejército de África (el 3er Tabor menos una sección del Grupo de Regulares de Melilla nº 2 al mando del comandante López-Guerrero, el 2º Escuadrón del Grupo de Regulares de Ceuta nº 3 al mando del capitán Luis Sanjuán Muriel y el 3er Escuadrón del Grupo de Regulares de Alhucemas nº 5, formando grupo a las órdenes del comandante Gerardo Figuerola, así como el 2º Batallón del Regimiento de Infantería Cádiz nº 33 al mando del comandante Baturone, una compañía de la Guardia Civil al mando del capitán Antonio Reparaz y dos secciones de la Unidad Mixta de Ingenieros) era la más importante, ya que tenía por misión la maniobra envolvente de la colina Las Malagueñas a través de su vertiente norte, alargando además la línea de frente a través de la Finca de Villa Alicia y la vertiente norte de la colina Torreárboles.
Los milicianos alcoyanos de la CNT y la FAI de Alcoy (Alicante), los milicianos andaluces de las provincias de Jaén y Córdoba (entre ellos el Batallón Garcés al que pertenecía Eusebio Hurtado Rubio en ese momento), así como algunos soldados republicanos de distintas unidades visibles en las fotografías captadas por Robert Capa durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia, tuvieron que enfrentarse después de la arenga, a partir de aproximadamente la 1:00 de la tarde, a las temidas tropas marroquís de tabor de regulares, que eran desde un punto de vista militar la infantería más dura del mundo en esos momentos junto con los ghurkas del ejército inglés.
La expresión facial de Eusebio Hurtado Rubio es de enorme preocupación y ansiedad, porque sabe que todos los combatientes civiles que están escuchando la arenga y también él mismo tendrán que luchar por sus vidas frente a los temidos tabors de regulares marroquís de Sáenz de Buruaga, que son desde el punto de vista militar una unidad de élite del ejército franquista, con muchos años de experiencia en despiadada guerra colonial en África, por lo que existe una muy alta probabilidad de que todos o la inmensa mayoría de ellos mueran en combate frente a estas feroces tropas marroquís.
© Familia Hurtado Hernández, elblogdetrends.wordpress.com
En la foto hecha un año después, el 31 de agosto de 1937 en La Carolina (Córdoba), vemos a un Eusebio Hurtado Rubio más envejecido, a pesar de que tan sólo ha transcurrido un año, como consecuencia de los muchos combates en los que ha participado desde el comienzo de la Guerra Civil Española el 18 de julio de 1936 y las muchas situaciones de máximo stress que ha soportado.
Es por ello que su rostro está más endurecido y con una mirada que lo dice todo : este hombre ha sufrido mucho, ha estado a punto de morir varias veces y ha visto morir a muchos compañeros.
Fotografía de estudio de Eusebio Hurtado Rubio muy joven, realizada con cámara de gran formato antes de la guerra, en 1934 ó 1935. © Familia Hurtado Hernández, elblogdetrends.wordpress.com
Pero es que además existe otra foto familiar de Eusebio Hurtado Rubio, hecha antes de la guerra, probablemente en 1934 ó 1935, y conservada por su hijo, que confirma todavía más que es el mismo hombre fotografiado por Robert Capa el 5 de septiembre de 1936 durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia, agarrando con su mano derecha una gorra de plato militar mientras habla a sus compañeros intentando insuflarles ánimo antes del combate.
A diferencia de la foto hecha por Robert Capa el 5 de septiembre de 1936 y la foto hecha por un compañero anarquista el 31 de agosto de 1937, en esta fotografía de estudio Eusebio Hurtado Rubio aparece muy joven, con aproximadamente 20 años de edad y su expresión facial no marcada todavía por los sufrimientos que padecerá durante la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939.
Esta investigación por parte del autor de este modesto artículo empezó el 4 de julio de 2024 cuando vi por casualidad elblogdetrends.wordpress.com, realizado por el hijo de Eusebio Hurtado Rubio en memoria de su padre :
en el que me di cuenta de que en dos de las fotos de Eusebio Hurtado Rubio reproducidas en este artículo (una del 31 de agosto de 1937 y otra hecha en estudio probablemente en 1934 ó 1935), es el mismo hombre que el combatiente anarquista al que Robert Capa capta con su cámara en una fotografía vertical durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia, hablando mientras sujeta con su mano derecha una gorra de plato militar.
Poco después, leyendo más en profundidad la abundante información sobre Eusebio Hurtado Rubio, realizada por su hijo con gran nivel de esfuerzo y cariño en recuerdo de su padre,
pude saber que había estado integrado en el Batallón del Terrible de Villanueva-Pueblo Nuevo, el Batallón Garcés y quizá en la Agrupación Armentia.
Foto : Robert Capa / © ICP New York
Estos datos fueron muy importantes para confirmar todavía más si cabe que el combatiente anarquista al que capta Robert Capa en una fotografía vertical muy contrapicada, de abajo a arriba, mientras sujeta con su mano derecha una gorra de plato militar y habla a los milicianos tratando de darles ánimos, es Eusebio Hurtado Rubio, que era anarquista, tal y como explica su hijo en elblogdetrends.wordpress.com
Su indumentaria se corresponde además totalmente con el mono que llevaban los milicianos anarquistas del Batallón Garcés durante la segunda mitad de 1936 :
Milicianos del batallón Garcés en agosto de 1936. Algunos de ellos llevan pañuelos anarquistas de diferentes colores. La gorra de plato militar que llevan sobre la cabeza dos de los milicianos es exactamente igual que la que sujeta Eusebio Hurtado Rubio en la foto vertical que le hace Robert Capa durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia (Cerro Muriano) el 5 de septiembre de 1936, mientras que el mono claro que luce el penúltimo miliciano de pie más a la derecha es prácticamente idéntico al que lleva puesto Eusebio Hurtado Rubio en la foto que le hace Robert Capa.
Milicianos del Batallón Garcés en agosto de 1936. Algunos de ellos llevan pañuelos anarquistas de diferentes colores.
Porque se sabe que el Batallón del Terrible de Villanueva-Pueblo Nuevo y el Batallón Garcés estuvieron en Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936, y durante la gran batalla que se desarrolló ese día, lucharon junto con los milicianos anarquistas de la CNT y la FAI de Alcoy (Alicante) contra las temidas tropas marroquís de tabor de regulares de la columna atacante franquista de la derecha al mando del coronel Sáenz de Buruaga.
Los datos trascendentales que aporta el hijo de Eusebio Hurtado Rubio en elblogdetrends.wordpress.com en los que explica varias veces que su padre le relató que estuvo en Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936, que luchó en primera línea de fuego y que se salvó de la muerte por los pelos, tienen a mi modesto entender total sentido.
Porque el Batallón del Terrible de Villanueva-Pueblo Nuevo y el Batallón Garcés, fueron dos unidades que dos semanas y media antes, entre el 19 y el 22 de agosto de 1936, participaron en la fracasada ofensiva del general Miaja sobre Córdoba, constituida por nueve agrupaciones, de las que las cinco atacantes fueron : la Agrupación Armentia, la Agrupación Balibrea, la Agrupación Pérez-Salas, la Agrupación Viqueira y la Agrupación Peris.
Pues bien, la Agrupación Armentia, con 280 hombres al mando del comandante republicano Gerardo Armentia Palacios, además de dos compañías de fusiles y una batería ligera, tenía también entre sus filas a muchos milicianos de Peñarroya-Pueblo Nuevo (pertenecientes al Batallón del Terrible y el Batallón Garcés) y Los Pedroches.
Además, el coronel Martínez-Bande, uno de los más importantes historiadores sobre las operaciones militares durante la Guerra Civil Española, explica en la página 83 de su libro " La Campaña de Andalucía " , Servicio Histórico Militar, Monografías de la Guerra de España nº 3, Editorial San Martín, S.L, año 1986, que el general Miaja vió incrementada su Columna integrada por las mencionadas cinco agrupaciones con algunas compañías del Regimiento de Infantería Vizcaya, milicianos de Alcoy y milicianos procedentes de las provincias de Jaén y Córdoba, en total unos 3.000 hombres.
El ataque de la Agrupación Armentia contra Córdoba (que estaba en manos del general Varela, máximo experto en operaciones militares del ejército de Franco) se realizó siguiendo la carretera de Cerro Muriano, hasta situarse en posición defensiva entre los km 6 y 8.
Pero tras el fracaso del ataque a Córdoba entre el 19 y el 22 de agosto de 1936, los soldados y milicianos de las Agrupaciones Armentia y Balibrea se replegaron a Cerro Muriano, por lo que el relato de Eusebio Hurtado Rubio a su hijo posee total verosimilitud.
También tiene total sentido el relato que LE hizo Eusebio Hurtado Rubio a su hijo en el que le explicaba que al ser anarquista de la CNT,
tuvo una entrevista muy tensa en Cerro Muriano con un comisario político comunista que le exigió unirse al PCE, a lo cual respondió poniendo el carnet de la CNT sobre la mesa, por lo que dicho comisario político ordenó que fueran fusilados al día siguiente él y otros dos compañeros anarquistas, y se libró de la muerte porque un capitán del Ejército Republicano vió como los llevaban a fusilar y ordenó que fueran liberados y enviados a primera línea de fuego en el frente (muy probablemente en la zona de la colina Las Malagueñas).
Porque aunque la inmensa mayoría de combatientes que escuchan la Arenga en la Finca de Villa Alicia (Cerro Muriano) y son fotografiados por Robert Capa el 5 de septiembre de 1936 son milicianos anarquistas de la CNT y la FAI de Alcoy (Alicante), así como milicianos andaluces de las provincias de Jaén y Córdoba, y algunos soldados republicanos con casco, hay también presencia de algunos milicianos comunistas, tal y como aparece en una de las fotos hechas por Capa durante dicha arenga :
Foto : Robert Capa / © ICP New York
Por lo que el 5 de septiembre de 1936 tuvo que haber también en la zona de Cerro Muriano uno o varios comisarios políticos comunistas.
Y es sabido que entre el comienzo de la Guerra Civil Española el 18 de julio de 1936 y el 16 de octubre de dicho año (cuando se suprimieron las milicias de voluntarios y se formó un ejército republicano propiamente dicho) hubo constantes disputas y situaciones de tensión entre comisarios políticos de las milicias comunistas (que seguían órdenes de Stalin) y milicianos anarquistas de la CNT y la FAI, que eran muy independientes.
EUSEBIO HURTADO RUBIO APARECE EN LA PÁGINA 727 DE LA REVISTA INGLESA DE GRAN FORMATO THE ILLUSTRATED LONDON NEWS DEL 24 DE OCTUBRE DE 1936
A todo lo anteriormente explicado, hay que añadir un hecho importantísimo : la fotografía vertical hecha por Robert Capa a Eusebio Hurtado Rubio durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia (Cerro Muriano) el 5 de septiembre de 1936 apareció en la zona superior derecha de la revista inglesa de gran formato The Illustrated London News, en esos momentos una de las más importantes del mundo, junto a cuatro fotos más hechas por el fotógrafo húngaro a otros milicianos de la CNT de Alcoy (Alicante) y milicianos andaluces también durante dicha arenga :
Ésto es algo muy significativo, ya que en esta publicación de gran prestigio, con una extraordinaria calidad de papel, que era el referente mundial en calidad de reproducción de las fotografías mediante la técnica del hueco grabado junto con Life y la revista Española Estampa, con enormes cifras de ventas y un notable elenco de colaboradores entre los que figuraban escritores y periodistas de auténtica talla internacional como Agatha Christie, Sir Arthur Conan Doyle, Rudyard Kipling, Robert L. Stevenson, Sir Charles Petrie, Thomas Hardy, Joseph Conrad, Arthur Bryant, Wilkie Collins, G.K.Chesterton, etc).
Por lo que es evidente que el director de fotografía de la revista de gran formato The London Illustrated News, con sede en 32-34 de St.Bride Streetde Londres, eligió la fotografía hecha por Robert Capa a Eusebio Hurtado Rubio, porque le pareció una imagen muy impactante y porque la expresión facial del combatiente anarquista andaluz es muy definitoria de lo que es la guerra y el cúmulo de sensaciones que experimentan antes de entrar en combate los que participan en ella.
UNA FOTOGRAFÍA MUCHO MÁS DRAMÁTICA DE LO QUE PUDIERA PARECER EN UN PRINCIPIO
Foto : Robert Capa / © ICP New York
A primera vista y si no se conoce el contexto, dramático a más no poder, esta fotografía podría parecer simplemente un miliciano sujetando una gorra militar con su mano derecha.
Pero esta imagen es terrible desde un punto de vista humano y muy meritoria e impactante desde un punto de vista fotográfico, por varios factores importantes :
a) El hombre que aparece en imagen es Eusebio Hurtado Rubio, anarquista de la CNT que luchó durante toda la Guerra Civil Española y sobrevivió a muchos combates en los que estuvo varias veces a punto de morir.
En el momento en que Robert Capa le hace esta foto el 5 de septiembre de 1936, durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia (Cerro Muriano), Eusebio Hurtado Rubio ha participado ya en varios combates desde el principio de la Guerra Civil Española, entre ellos :
-El ataque del Batallón del Terrible Peñarroya-Pueblo Nuevo (en el que estuvo integrado en un principio) contra Hinojosa del Duque (Córdoba) el 27 de julio de 1936, en el que no consiguió sus objetivos y tuvo grandes pérdidas de hombres y armamento.
- El ataque contra Córdoba entre el 19 y el 22 de agosto de 1936, integrado en el Batallón Garcés, que formó parte de la Agrupación Armentia.
b) El reencuadre selectivo de la cabeza de Eusebio Hurtado Rubio en la foto vertical que le hace Robert Capa en la Finca de Villa Alicia el 5 de septiembre de 1936 revela claramente que este hombre es plenamente consciente del enorme peligro que se avecina y de la muy alta probabilidad de muerte de sus compañeros y el mismo, ya que van a tener que enfrentarse muy pronto a los feroces tabors y escuadrones de regulares de Sáenz de Buruaga, que forman la columna de la derecha del ataque franquista sobre Cerro Muriano y cuya misión es envolver la colina Las Malagueñas.
La expresión facial de Eusebio Hurtado Rubio indica de modo muy palpable que está inmerso en una gran tensión mientras pronuncia su alocución a sus compañeros milicianos, intentando darles ánimo
antes del inminente combate contra tropas profesionales con mucha experiencia en la guerra de Marruecos, que tienen una gran pericia en el manejo de las armas,
gran precisión en los disparos de media y larga distancia con sus fusiles y mosquetones Máuser calibre 7 x 57 mm, una altísima moral de combate, no temen a la muerte, profieren espeluznantes gritos en chelja durante la lucha
y son especialmente despiadados en el combate con bayoneta calada en las distancias cortas.
Eusebio Hurtado Rubio sabe muy bien que es un combate desproporcionado, porque tanto él como sus compañeros son voluntarios civiles, procedentes de las profesiones más comunes (albañiles, campesinos, electricistas, conductores, carpinteros, ebanistas, jornaleros, etc), sin apenas experiencia ni pericia en el manejo de las armas.
No obstante, al igual que han hecho otros cuatro jefes anarquistas, Eusebio Hurtado Rubio se ha subido a un tonel y trata de insuflar ánimo a los muchos milicianos anarquistas que están escuchando la arenga, con un discurso apasionado cuyo nivel de stress es tal, que aparece en imagen con la mirada perdida, semblante de cansancio acumulado y honda preocupación.
Foto : Robert Capa / © ICP New York
- Robert Capa le capta magistralmente de abajo a arriba, con un ángulo muy contrapicado que potencia enormemente el inefable dramatismo de este instante definitorio, desde una distancia increíblemente próxima, sin ser detectado.
El fotógrafo húngaro, siempre atento a los más pequeños detalles que marcan la diferencia, percibe que como consecuencia de la inevitable angustia y stress del momento, muy preocupado por el futuro de sus compañeros y de él mismo, que probablemente no vuelvan a ver a sus seres más queridos, tras quitarse la gorra de plato militar de la cabeza para mitigar el calor y el sudor (en esos momentos la temperatura era de unos 40 º C en Cerro Muriano), sin darse cuenta, sujeta instintivamente dicha gorra, de modo vertical, agarrándola en el extremo de su zona delantera, en posición insólita, con los dedos pulgar e índice de su mano derecha, absorto en sus pensamientos, mientras habla a los muchos milicianos que escuchan atentamente su alocución.
UNA BATALLA CON MUCHOS MUERTOS
El relato titulado El Comisario Comunista que le hizo Eusebio Hurtado Rubio a su hijo,
en cuya parte final le explica que él y sus compañeros pasaron mucho miedo durante la Batalla de Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936 y que fueron de los pocos que aguantaron a pie firme, a pesar de las bajas y de la desbandada general, hasta recibir órdenes, y que nunca olvidó aquella noche de retirada, tiene total sentido y confirma plenamente que durante la Batalla de Cerro Muriano (que se desarrolló el día 5 de septiembre de 1936 en la colina Las Malagueñas, la Finca de Villa Alicia y la Colina Torreárboles, y el día 6 dentro del pueblo de Cerro Muriano, cuando el pueblo fue capturado por asalto por las tropas franquistas) hubo muchos muertos en ambos bandos, especialmente en el republicano.
En este sentido, además del relato de Eusebio Hurtado Rubio a su hijo, hay varias pruebas concluyentes de que el número de muertos en el bando franquista tuvo que ser como mínimo 50 y en el bando republicano como mínimo 200.
Sólo con respecto a la lucha que tuvo lugar el 6 de septiembre de 1936, en la que las tropas marroquís tomaron Cerro Muriano por asalto aproximadamente a las 10:00 h de la mañana, en la página 42 del Diario de Operaciones del general Varela, compilado por Jesús Núñez Calvo, editorial Almena, año 2004, el general Varela explica que dicho día el bando franquista tuvo 12 muertos en combate : el capitán de Artillería D. Eugenio Carrillo, un maestro armero y diez de tropa.
Asimismo, el general Varela relata que al amanecer de dicho 6 de septiembre de 1936 continuó la operación con menos resistencia que el día anterior, que a las diez de la mañana se habían conseguido todos los objetivos y que al enemigo se le castigó duramente y marchó en precipitada fuga, dejando en su poder numerosos muertos.
Esta cifra es probablemente inferior a la real (algo que hicieron frecuentemente ambos bandos durante la Guerra Civil Española), porque fueron los tabors de regulares y escuadrones marroquís de Sáenz de Buruaga los que tomaron Cerro Muriano por asalto.
Partiendo de la base de que dichas tropas marroquís combatían siempre en primera línea de fuego, asumiendo máximos riesgos, sólo diez muertos de tropa en un ataque contra Cerro Muriano, cuyos defensores (oficiales y soldados republicanos de distintas unidades y algunos milicianos) les estaban esperando, se antojan pocos.
Se sabe además, y así fue publicado por varios diarios de la época, que durante dicho asalto de las tropas marroquís contra Cerro Muriano a primera hora de la mañana del 6 de septiembre de 1936, 40 oficiales y soldados republicanos que fueron hechos prisioneros, fueron fusilados junto a una trinchera dentro del pueblo.
Por su parte, en la página 87 de su libro " La Campaña de Andalucía ", Editorial San Martín, Servicio, Histórico Militar, Monografías de la Guerra de España, 1986, el coronel Martínez Bande, uno de los más importantes especialistas en temas militares sobre la Guerra Civil Española explica :
Los Combates de Cerro Muriano.
El día 6 de septiembre queda ocupado el cerro (se refiera a Cerro Muriano). El enemigo ha sufrido cuantiosas bajas y prácticamente renuncia ya a emplearse contra Córdoba.
Si en la ofensiva del general Miaja contra Córdoba entre el 19 y el 22 de agosto de 1936 participaron nueve agrupaciones, con un total de aproximadamente 3.000 hombres, de los cuales alrededor de 2.000 se replegaron a Cerro Muriano y sus alrededores tras el fracaso de dicha ofensiva, y el coronel Martínez Bande asegura que las tropas republicanas y milicianos (en total unos 2.000 hombres) tuvieron cuantiosas bajas en Cerro Muriano y tuvieron que renunciar a emplearse contra Córdoba, parece claro que con cuantiosas bajas no se refiere a 40 ó 50 muertos, sino a muchos más.
Es decir, las evidencias apuntan claramente a que el bando franquista tuvo aproximadamente 25 muertos el 6-9-1936 dentro del pueblo de Cerro Muriano y las tropas republicanas alrededor de 100.
Pero es importante tener en mente que más del 90% de los combates de la Batalla de Cerro Muriano se desarrollaron el día anterior, 5 de septiembre de 1936, en la colina Las Malagueñas, la Finca de Villa Alicia y la colina Torreárboles, que es donde estuvo el frente, por lo que dicho día tuvo que haber muchísimos más muertos en ambos bandos.
Porque el 5 de septiembre de 1936, las tropas franquistas bombardearon las colinas Las Malagueñas y Torreárboles con tres cañones de gran calibre que hicieron muchos disparos contras las tropas republicanas y milicianos : un cañón de 155 mm, un cañón de 105 mm y uno de 75 mm.
Además, la aviación nacional estuvo bombardeando todo el día ambas colinas.
Los ataques de las tres columnas nacionales fueron cuesta arriba, contra posiciones elevadas bien defendidas.
Por tanto, es imposible que las tropas nacionales no tuvieran como mínimo 100 muertos en dichos combates el día 5 de septiembre, a los que habría que sumar los 12 del día 6 de septiembre mencionados por el general Varela, que probablemente fueron como mínimo el doble.
Por su parte, los republicanos y milicianos, que normalmente tenían en los combates contra unidades de élite del Ejército de África (mucho más experimentadas y mejor armadas) el doble o triple de muertos, tuvieron que tener como mínimo entre 200 y 300 muertos el 5 de septiembre de 1936, porque además, si se observa el esquema del ataque contra Cerro Muriano con tres columnas diseñado por el general Varela,
se ve claramente que es una operación de aniquilamiento del enemigo, por lo que la columna más importante es la de la derecha, con los tabors y escuadrones de regulares marroquís, que fueron los que realizaron la maniobra envolvente y mataron el mayor número de tropas republicanas y milicianos.
UNA FOTOGRAFÍA MUY IMPORTANTE QUE SINTETIZA LA ATMÓSFERA MUY ESPECIAL DE DRAMATISMO Y TENSIÓN PREVIA AL COMBATE
Esta fotografía hecha por Robert Capa durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia (Cerro Muriano) es un documento de gran valor, porque al igual que el resto de fotos hechas durante esta arenga, confirma el nacimiento de un nuevo fotoperiodismo ágil y dinámico en Cerro Muriano con cámaras Leica muy pequeñas y ligeras, al igual que los objetivos, algo que supuso grandes ventajas, porque con estas herramientas fotográficas con ADN Oscar Barnack los fotógrafos disfrutaban ahora de una mucha mayor libertad de movimientos con respecto a las pesadas cámaras de gran formato y formato medio, y podían hacer las fotos con mucha mayor velocidad, desde muchos ángulos distintos, sin necesitar trípode, disparando a pulso con total comodidad y sin trepidación.
Robert Capa capta a Eusebio Hurtado Rubio desde una posición muy baja, contrapicada, de abajo a arriba, en diagonal derecha con respecto a su pecho y rostro.
Va ataviado con mono claro, pañuelo anarquista alrededor del cuello, correaje y cartuchera rectangular de cuero negro para cartuchos del calibre 7 x 57 mm, una cantimplora que cuelga de su cadera derecha y una bayoneta en su cadera izquierda.
Foto : Robert Capa / © ICP New York
La potente diagonal ascendente derecha izquierda del cuerpo de Eusebio Hurtado Rubio, que define compositivamente la imagen, en simbiosis con las hojas de árbol desenfocadas e iluminadas por el sol que ocupan casi toda la mitad izquierda de la imagen, constituyen un símbolo gráfico de notable impacto que muestra la macabra realidad de civiles armados sin apenas instrucción militar y manejo previo de las armas, que van a enfrentarse en aproximadamente media hora a tropas profesionales curtidas durante años en combate en despiadada guerra colonial en África.
Estos voluntarios civiles consiguieron frenar durante varias horas el avance de las tropas marroquís de tabors y escuadrones de regulares, hasta ser finalmente arrollados. Muchos de ellos murieron, y los supervivientes, entre ellos Eusebio Hurtado Rubio, tuvieron que huir de noche hacia el pueblo de Cerro Muriano, la Estación de Obejo y El Vacar.