martes, 31 de marzo de 2020
TERESA ROLDÁN, MADRE DE ÁNGEL NIETO, FALLECE A LOS 102 AÑOS
LA IMPRONTA DE UNA HEROÍNA
Teresa Roldán, madre de Ángel Nieto y abuela de Gelete Nieto, Pablo Nieto, Hugo Nieto y Fonsi Nieto, murió el 29 de marzo de 2020 a los 102 años de edad.
Esta mujer todo coraje, pundonor y amor por su familia, luchó siempre hasta la extenuación, sobre todo durante los años cincuenta y sesenta, para sacar adelante a su prole, convirtiéndose con diferencia en el motor impulsor de la misma, gracias a su impresionante capacidad de trabajo, un corazón que no le cabía en el pecho y un fortísimo instinto protector hacia todos los miembros de su familia, especialmente sus hijos y nietos a quienes amó con locura.
De hecho, fue en gran medida este ser humano excepcional quien sacó adelante a la Familia Nieto en los años más duros, luchando a brazo partido a diario tanto en la etapa inicial en Zamora como tras emigrar al barrio de Vallecas en Madrid en 1948.
Los ímprobos esfuerzos diarios realizados por esta mujer incomparable desde finales de los años cuarenta fueron claves en la educación y crecimiento de Ángel Nieto, su hermano Pablo Nieto y su hermana Esperanza.
Ángel Nieto Sr, padre de los tres, era camionero y quien hasta entonces había sustentado económicamente a la familia, pero Teresa Roldán decidió a finales de los años cuarenta fregar escaleras para poder generar unos ingresos extras que pudieran mejorar las oportunidades vitales de sus hijos y un mejor futuro.
Fueron tiempos difíciles en que Ángel Nieto Sr y Teresa Roldán construyeron con sus propias manos una casa muy humilde en la calle Sierra Nevada de Vallecas, cuyas habitaciones no tenían ni siquiera ventanas.
Pocos años después, pudieron trasladarse a un piso en la c/ Guillermo Pingarrón nº 5, cerca del cual Teresa Roldán montó una huevería con muy pocos medios en un muy pequeño local de la calle Pedro Laborde (donde se encuentra hoy en día la Joyería Relojería Miguel Arribas), gracias a su increíble tesón y fuerza mental, su innata simpatía y una increíble capacidad psicológica para percibir en pocos segundos los rasgos fundamentales de las personas.
Sus inefables cualidades humanas le permitieron fidelizar a una muy amplia gama de clientes con distintos perfiles, y su proverbial don de gentes le hizo crear de modo artesanal una pequeña red de distribución, sin publicidad alguna, simplemente gracias al boca a boca y a que todo el mundo, una y otra vez, se encontraba muy a gusto en su presencia, hasta el punto de que siempre había una gran cola de clientes que llegaba hasta bastantes metros fuera de la tienda, para ser atendidos por ella y disfrutar de su excelente trato y asesoramiento, basado en la intuición, una gran memoria y una descomunal capacidad de empatía que le hacía ganarse el cariño de todos los que la conocían.
Existen en este sentido imágenes en blanco y negro de TVE de 1970 que muestran a Teresa Roldán siendo entrevistada y mostrando una desbordante simpatía, empuje e inteligencia muy cultivada en la Escuela de la Vida, con un gran póster visible al fondo de su hijo Ángel Nieto montado sobre su Derbi de 50 cc con la que ganó su primer Campeonato del Mundo en 1969, tras jugarse la vida varias veces en los desfiladeros del Circuito de Opatija (Yugoslavia) frente a la Jamathis de Paul Lodewijkx y la Kreidler de Jan de Vries.
LA ELEGANCIA DE LA DISCRECIÓN
Entre las muchas cualidades que siempre atesoró Teresa Roldán, figuró por méritos propios la discreción, y tras el inicio de la extraordinaria carrera motociclista de Ángel Nieto, optó por estar siempre en segundo plano, con dos objetivos fundamentales :
a) Que todo el protagonismo mediático lo tuviera su hijo Ángel Nieto, que ya por entonces empezaba a perfilarse como el mejor piloto de la Historia del Motociclismo en las pequeñas cilindradas.
b) Dedicarse todo lo posible a sus otros dos hijos Manuel y Esperanza (ángel de la guarda de Ángel Nieto) durante la ausencia del piloto español, que constantemente tenía que visitar diferentes países para disputar grandes premios del Mundial de 50 cc y 125 cc.
Así pues, Teresa Roldán huyó siempre de todo protagonismo, nunca quiso ser el foco mediático de nada, con su atávica humildad y saber estar.
Nadie sufrió más que ella durante los quince grandiosos años de Ángel Nieto dominando el motociclismo mundial entre 1969 y 1984, enormemente feliz y orgullosa de los triunfos internacionales de su hijo, pero siempre con la angustia de madre ante la posibilidad de un accidente corriendo a tan altas velocidades en circuitos bastante más peligrosos que los de hoy en día.
UNA ENERGÍA INAGOTABLE
Teresa Roldán siempre tuvo una energía inagotable e inexplicable, que le permitió trabajar con frecuencia 14 o incluso más horas diarias durante gran parte de su vida, siempre con un notable sentido del humor, un carácter alegre, una personalidad altruista que hacía que en todo momento estuviera ahí para ayudar a los demás y una gran entereza ante las situaciones difíciles.
Y dicha energía fue potenciada en gran manera por el nacimiento de sus nietos Gelete, Pablo, Fonsi y Hugo, que catalizaron en ella una constante alegría por seguir viviendo y percibir el cariño de los suyos.
Su muerte deja un vacío imposible de llenar, ya que fue el epicentro diacrónico de la Familia Nieto, y todo lo que fueron y son sus integrantes emanó y seguirá emanando de ella.
Descanse en Paz