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elrectanguloenlamano.blogspot.com ha descubierto y ubicado dos nuevas fotografías, desconocidas hasta ahora y hechas por Robert Capa el 5 de Septiembre de 1936, aproximadamente a las 12:30 h del mediodía,
en la Finca de Villa Alicia, aproximadamente un km al suroeste del pueblo de Cerro Muriano y adyacente a la vertiente norte de la Colina Torreárboles, y repleta de contingentes de milicianos que protegen las espaldas de sus compañeros que defienden la cima y vertiente sur de dicha colina, que está siendo ya atacada por la columna franquista de la izquierda al mando del comandante Sagrado.
Por otra parte, la Finca de Villa Alicia se halla en plena zona de altamente probable maniobra envolvente que horas más tarde será en efecto realizada por fuerzas legionarias del comandante Baturone, que atacarán Torreárboles por su vertiente norte (en coordinación con las fuerzas del comandante Sagrado, que llevan atacando la vertiente sur desde aproximadamente las 10:00 h de la mañana), aniquilando primeramente a todas las fuerzas republicanas presentes en la Finca de Villa Alicia y después en la cima de Torreárboles (cota en la que las tropas republicanas tenían instaladas ya desde hace días ametralladoras Hotchkiss del calibre 7 x 57 mm, conscientes que las tropas franquistas les atacarían muy pronto), al igual que ocurrirá con la Loma de las Malagueñas, que sucumbirá tras varias horas de enconada lucha al ataque de la columna franquista de la derecha al mando global del comandante Sáenz de Buruaga (que incluye el Tabor de Regulares de Melilla nº 3 bajo las órdenes del comandante López Guerrero -perteneciente al Grupo de Regulares de Melilla nº 2 de Nador de la Circunscripción Oriental- y los Escuadrones de Regulares de Ceuta nº 3 y Alhucemas bajo las órdenes del comandante Gerardo Figuerola) que tras ser frenados durante varias horas conseguirán envolver también dicha cota y capturarla finalmente en lenta coordinación -la numantina defensa de los alcoyanos ralentizó notablemente el plan del general Varela- con el ataque frontal del comandante Alvarez Rementería a través de la vertiente sur.
He aquí las imágenes:
A)
Photo: Robert Capa
Esta imagen aparece en el libro La Lucha del Pueblo Español por su Libertad de A. Ramos Oliveira, editado por la Embajada Española en Londres en 1937, sin que se indique ni su autoría ni el lugar donde fue hecha.
Dos milicianos escuchan las palabras de ánimo que un jefe anarquista pronuncia a un contingente de combatientes voluntarios desde una posición elevada.
Todos están oyendo el intercambio de disparos de fusil, ametralladoras y artillería entre la columna franquista de la izquierda (al mando del comandante Sagrado, que está ya atacando la vertiente sur de Torreárboles) y los defensores republicanos situados en la cima de dicha colina, desde la que se ve la ciudad de Córdoba a unos 15 km de distancia.
Imagen dura. El miliciano más próximo a la cámara, captado de perfil, con camisa oscura y manta a cuadros sobre su hombro izquierdo, mira con atención al jefe anarquista que les está hablando, tratando de infundirles ánimo antes del combate que tendrá lugar muy pronto.
Acaban de ser informados de que las tropas franquistas están ya atacando Torreárboles en su ladera sur y de que las temidos unidades marroquíes de Tabors de Regulares de Sáenz de Buruaga llevan ya varias horas desplegadas en las proximidades de Piedra Horadada, dispuestas para lanzarse sobre la cota de Las Malagueñas en cualquier momento.
Tanto los jefes anarquistas como el capitán Castañeda, presente durante esta alocución en la Finca de Villa Alicia, saben que las muy experimentadas tropas marroquíes, con enorme velocidad de movimientos, gran precisión en sus disparos de fusil de media y larga distancia y una acreditada capacidad para la rectificación de frentes de combate, intentarán la maniobra envolvente integral a través de la Finca de Villa Alicia, que es la clave para poder asaltar Torreárboles a través de su vertiente norte, por lo que la misión de los abundantes contingentes de milicianos y soldados republicanos que se hallan en ella es intentar obstaculizar dicha maniobra envolvente (algo que conseguirán hasta primera hora de la noche, cuando serán definitivamente arrollados).
Este miliciano muy joven, que lleva camisa oscura con un botón desabrochado a consecuencia del calor y la tensión, así como un gorro anarquista con borla, se da cuenta de que existe una posibilidad muy alta de que muera en las próximas horas, lo cual provoca una mezcla de sentimientos en su mente: el lógico miedo, la enorme angustia al pensar en los seres queridos, las experiencias vitales que afluyen a la mente como una película, el temor ante la posibilidad de combates a la bayoneta - nadie quiere luchar al arma blanca contra las temidas tropas franquistas del Ejército de Africa.
La tensión se hace insoportable y el afán de supervivencia sale también a flote, haciendo que el miliciano se aferre instintivamente con su mano derecha - de la cual se aprecian tres dedos- a la cinta de cuero de transporte de su fusil (parte de cuyo cañón se observa justo detrás de su omóplato izquierdo).
Inmediatamente tras este joven miliciano, vemos a otro de mayor edad, con más experiencia, y rostro con facciones más endurecidas. Este miliciano, aunque es todavía más consciente que el joven en primer plano con respecto al enorme peligro de muerte que se avecina, muestra también un semblante de profunda preocupación, pero con mayor introspección y una relativa calma dadas las circunstancias. Parece aceptar su destino con cierta resignación, pero sobre todo con convicción, y trata de superar el miedo, la angustia y la incertidumbre fumando un cigarrillo que sujeta con su mano izquierda.
Es una fotografía hecha desde muy cerca, prácticamente a bocajarro, captándoseles inmersos en estos momentos muy difíciles previos a un combate en el que estos combatientes civiles pertenecientes a los más diversos ámbitos laborales comunes de la vida diaria civil van a enfrentarse a tropas profesionales del Ejército de Africa, con muchos años de experiencia en combate, gran pericia en el manejo de las armas de fuego y la bayoneta, y mandadas por jefes militares curtidos en muchas batallas en las Campañas del Rif y posteriores en Marruecos desde principios de los años veinte.
El fotoperiodista húngaro, que lleva ya varios minutos presente desde el inicio de la arenga (instantes en que se encontraba a varios metros del jefe anarquista que dirige su alocución a los milicianos),
http://elrectanguloenlamano.blogspot.com/2010/08/gerda-taro-centenario-de-su-nacimiento.html
es consciente de la proximidad de la muerte y se halla muy impresionado al ver a civiles dispuestos a morir por sus ideas frente a tropas profesionales, por lo que se ha ido abriendo paso a través de los combatientes, haciendo fotos con su Leica II (Model D) telemétrica a distintos milicianos hasta llegar a este punto, donde fotografía a los dos que se aprecian en esta significativa imagen.
B)
Photo: Robert Capa
Fotografía realizada en la Finca de Villa Alicia, aproximadamente a las 12:30 h del mediodía, y perteneciente igualmente a la serie de fotos captadas por Capa y Taro durante la arenga que dirige un jefe anarquista de pie sobre una posición elevada a los milicianos tratando de darles ánimo antes del combate frente a las tropas franquistas del Ejército de Africa.
Esta imagen aparece en el libro La Lucha del Pueblo Español por su Libertad de A. Ramos Oliveira, editado por la Embajada Española en Londres en 1937, sin que se indique ni su autoría ni el lugar donde fue hecha.
Es una escena enormemente dramática: otro miliciano, muy joven, ataviado con gorro anarquista de la CNT o FAI, camisa oscura y cazadora clara, acaba de conocer la noticia que llevan días esperando: las tropas franquistas del Ejército de Africa procedentes de Córdoba capital, que llevan ya algunas horas atacando Las Malagueñas y Torreárboles a través de su vertiente sur intentan capturar ambas cotas, y los legionarios del comandante Baturone intentarán envolver la Finca de Villa Alicia y caer sobre la vertiente norte de Torreárboles, adyacente al lugar donse se encuentran los milicianos fotografiados por Capa y Taro durante la arenga.
El miliciano muy joven se derrumba por momentos y tiene la mirada perdida, quizá pensando para sus adentros que no volverá a ver a sus más allegados.
Se percibe muy claramente que estos instantes tienen una gran importancia para Gerda Taro, concentrada al máximo, muy interesada en captar con su cámara lo que está ocurriendo, y que ha conseguido acercarse hasta prácticamente debajo mismo del orador (cuyo pie izquierdo y parte de su pantalón izquierdo vemos en la mitad derecha de la imagen, así como parte de lo que parece ser un tonel de notable tamaño sobre el que el jefe anarquista se ha aupado para dirigir su alocución a los milicianos).
Es una fotografía hecha también prácticamente a bocajarro y que capta magistralmente la terrible atmósfera de la premuerte: el miliciano muy joven no mira al jefe que les dirige la arenga, sino que está apoyado con su mano izquierda en el tonel y tiene la mirada perdida, claramente absorto en sus pensamientos, probablemente relacionados con sus seres más queridos y los principales momentos de inflexión de su vida.
Lógicamente, tiene miedo, angustia. Sabe que el combate frente a tropas profesionales está muy próximo y que tendrá que luchar por su vida en una contienda claramente desproporcionada, ya que tanto este miliciano como la inmensa mayoría del resto, apenas tienen instrucción militar y adolecen de escasa pericia en el manejo de las armas, puesto que proceden de las profesiones más comunes del ámbito civil: albañiles, electricistas, carpinteros, poceros, ebanistas, impresores, campesinos, conductores, alfareros, zapateros, etc.
La imagen es terrible, muy representativa, y sigue los postulados fotoperiodísticos establecidos cuarenta años después por Cliff Edom, Profesor de Fotoperiodismo de la Universidad de Missouri, en su obra Photojournalism de 1976.
La imagen captada es devastadora, y su principal foco de atención es el rostro del miliciano, cabizbajo, consciente de su muy probable muerte, que está próxima.
El miliciano suda profusamente, además de por el calor, en gran medida producto del enorme stress, hasta el punto de que se ha desabrochado tres botones de su camisa.
A diferencia de otras imágenes realizadas previamente por Capa y Taro en Barcelona, el frente de Aragón, Madrid, etc, no queda aquí ni un resquicio para la típica euforia revolucionaria y frecuentes momentos de jolgorio captados en otras ocasiones, ya que en esta fotografía, el semblante del miliciano impregnado de desesperanza y el ambiente de premuerte son los elementos clave.
Al igual que el propio joven miliciano, Robert Capa sabe que los combatientes civiles no tienen ninguna posibilidad frente a tropas no solamente profesionales, sino que además pertenecen al Ejército de Africa, que incluye las unidades de élite más experimentadas en combate y mejor armadas del ejército español.
Ciertamente, pese a su valiente resistencia (a diferencia de la mayoría de efectivos republicanos en Cerro Muriano -que huyeron rápidamente, ante la intensificación del ataque aéreo sobre el pueblo a partir de las 15:30 h de la tarde, creyendo que las tropas franquistas iban a atacarles rápidamente para intentar capturar el casco urbano y la estación de tren-, conscientes de que la práctica ausencia de trincheras en Cerro Muriano y las casas muy bajas no permitían una eficaz defensa), los contingentes de milicianos y soldados republicanos situados en la Finca de Villa Alicia no tenían ninguna posibilidad y fueron finalmente arrollados.
Capa hace otra fotografía previa de este mismo miliciano, mientras escucha la arenga del jefe anarquista mirando hacia arriba, ya que se halla justo a sus pies.
Robert Capa. Editada en formato rectangular muy apaisado a partir de una imagen cuadrada, para satisfacer las necesidades de paginación del Illustrated London News del 24-10-1936.
Esta imagen, cuya autoría y ubicación fue descubierta también por el rectanguloenlamano.blogspot.com, corresponde a una serie de cinco fotografías hechas por Capa que aparecieron en el periódico inglés The Illustrated London News del 24 de Octubre de 1936:
http://elrectanguloenlamano.blogspot.com/2011/04/cerro-muriano-identificacion-y.html
Queda pues totalmente demostrado, todavía más si cabe, que Robert Capa y Gerda Taro arriesgaron grandemente sus vidas en varias ocasiones durante el 5 de Septiembre de 1936, estando pocos cientos de metros del frente de combate, especialmente en la Finca de Villa Alicia, una zona en ese momento de mayor peligro incluso que las cimas de Torreárboles y Las Malagueñas, ya que debido al todavía escaso número de efectivos franquistas en Andalucía en Agosto y Septiembre de 1936 y las tácticas de despiadada guerra colonial africana que se llevaban a cabo en la provincia de Córdoba, Badajoz, etc, era frecuente no hacer prisioneros en las zonas de maniobra envolvente, ya que la velocidad de movimientos era la clave del éxito, y con frecuencia, los legionarios y las tropas marroquíes de Tabor de Regulares
Soldado marroquí de tabor de Regulares con Mosquetón Mauser Modelo 1916 calibre 7 x 57 mm. Andalucía. Año 1936. Autor: Desconocido
habitualmente encargadas de ello por los mandos franquistas, se hallaban a su vez en peligro de ser envueltas.
Las tropas profesionales franquistas del Ejército de Africa utilizaron las mismas tácticas bélicas durante la Guerra Civil Española que las empleadas en la guerra colonial de Marruecos, acostumbradas a internarse con columnas pequeñas y ausencia de artillería pesada en territorio enemigo, por lo que habitualmente estaba decidida la represión en retaguardia una vez ganadas las batallas tras la realización de las maniobras envolventes, ya que no querían dejar enemigos prisioneros a su espalda. Ciertamente, ésto es terrible, pero así ocurría con frecuencia.
Queda pues demostrado que Robert Capa se jugó la vida en la Finca de Villa Alicia, Cerro Muriano, Córdoba, obteniendo muchas excelentes imágenes tanto de milicianos como de refugiados que huían de Cerro Muriano, y que se han convertido en iconos atemporales con el paso del tiempo, y realizando aquel 5 de Septiembre de 1936, del que acaba de cumplirse el 75º Aniversario, una gran labor fotoperiodística que constituye uno de los hitos más gloriosos en la Historia del Fotoperiodismo Mundial.
(1) Ambas fotos fueron hechas por Robert Capa y posteriormente reencuadradas a aspect ratio 4:3 y cuadrado respectivamente por el editor a partir de los negativos originales formato 24 x 36 mm con aspect ratio 2:3 expuestos por el fotoperiodista húngaro durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia, ya que la estética de imagen de la primera fotografía (en la que se aprecia a dos milicianos, de los cuales el más joven es el que está más cerca de la cámara) así como su excelente definición para la época parece corresponderse más con el objetivo Leitz Elmar 50 mm f/3.5 acoplado a la Leica II Model D formato 24 x 36 mm, además del hecho de que en aquella época eran muy frecuentes los reencuadres selectivos cambiando el aspect ratio de la imagen original para ajustarse mejor a las necesidades de paginación de las revistas ilustradas de la época.
Copyright Texto: José Manuel Serrano Esparza. LHSA
Inscrito en el Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Madrid
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