miércoles, 4 de mayo de 2022

ANA SÁNCHEZ MIALDEA : PASIÓN POR LOS PERROS

Texto y Fotos José Manuel Serrano Esparza 

Sábado 23 de Abril de 2022. Segunda jornada de la II Feria de la Montería de Cerro Muriano (Córdoba). 

Son las 17:30 h de la tarde. 

Una niña especial de 14 años ataviada con traje tradicional español de montera se aproxima a la zona de podencos y podencos cruzados pertenecientes a distintas rehalas (Antonio Obrero Castro, Hermanos Marín, Félix Sánchez, Julián Contreras Morales, Curro Obejo, La Calle, Vicente Merino, Juan de Dios Pliego, Rafael Espejo, Sequera y Joaquín Borland). 

Camina totalmente sola. Su inefable elegancia y clase, realzada por el mencionado atuendo, hacen que no pase desapercibida para el numeroso público asistente. 

Es Ana Sánchez Mialdea, cuyos cuatro primeros años de vida fueron una batalla por la supervivencia, cuando varias patologías estuvieron a punto de costarle la vida, hasta que fue adoptada y salvada a los cuatro años y medio de edad, momento en que llegó a España con un peso de tan sólo 9 kg. 

Posteriormente, ya en nuestro país, ha tenido ocho operaciones distintas que fueron un éxito y que pudo superar gracias a su inefable capacidad de lucha.

Por otra parte, fue víctima de varios episodios de bullying durante su etapa escolar. 

Y si ha podido sobrevivir y salir adelante, ha sido en gran medida gracias al profundo amor y los ímprobos esfuerzos constantes realizados durante años por sus padres Rafael Sánchez Calero y Anabel Mialdea Lozano y por su entorno ( Ana es una niña notablemente afable y cordial, muy querida y apreciada por todos los que la conocen), que desde el principio se volcaron a muerte con ella y la dieron todo su cariño, cuidándola al máximo y luchando por ella hasta la extenuación, especialmente en momentos en que prácticamente no había ninguna esperanza y a veces lloraron a escondidas para que la niña no les viera. 

Pero poco a poco, a base de paciencia, amor sin límites y sudor a mares, sus padres y algunos grandes profesionales de la medicina han conseguido mejorar su desarrollo cognitivo, comunicativo, psicomotriz y afectivo. 

No obstante, de modo increíble, durante el devenir de Ana ha existido otro factor fundamental tanto para su supervivencia como para su deseo de seguir viviendo, pese a los muchos hándicaps que todavía sigue padeciendo : su inquebrantable amor por los animales, con los que siempre ha tenido una gran química, de tal manera que hasta la fecha y desde muy niña ha criado varias especies distintas. 

Y entre sus animales más queridos y admirados figuran los perros, 

Bellísimo podenco propiedad de Antonio Obrero Castro, nacido en Cerro Muriano y miembro de la Sociedad Los Podenqueros de Obejo. 

sobre todo los podencos y podencos cruzados, 

Bellísimos podencos de Antonio Obrero Castro en pleno entrenamiento. La crianza y desarrollo de estos canes precisa muchos años de esfuerzo, experiencia y conocimiento, además de un gran amor por ellos, ya que es una labor extenuante sin apenas beneficio económico, cuyo motor impulsor es la admiración por esta singular especie y por la naturaleza.

cuya belleza y elegancia siempre embelesaron a Ana, que también sabe perfectamente que los podencos (en sus diferentes tipos y composición) son una raza muy especial por una pléyade de razones, entre ellas su gran inteligencia, su audacia, su excelente olfato en sinergia con una gran visión y oído, su perseverancia, su temperamento muy activo, su polivalencia y su valor.  

La niña comienza su periplo por los distintos recintos metálicos en los que se hallan los podencos y podencos cruzados con mastín y grifón y desde ese mismo instante todo cambia, sucediéndose momentos irrepetibles : los perros detectan de modo instantáneo el amor sin límites que siente por ellos Ana.

Hasta ese momento, la zona en la que están los perros era todo bullicio, frecuentes ladridos, carreras de los canes de un sitio a otro, saltos, etc. 

Pero ahora, de repente, todos los perros enmudecen, guardan un respetuoso silencio al aparecer la niña y empiezan a mirarla con gran ternura y agradecimiento, uno por uno. 

La atmósfera del lugar ha cambiado profundamente. 

Todo el mundo se da cuenta de que algo muy especial y totalmente insólito está ocurriendo. 

Los perros de las distintas rehalas se aproximan a la niña con verdadero fervor, plenamente conscientes del enorme cariño sincero que les tiene Ana.  

Una y otra vez, los perros miran a la niña fijamente, como hipnotizados, con toneladas de ternura y aprecio en sus ojos. 

Ha surgido de modo espontáneo un idilio para toda la vida entre esta fascinante niña que tuvo que madurar a la fuerza durante una infancia que ha sido una lucha constante por la supervivencia  

                                      y estos bellos perros para los que su visita significa momentos de asueto y cariño. 

Su semblante irradia felicidad, al estar rodeada por estos perros a los que estima en grado sumo y admira profundamente, sentimiento que es visiblemente recíproco. 

Pese a sus mencionadas dificultades, 


esta niña de gran personalidad 

Otro de los podencos propiedad de Antonio Obrero Castro. Es una raza de perro muy estilizada y esbelta, que destaca por su simbiosis entre sobriedad y elegancia, además de una gran agilidad y resistencia a la fatiga.  

sabe bien el ímprobo trabajo y esfuerzo que precisa seleccionar, criar y evolucionar estos perros, así como la preservación diacrónica de los diferentes linajes, ya que el podenco es el más ancestral de los perros cazadores peninsulares. 

Desde hace ya rato, Ana ha entrado dentro de los recintos metálicos y está en contacto directo con los podencos y podencos cruzados.  

      Se siente muy tranquila y feliz, sin miedo alguno, en plena ósmosis con estos animales a los que ama con todo su ser. 

Los perros están también visiblemente contentos y se dejan acariciar una y otra vez por esta niña, cuya vida ha estado presidida por la pertinaz lucha diaria desde su mismo alumbramiento, 

por lo que además de tener el apoyo de su familia y amigos de verdad que estuvieron siempre ayudándola con todas sus fuerzas, Ana ha traducido diacrónicamente el contacto con sus muy queridos animales como una especie de terapia vital y vía de escape ante un biotopo cotidiano presidido durante muchos años por una lucha constante por sobrevivir y que la hizo madurar en algunos ámbitos antes del tiempo habitual, algo en lo que también ha sido fundamental la convivencia con adultos, que ha dotado a la niña de unas herramientas y experiencias muy útiles para salir adelante en su brega perenne por la superación.   

Es además una gran entusiasta de la insigne figura de Félix Rodríguez de la Fuente, cuyos DVD de la serie El Hombre y La Tierra ve con frecuencia, además de leer con avidez sus míticos cuadernos de campo.  

De ahí que esta niña muy especial viva cada segundo de su existencia con máxima intensidad, como si fuera el último, 

porque sólo ella y sus más allegados saben lo muchísimo que ha batallado, de tal manera que a veces Ana entra brevemente en profunda introspección y la película de su vida pasa rauda por su mente. 

Así pues, durante más de media hora, Ana estuvo en contacto directo con los perros, acariciándolos, mimándolos, oliéndolos, escuchándolos, sintiendo su presencia, admirando su belleza atemporal y mostrándose 

                                                                                                   exultante de alegría, 

                                            además de impregnar el lugar con su humanidad a raudales, gran corazón  

                                                    y una inefable elegancia, que alcanzaría sus máximas cotas del día 

durante el paseo con dos preciosos podencos cruzados, propiedad de Jesús Sánchez, de Villaharta (Córdoba), que los prestó amablemente para la ocasión  

y generaron oleadas de entusiasmo entre los cientos de espectadores que contemplaron el majestuososo caminar de estos muy bellos perros que se dejaron llevar por Ana, felices al sentirse queridos y apreciados por ella. 

Fueron momentos mágicos e inolvidables que dejaron una huella indeleble en todos los presentes, impresionados por esta niña que nunca se rindió y a la que el campo le da la vida.