viernes, 7 de febrero de 2020

SPITFIRE : LA JOYA DE LA CORONA DEL DUXFORD FLYING LEGENDS

Texto y Fotos : José Manuel Serrano Esparza


El Duxford Flying Legends que se celebra anualmente en Duxford, Condado de Cambridge (Inglaterra) es con diferencia el referente mundial entre las exhibiciones aéreas en las que los espectadores pueden ver volar en directo una amplia gama de legendarias aeronaves de combate con motor radial a pistón de la Segunda Guerra Mundial, bellísimas máquinas caracterizadas por su inconfundible silueta, tecnología muy especial y el incomparable sonido de sus motores que genera una y otra vez el deleite de los miles de asistentes, que a mediados de julio de cada año contemplan entusiasmados las evoluciones en el aire de históricos aviones como el North American P-51 Mustang, el Republic P-47 Thunderbolt, el North American B-25 Mitchell, el Polikarpov I-16 Mosca, el Grumman Wildcat FM-2, el Avro Lancaster, el Yakovlev Yak 9, el Grumman Bearcat F8F, el Lockheed P-38 Lightning, el Bristol Blenheim, el Messerschmitt BF-109, el Boeing B-17, el Hawker Hurricane y muchos otros.


Pero probablemente el más famoso de todos ellos y el que suscita más admiración y asombro entre los amantes de la Historia de la Aviación que acuden cada año al Duxford Flying Legend, sea el mítico Supermarine Spitfire, el caza que fue decisivo en la victoria británica en la Batalla de Inglaterra, que evitó la invasión del Reino Unido por la Alemania de Hítler, y en la que los pilotos de la RAF plantaron cara a muy experimentados ases de la Luftwaffe alemana como Adolf Galland, Werner Mölders, Helmut Wick, Walter Oesau, Hermann Friedrich Joppien, Herbert Ihlefeld y otros, con gran valor y tenacidad, impidiendo el dominio germano del espacio aéreo inglés, necesario para la puesta en práctica de la Operación León Marino y la conquista de Gran Bretaña por Alemania, que finalmente no pudo ser realizada, gracias al titánico esfuerzo de los pilotos de la RAF, de tal manera que el 20 de agosto de 1940, el primer ministro inglés Winston Churchill pronunció su célebre frase :

" Never in the field of human conflict was so much owed by so many to so few " .


Supermarine Spitfire disponiéndose a despegar en el aeródromo de hierba de Duxford.

Este mítico caza monoplaza británico diseñado por R.J.Mitchell, cuyo primer vuelo tuvo lugar el 6 de marzo de 1936, siendo introducido el 4 de agosto de 1938. fue en aquellos momentos una auténtica obra maestra de ingeniería aeronáutica, con aspectos muy peculiares, como


su característica ala elíptica de excelente aerodinámica (aunque compleja de fabricar) y sección transversal delgada que le permitía alcanzar los 605 km/h, velocidad máxima superior a la del Hawker Hurricane y otros cazas contemporáneos británicos y norteamericanos.

Su aspecto en vuelo, al igual que hace ochenta años, es sencillamente majestuoso e inconfundible, un auténtico deleite visual y sonoro, tanto en los modelos dotados con el fabuloso motor Rolls-Royce Merlin V12 refrigerado por líquido


como en las variantes con motor Rolls-Royce Griffon V12 a 60º, con cilindrada de 37 litros (un 36% más de capacidad que la planta motriz Rolls-Royce Merlin) y refrigerado por líquido, especialmente los modelos Spitfire MkXII (fabricado a partir de agosto de 1942, capaz de alcanzar una velocidad máxima de 643 km/h y ascender hasta los 10.000 metros) y Spitfire Mk.XIV (primero de producción en serie con motor Griffon), cuya velocidad máxima era de nada menos que 790 km/h, un gran logro para la época.


Espectacular pasada en vuelo bajo de un Spitfire con motor Rolls-Royce Griffon sobre el aeródromo de Duxford.

Spitfire en pleno vuelo durante un giro a la derecha. Puede observarse la superficie alar elíptica, muy característica de este caza británico de la Segunda Guerra Mundial, cuya gran eficacia y versatilidad de uso le hizo aguantar muy bien el paso del tiempo hasta finales de los años cincuenta como caza puro, en misiones fotográficas, como cazabombardero, caza a bordo de portaaviones y como avión de entrenamiento.

Ni que decir tiene que el sonido del motor de este avión mientras surca los cielos es absolutamente alucinante y deja una huella indeleble en todos los que lo escuchan, ya sea el Rolls-Royce Merlin o el Rolls-Royce Griffon.


Spitfire carreteando sobre la pista adyacente al aeródromo de hierba de Duxford, con la cabina abierta, tras aterrizar después de su exhibición aérea.

La belleza de líneas de este avión de caza es inefable, con una sublime estética vintage producto en buena medida del encomiable esmero y trabajo muy duro por parte de las personas y organizaciones que realizan el mantenimiento en perfectas condiciones de vuelo y la preservación año tras año de estas históricas aeronaves, conocidas popularmente como warbirds, que utilizan además combustible con octanaje muy especial y cuyos expertos pilotos conocen los secretos de su manejo.


Spitfire con los colores del Escuadrón 312 de la RAF, formado por pilotos checos huídos de la invasión alemana en 1939 y que utilizaron este avión a partir de diciembre de 1941.

Pueden apreciarse en imagen las alas recortadas aproximadamente un metro por los ingenieros de Vickers Amstrong (dejando la envergadura alar en 9,80 m) en algunos modelos de Spitfire optimizados para vuelo a alturas bajas e intermedias, tratando de mejorar la velocidad de giro y reducir todo lo posible en esta faceta la superioridad del formidable caza alemán Focke-Wulf Fw 190, que apareció en 1941.


Impresionante pasada a toda velocidad sobre el aeródromo de Duxford de un Supermarine Spitfire con motor Rolls-Royce Griffon, cuyo bramido es inolvidable.