© jmse
A finales de 2017 Panasonic presentó el superteleobjetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un objetivo 400 mm f/2.8 en paso universal) para formato Micro Cuatro Tercios, que se ha convertido desde entonces en el referente cualitativo óptico y mecánico en dicho segmento, tal y como demuestran los archivos RAW obtenidos con él acoplado a distintas cámaras formato Micro Cuatro Tercios, especialmente la Panasonic G9, que hizo su aparición simultáneamente con él.
Durante todo este tiempo, muchos fotógrafos profesionales como Joakim Odelberg, Bence Máté, Daniel J. Cox, Steven Clarey, Jacob James y otros, han verificado que el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S es un objetivo diseñado, fabricado y optimizado para la fotografía a pulso de fauna salvaje en sinergia con la extraordinaria cámara Panasonic G9 (diseñada por Yosuke Yamane e igualmente creada para la fotografía de fauna salvaje bajo las condiciones climáticas más extremas) con sensor Micro Cuatro Tercios de 20.3 megapixels y avanzadas prestaciones como 20 fps en autofocus continuo durante aproximadamente 50 disparos utilizando el obturador electrónico y 9 fps durante 600 disparos usando el obturador mecánico, un muy eficaz estabilizador de imagen en cuerpo con 5 ejes Dual I.S 2 que permiten 5,9 pasos de mejora reales, cuerpo de magnesio sellado contra la lluvia, humedad y polvo, visor electrónico de gran calidad con 3.68 millones de puntos (con un mayor tamaño que el de la GH5 y magnificación 0.83x, que le convierten en el visor de referencia entre las cámaras Micro Cuatro Tercios), panel superior LCD (generalmente no existente en las cámaras Micro Cuatro Tercios), sistema autofocus con DFD y detección de contraste de 225 puntos (el mejor en su género), video 4K UHD 60 fp, etc, con un peso razonablemente ligero de 658 g con batería y dimensiones de 137 x 97 x 92 mm.
© jmse
GÉNESIS DE UN PURA SANGRE ÓPTICO
En el marco de su colaboración con Panasonic fabricando ópticas para sus cámaras Micro Cuatro Tercios, y pensando específicamente en su cámara Panasonic G9 con la que la empresa japonesa (hasta esos momentos el referente mundial en grabación de video en el segmento Micro Cuatro Tercios con cámaras como la GH5 presentada en Enero de 2017 y la GH5s introducida en Enero de 2018) consiguió posicionarse también con fuerza como un referente internacional de la alta calidad de imagen fotográfica producida con el pequeño sensor Micro Cuatro Tercios de dimensiones 18 mm x 13.5 mm (con diagonal de 22.5 mm) y un área de imagen de 17.3 x 13 mm (con diagonal de 21.6 mm) y aspect ratio nativa 4:3, Leica había decidido un año antes del lanzamiento al mercado de dicha cámara el diseño y fabricación de un objetivo estado del arte equivalente a 400 mm f/2.8 para formato Micro Cuatro Tercios.
© jmse
Pero al igual que ocurre con todos los sistemas fotográficos y formatos, el Micro Cuatro Tercios tiene sus ventajas e inconvenientes.
© jmse
Y evidentemente, la pequeña superficie de imagen hace que si realmente se desea diseñar y construir un objetivo 200 mm f/2.8 (equivalente a un 400 mm f/2.8 en formato 24 x 36 mm) que establezca la máxima simbiosis posible con el sensor Micro Cuatro Tercios y extraiga el máximo posible de su potencial en cuanto a calidad de imagen, habrá de ser una óptica de extraordinario nivel, tanto desde un punto de vista óptico como mecánico, y de muy reducidas dimensiones y peso para conseguir el equilibrio idóneo con respecto al pequeño tamaño y ligereza de la cámara Panasonic Micro Cuatro Tercios.
© jmse
Ello constituía sin duda un enorme reto optomecánico y físico, ya que una de las prioridades más importantes además de la máxima abertura de diafragma f/2.8 y conseguir una extraordinaria calidad de imagen, era lograr que el objetivo fuera muy compacto, con proporciones muy reducidas para su equivalencia focal a 400 mm, diámetro máximo de 88 mm, longitud de 174 mm y un peso alrededor de los 1.200 g.
Dichos parámetros y la necesidad de adecuar todo el diseño óptico y mecánico al pequeño sensor Micro Cuatro Tercios de la cámara Panasonic G9 a la que habría de acoplarse el objetivo, así como de ofrecer un precio de venta no superior a los 3.000 euros, hicieron excluir de antemano el uso de muy caros elementos asféricos con vidrios ópticos exóticos presentes en la fórmula óptica de los objetivos Leica SL (que son la referencia mundial para cámaras formato 24 x 36 mm) además de en los excelentes objetivos Leica TL para formato APS-C.
No obstante, se utilizó gran parte del know-how previo del enfoque interno de los objetivos Leica SL (que optimiza el rendimiento desde la distancia de enfoque más próxima hasta infinito) para implementarlo dentro del Leica Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S en sinergia con el AF basado en contraste de la Panasonic G9, similar al de la Leica SL (que mide el microcontraste en diferentes posiciones de enfoque hasta que alcanza el contraste más alto y la máxima precisión de AF) con una clara misión : conseguir la plena interactividad cámara/objetivo.
Y la mencionada decisión de que el esquema óptico del objetivo careciera de elementos asféricos hizo que tuvieran que utilizarse una amplia gama de recursos ópticos para, pese a su ausencia, conseguir la máxima calidad de imagen posible.
En este sentido, existieron desde un principio abundantes analogías conceptuales entre el muy pequeño sensor Micro Cuatro Tercios de la cámara Panasonic G9 y el objetivo Leica Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S y las cámaras de cine analógicas de Super 8 mm y 16 mm.
De hecho, los formatos pequeños tanto fotográficos como cinematográficos siempre han exigido ópticas del más alto nivel para poder ofrecer la máxima calidad de imagen posible.
Es algo que ocurría ya con el soberbio zoom Canon 6.5-65 mm f/1.4 acoplado a la cámara de Super 8 mm Canon 1014 XL-S fabricada entre 1972 y 1979 o con extraordinarios objetivos como los Kern Switar 10 mm f/1.6 RX, Kern Switar 16 mm f/1.8 RX, Kern Switar 25 mm f/1.4 RX, Kern Macro-Switar 26 mm f/1.1 RX, Switar 50 mm f/1.4 RX, Kern-Macro Switar 50 mm f/1.4 RX, Kern Switar 75 mm f/1.4 RX y Kern-Macro Switar, todos ellos en montura C, acoplados a las fabulosas cámaras Bolex cinematográficas formato 16 mm de segunda mitad del siglo XX con las que se rodaron documentales en color con gran calidad de imagen como The Living Desert (1953) producida por Walt Disney, con Paul Kenworthy y Robert H. Crandall como directores de cine utilizando la mítica película Kodachrome de 16 mm.
Y para compensar la ausencia de elementos asféricos en la fórmula óptica del Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S, Leica opta por una muy eficaz ruta alternativa óptica y tecnológica que permite también conseguir una excepcional calidad de imagen así como una sobresaliente consistencia de resultados, basadas en los siguientes aspectos básicos:
a) Un elevado número de elementos ópticos (15) y grupos (13) con impecable centrado de los mismos.
b) La introducción de dos elementos UED (con dispersión ultra extra baja) de gran tamaño, gama muy alta y vidrios ópticos muy sabiamente seleccionados, que se aproximan notablemente en prestaciones a los mejores elementos asféricos disponibles.
Estos dos elementos UED (segundo y cuarto empezando por la parte delantera del objetivo) han sido magistralmente ubicados como núcleo del grupo delantero de elementos del objetivo y se caracterizan además por un espesor aproximadamente doble que el del primer elemento del esquema óptico (el de mayor diámetro) y que el tercero (situado entre ambos).
Y todo ello cataliza un equilibrio dificilísimo de conseguir entre el mencionado grupo delantero y el grupo trasero, en el que el relevante grado de curvatura de cinco de sus elementos (sobre todo el segundo más próximo a la montura del objetivo) hace que los rayos de luz incidan con una gran pureza y calidad sobre toda la superficie del sensor, tanto en el centro como en los bordes y las esquinas, con una encomiable corrección de la aberración cromática lateral y longitudinal, reducidas a valores inapreciables.
Asimismo, la interacción de ambos elementos UED es fundamental para la eliminación del fringing.
Ni que decir tiene que el poder de resolución, contraste, nitidez y nivel de detalle que puede obtener este objetivo son excepcionales, al igual que la corrección de la distorsión.
c) Soberbia calidad de imagen a f/2.8, donde el objetivo alcanza 92 líneas/mm en el centro y 74 en bordes, mientras que a f/4 el objetivo consigue su rendimiento óptimo, con valores de 89 líneas / mm en el centro y 87 en bordes (es decir, una impresionante uniformidad de altísima calidad de imagen sobre toda la superficie del fotograma) y un matiz muy significativo : a f/4 el rendimiento en las esquinas (impresionante) supera ligeramente al del borde de la imagen (excelente), lográndose un muy meritorio equilibrio con respecto al centro a dicho diafragma. Además, el rendimiento óptico a f/8 en centro, bordes y esquinas es similar al obtenido a plena abertura f/2.8.
© jmse
d) Un Sistema Óptico de Estabilización de Imagen (O.I.S) en objetivo de primerísimo nivel, plenamente compatible con el Sistema de Estabilización de Imagen Dual I.S 2 de 5 ejes en cuerpo de cámara de la Panasonic G9. La suma de ambos constituye en mi opinión el mejor sistema de estabilización de imagen existente hoy por hoy a nivel mundial, siendo incluso ligeramente superior al de la cámara Olympus EM-1 Mark II, que es otro referente en esta faceta.
Es decir, una de las metas más importantes del dúo cámara Panasonic G9 / teleobjetivo Leica DG 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un objetivo 400 mm f/2.8) es poder disparar a pulso prácticamente en cualquier contexto o tarea fotográfica sin tener que usar monopié alguno, algo en gran medida inviable con los grandes y pesados teleobjetivos Canon EF 400 mm f/2.8L IS II USM (3 kilos y 850 grams), EF 400 mm f/2.8L IS III (2 kilos y 840 gramos) y AF-S Nikkor 400 mm f/2.8E FL ED VR (3 kilos y 800 gramos).
Y lo han conseguido plenamente, pudiéndose tirar a pulso con frecuencia a velocidades de obturación muy bajas de 1/30 y 1/15 s, obteniéndose fotos con gran nitidez, ya que la asociación entre ambos sistemas de estabilización permite aproximadamente 5.9 pasos de mejora reales.
Esto puede ser con bastante frecuencia decisivo para poder hacer fotos a los isos más bajos con la mayor calidad de imagen, ya que normalmente un objetivo de 400 mm precisa disparar a velocidades de 1/400 s o superiores para evitar la trepidación.
© jmse
e) Distancia mínima de enfoque de 1.15 m, que le hace apto para bellos retratos a plena abertura con fondos desenfocados, disparando a pulso, gracias a que el eje de enfoque de 150 cm de este objetivo es mucho más corto que el de los objetivos 400 mm f/2.8 para cámaras full frame, con los que a efectos prácticos comparte el mismo ángulo de visión.
f) Sellado antipolvo, humedad, lluvia y bajas temperaturas.
En la parte superior de la imagen puede verse el limitador de enfoque con dos posiciones : desde la distancia mínima de enfoque de 1.15 m a infinito y desde 3 metros a infinito, mientras que en la parte inferior puede apreciarse el conmutador de memoria que permite mantener una posición de enfoque así como recordarla presionando el botón que aparece justo encima. Si se sitúa el conmutador en Fn, ello permite asignar una función de cámara al mencionado botón, y presionándolo a continuación, se transfiere dicha función a la cámara. © jmse
g) Limitador de enfoque, que permite el funcionamiento del AF sobre todo el rango de enfoque o entre 3 metros e infinito.
h) Diafragma de 9 palas redondeadas, para potenciar al máximo un bello bokeh.
i) Sistema de enfoque muy rápido y silencioso, basado en contraste.
k) Un meritorio control del viñeteado, con valores de 0.5 EV a plena abertura y 0.3 EV a f/4 (valores ambos muy asumibles) y prácticamente inexistentes a f/5.6.
© jmse
l) Una muy robusta calidad constructiva.
m) Nano revestimiento de todos los elementos ópticos para reducir al máximo el flare en contextos fotográficos de contraluz, así como los reflejos internos.
n) Un sensacional motor de pasos lineal triple de alta velocidad, que se ajusta hasta 240 veces por segundo y permite una gran rapidez y precisión de AF, realizado a través de un elemento óptico específico del objetivo con la mínima masa factible.
p) Se ha seguido la estela del mítico Apo-Telyt-R 280 mm f/4 limitado por difracción a f/5.6 de enfoque manual fabricado entre 1993 y 2009 en cuanto a obtener la máxima calidad de imagen del objetivo a los dos diafragmas más abiertos (f/2.8 y f/4), para lo cual los indicios apuntan claramente a que se ha conseguido que el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S está casi limitado por difracción a f/3.5.
© jmse
A todo ello hay que añadir un soberbio mecanizado de montura y una avanzada electrónica en los 11 contactos de la misma que potencian la comunicación entre la cámara y el objetivo acoplado.
MOTOS DE COMPETICIÓN FOTOGRAFIADAS EN CONDICIONES LEJOS DE LAS IDEALES
La idea era utilizar el objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un 400 mm f/2.8 en formato 24 x 36 mm) acoplado a una cámara Panasonic G9 formato Micro Cuatro Tercios para intentar obtener imágenes de motos de competición del máximo nivel (Moto GP, Moto 2 y Moto 3) bajo condiciones lumínicas y atmosféricas que no eran precisamente las mejores, con cielo cubierto, lluvia y chaparrones constantes, temperatura muy fría, fuerte viento y abundantes tramos de circuito con agua evaporándose a consecuencia de la diferencia térmica entre el gas saliendo de los motores de las motocicletas, las gomas de las mismas, la superficie del asfalto del circuito y el medio ambiente, sumado al agua que constantemente salpicaba las motos a su paso, y que hacían difícil tanto la precisión de AF como conseguir buena nitidez en las imágenes.
© jmse
Y a mi modesto entender la mencionada combinación cámara / objetivo se defendió muy bien, incluso en un significativo porcentaje de las fotografías que fueron realizadas con el 1.4x converter Panasonic DMW TC14 acoplado al objetivo, en un contexto evidentemente hostil, muy distinto a lo que hubiera sido un día soleado o al menos con mayor cantidad de luz.
La potencia y velocidad de estas motos de competición (especialmente las de MotoGP de 1.000 c.c y potencia entre 240 y 290 caballos) que dependiendo de los tramos avanzan a velocidades entre aproximadamente 150 km/h y 361 km/h en los circuitos, hace que el AF tenga que ser enormemente rápido y preciso, así como muy eficaz el estabilizador de imagen, todo lo cual se complica todavía más si se desea utilizar velocidades de obturación entre 1/125 s y 1/320 s intentando hacer barridos para conseguir sensación motriz y que no aparezca la moto en la foto como si estuviera estática sobre la pista.
En este sentido, tirar a pulso con el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 (equivalente a un 400 mm f/2.8 en formato 24 x 36 mm) acoplado a la cámara Panasonic G9 Micro Cuatro Tercios a velocidades no muy altas es un auténtico deleite, gracias a su gran comodidad de manejo (el muy pequeño tamaño y peso del tándem hace que se pueda fotografiar con él durante mucho rato sin fatiga alguna), la enorme simbiosis entre el Sistema Óptico de Estabilización de Imagen (O.I.S) del objetivo y el estabilizador de imagen en cuerpo con 5 ejes Dual I.S 2 que permiten 5,9 pasos de mejora reales y el muy rápido y preciso AF basado en contraste mostraron su plena capacidad de adaptación a fotografía de acción no sólo de fauna salvaje sino de motos de élite corriendo a gran velocidad.
Michelle Pirro, hoy por hoy el mejor probador de motos del mundo junto con el australiano Casey Stoner. Aquí aparece pilotando la formidable Ducati Desmosedici GP18, la más rápida y potente moto de competición fabricada hasta la fecha en el mundo, un auténtico misil que ha llegado a correr a 365 km/h en pruebas realizadas en Italia y cuya planta motriz V4 de cuatro tiempos (con ángulo de cilindro de 90º, cada uno con dos árboles de levas en cabeza, el muy especial sistema desmodrómico dotado de enormes válvulas de control, cuatro por cilindro, y optimizado para su máximo rendimiento a las más altas revoluciones por minuto) con 290 caballos de potencia al freno y escape Akrapovic, ha sido desarrollada por el mago de la mecánica Gigi Dall´Igna (General Manager de Ducati), consiguiendo preservar la enorme potencia, velocidad punta y descomunal aceleración, pero mejorando notablemente el paso por curva y haciendo su conducción más dulce (la filosofía de ICBM transalpino con la Ducati Desmosedici GP 7 de 800 c.c de 2007 diseñada por Filippo Preziosi, no era emulable, ya que únicamente Casey Stoner era capaz de pilotar aquella inefable máquina), de tal manera que Ducati puede ganar en cualquier circuito, como ya han demostrado Andrea Dovizioso y Jorge Lorenzo. Fotografía realizada con el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter acoplado al objetivo (y que le convierte a efectos prácticos en un 560 mm f/4). © jmse
Valentino Rossi, nueve veces Campeón del Mundo de MotoGP y considerado el mejor piloto de motos de todos los tiempos junto con Giacomo Agostini, Mike Hailwood y El Maestro. Aquí aparece pilotando su Yamaha YZR-M1 de 1.000 c.c y 245 caballos de potencia, 4 cilindros en línea, refrigerada por líquido, caja de cambios de seis velocidades, escape Akrapovic y chasis de doble tubo de aluminio Delta Box con geometría de pilotaje multiajustable. Fotografía realizada con el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter acoplado al objetivo (y que le convierte a efectos prácticos en un 560 mm f/4). © jmse
Can Oncu, el piloto más joven de todos los tiempos en ganar una carrera del Mundial de Velocidad de Moto 3, con tan sólo 15 años de edad. Aquí aparece pilotando su moto KTM monocilíndrica con motor cuatro tiempos de 250 cc. © jmse
Marc Márquez. Cinco veces Campeón del Mundo de MotoGP. Hoy por hoy el mejor piloto de motos del mundo. Dotado de un enorme valor e indómito espíritu de lucha que le hacen competitivo en todo tipo de circuitos, son ya míticos sus giros en curva con inclinación de 68º, así como sus duelos con prácticamente la totalidad de los mejores pilotos de su categoría. Aquí aparece pilotando su Honda RC213V. Fotografía realizada con el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter acoplado al objetivo (y que le convierte a efectos prácticos en un 560 mm f/4). © jmse
Jack Miller, Subcampeón del Mundo de Moto 3 en 2014 y piloto de MotoGP desde 2015. Integrante del equipo Ducati Alma Pramac Racing. Aquí aparece pilotando su Ducati Desmosedici GP17. © jmse
Hafizh Syahrin, piloto del equipo Monster Yamaha Tech3 de Moto GP, corriendo sobre su Yamaha YZR-M1 en medio de una gran tromba de agua. Tanto la cámara Panasonic G9 como el objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un 400 mm f/2.8 en formato 24 x 36 mm) funcionaron sin ningún problema bajo muy fuerte lluvia. Fotografía realizada con el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter acoplado al objetivo (y que le convierte a efectos prácticos en un 560 mm f/4). © jmse
Andrea Dovizioso, dos veces Subcampeón del Mundo de MotoGP en 2017 y 2018. Ganador de 12 carreras de MotoGP y 51 podios. Durante los últimos dos años ha mejorado muchísimo su rendimiento, consiguiendo victorias en circuitos muy distintos, llegando incluso a batir a Marc Márquez en algunos finales de carrera de los que hacen afición, y su adaptación a las Ducatis de MotoGP es impresionante, siendo además junto con Valentino Rossi y Marc Márquez uno de los pilotos con mayor habilidad a la hora de frenar tarde. Se perfila con Marc Márquez como uno de los más firmes candidatos a ganar el Campeonato del Mundo de MotoGP en 2019, una temporada que promete ser probablemente la más apasionante de la historia, con un Valentino Rossi que increíblemente, sigue estando ahí a sus 40 años (con la gran desventaja que ello tiene frente a pilotos mucho más jóvenes, ya que el nivel de exigencia física en MotoGP es brutal), Marc Márquez que será a priori el favorito (aunque será un mundial muy abierto en el que todo puede ocurrir), un Maverick Viñales que quiere optar al título y un Jorge Lorenzo que hará pareja con Marc Márquez en Honda y deseará conseguir su cuarto Mundial de Moto GP. © jmse
Maverick Viñales, piloto del equipo Yamaha Movistar, girando en una curva. Obsérvese como desplaza el cuerpo hacia la izquierda sobre su moto Yamaha YZR-M1, buscando la posición óptima para superarla a la máxima velocidad posible. Fotografía realizada con el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter acoplado al objetivo (y que le convierte a efectos prácticos en un 560 mm f/4). © jmse
Marc Márquez, hoy por hoy número 1 del motociclismo mundial, iniciando su trazado en una curva sobre asfalto muy mojado, a gran velocidad y en medio de una impresionante manta de agua. Fotografía realizada con el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter acoplado al objetivo (y que le convierte a efectos prácticos en un 560 mm f/4). © jmse
¿ PUEDE LA PANASONIC G9 ACOPLADA AL OBJETIVO LEICA DG ELMARIT 200 MM F/2.8 POWER O.I.S IGUALAR LOS RESULTADOS OBTENIDOS POR LOS FOTÓGRAFOS PROFESIONALES QUE UTILIZAN CÁMARAS REFLEX FULL FRAME Y GRANDES Y PESADOS OBJETIVOS 400 MM F/2.8 EN CARRERAS DE MOTOS DEL MÁXIMO NIVEL?
Rotundamente no, debido a varios factores fundamentales :
a) El tamaño del sensor es importante a efectos de rango dinámico y rendimiento a isos altos. Y en esta faceta, los sensores formato 24 x 36 mm aventajan a los Micro Cuatro Tercios y APS-C.
b) La Panasonic G9 y el objetivo Leica DG Elmarit 200 llevan en el mercado aproximadamente un año, mientras que las cámaras réflex formato 24 x 36 mm y sus estado del arte grandes y pesados objetivos 400 mm f/2.8 son en este momento la cúspide evolutiva de aproximadamente 28 años de desarrollo tecnológico, óptico, mecánico y de experiencia cubriendo todo tipo de eventos deportivos : Campeonatos del Mundo de Fútbol, Olimpiadas, competiciones de esquí, patinaje artístico, Fórmula 1, etc.
Y las motos no son obviamente una excepción, por lo que durante ya muchas décadas dichos objetivos de 400 mm f/2.8 (además de los 300 mm f/2.8 y los versátiles zooms 70-200 mm f/2.8) muy profesionales, sobre todo de Canon y Nikon, han fotografiado con gran éxito las competiciones motociclísticas más importantes del orbe : Campeonatos del Mundo de Moto GP, Campeonato del Mundo de Superbike, Moto 2, Moto 3, el Campeonato AMA Superbike de Estados Unidos, el Bol d´Or y otros, desde la época de míticos especialistas en la fotografía del deporte de las dos ruedas a principios de los años noventa como Bob Martin, Simon Bruty, Pascal Rondeau, Oli Tennent, Chris Cole, Yann Guichaoua, Alain Patrice, que utilizaban mayormente cámaras Nikon F4 y Canon EOS 1 con película Fuji Velvia hasta la eclosión de la fotografía digital que tomó el relevo de la analógica en fotografía deportiva a partir de aproximadamente 2004, con posteriores fotógrafos de motos de competición de auténtica talla internacional como Andrew Wheeler, Mirco Lazzari, Alejandro Ceresuela, Gareth Harford, Gigi Soldano, Alberto Lessmann (fallecido en 2016), Vincent Guignet, Kurt Bradley, Jaime de Diego, Tony Goldsmith, Israel Gardyn, Marco Guidetti (fallecido en 2017), Juan Sanz, Dave Wilson, Alex Chailan, Oscar J. Barroso, Richard Walch, Jaime Olivares, David Persé, Mikel Prieto, Andoni Gascón, Quino de Mier, José Royo y otros.
La fotografía de motos es un género difícil, donde al igual que en los circuitos, impera la velocidad.
Los profesionales de la imagen están sometidos a un constante stress, la velocidad y potencia de las motos les obliga a entregarse al máximo en todo instante si quieren sacar buenas fotos, se suda más que a raudales en las carreras con buen tiempo, ya que el asfalto y los gases de las motos elevan considerablemente la temperatura en las zonas próximas a los circuitos con respecto a la de las gradas, el trepidante ritmo de las carreras incrementa el cansancio paulatinamente conforme van pasando las vueltas, tiene lugar un permanente clímax de excitación y emoción, los cuerpos quedan ateridos de frío cuando hay que hacer las fotos durante carreras con lluvia, etc, etc.
Y hay que enviar las mejores fotos cuanto antes, realizando la selección de las mismas en contextos muy frenéticos, además de que la necesidad de hacer fotos de las motos sobre distintas zonas de los circuitos hace que los fotógrafos profesionales tengan que usar constantemente scooters para desplazarse de un lado a otro con sus cámaras y grandes y pesados objetivos con sus monopies a cuestas.
Aquí no basta con ser un buen fotógrafo. La inmensa mayoría de fotógrafos de carreras de motos de competición aman estas máquinas de dos ruedas y todo lo que las rodea, llevan mucha carretera corrida y bastantes años de grandes satisfacciones pero también de sufrimientos, conocen los circuitos, sus tramos más representativos, los puntos de mayor peligro, las características de los distintos pilotos, las prestaciones de sus máquinas, cuando captar los momentos más representativos, cuando sacar partido de las mejores trayectorias y calidades de luz, etc.
Y usan mayormente objetivos Canon y Nikon 300 mm f/2.8 y 400 mm f/2,8, hoy por hoy virtualmente imbatibles, tanto por sus prestaciones ópticas y mecánicas como por la enorme experiencia que atesoran los profesionales que los manejan, que con frecuencia han de usarlos sobre monopié (sobre todo los 400 2.8 muy grandes y pesados, lo cual hace muy difícil su uso disparando a pulso).
En este sentido, objetivos como el Canon EF 400 mm f/2.8 L USM II de 16 elementos en 12 grupos, diafragma de 9 palas, estabilizador de 4 pasos, dimensiones de 163 x 343 mm y peso de 3850 g (12.000 euros) , el Canon EF 400 mm f/2.8 L USM III (13.500 euros) de 17 elementos en 13 grupos, diafragma de 9 palas, estabilizador de imagen de 5 pasos, dimensiones de 163 x 343 mm y peso de 2840 g (el más ligero objetivo con esta focal y luminosidad para cámaras full frame, con un 26% de reducción de peso con respecto al modelo anterior) y el Nikkor AF-S 400 mm f/2.8E FL ED VR de 16 elementos en 12 grupos, dimensiones de 159.5 mm x 358 mm y peso de 3800 g (14.300 euros) son la indiscutible referencia mundial entre los superteleobjetivos 400 mm f/2.8 junto con el Sony FE 400 mm f/2.8 GM OSS de 23 elementos en 17 grupos y diafragma redondeado de 12 palas (11.900 euros).
Y no podía ser de otro modo, ya que
El Canon EF 400 mm f/2.8 L USM II (con dos elementos de fluorita, uno de gran tamaño, ubicado en segundo lugar de la primera sección del grupo frontal, tras el delgado elemento delantero de gran diámetro, y otro en cuarto lugar, pegado a un delgado elemento de gran diámetro y pronunciada curvatura) y el Canon EF 400 mm f/2.8 L USM III (que presenta un diseño de barrilete modificado que minimiza la transferencia de calor, un nuevo esquema óptico en el que Canon ha cambiado de ubicación los grupos segundo, tercero y cuarto notablemente hacia la parte trasera del objetivo, moviendo el centro de masa hacia la montura, de tal modo que ahora los dos elementos de fluorita de gran tamaño van en el centro, muy próximos entre sí, y separados únicamente por un delgado elemento de gran diámetro, muy estrecho en su zona central y cuatro veces más ancho en su zona superior e inferior, quedando el elemento Super UD de gama alta algo más atrás, pegado a un muy delgado elemento óptico de pronunciada curvatura) son fabulosos, fabricados con aleación de magnesio y titanio, con un sellado de referencia antipolvo y humedad, dos excelentes recubrimientos antirreflejo (el Super Spectra y el Air Sphere), un excelente estabilizador óptico de 4 y 5 pasos respectivamente, que detecta automáticamente los movimientos de barrido y con tres modos IS, un enfoque automático dotado con USM (motor ultrasónico) rapidísimo y muy silencioso, ligeramente más veloz que la combinación Panasonic G9 + Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S, gracias a una CPU específica diseñada y desarrollada para conseguir un AF que va literalmente como un tiro, gracias a sus muy sofisticados algoritmos de enfoque, y con una gran precisión.
Por su parte, el Nikkor AF-S 400 mm f/2E FL ED es también estado del arte e incluye en su fórmula óptica seis elementos de primerísimo nivel : dos elementos de fluorita de enorme tamaño y espesor que interactúan en el grupo frontal, dos ED de dispersión extra baja (de los cuales el más grande, va ubicado en la zona central del objetivo con forma de semielipse y el otro, de tamaño mucho más pequeño y delgado, con forma de reloj de arena ahusado, se halla en la zona trasera del objetivo), uno delgado pero de notable diámetro que va pegado al mencionado elemento ED grande en la zona media del interior del objetivo y un menisco delantero con revestimiento de flúor que protege todo el sistema óptico tras él.
Evidentemente, Nikon ha puesto toda la carne en el asador en este objetivo, en el que ha utilizado la flor y nata de vidrios ópticos de su catálogo Ohara, además de que su estabilizador de imagen VR de cuatro pasos es bastante eficaz, sus multirrevestimientos Nano Crystal y Super Integrated estado del arte y su sistema AF con motor Silent Wave una obra maestra de velocidad y precisión, especialmente en modo AF continuo, gracias a un mecanismo electromagnético de apertura integrado en el diseño del objetivo.
Todos estos objetivos 400 mm f/2.8 de Canon y Nikon acoplados a cámaras réflex full frame con visor óptico como la Canon EOS 5D Mark IV, EOS-1D X Mark II, Nikon D850 y Nikon D5 son en estos momentos con diferencia la mejor opción para fotografía de motos de competición y de muchos otros deportes.
En lo tocante al Sony FE 400 mm f/2.8 GM OSS de 23 elementos en 17 grupos y diafragma redondeado de 12 palas, es también un objetivo estado del arte, con una fórmula óptica en la que destacan tres grandes elementos de fluorita ubicados en la zona central y un elemento ED en la zona trasera, además de otros tres elementos con pronunciada curvatura (uno de ellos, el de mayor tamaño, próximo al tercer gran elemento de fluorita con el que interactúa, otro situado cerca del elemento UD y otro situado en penúltimo lugar de la zona trasera del objetivo) y su sinergia con la excelente cámara mirrorless full frame Sony A9 es muy buena en fotografía de deportes, gracias a su muy rápido AF híbrido por detección de fase / detección de contraste, sus 20 fps en modo continuo con obturador electrónico y 5 fps con obturador mecánico, su estabilidad de disparo y su notablemente silencioso obturador.
c) Las cámaras réflex digitales profesionales formato 24 x 36 mm con visor óptico mencionadas anteriormente así como la excelente Sony A9 mirrorless full frame con visor electrónico son superiores a la hora de realizar enfoques selectivos a plena abertura f/2.8 de diafragma con respecto a las cámaras con sensor Micro Cuatro Tercios y APS-C, cuyo más pequeño tamaño de sensor hace que generen mayor profundidad de campo.
¿ PUEDE LA CÁMARA FORMATO MICRO CUATRO TERCIOS PANASONIC G9 ACOPLADA AL OBJETIVO LEICA DG ELMARIT 200 MM F2.8 POWER O.I.S CONSEGUIR BUENOS RESULTADOS EN FOTOGRAFÍA DE MOTOS DE CARRERAS DEL MÁXIMO NIVEL?
Rotundamente sí, no sólo buenos, sino soberbios sin ambages, gracias a varios factores trascendentales :
© jmse
a) La absolutamente insólita facilidad de manejo a pulso de la combinación cámara objetivo, ya que no se necesita para nada el uso de monopie alguno (posibilidad casi del todo punto inviable con los grandes teleobjetivos 400 mm f/2.8 de Canon, Nikon y Sony anteriormente mencionados), gracias a las muy reducidas dimensiones y peso del objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8, equivalente a un 400 mm f/2.8 en formato 24 x 36 mm. Hacer barridos a pulso con este objetivo es de una comodidad indescriptible, potenciada por la casi total ausencia de vibración en los disparos, al ser una cámara mirrorless que carece de espejo basculante.
b) La simbiosis entre el sistema óptico de estabilización de imagen (I.O.S) del objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S y el estabilizador de imagen en cuerpo con 5 ejes Dual I.S 2 permite 5,9 pasos de mejora reales, es de una enorme eficacia y superior a los excelentes sistemas de estabilización de imagen de los superteleobjetivos 400 mm f/2.8 de referencia para formato 24 x 36 mm de Canon, Nikon y Sony.
© jmse
c) La velocidad de AF obtenida por la Panasonic G9 con el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S es rapidísima, de tan sólo 0,04 segundos y muy eficaz con el modo de seguimiento continuo, en el que su alta tasa de disparo en ráfaga de 20 fps con el obturador electrónico marca la diferencia, con un porcentaje bastante alto de fotos bien enfocadas, al igual que con los 11 fps que consigue con el obturador mecánico.
Evidentemente, no alcanza los niveles estratosféricos de altísimas tasas de fotos nítidas de personas u objetos en movimiento que consiguen las cámaras profesionales reflex full frame Canon y Nikon, productos muy maduros en esta faceta y dotados con sistemas AF también muy sofisticados y basados en detección de fase, pero la velocidad y precisión de AF de la cámara Panasonic G9 con el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S son impresionantes.
d) La tasa de productividad de fotos realizadas por el tándem Panasonic G9 con el objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S puede ser notablemente superior a la realizada con los teleobjetivos estado del arte 400 mm f/2.8 para formato 24 x 36 mm de Canon, Nikon y Sony, ya que el muy pequeño tamaño y peso de la cámara Micro Cuatro Tercios de Panasonic y el objetivo de Leica equivalente a un 400 mm f/2.8 hacen que pueda trabajarse con ellos durante horas y horas sin fatiga, además de poder ir de un lado a otro llevando en mano la cámara con el objetivo acoplado y total confort, gracias a su más que notable portabilidad, algo totalmente inviable con los muy grandes y pesados objetivos 400 mm f/2.8 de Canon, Nikon y Sony, que precisan además el uso de monopié.
© jmse
e) El 1.4x Panasonic DMW TC14 teleconverter acoplado al objetivo (y que le convierte a efectos prácticos en un 560 mm f/4) es de una calidad extraordinaria, incluido en el kit de compra, y probablemente el mejor de todos los tiempos fabricado para cualquier formato, junto con el teleconverter integrado 1.4x con 8 elementos en 4 grupos del zoom super telephoto Canon EF 200-400 mm f/4L USM de 25 elementos en 20 grupos.
© jmse
Este sensacional 1.4x converter es una maravilla óptica. Está formado por 6 elementos en 4 grupos, pesa 115 gramos y su rendimiento óptico es tal que fue diseñado y fabricado específicamente para el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S, por lo que no puede ser utilizado con ningún otro objetivo.
Pueden apreciarse en imagen los once contactos dorados del Panasonic 1.4x DMW TC14 que permiten la preservación íntegra de la interactividad del objetivo con el cuerpo de cámara. © jmse
Por increíble que pueda parecer, a diferencia de lo que suele ocurrir con la inmensa mayoría de 1.4x converters, su acoplamiento apenas ralentiza el autofocus, que preserva de modo prácticamente íntegro tanto su velocidad como su precisión, mientras que la calidad de imagen experimenta una muy pero que muy leve merma, y con frecuencia no es fácil distinguir las fotografías hechas con el objetivo tal cual de las realizadas con el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter acoplado.
© jmse
Ello confiere al objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 (equivalente a un 400 mm f/2.8) una gran versatilidad, ya que su de por sí notable alcance puede ser incrementado, permitiendo cubrir más zonas de los circuitos.
© jmse
Y tras acoplar el Panasonic 1.4x DMW TC14 converter, fotografiar a pulso con un objetivo equivalente a un 560 mm f/4 preservando una excelente calidad de imagen, es algo verdaderamente espectacular.
¿ ES EL LEICA DG ELMARIT 200 MM F2.8 POWER O.I.S UN OBJETIVO FOTOGRÁFICO ESTADO DEL ARTE ?
A mi modesto entender, sin duda.
En primer lugar, previo a cualquier consideración óptica, mecánica o física, lo es porque no había más remedio.
Es decir, el muy pequeño tamaño del sensor Micro Cuatro Tercios obliga a que el objetivo sea estado del arte si se quiere conseguir la máxima calidad de imagen posible en centro, bordes y esquinas, aderezada por una muy consistente uniformidad lumínica, porque en todo momento se parte en desventaja con respecto a los sensores formato 24 x 36 mm de las cámaras full frame, superiores en rango tonal y en rendimiento a isos altos.
Y Leica, consciente de que no podrá igualar los resultados obtenidos por los objetivos Canon EF 400 mm f/2.8 L USM II, Canon EF 400 mm f/2.8 L USM III, Nikkor AF-S 400 mm f/2.8E FL ED VR y Sony FE 400 mm f/2.8 GM OSS decide aproximarse todo lo posible a ellos en calidad de imagen, siguiendo un esquema óptico casi telecéntrico y una senda conceptual de mayor rendimiento óptico a los dos diafragmas más abiertos inspirada en el Apo-Telyt-R 280 mm f/4 limitado por difracción a f/5.6, pero haciendo que el objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S esté casi limitado por difracción a aproximadamente f/3.5, consiguiendo así que la máxima calidad de imagen obtenida en el centro sea a plena abertura f/2.8, algo verdaderamente admirable e insólito.
Es decir, este objetivo para formato Micro Cuatro Tercios da más calidad de imagen en el centro a f/2.8 que a f/4, f/5.6 y f/8.
Por otra parte, el centrado de sus 15 elementos es de una precisión extraordinaria, lo cual influye también notablemente en la soberbia calidad de imagen que produce, sin olvidar su excelente calidad mecánica, perceptible al girar el aro de enfoque, cuya suavidad y precisión de helicoidal son muy relevantes, al igual que el muy bello diseño del objetivo.
© jmse
El Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un 400 mm f/2.8 en formato 35 mm) es un objetivo extraordinario, que sigue una ruta casi telecéntrica que permite que llegue al sensor una gran cantidad de luz de modo perpendicular y con gran pureza sobre toda la superficie de imagen, aprovechando al máximo la muy corta distancia de brida de 19.25 mm inherente a la montura de bayoneta Micro Cuatro Tercios y obteniendo a la vez la mayor simbiosis posible con la especial arquitectura del pequeño sensor de dimensiones 18 mm x 13.5 mm (con diagonal de 22.5 mm) y un área de imagen de 17.3 x 13 mm (con diagonal de 21.6 mm) y aspect ratio nativa 4:3.
Este objetivo de referencia en el ámbito del formato Micro Cuatro Tercios es fabricado en Japón bajo muy estrictas especificaciones Leica, con tolerancias mecánicas de 1/100 mm o 10 micrometros para la precisión de la montura, ajustes de enorme exactitud para el movimiento de enfoque y un fabuloso centrado de sus elementos ópticos con desviación axial máxima inferior a 30 segundos de arco, con lo que se consigue hacer coincidir plenamente el eje óptico con el eje mecánico de cada elemento de vidrio.
Y su corrección de las aberraciones ópticas es impresionante, pese a que su fórmula óptica carece de elementos asféricos.
De hecho, el uso de lentes asféricas no garantiza per se que un objetivo sea " mejor ".
En primer lugar, porque la calidad de los diferentes tipos de lentes asféricas existentes varía mucho.
Es muy distinto el nivel cualitativo de las superficies asféricas fabricadas por medio de moldeado a presión con gran precisión (sobre todo para objetivos angulares) o talladas y pulidas con máquinas CNC estado del arte (especialmente con teleobjetivos) del modo en que lo hacen Leica y Zeiss con parámetros en gran medida artesanales y una muy amplia tasa de elementos ópticos rechazados (lo cual unido al mucho tiempo que se tarda en realizarlos incrementa mucho el coste de producción) o de las lentes asféricas hechas mediante técnica de moldeado de precisión al más puro estilo Nikon con su muy avanzado método PGM ablandando el vidrio óptico mediante calentamiento y dándole a continuación la forma asférica necesaria en un molde hecho con material resistente al calor, que las lentes asféricas híbridas con plástico (material muy barato y fácil de moldear, a diferencia de los mejores vidrios ópticos, cuyo precio es muy elevado y son muy difíciles de moldear) que añaden una muy delgada capa óptica realizada con este material a una lente esférica convencional moldeando el plástico hasta conseguir la adecuada forma asférica.
Es cierto que los elementos asféricos de gama alta y estado del arte, con sus complejas superficies curvas en las que se produce cambio de curvatura para optimizar la transmisión de la luz y la corrección de las distorsiones que tienen lugar en las lentes esféricas, han sido fundamentales en los objetivos fotográficos más modernos para conseguir niveles referenciales de poder de resolución, contraste, corrección de las aberraciones esféricas, eliminación o reducción del error de apertura, etc, y que la integración de dichos elementos asféricos en la parte delantera o trasera del sistema óptico supervisada por instrumentos muy sofisticados computerizados y guiados por láser para un preciso análisis interferométrico elimina o reduce en gran medida la distorsión, además de que han conseguido la génesis de objetivos de tamaño y peso más pequeño gracias a la reducción del número de elementos y grupos ópticos.
Pero no basta con ello, ya que la experiencia y talento del diseñador óptico serán fundamentales para ubicar dichos elementos asféricos en las mejores posiciones posibles (factor clave) dentro de la fórmula óptica del objetivo para que ofrezca ventajas reales a los fotógrafos profesionales a la hora de hacer sus fotografías con la máxima calidad de imagen posible.
Y no es menos cierto que existen otros caminos para conseguir tales beneficios sin usar elementos asféricos, tal y como demuestra este objetivo estado del arte
© jmse
Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S en el que la extraordinaria calidad de imagen que produce está fuertemente basada en el mencionado centrado increíblemente exacto de sus elementos ópticos, la difícilmente expresable con palabras casi limitación por difracción alrededor de f/3.5 (de tal modo que aunque el objetivo alcanza su mayor calidad de imagen a f/4 si se considera el rendimiento óptico global en centro, bordes y esquinas, la calidad de imagen en el centro a plena abertura f/2.8, verdaderamente impresionante, es ligeramente superior a la que obtiene en el centro a f/4, f/5.6 y f/8) y la introducción en la fórmula óptica de dos elementos UED de gama referencial con dispersión ultra extra baja.
Existe además un factor de enorme trascendencia : una cosa es el potencial de calidad de imagen que un objetivo puede llegar a dar y otra el porcentaje de dicho potencial que un fotógrafo puede extraer de él conforme a su habilidad, experiencia y talento.
Y evidentemente, aunque los formidables objetivos Canon EF 400 mm f/2.8 L USM II, Canon EF 400 mm f/2.8 L USM III, Nikkor AF-S 400 mm f/2E FL ED y Sony FE 400 mm f/2.8 GM OSS para formato 24 x 36 mm son la referencia ópticomecánica a nivel mundial, su gran tamaño y notable peso hace que se precisen mucha experiencia y dominio de la técnica, además de un robusto monopié, para poder manejarlos, por lo que aprovechar adecuadamente el máximo posible de su inmenso potencial es más difícil con ellos acoplados a extraordinarias cámaras réflex como la Canon EOS 5D Mark IV, EOS-1D X Mark II, Nikon D850 y Nikon D5 dotadas con soberbios sensores full frame, que con la combinación Panasonic G9 / Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un 400 mm f/2.8) con la que se puede trabajar a pulso en la inmensa mayoría de contextos fotográficos vinculados a fotografía de acción, fauna salvaje y deportes, gracias a su mucho más pequeño tamaño y peso, a la sensacional simbiosis entre los mencionados sistemas de estabilización de imagen de la cámara y el objetivo, y a que el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 (equivalente a un 400 mm f/2.8) es con diferencia el referente mundial en calidad de imagen de todas las ópticas diseñadas y fabricadas hasta la fecha para formato Micro Cuatro Tercios.
Ni que decir tiene que es muy importante intentar adquirir un filtro B + W de 77 mm UV o MRC transparente neutro de la máxima calidad posible para acoplar al objetivo y proteger el elemento frontal de arañazos, polvo, agua, etc, preservando a la vez un muy elevado porcentaje de su potencial óptico, que bajaría notablemente si se adquieren filtros UV baratos.
Por otra parte, es increíble hasta que punto este objetivo extrae con bastante consistencia una enorme cantidad del potencial del muy pequeño sensor (una auténtica maravilla tecnológica) para el cual fue creado y la impresionante calidad de imagen que puede dar en tamaños hasta aproximadamente 50 x 70 cm sobre papel fotográfico, reduciendo notablemente las distancias en calidad de imagen con respecto a los objetivos 400 mm f/2.8 para formato 24 x 36 mm, tal y como demostró a principios de 2018 el fotógrafo Joakim Odelberg en Madagascar, donde captó imágenes de especies endémicas de la isla con uno de los primeros prototipos de la cámara Panasonic G9 acoplada a un objetivo Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un 400 mm f/2.8), obteniendo espléndidas fotografías como la del primer plano de la cola y una de las manos de un lemur posado en un árbol, realizada disparando a pulso a iso 200, f/2.8 y 1/60 seg de velocidad, publicada en una de las páginas interiores de la revista Lumix Stories de primavera del 2018. El nivel de detalle y plasmación de texturas de esta fotografía es algo extraordinario y revela claramente lo que un experimentado fotógrafo profesional puede hacer con este objetivo de primerísimo nivel en sinergia con una cámara Micro Cuatro Tercios también de referencia y que alberga un excelente sensor.
Así pues, sin ningún género de dudas, la calidad de imagen que genera el objetivo objeto de este modesto artículo en combinación con la cámara Panasonic G9 Micro Cuatro Tercios es plenamente profesional y permite la publicación sin problemas de fotografías a doble página en revistas ilustradas de gran formato con excelente calidad de impresión y gramaje de papel, tal y como demostró también Joakim Odelberg en el anteriormente mencionado número de la revista Lumix Stories con la foto hecha disparando a pulso a ISO 200, f/2.8 y 1/125 s de velocidad de un lemur subido a un árbol en las páginas 14 y 15.
No obstante, pese a tratarse de un equipo creado para fotógrafos profesionales, la facilidad de manejo de dicha combinación cámara / objetivo, incluso tirando a pulso a velocidades de obturación muy bajas de hasta 1/15 seg e incluso 1/8 seg, consiguiendo imágenes nítidas y bien enfocadas con sujetos y temas estáticos, hace que este objetivo único en su género pueda ser utilizado también, obteniendo excelentes resultados, por fotógrafos semiprofesionales o aficionados avanzados, con la ventaja añadida de que su muy favorable distancia mínima de enfoque de 1.15 m, en comparación con el Canon EF 400 mm f/2.8 L USM II (2.7 m), Canon EF 400 mm f/2.8 L USM III (2.5 m), Nikkor AF-S 400 mm f/2E FL ED (2.6 m) y Sony FE 400 mm f/2.8 GM OSS (2.7 m), le convierten en una opción de primerísimo nivel para fotografía de retrato, ya que su bokeh a plena abertura f/2.8 es muy bello.
Por otra parte, éste es un objetivo preparado para sinergizar perfectamente con posibles sensores Micro Cuatro Tercios entre 30 y 60 megapixels que puedan aparecer en el futuro, ya que es previsible que ante el empuje de las cámaras mirrorless EVF full frame como la Nikon Z7 de 45.7 megapixels, la canon EOS R de 30 megapixels y la Panasonic SR1 de 47 megapixels, Olympus y Panasonic introduzcan cuanto antes en el mercado nuevas soberbias cámaras fotográficas formato Micro Cuatro Tercios con sensores más evolucionados, con mayor poder de resolución y mejor rendimiento a isos altos, además de superior calidad de imagen incluso a los isos más bajos.
Es por ello que la inversión a futuro en ópticas de gran nivel es algo muy importante a la hora de configurar cualquier equipo fotográfico, y en este sentido, los objetivos Leica son una garantía.
Además, es importante también el hecho de que el Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 (equivalente a un 400 mm f/2.8) que inició su andadura con un precio de 3.000 euros, fruto de las circunstancias de mercado, ha bajado su precio y puede encontrarse a aproximadamente 2.300 euros con el convertidor 1.4x incluido, es decir, una relación calidad/precio virtualmente imbatible en estos momentos y difícilmente repetible con un objetivo de este superlativo nivel.