lunes, 9 de junio de 2025

GRAN ÉXITO DE LA CONFERENCIA SOBRE ROBERT CAPA ORGANIZADA POR LA AGRUPACIÓN FOTOGRÁFICA AFOCER EN EL SALÓN DE ACTOS DEL CENTRO CULTURAL DE RIPOLLET (BARCELONA) EL 6 DE JUNIO DE 2025 : UN DÍA INOLVIDABLE Y REPLETO DE EMOCIONES

 Texto : José Manuel Serrano Esparza / Fotos : Joan Manel Vera Ortiz " Tito " , jmse.

El miércoles 4 de junio de 2023, dos días antes de la conferencia, falleció Dolores Bosch, madre de Josep Manel Requena Bosch, Presidente de Afocer, que comunicó la noticia tanto al ponente como a los miembros de Afocer, indicando además que no podría asistir a la conferencia, porque el día 5 de junio tendría que acompañar los restos mortales de su madre en el tanatorio, y el día 6 de junio por la tarde tendría que enterrar a su madre en el cementerio de la Sierra de Collserola, por lo que dió instrucciones a Joan Manel Vera " Tito " (Vicepresidente de Afocer) para que ejerciera funciones de vicepresidente durante la conferencia, expresando su deseo de que se desarrollara tal y como estaba previsto y lamentando no poder asistir. 

Ésto fue un gran mazazo anímico para los miembros de Afocer, tanto por su amistad de muchas décadas con Josep Manel Requena como por el hecho de que él había sido el gran artífice en la organización de esta conferencia, supervisando una pléyade de detalles con muchos meses de antelación. 

Asimismo, Josep Manel Requena, gran admirador de Robert Capa, había comentado varias veces la gran ilusión que tenía por asistir a esta conferencia. 

BREVE VISITA PREVIA DE UN GRAN FOTÓGRAFO Y SER HUMANO EXCEPCIONAL


Pero a las 17:30 h de la tarde se produce algo inesperado, atemporal y con diferencia lo más importante de todo lo que ocurrió dentro del Salón de Actos del Centro Cultural del Ayuntamiento de Ripollet (Barcelona) el 6 de junio de 2025 : Josep M. Requena Bosch (Presidente de Afocer), que acaba de enterrar a su madre en el cementerio de la Sierra de Collserola, hace acto de presencia por sorpresa en el interior del salón en el que va a tener lugar la conferencia sobre Robert Capa. 

A partir de este momento, todo el mundo se viene arriba, tanto los miembros de Afocer como el resto de asistentes procedentes de Barcelona capital y otras zonas de la provincia.

Josep Manel Requena está roto, agotado, con un inmenso dolor por la muerte de su madre y tiene los ojos todavía llorosos, pero ha decidido estar aquí unos pocos minutos antes de la conferencia con los 35 asistentes (que casi llenaron el aforo establecido de 40), muchos de ellos fotógrafos profesionales, para dar ánimos a todo el mundo, antes de regresar a su casa y estar a solas en estos momentos tan duros y difíciles. 

Josep Manel Requena ha sido durante los últimos 25 años uno de los más importantes preservadores del santo grial del fotoperiodismo, la fotografía documental y la fotografía de reportaje en Europa junto con Robert Pledge (Director de la agencia Contact Press Images), Jimmy Fox (Director de Fotografía de la Agencia Magnum durante 30 años hasta su fallecimiento en 2022), Jean François Leroy (Director del Festival Internacional de Fotoperiodismo Visa pour L´ Image), Karin Rehn Kaufmann (Directora del Premio Fotoperiodístico Oscar Barnack Award) y otros. 

Libro conmemorativo de la Décima Edición del Concurso de Fotografía Digital Aphotoreporter 2023 ( hoy por hoy uno de los más importantes del mundo), que incluye emotivo prólogo de Josep Manel Requena Bosch (Director) y las imágenes premiadas en las diferentes categorías del concurso. La fotografía de portada fue hecha durante la Guerra de Ucrania por Diego Herrera Carcedo, autor de la colección ganadora del Premio de Honor, que muestra la crudeza y el sufrimiento que se experimenta en los conflictos armados, imágenes que son un recordatorio poderoso de las consecuencias humanas de la guerra y nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la paz y la empatía. A la izquierda de la imagen está la página 5 de una revista original Weekly Illustrated del 28 de enero de 1939 en la que aparecen dos fotos hechas por Robert Capa dos semanas antes, el 13 de enero de dicho año, en Barcelona, cuando todos los hombres de hasta 50 años de edad fueron reclutados para luchar contra las tropas franquistas que se aproximaban cada vez más a la ciudad. Robert Capa capta desde muy cerca, sin ser detectado, una imagen muy dramática, porque el hombre que aparece en el centro de la imagen inferior es el marido de la mujer de la que se está despidiendo antes de entrar en combate y que aparece a la izquierda con un bebé en brazos, que es hijo de ambos, y la mujer que aparece a la derecha es probablemente hermana de la mujer con el bebé. © jmse 

Una admirable labor que se materializó en 2013 con la creación de la Bienal Internacional de Fotoperiodismo Aphotoreporter de fotografía de reportaje (hoy por hoy uno de los certámenes más importantes y de mayor nivel del mundo en este ámbito), cuyos principales artífices fueron Josep Manel Requena, Vicenç Semper (otro gran fotógrafo que fue durante varios años Presidente de Afocer) y Mari Ángeles Benítez (directora de Aphotoreporter durante varios años y vocal de concursos de Afocer), con un trabajo ímprobo y discreto, con frecuencia en condiciones muy duras, pero siempre seguro con respecto al fotoperiodismo y la fotografía de reportaje, a los que siempre ha considerado los géneros fotográficos más emocionantes y fascinantes. 

Y por si todo ello fuera poco, imágenes captadas por miembros de Afocer han sido seleccionadas varias veces desde hace años por el Festival Off Perpignan, siendo parte de sus exhibiciones. 

De hecho, Afocer, que comenzó su andadura en 1969, es desde hace décadas una de las organizaciones fotográficas más importantes de España, pese a lo cual siempre han hecho todo con humildad, experiencia y criterio, con la plena certeza de que es imprescindible la buena relación y comunicación entre las distintas sociedades, clubs y agrupaciones fotográficas para construir sinergias que beneficien a todos y permitan la consolidación y continuidad de la pasión por la fotografía que une a todos sus miembros. 

D. Luis Tirado (Alcalde del Ayuntamiento de Ripollet) en el interior del Salón de Actos del Centro Cultural del Ayuntamiento de Ripollet. Asistió en directo al evento para prestar su apoyo a Afocer con su presencia, plenamente consciente del inmenso legado fotográfico y cultural de las imágenes realizadas por Robert Capa entre 1932 y 1954, que son Patrimonio de la Humanidad.  

Óscar López (Concejal de Educación, Juventud y Memoria Histórica del Ayuntamiento de Ripollet) en el interior del Salón de Actos del Centro Cultural del Ayuntamiento de Ripollet. Asistió en directo al evento para prestar su apoyo a Afocer con su presencia, plenamente consciente del inmenso legado fotográfico y cultural de las imágenes realizadas por Robert Capa entre 1932 y 1954, que son Patrimonio de la Humanidad.  

Es Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona, y al igual que el alcalde, prestó gran atención a todas y cada una de las fotografías de Robert Capa que fueron proyectadas a gran tamaño y explicadas en profundidad durante la conferencia. 


Joan Manel Vera " Tito ", Vicepresidente de Afocer y Presidente en Funciones, en el interior del Salón de Actos del Centro Cultural de Ripollet, pocos minutos antes del comienzo de la conferencia. Hombre con medio siglo de experiencia en el sector de la imagen y muy profundos conocimientos de fotografía, se enamoró de ella a mediados de los años setenta, viendo aparecer poco a poco en una cubeta su primera imagen latente dentro de un pequeño laboratorio de blanco y negro.

Es un gran fotógrafo, especialmente en el género de fotografía de calle, con la que ha ganado abundantes premios. 

Vicenç Semper, extraordinario fotógrafo con más de medio siglo de experiencia. Fue durante muchos años Presidente de la Agrupación Fotográfica Afocer. 

Comenzó su extensa carrera fotográfica en 1970, como aprendiz en el Estudio Fotográfico Foto Billy en el Barrio de Gracia de Barcelona, donde aprendió a dominar las técnicas del laboratorio químico.

Después, en pocos años, se convierte en un gran experto en fotomecánica, trabajando en el diario El Correo Catalán durante once años, entre 1973 y 1984, desarrollando una gran pasión por el fotoperiodismo. 

A partir de 2005, se dedica a la fotografía solidaria (una labor que siempre ha estado presente en su vida), primero en Gramenet Imatge Solidària y después en Catalunya Mirades Solidàries, habiendo colaborado además con diferentes ONG como Entrepobles, Open Arms, Arrels, Fundació Pere Casaldàliga y otras. 

Es socio de la Agrupación Fotográfica Afocer desde 1990, habiendo sido su presidente entre 2013 y 2018.

Es un gran experto en tecnologías de impresión, tanto en el ámbito analógico como digital, e imparte cursos de fotografía organizados por Afocer.

Ha sido junto con Josep Manel Requena uno de los más importantes creadores e impulsores de la prestigiosa Bienal Internacional Photoreporter de fotografía de reportaje, fundada en 2013, y de Ripollet Image.

Ganador de gran cantidad de premios fotográficos durante su extensa carrera, ha destacado en distintos géneros fotográficos, especialmente en la fotografía de reportaje, habiendo recibido el Premio Epson 2007, además de ser distinguido como Artista Fiap de la Federación Internacional de Arte Fotográfico, y haber obtenido distintos galardones de la Confederación Española de Fotografía y la Federación Catalana de Fotografía. 

Asimismo, fue cofundador de la plataforma Concursos Digitales, que ha organizado hasta la fecha más de 400 certámenes. 

Ha realizado veinte exposiciones con fotografías propias, tanto a nivel nacional como internacional. 

Gran apasionado del fotoperiodismo y la fotografía de reportaje, su libro " Blues & Rock Cafe ", publicado en marzo de 2024, es un referente internacional en la fotografía de dicho tipo de música y conciertos, y fruto de muchos años captando soberbias imágenes en blanco y negro de distintos artistas de blues durante sus conciertos en diferentes bares muy genuinos, especialmente el Bar Blues de Cerdanyola del Vallès, plasmando fielmente su singular atmósfera y la personalidad de los intérpretes de blues. 

Instante en el que Viçent Semper, presentador de la conferencia, inicia su disertación sobre la figura de Robert Capa y su enorme importancia e influencia en la Historia de la Fotografía, mientras los abundantes asistentes llegados de Barcelona capital y distintas zonas de la provincia escuchan atentamente sus palabras. 


Vicenç Semper prosigue su alocución, incidiendo en el gran componente humano y de empatía con las personas que fotografiaba desde muy cerca, sin ser detectado, que caracterizaba al estilo de captar imágenes de Robert Capa, especialmente en los contextos más extremos, 

                                                                                                                                       © Tito afocer

donde optimizaba su gran talento, captando momentos definitorios en imágenes atemporales, gracias a su gran don para estar en el lugar adecuado en el momento idóneo, su gran velocidad de movimientos, su esfuerzo constante por captar las imágenes desde distintos ángulos, su formidable sentido de la anticipación para saber ver la foto y su asombrosa pericia con las cámaras formato 24 x 36 mm (Leica y Contax) y formato medio 6 x 6 cm (Rolleiflex Automat) que utilizó durante sus 22 años de carrera como fotógrafo profesional hasta su muerte en Thai Binh (Vietnam) el 25 de mayo de 1954. 


Vicenç Semper, visiblemente emocionado, está terminando ya su presentación, tras la cual


el ponente comienza un breve discurso recordando a Dolores Bosch, madre de Josep M. Requena Bosch (Presidente de Afocer), fallecida dos días antes, el miércoles 4 de junio de 2025, que ha sido enterrada hace pocas horas, por lo que Josep Manel no ha podido asistir a esta conferencia, aunque ha tenido el gran gesto de realizar una breve visita media hora antes del comienzo de la misma. 

Tras ello, jmse glosa la singular trayectoria de Afocer, agrupación fotográfica creada en 1969, que va camino de cumplir sus 60 años de existencia, habiendo sido capaces de preservar su singladura tanto en el siglo XX como en el XXI, hasta convertirse en una de las organizaciones fotográficas de referencia en España y Europa, con el colofón de la Bienal Internacional de Fotoperiodismo Aphotoreporter de fotografía de reportajes ( un evento fotográfico de auténtica talla internacional, que ha ido a más desde 2013, año de su fundación, y se ha consolidado con porfolios de extraordinarios fotógrafos, con imágenes hechas en los cinco continentes), en cuyo desarrollo, además de Josep Manel Requena, Vicenç Semper y Mari Ángeles Benítez, también han sido decisivos Josep María Oliver, Joan Expósito, Joan Manuel Vera " Tito ", Mari Carmen Benítez, Dolors Bassas, Noèlia Requena, Cristina Alcaide, Francisco Archs y Salvador Ribes. Miquel Pons y Glòria Molina.  


Finalmente, el ponente menciona también a Carme Aldana, figura icónica y trascendental en la evolución de Afocer.

Porque la Carmeta, con su gran energía, capacidad de organización, tremendas dotes de ingeniería social e impresionante capacidad de trabajo, fue una persona clave en el desarrollo de Afocer, hasta su fallecimiento en mayo de 2023.

Su proyecto fotográfico Escalera 5 Planta 4 fue un legado fotográfico, repleto de humanidad, que dejó no sólo a los miembros y amigos de Afocer, sino también a cualquier apasionado de la fotografía. 

Carme Aldana no pudo ver la muy emotiva inauguración de su exposición en la Sala de Arte del Centro Cultural de Ripollet (Barcelona), que tuvo lugar el 8 de julio de 2023, evento en el que Josep Manel Requena y Glòria Molina ensalzaron su estratosférica calidad humana, que le permitió empatizar con los profesionales del hospital y poder realizar su singular reportaje en blanco y negro. 

Con su entereza y optimismo ante la adversidad, la Carmeta siempre quiso dar ánimos a sus compañeros de Afocer y exhortarles a que prosiguieran cada vez con más fuerza el periplo surcado desde 1969, dedicados a la enseñanza, conservación, promoción y difusión de la fotografía, en todos sus aspectos.   

                                                                                                                                      @ Tito afocer

A continuación, el ponente explicó una por una setenta fotografías de Robert Capa que fueron proyectadas en pantalla con una espectacular calidad de imagen que hizo las delicias del numeroso público asistente (35 personas, que tratándose de un viernes entre 18:00 h y 20:00 h, es una cantidad considerable, al no ser Ripollet una capital de provincia ni ciudad grande, aunque sí con una gran tradición fotográfica, encarnada por Afocer y los muchos fotógrafos profesionales que viven en ella).   

                                                                                                                                    @ Tito afocer

La gran calidad del proyector central del Salón de Actos del Centro Cultural de Ripollet, permitió a los asistentes una inolvidable visualización de las imágenes, pertenecientes a una época gloriosa del fotoperiodismo, caracterizada por la muy bella estética de imagen vintage que generaban las películas químicas en blanco y negro de la época, especialmente las cinematográficas de nitrato formato 24 x 36 mm como la Eastman Kodak Nitrate Panchromatic de sensibilidad Weston 32 (equivalente a aproximadamente ISO 40), Agfa Gevaert Belgium, SS Panchro, Eastman Kodak Super X, Agfa Isopan ISS, en sinergia con su revelado sobre todo con Agfa Rodinal, que potenciaba la nitidez en contornos y permitía muy buen discernimiento de detalles para la época.

Aquí vemos el momento en que es proyectada en pantalla una de las fotografías que Robert Capa le hizo a León Trotsky el 27 de noviembre de 1932 con una cámara Leica II (Model D) con objetivo Leitz Elmar 50 mm f/3.5 y película química de blanco y negro Eastman Kodak Nitrate Panchromatic en el Palacio de los Deportes de Copenhague (Dinamarca), captando con gran maestría uno de sus característicos gestos.  


Y aquí es proyectada en pantalla en tamaño muy grande otra de las fotografías hechas por el fotógrafo húngaro a León Trotsky durante la mencionada conferencia. 

De los 29 fotogramas formato 24 x 36 mm que expuso ese día, nueve se velaron y algunos sufrieron deterioros parciales, como los visibles en la zona superior central de esta fotografía, en la que Robert Capa captó al líder revolucionario ruso en otro de sus gestos característicos, también desde muy cerca y sin ser detectado. 


El público, muy entregado y apasionado por la fotografía, supo apreciar la inefable trascendencia de las fotografías hechas por Robert Capa entre 1932 y 1954, muchas de ellas icónicas, con una gran influencia en los fotoperiodistas posteriores del siglo XX y XXI, hasta el punto de que durante las dos horas de conferencia, reinó un respetuoso silencio, muy de agradecer, mientras contemplaban con delectación las imágenes que eran proyectadas en pantalla, con frecuencia en tamaño gigante, y escuchaban la explicación exhaustiva de cada fotografía por parte del ponente, incluyendo tanto los detalles dramáticos más palpables como aquellos a veces no perceptibles en una primera mirada, pero que también marcan la diferencia. 


Mapa de la zona al norte de Córdoba capital mostrando las tres columnas con tropas franquistas bajo el mando global del general Varela que atacaron las colinas Las Malagueñas y Torreárboles (Cerro Muriano) el 5 de septiembre de 1936 desde aproximadamente las 6:00 h de la mañana (8:00 h de la mañana de hoy en día). 

Robert Capa fotografió ese día a muchos milicianos alcoyanos de la CNT y la FAI de Alcoy (Alicante) que participaron en la batalla, así como a varios milicianos andaluces, escuchando una arenga previa al combate contra los feroces tabors de regulares marroquís. 


Momento en que el público observa en pantalla la imagen frontal de la Leica II (Model D) con objetivo Leitz Elmar 50 mm f/3.5 con la que Robert Capa hizo sus fotos en Cerro Muriano, tanto las pertenecientes a su reportaje La Arenga en la Finca de Villa Alicia como las imágenes que captó de la población civil del pueblo huyendo en masa hacia la Estación de Tren de Obejo y El Vacar. 

El obturador plano-focal de recorrido horizontal y cortinillas de seda engomada de esta cámara diseñada por Oskar Barnack era de una gran fiabilidad, sin olvidar la gran calidad de imagen para la época que conseguía el muy pequeño y ligero objetivo Leitz Elmar 50 mm f/3.5 de 4 elementos en 3 grupos, diseñado por Max Berek en 1924. 


Segundos después, los asistentes contemplan en pantalla a gran tamaño una imagen trasera de la mencionada cámara telemétrica formato 24 x 36 mm. Pueden apreciarse en la parte trasera superior izquierda el ocular del telémetro (a la izquierda del todo) y el ocular del visor (situado justo a su derecha). Es decir, aunque la Leica II (Model D) fue la primera cámara telemétrica formato 24 x 36 mm con telémetro integrado dentro del cuerpo de cámara y con la posibilidad de acoplar objetivos intercambiables de distintas focales, no incorpora visor y telémetro combinados en una sola ventana (algo que había sido introducido en la Zeiss Ikon Contax II diseñada por Hubert Nerwin en 1936), algo que solventarían con la Leica M3 en 1954. 


Varios destacados miembros del Ayuntamiento de Ripollet tuvieron la gentileza de asistir a la conferencia, apoyando con su presencia el evento muy bien organizado por Afocer.

Podemos ver en primera fila, de izquierda a derecha a Lurdes Serra Suñé (Concejala de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Ripollet), Luis Tirado (Alcalde del Ayuntamiento de Ripollet) y Óscar López (Concejal de Educación, Juventud y Memoria Histórica del Ayuntamiento de Ripollet). 

Todos ellos disfrutaron al máximo las imágenes de uno de los mayores genios de la fotografía de todos los tiempos, que fue pionero en muchas cosas, experimentando además, al igual que el resto de asistentes, una inolvidable inmersión en el momento y época en que estas fotografías fueron creadas, hace casi 90 años, gracias a la sensacional calidad de imagen del proyector central de la sala situado en la zona alta trasera de la misma, el tamaño muy grande, de varios metros de altura y anchura, de las imágenes proyectadas (sin pérdida de calidad) y la sublime estética de imagen vintage de las emulsiones químicas de blanco y negro mencionadas anteriormente. 

Una experiencia ciertamente única.  


Instante en el que es proyectada en pantalla en tamaño gigante de varios metros de altura y anchura una de las fotografías hechas por Robert Capa a un jovencísimo miliciano anarquista de la CNT de Alcoy (Alicante) de aproximadamente 16 años de edad con su brazo izquierdo apoyado en un tonel, sobre el que está de pie un jefe anarquista que pronuncia una arenga en la Finca de Villa Alicia (Cerro Muriano), intentando dar ánimos antes del combate y al que este miliciano mira hacia arriba, escuchando sus palabras en medio de gran nerviosismo y stress, plenamente consciente de su muy probable muerte en combate en pocas horas frente a tropas profesionales del Ejército de África.


Pocos minutos después, es proyectada en pantalla la siguiente foto hecha por Robert Capa a ese mismo miliciano, al que capta desde una distancia enormemente próxima, justo en el momento en el que se derrumba emocionalmente, con la casi certeza de que no volverá a ver a sus seres más queridos. 


Una gran intensidad emocional impregna fuertemente a los asistentes, que contemplan atónitos las imágenes hechas por Robert Capa a distintos milicianos durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia, acercándose al máximo, sin ser detectado, y captando algunas de las imágenes desde distancias entre 80 cm y 1,50 m, tanto con encuadres horizontales como verticales, moviéndose entre ellos con gran rapidez y desde distintos ángulos.

Puede verse en imagen, en primera fila, a Lurdes Serra Suñé (Concejala de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Ripollet), Luis Tirado (Alcalde del Ayuntamiento de Ripollet) y Óscar López (Concejal de Educación, Juventud y Memoria Histórica del Ayuntamiento de Ripollet) muy impresionados, totalmente inmersos en esta experiencia irrepetible, contemplando estas imágenes atemporales con gran atención y una tremenda intensidad emocional, 


que alcanza sus cotas más altas cuando aparece en pantalla la imagen de otro miliciano con gorra, de bastante mayor edad, al que Robert Capa ha estado analizando durante la arenga, haciéndole varias fotos de grupo, pero al que ahora capta aislado, justo en el momento en que se derrumba emocionalmente y su cabeza (que el fotógrafo húngaro mete dentro del encuadre junto con su hombro derecho y una manta que agarra con su mano derecha) cae lentamente hacia atrás, mientras cierra los ojos, sumido en total desesperanza, ante su muy alta probabibilidad de muerte en combate.


El público asistente sigue entusiasmado y muy atento a las imágenes que van apareciendo en pantalla, en tamaño muy grande, que permite apreciar todo lujo de detalles. 


Es ahora cuando surge en pantalla otra de las fotos hechas por Robert Capa durante la Arenga en la Finca de Villa Alicia el 5 de septiembre de 1936, imagen que fue publicada en la página 3 del número 15, volumen III, de la revista Weekly Illustrated, del sábado 10 de octubre de 1936, en tamaño 17,6 cm de ancho x 13,9 cm de alto y en la que aparece Enrique Vañó Nicomedes, jefe de milicias de la CNT de Alcoy, subido a un gran tonel y animando a los muchos milicianos anarquistas alcoyanos y andaluces que escuchan sus palabras antes del inminente combate, en medio de un clima de gran tensión y stress. 


Otra de las imágenes hechas por Robert Capa el 5 de septiembre de 1936. El fotógrafo húngaro capta aquí a varios milicianos anarquistas de la CNT y la FAI de Alcoy (Alicante) que están en la zona sur de Cerro Muriano, a punto de huir en un camión junto a varias personas del pueblo, mientras contemplan aterrorizados las columnas de humo que se elevan desde la cima de la colina Las Malagueñas (aproximadamente a 1 km de distancia del lugar en el que están), que está siendo bombardeada por la artillería y aviación franquista, ya que en ella hay abundantes tropas republicanas que defienden dicha cota. Y además del estruendo de las explosiones de los proyectiles de artillería calibre 75 mm, 105 mm y 155 mm y las bombas de aviación, las personas que aparecen en imagen, están oyendo también los disparos de ametralladora, mortero y fusil del combate entre ambos bandos.


Imagen que aparece en una de las páginas del número 2 de la revista ilustrada Nova Iberia de gran formato 36 x 26 cm de Febrero de 1937, en la que aparecen dos mujeres jóvenes que llevan en brazos a sus bebés durante su huida de Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936, con sus rasgos totalmente discernibles y un fondo con fotomontaje añadido que no tiene nada que ver con el lugar donde Capa hizo la foto, probablemente en la zona de Campo Alto, a unos 4 km de El Vacar.

El equilibrio muy precario con el que camina la mujer visible en el centro de la imagen, que sostiene a pulso con su brazo derecho a su hijo de unos 4 años de edad, apoyándole sobre su cadera, mientras agarra con su brazo izquierdo el brazo derecho de su madre agotada, para impedir que caiga al suelo, fue algo que impresionó enormemente a los asistentes, sobrecogidos al constatar la expresión facial de extenuación de esta joven mujer que lleva caminados unos 8 km desde Cerro Muriano, bajo un sol abrasador, con temperatura de 40º C, tiene los ojos cerrados por el enorme esfuerzo y la boca muy abierta, porque ya casi no puede respirar  


A continuación, llegó el turno de algunas imágenes hechas por Robert Capa en China, donde estuvo siete meses y medio, entre el 16 de febrero y el 22 de septiembre de 1938. 


Fotografía hecha por Robert Capa en Hankou en agosto de 1938 en la que aparece un joven padre chino que corre para poner a salvo cuanto antes a su hijo pequeño durante un bombardeo de la aviación japonesa, mientras suenan las alarmas de ataque aéreo.

Una vez más, la espléndida calidad de reproducción de las imágenes en pantalla completa y gran tamaño de varios metros de altura y anchura por el excelente reproductor digital del Salón de Actos del Centro Cultural de Ripollet marcó la diferencia y permitió que los asistentes disfrutaran una inolvidable experiencia por momentos cinematográfica, 


que alcanzó también grandes niveles de emoción cuando fue proyectada en pantalla la fotografía hecha por Robert Capa en Tai´erzhuang, frente de Xuzhou (China) en abril de 1938 a varias mujeres chinas que huyen de sus casas mientras la artillería japonesa está bombardeando la zona. 

Un tiro muy rápido e instintivo, en el que Robert Capa capta a una anciana china, visible a la derecha de la imagen, mientras camina deprisa intentando poner a salvo muchos ladrillos de té que lleva entre sus manos. 


Cámara telemétrica Zeiss Ikon Contax II, diseñada por Hubert Nerwin en 1936. Robert Capa utilizó esta cámara desde finales de mayo de 1937 hasta 1954, porque era muy superior a las cámaras Leica de los años treinta y cuarenta, gracias a su muy amplia base de telémetro de 90 mm, magnificación de visor de 0.75x y una longitud efectiva de base de telémetro de 67,5 mm, asi como un telémetro y visor combinados en lugar de las ventanas independientes para telémetro y visor de las Leicas en montura de rosca LTM39 que Capa había utilizado anteriormente, con lo cual se conseguía una mucho mayor precisión de enfoque, especialmente a los diafragmas más abiertos. 

Además, el objetivo Carl Zeiss Jena 5 cm f/2, diseñado por el genio óptico Ludwig Bertele en 1932 y utilizado por el fotógrafo húngaro acoplado a esta cámara, daba mayor calidad de imagen y era mucho más luminoso que el Leitz Elmar 50 mm f/3.5 y el Summar 5 cm f/2, especialmente a f/2 y f/2.8. 

Por otra parte, su muy avanzado obturador plano-focal de recorrido vertical con cortinillas de latón de la Contax II permitía alcanzar una velocidad de 1/1250 s, que era la más rápida existente en esos momentos. 

Los muchos fotógrafos y fotógrafas profesionales presentes en la sala, que disfrutaron de las imágenes proyectadas, mostraron también gran interés por los aspectos técnicos de las cámaras y objetivos utilizados por Robert Capa y su manera de fotografiar, que fueron explicados por el ponente. 


Otro instante decisivo captado por Robert Capa y proyectado en pantalla a gran tamaño con espectacular calidad de imagen : Robert Capa fotografía desde muy cerca a un brigadista voluntario extranjero en la Guerra Civil Española durante la ceremonia de despedida a las Brigadas Internacionales en el Balneario de Les Masíes, Montblanc (Tarragona), el 25 de octubre de 1938, con presencia de Juan Negrín y los más altos mandos militares de la República : el general Vicente Rojo, Enrique Líster, el coronel Modesto, Manuel Tagüeña, etc.  

Este hombre, al igual que sus compañeros brigadistas, sabe que la guerra está perdida, pero el fotógrafo le capta en un gesto muy simbólico : con el puño en alto, la mirada vidriosa, la barba sin afeitar de varios días y una expresión facial que revela firmeza en sus convicciones, además de furia. 

La película de todas las situaciones extremas que ha tenido que vivir durante su estancia en España pasa por su cabeza en estos momentos. 

Capa saca provecho de su cámara telemétrica Contax II, la suavidad de disparo de su obturador y el carácter de tele corto inherente al objetivo Carl Zeiss Jena Sonnar 5 cm f/2 que lleva acoplado, haciendo un retrato horizontal de cabeza y hombros a plena abertura f/2, con gran precisión de enfoque y discreción, desde un ángulo ligeramente diagonal derecho, sin ser detectado, quedando los demás brigadistas que aparecen al fondo fuera de foco. 

Los espectadores pudieron disfrutar plenamente esta icónica imagen, además de constatar que la transición entre zona enfocada y desenfocada era más abrupta en este objetivo que en las ópticas Leitz en montura de rosca LTM39 que Robert Capa había utilizado entre 1932 y mayo de 1937 acopladas a cámaras Leica.  


Enero de 1939 en Barcelona. Mujer corriendo con su perro hacia un refugio mientras suenan las sirenas de alarma por ataque aéreo de bombarderos alemanes e italianos sobre la ciudad. 

Una fotografía absolutamente icónica en la que Robert Capa muestra por enésima vez su magistral dominio del uso de las velocidades lentas de obturación y el barrido para generar impresionante sensación de movimiento en sus imágenes. 

La foto está hecha con su cámara telemétrica Contax II y objetivo Carl Zeiss Jena Sonnar 5 cm f/2, con el objetivo configurado a f/8 y la distancia de enfoque en 3 metros, para conseguir nitidez entre 2,34 y 4,20 metros. 

La foto está hecha probablemente a una velocidad de obturación de 1/45 s o 1/30 s. 

Parece como si el tiempo se hubiera parado en ese momento en el que la mujer corre con su abrigo puesto y dos bolsas que lleva agarradas con sus manos, mientras su perro la sigue en vistosa cabriola, ajeno al peligro. 

Las patas del perro, así como las piernas de la mujer y sus zapatos aparecen borrosos por trepidación, fruto de la baja velocidad de obturación, al igual que las personas que aparecen a la izquierda de la imagen, que también están corriendo. 

El fotógrafo capta al perro con gran pericia, en una fracción de segundo en la que está casi totalmente en el aire, apoyado sólo con su pata trasera izquierda en el suelo y las dos patas delanteras extendidas al máximo. 

La sinergia entre el eficaz barrido, la velocidad de obturación lenta y la precisión en el timing al disparar la cámara, hacen que los dos hombres más próximos a la principal protagonista de la imagen aparezcan también borrosos por trepidación, aunque se aprecia perfectamente que el hombre de la derecha está alucinado viendo la concentración y energía con la que Robert Capa hace la foto. 

Por otra parte, desde un punto de vista compositivo, el bordillo blanco de la acera visible en la zona central de la mitad derecha de la fotografía marca el punto de comienzo del área de imagen que es el epicentro de la acción, protagonizada por la mujer que corre con su perro, repletos ambos de dinamismo y el hombre quieto de pie a la derecha del todo, que mira a Robert Capa mientras hace la foto. 



Marzo de 1939, entre Argèles-sur-Mer y Le Barcarés (Francia). 

Un grupo de soldados republicanos camina a pie durante una durísima marcha desde el campo de concentración de Argèles-sur-Mer al de Le Barcarès, 32 km al norte, porque las condiciones de vida en Argèles-sur-Mer eran terribles, vivían en cabañas, sin agua corriente, y habían muerto muchos refugiados. 

En esta imagen Capa capta una gran columna de soldados republicanos que han huido a Francia y caminan junto a la playa, en medio de una temperatura muy fría, de unos -10 C, y un  viento gélido, vestidos con abrigos, mantas para pasar la noche y llevando maletas y bolsas con todo lo que han podido salvar. 



Leipzig (Alemania). 18 de abril de 1945. 

Robert Capa lleva rato dentro de esta casa en el segundo piso de la calle Jahnallee, 61, donde varios soldados norteamericanos de la Segunda División de Infantería de Estados Unidos han tomado posiciones y han instalado en el balcón una ametralladora inglesa Vickers con su trípode. 

Robert Capa hace varias fotos a Raymond J. Bowman, el servidor de la munición del arma y a Lehman Riggs, el soldado que maneja la ametralladora. 

Capa está en el balcón, a la derecha de ellos, a unos dos metros de distancia, con su cámara Contax II y su objetivo Carl Zeiss Jena Sonnar 5 cm f/2. 

De repente, suena un disparo. 

El soldado norteamericano Raymond J. Bowman, de Rochester, Nueva York, ha sido abatido de un disparo en la cabeza por un francotirador alemán armado con un fusil Máuser K98. 

Robert Capa y el servidor de la ametralladora Lehman Riggs ven el impacto de la bala en la cabeza y como Raymond J. Bowman cae al suelo muerto en el acto. 

                                                                                                                                       @ Tito afocer

1939. Chico joven en Arlon, provincia de Luxemburgo (Bélgica) viendo un desfile durante la celebración del centenario de la incorporación de la provincia a Bélgica. Capa hace un tiro totalmente frontal, sin ser detectado, en el que capta al muchacho que se ha subido a una verja de hierro y está absorto en sus pensamientos.

El fotógrafo plasma un momento definitorio en el que el chico agarra fuertemente con su mano derecha una de las zonas metálicas de la verja, rodeado por otras personas que asisten también al desfile. 

Compositivamente, la imagen está dominada por una potente diagonal derecha / izquierda que comienza con el hombre visible a la derecha del todo de la imagen, con gabardina, traje y sombrero, que está mirando al cielo, sigue con la mujer ensimismada con sombrero que está al lado del chico y termina con el principal protagonista de la imagen. 

Por otra parte, vemos a la izquierda a tres personas más, parcialmente tapadas por la verja de hierro, y uno de ellos agarra también fuertemente con su mano derecha la zona superior de uno de los fustes metálicos de la verja.


Septiembre de 1945 en Amsterdam (Holanda). Niño huérfano. Holanda sufrió muchísimo bajo la ocupación alemana. 

El fotógrafo capta al niño con su Contax II con un encuadre vertical de arriba a abajo, desde una distancia muy corta, sin ser detectado, probablemente a diafragma f/2.8. 

En Holanda hubo una gran hambruna entre mayo de 1944 y noviembre de 1945 y este niño había padecido desnutrición hasta pocas horas antes de ser fotografiado por Capa. 

El fotógrafo saca partido de la luz natural, captando a este niño holandés, que ha pasado hambre, tal y como indica su rostro, plasmando un gesto definitorio, con la boca abierta, la mano izquierda agarrada a la barandilla de la cuna dentro de la que está, mirando hacia arriba y con el brazo y mano derecha orientados hacia arriba, como pidiendo ayuda. 

Es un encuadre muy cerrado, típico en Capa, y el epicentro de la imagen es la expresión facial del niño, que habla por sí misma. 

                                                                                                                                              © jmse 

Entre los numerosos asistentes a la conferencia hubo también miembros de otras organizaciones fotográficas, además de fotógrafos profesionales de reconocido prestigio como Salvador Atance ( Presidente de la Asociación Fotográfica Districte IX Imatge y ganador de abundantes premios y menciones honoríficas, tanto a nivel nacional como internacional). Vemos en imagen a varios integrantes de la Associació Fotogràfica de Sant Cugat del Vallès, posando en el interior del Salón de Actos del Centro Cultural de Ripollet (Barcelona) después de la conferencia. 

La tercera persona empezando por la izquierda es Jordi Blasco Gombau (organizador de diferentes actividades y salidas fotográficas de los socios de Afocer),  

                                                                                                                                    @ Tito Afocer

que realizó un gran trabajo proyectando en pantalla las fotografías de Robert Capa una por una, siguiendo las indicaciones del ponente. 

José Manuel Serrano Esparza desea dar las gracias de corazón a la Agrupación Fotográfica Afocer por su gran éxito en la organización de esta conferencia, a Josep Manel Requena Bosch (Presidente de Afocer) por sus muchos meses dedicados a la supervisión de detalles para la buena marcha de la misma, a Joan Manuel Vera " Tito " (Vicepresidente de Afocer) por su eficaz labor como Presidente en Funciones durante la conferencia, a Vicenç Semper por su presentación, a Luis Tirado (Alcalde del Ayuntamiento de Ripollet), Óscar López (Concejal de Educación, Juventud y Memoria Histórica del Ayuntamiento de Ripollet), Lurdes Serra Suñé (Concejala de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Ripollet), al Ayuntamiento de Ripollet por haber prestado amablemente el excelente Salón de Actos del Centro Cultural, y a todas las personas asistentes, a las que estoy también muy agradecido.

Finalmente, deseo también dar las gracias a la Agrupación Fotográfica Afocer por los magníficos libros que me regalaron ( tres libros conmemorativos del Concurso de Fotografía Digital Aphotoreporter ediciones 2019, 2021 y 2023, el soberbio libro Blues & Rock Cafe con fabulosas imágenes en blanco y negro que me fue obsequiado por Vicenç Semper, y el libro " Guerrer@s ", Homenaje a Joan Guerrero, maestro de muchos fotoperiodistas). 

Libro del Concurso de Fotografía Digital Aphotoreporter edición 2019, conmemorativo del 50º Aniversario de la Agrupación Fotográfica Afocer, fundada en 1969, y que durante sus casi 60 años de existencia ha conferido una gran importancia al fotoperiodismo, la fotografía de guerra, la fotografía de reportaje y la fotografía documental. A la izquierda de la imagen está la página 3 de una revista original Weekly Illustrated del 28 de enero de 1939 en la que aparecen tres fotos hechas por Robert Capa dos semanas antes, el 13 de enero de dicho año, en Barcelona, cuando todos los hombres de hasta 50 años fueron reclutados para luchar contra las tropas franquistas que se aproximaban cada vez más a la ciudad. © jmse 

                                                                                                                                            © jmse 

                                                                                                                                             © jmse 

                                                                                                                            © Joan Guerrero 

" Me habían preguntado, más de una vez, cual era la fotografía más querida de las que había hecho en mi vida profesional, y siempre salía con alegatos de no saber contestar. No tenía claro si algún día la conseguiría, posiblemente no llegué a pensar. Justo cuandom estaba a punto de cumplir los 60 años, marzo del 2.000, me encontraba en El Salvador cerca del lugar donde habían asesinado al obispo Romero.

Vi un grupo de gente sencilla alrededor de un altar improvisado, que entre cantos y violines se daban la mano. Hubo un momento de silencio cuando descubrí al viejo guanaco, como le dijo luego nuestro querido Pedro Casaldàliga.

Allí estaba esperándome. Él, con su cansada mirada de cristo agonizante mirando hacia sus adentros sin ver en su mirada.

En el preciso momento de hacer el click me di cuenta que por fin tenía mi fotografía. Allí estaba la grandeza y dignidad que tanto busqué, sin saber la forma aunque sí el fondo " 

                                                                                                                                                                                  Joan Guerrero

sábado, 24 de mayo de 2025

EL 5 DE SEPTIEMBRE DE 1936 HUBO MUCHAS MUERTES EN CERRO MURIANO

Texto y Fotos : José Manuel Serrano Esparza 

En la entrevista realizada a Juan José Obrero Castro por el diario La Voz de Córdoba el 18 de mayo de 2025, 

https://www.eldebate.com/espana/la-voz-de-cordoba/sociedad/20250518/me-siento-obligado-reivindicar-capa-cerro-muriano-donde-empezo-todo_297980.html

se leen los siguientes párrafos, en los que se afirma que en Cerro Muriano no hubo muertos el 5 de septiembre de 1936 :

" Sinceramente, discrepo de la idea de que en Cerro Muriano se produjeran matanzas o que hubiera muertos en aquel momento. En todos los pueblos donde ocurrieron hechos de ese tipo, siempre queda algún rastro, alguna memoria colectiva. Sin embargo, en Cerro Muriano no ha quedado nada de eso. La gente volvió a sus casas. Mi familia, por ejemplo, regresó tras haberse refugiado en el pantano cercano. También la familia de mi tío. Y nunca se habló de fusilamientos masivos ni de muertes como las que a veces se insinúan ". 

" Yo nací allí, y he hablado con muchas personas mayores que vivieron aquello. Mis tíos, que hoy tienen 93 y 94 años, eran niños entonces. Ninguno recuerda que hubiera muertes ni fusilamientos ". 

" Porque si hubiera habido muertos, si hubiera habido desaparecidos, las familias lo habrían dicho: «Falta mi tío, falta mi hermano…». Pero no fue así. " 

Pero la realidad es que hubo muchos muertos el 5 de septiembre de 1936 en Cerro Muriano, y también el 6 de septiembre de dicho año. 

En Cerro Muriano hubo muchos muertos el 5 de septiembre de 1936, día en que el frente de combates estuvo en la colina Las Malagueñas, la Finca de Villa Alicia y la colina Torréarboles, adyacentes a la zona sur de Cerro Muriano.  

Murieron muchos combatientes por ambos bandos, tanto el nacional como el republicano, especialmente en este último, ya que las tres columnas de ataque franquista (especialmente la de la derecha con los temidos tabors y escuadrones marroquíes de tabor de regulares) tenían mucha mayor experiencia de combate y desde un punto de vista militar eran tropas de élite de mayor nivel. 

Y no cabe ninguna duda de ello.

Basta con observar el plan de ataque del general Varela con tres columnas para deducir rápidamente, sin ningún género de dudas, que tuvo que hubo muchos muertos durante los combates del 5 de septiembre de 1936 : 



Se observa claramente que es una operación de aniquilamiento de las tropas republicanas y milicianos, por lo que la columna más importante es la de la derecha, con los tabors y escuadrones de regulares marroquís de Sáenz de Buruaga, que fueron los que realizaron la maniobra envolvente y mataron el mayor número de combatientes republicanos y milicianos anarquistas de la CNT y la FAI de Alcoy (Alicante), así como milicianos andaluces de distinta procedencia.   

Así pues, desde aproximadamente las 6:00 h de la madrugada (8:00 h de la mañana hoy en día), el general Varela organiza un ataque con tres columnas de tropas franquistas para intentar tomar por asalto las colinas Las Malagueñas y Torreárboles (cotas repletas de milicianos y soldados republicanos) que son fundamentales para la ulterior conquista de Cerro Muriano, pueblo situado 15 km al norte de Córdoba capital y que es un enclave estratégico de enorme importancia : 

a) La columna del centro (al mando del comandante Antonio Álvarez Rementería, con trescientos falangistas y una sección de la Unidad Mixta de Ingenieros) ataca la colina Las Malagueñas a través de su vertiente sur. 

b) La columna de la izquierda (al mando del comandante Sagrado, con dos compañías del Batallón » Gran Capitán «, reforzadas por una sección del III Tabor del Grupo de Regulares de Melilla nº 2 y 23 falangistas situados en la zona entre el Lagar de la Cruz y el Cerro de San Cristóbal, así como 120 requetés jerezanos y granadinos que taponan el acceso a Córdoba por el camino viejo de Obejo, hoy en día carretera de Los Villares, situados en el Cortijo de Los Ballesteros), al igual que la del centro, ataca la colina Las Malagueñas y tiene como misión fijar al enemigo en dicha cota mediante fuego de artillería con un cañón de 75 mm situado al sur del Cerro de San Cristóbal. 

c) La columna de la derecha (al mando del coronel Sáenz de Buruaga, máximo especialista en operaciones envolventes del Ejército de África), integrada por el 3er Tabor menos una sección del Grupo de Regulares de Melilla nº 2 al mando del comandante López-Guerrero, el 2º Escuadrón del Grupo de Regulares de Ceuta nº 3 al mando del capitán Luis Sanjuán Muriel y el 3er Escuadrón del Grupo de Regulares de Alhucemas nº 5, ambos a pie y formando grupo a las órdenes del comandante Gerado Figuerola, el 2º Batallón del Regimiento de Infantería Cádiz nº 33 al mando del comandante Baturone, una compañía de la Guardia Civil al mando del capitán Antonio Reparaz y dos secciones de la Unidad Mixta de Ingenieros). 

Columnas cuya composición exacta de unidades militares fue descubierta hace años por Patricio Hidalgo Luque. 

Pese a que la Batalla de Cerro Muriano tuvo evidentemente una envergadura muchísimo menor que grandes batallas de la Guerra Cilvil Española como Brunete en 1937 o la Batalla del Ebro en 1938, ambas con miles de muertos por ambos bandos, fue una batalla importantísima del frente sur en 1936, 



y esta fortísima columna de la derecha del ataque diseñado por el general Varela revela claramente que los combates fueron muy violentos y con muchos muertos, ya que los efectivos republicanos y milicianos en la zona sumaban unos 2.000 combatientes y las tropas franquistas atacantes unos 1.500. 

Porque desde un punto de vista militar, esta columna de la derecha al mando del coronel Sáenz de Buruaga tenía como misión envolver la colina Las Malagueñas a través de su vertiente norte para intentar tomar por asalto su cima y capturar el puesto avanzado de mando republicano en la zona ( integrado por los comandantes Juan Bernal, Gerardo Armentia, José Balibrea y Aviraneta ), situado en un palacete sobre la cima de dicha colina denominado Mansión de Las Malagueñas, tras aniquilar a las tropas republicanas que defendían dicha cota, 




atacando cuesta arriba a través de su vertiente norte, para coger entre dos fuegos a las tropas republicanas, que estaban siendo atacadas a través de su vertiente sur desde primera hora de la mañana por la columna del centro, cuya misión era fijar a las tropas republicanas, mientras la columna de la izquierda avanzaba hacia Torreárboles. 

Además, las tropas franquistas utilizaron constantemente durante la batalla tres piezas de artillería de gran contundencia : 


un cañón Schneider 75 mm/28 modelo 1906 (20-25 disparos/minuto), 


un cañón Vickers 105 mm modelo 22 (25 disparos/minuto) 


y un cañón Schneider de 155 mm modelo 1917 (2 disparos/minuto), cuyo fuego fue dirigido por el general Varela contra distintos objetivos establecidos por él en Las Malagueñas, el Cerro de la Coja y Torreárboles, desde aproximadamente las 8:00 h de la mañana (6:00 h de la mañana de entonces) hasta las 20:00 h de la noche ( 18:00 h de la tarde de entonces). 

Por tanto, el 5 de septiembre de 1936 hubo muchos muertos. 

Ésto está perfectamente documentado en los libros 


A) " Diario de Operaciones del General Varela " del año 2010, publicado por Editorial Almena y compilado por Jesús Núñez Calvo. 

En la página 42 de dicho diario, el General Varela, comandante en jefe de las tres columnas franquistas  que atacaron Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936,  relata lo que encontraron las tropas nacionales al entrar en Cerro Muriano el 6 de Septiembre de 1936, tras luchar durante aproximadamente dos horas desde las 10:00 h de la mañana de dicho día : 


Es decir, el general Varela reconoce once muertos en las tropas nacionales : un maestro armero y diez soldados, y relata además que a los republicanos se les hicieron muchas bajas dicho día 6 de septiembre, que tuvieron que ser bastantes más de diez, porque normalmente las tropas republicanas y milicianos que se enfrentaban al ejército nacional tenían el doble o el triple de muertos en combate, al ser unidades con menor preparación, experiencia y bastante menor moral de combate que las unidades de élite del Ejército de África, curtidas en muchísimas batallas de guerra colonial en Marruecos desde los años veinte. 

Incluso, el capitán de artillería Eugenio Carrillo Durán resultó herido grave cuando baterías republicanas contrabatieron a la suya emplazada en el Cortijo de los Velascos, situado al oeste del apeadero de los Pradillos, tal y como descubrió Patricio Hidalgo Luque hace años.  

Por otra parte, estos once muertos del ejército franquista de los que habla el general Varela, fueron muertos durante al asalto a Cerro Muriano el día 6 de septiembre de 1936 a partir de aproximadamente las 10:00 h de la mañana, mientras que la batalla propiamente dicha había sido el día anterior, 5 de septiembre de 1936, en las colinas Las Malagueñas, Torreárboles y la Finca de Villa Alicia, que fue donde estuvo el frente de combates y donde participaron muchas más unidades militares de ambos bandos, por lo que tuvo que haber muchos más muertos por ambos bandos dicho día.  

Es decir, en las colinas Las Malagueñas y Torreárboles las tropas nacionales tuvieron que tener muchos más muertos que los doce muertos del día 6 de septiembre, porque la columna del centro atacó Las Malagueñas cuesta arriba, y Las Malagueñas estaban totalmente llenas de soldados republicanos, milicianos y oficiales republicanos afectos a la República, además de los comandantes de Estado Mayor Juan Bernal, Balibrea y Aviraneta, porque el Cuartel General Republicano en la zona estaba en la Mansión de las Malagueñas. 

Y las tropas republicanas tuvieron que tener sin duda muchas más bajas durante los tremendos combates del día 5 de septiembre en ambas colinas y la Finca de Villa Alicia. 

Es imposible atacar cuesta arriba Las Malagueñas a través de la vertiente sur sin tener muertos, porque Las Malagueñas estaban defendidas por más de 1.000 hombres. 

Y lo mismo con respecto a Torreárboles, además de que aquí la pendiente es mucho mayor, y atacar Torreárboles cuesta arriba a través de su vertiente sur sin tener muertos es imposible, porque en la cima había también muchísimos soldados republicanos y milicianos defendiéndolas, igual que la zona de la Finca de Villa Alicia. 

Tanto en dichos ataques cuesta arriba por las tropas franquistas como en la defensa por las tropas republicanas el día 5 de septiembre de 1936, ambos bandos tuvieron sin duda muchos más muertos que el 6 de septiembre de dicho año. 

Es decir, a los 11 muertos del ejército franquista que menciona el general Varela, hay que añadir muchos más que sin duda tuvo que tener el ejército nacional durante su ataque con tres columnas contra Las Malagueñas y Torreárboles, colinas que estaban defendidas por unos 2.000 soldados, oficiales republicanos y milicianos. 

No obstante, es difícil saber con precisión total 100% la cifra de muertos del bando nacional en la batalla de Cerro Muriano. 

Patricio Hidalgo Luque (máximo especialista del mundo sobre temas militares durante la Guerra Civil en Córdoba) ha descubierto con su habitual tesón y trabajo de años una cifra de diez muertos entre las tropas franquistas : el soldado Rafael Gallardo Valera, del batallón " Gran Capitán "  y nueve soldados marroquíes del 3er Tabor de Regulares de Melilla, resultando heridos graves dos tenientes, un maestro armero y once soldados, todos del mencionado tabor. 

Es decir, como mínimo murieron diez soldados nacionales durante la Batalla de Cerro Muriano, muertes plenamente confirmadas y documentadas, aunque probablemente la cifra real de muertos en las tropas franquistas el 5 de septiembre de 1936 fue de alrededor de 20, ya que era práctica común en ambos bandos dar cifras lo más bajas posibles de muertos propios y exagerar algo las del rival. 

Y por supuesto, en el bando republicano tuvo que haber bastantes más muertos, probablemente un mínimo de 120, tal y como veremos más tarde (tres o cuatro que fueron vistos por Franz Borkenau en el puesto de Cruz Roja de Cerro Muriano, tal y como explica en su libro " El Reñidero Español ", el miliciano anarquista de la CNT de Alcoy Federico Borrell García, al que vió morir de un disparo en el corazón su compañero Enrique Borrell Fenollar, y 120 cadáveres republicanos que se mencionan en la crónica de la portada del Diario Córdoba del 8 de septiembre de 1936, porque desde un punto de vista militar eran tropas con mucho menor nivel de preparación, experiencia y moral de combate que las tropas franquistas. 

Por supuesto que nadie del pueblo vió nada. 

Y si preguntas a los más mayores, te dirán que nadie vió nada, porque todo el mundo salió corriendo, huyendo de la guerra, y los muy pero que muy pocos que se quedaron dentro del pueblo el 5 y el 6 de Septiembre de 1936, salieron corriendo en cuanto vieron que los marroquís entraban en el pueblo a sangre y fuego a través del Camino de los Pañeros, junto a Piedra Horadada. 

Es decir, en el pueblo quedaron muchos muertos republicanos y muchas cosas, pero nadie del pueblo vió los numerosos cadáveres de soldados republicanos dentro de Cerro Muriano que menciona el general Varela, la ametralladora, las quince granadas de mortero de 50 mm, el cañón de 75 mm, los tres camiones, los cinco coches ligeros, etc, porque en esos momentos la prioridad fue salir corriendo y sobrevivir. 

Dichos muertos probablemente fueron enterrados con rapidez el 6 de septiembre de 1936 por la tarde, después de la batalla. 



B) " La Campaña de Andalucía " Servicio Histórico Militar, Monografías de la Guerra de España nº 3, escrito por el coronel José Manuel Martínez Bande, uno de los mayores expertos de todos los tiempos sobre la Guerra Civil Española. 

El coronel Martínez Bande, explica en su libro que las tropas republicanas tuvieron muchos muertos en Cerro Muriano, cuando dice : 


" El enemigo ha sufrido cuantiosas bajas y prácticamente renuncia ya a emplearse directamente contra Córdoba ". 

Y tiene total sentido, porque al ser los combates del día 5 de septiembre de 1936 mucho más intensos, cruentos y con participación de muchas más unidades militares por ambos bandos en Las Malagueñas, Torreárboles y la Finca de Villa Alicia que el día 6 de septiembre, las tropas nacionales tuvieron que tener como mínimo aproximadamente 20 muertos (especialmente entre las tropas marroquís de tabor de regulares, que eran las más feroces y siempre estaban en primera línea de fuego) y las tropas republicanas un mínimo de aproximadamente 150 muertos. 

Por otra parte, el escritor austríaco Franz Borkenau, que estuvo el 5 de septiembre de 1936 con los fotógrafos Hans Namuth y Georg Reisner, 

relata en su libro " El Reñidero Español ", que escribió en 1937, 


que vió en el puesto de Cruz Roja de Cerro Muriano tres o cuatro muertos. 

Por otra parte, con respecto a la afirmación de que " nunca se habló de fusilamientos masivos ni de muertes como las que a veces se insinúan ", es también un claro error, porque parte de una premisa que nada tiene que ver con la realidad, ya que los muertos durante la Batalla de Cerro Muriano ( la inmensa mayoría el 5 de septiembre y muchos menos el 6 de septiembre) no fueron evidentemente habitantes de Cerro Muriano ni sus familiares, sino milicianos de la CNT y la FAI de Alcoy, soldados republicanos de muchas unidades de distintas zonas de España y algunos milicianos andaluces que no eran de Cerro Muriano. 

Es decir, las muchas muertes de combatientes que hubo durante la batalla de Cerro Muriano no son ninguna insinuación, sino la realidad que está totalmente documentada desde hace años. 

Con respecto a la afirmación que aparece en la entrevista : 

" Mis tíos, que hoy tienen 93 y 94 años, eran niños entonces. Ninguno recuerda que hubiera muertes ni fusilamientos. " 

también es errónea y nada tiene que ver con la realidad, por los motivos que indico en el párrafo precedente, porque los muchos muertos que hubo por ambos bandos fueron combatientes y no personas del pueblo. 

Evidentemente, ninguna persona habitante de Cerro Muriano fue fusilada el 5 o el 6 de septiembre de 1936, 

pero sí hubo un fusilamiento de aproximadamente 50 soldados republicanos (algunos de ellos oficiales) en una trinchera, lo cual fue reflejado en varios periódicos de Córdoba durante la segunda semana de septiembre de 1936, tras la conquista de Cerro Muriano por las tropas nacionales. 



Fragmento de la crónica del periodista Juan Herrera en la portada del Diario Córdoba del 8 de septiembre de 1936 en el que se informa de que un grupo de soldados marroquís de tabor de regulares capturó dos días antes, durante la madrugada del 6 de septiembre de dicho año, a 50 soldados republicanos en una trinchera y les fusiló en el acto. 

pero sí hubo un fusilamiento de aproximadamente 50 soldados republicanos de infantería capturados en una trinchera, lo cual fue reflejado en crónica de Juan Herrera en la portada del Diario Córdoba. 

Por otra parte, está perfectamente documentada otra muerte más : la del miliciano anarquista de Alcoy (Alicante) Federico Borrell García " Taíno " ( que durante muchos años se pensó que era el famoso miliciano abatido captado por Robert Capa en Espejo, tal y como se descubrió en 2009), de la que informó su compañero Federico Borrell Fenóllar 

en una crónica escrita en Puerto Escandón (Teruel) en 1937, en la que relata como vió morir el 5 de septiembre de 1936 en la colina Las Malagueñas (Cerro Muriano) a Federico Borrell García " El Taíno " , crónica que fue descubierta por Miguel Pascual Mira en 2004. 

Por si todo ello fuera poco, Juan Herrera, periodista del Diario Córdoba,



en su crónica del 8 de septiembre de 1936 (probablemente al dictado del propio general Varela o el coronel Sáenz de Buruaga, a tenor de la gran cantidad de datos militares que aporta) explica varias veces con gran detalle los tremendos combates que tuvieron lugar el 5 de septiembre de 1936 en las colinas Las Malagueñas y Torreárboles, bombardeadas constantemente por la artillería y aviación franquista y que el 5 de septiembre de 1936 hubo 120 muertos republicanos en Cerro Muriano





El estilo narrativo despiadado y vocabulario tremendamente agresivo de esta crónica, fiel reflejo del contexto plenamente bélico del momento, aumenta todavía más si cabe el dramatismo de la cifra de 120 soldados republicanos muertos en combate, mientras que por motivos propagandísticos (algo típico en ambos bandos durante toda la Guerra Civil Española), no se dice en la crónica la cifra de soldados franquistas muertos en combate, que fue de 11 muertos documentados y probablemente alrededor de 20 reales.  


Filomena Díaz Rubio, cuyo hijo pequeño murió en Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936. 

Y por si todo lo anteriormente explicado fuera poco, hubo también muertes entre la población civil de Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936 durante la batalla, y está perfectamente documentada la muerte del hijo pequeño de Filomena Díaz Rubio y Juan Manuel Almansa García, que murió como consecuencia del impacto de metralla de un obús de artillería de 105 mm que hizo explosión junto a él, sus padres (que perdieron una pierna cada uno) y sus hijas Piedad y María Teresa (que resultaron heridas graves) mientras huían desde el Cerro de la Coja (Cerro Muriano) hacia la zona norte del pueblo :

http://elrectanguloenlamano.blogspot.com/2021/09/filomena-diaz-rubio-duena-y-senora-del.html