La presentación de su nueva cámara mirrorless full frame profesional Leica SL (Typ 601) por parte de Leica constituye un acontecimiento de enorme trascendencia, que va a marcar en gran medida la futura evolución de las cámaras fotográficas digitales profesionales y sus ópticas, que muy probablemente se decantará mayormente por el formato 24 x 36 mm.
Y ello obedece a varios factores muy significativos:
a) Se trata de una cámara profesional mirrorless con sensor CMOS full frame 24 x 36 mm y visor electrónico, que viene a sumarse a la muy importante tendencia iniciada históricamemnte por Sony con sus excelentes Sony A7 de 24,3 MP, Sony A7 II de 24, 3 MP, Sony A7R de 36,8 MP y Sony A7R2 de 42,4 megapíxels.
Así pues, dicha tendencia de futuro hacia el diseño y producción de cámaras mirrorless full frame con visor electrónico se ve muy reforzada por el lanzamiento al mercado de la Leica SL por parte de la empresa alemana y la enorme influencia que ello puede ejercer a corto y medio plazo en la industria fotográfica.
b) Leica incrementa de manera muy importante la velocidad, precisión y prestaciones de su AF, abrazando definitivamente la tecnología de enfoque automático en cámaras de ópticas intercambiables que inició en 2014 con su Leica T formato APS-C, tras muchas décadas de fabricación de cámaras y objetivos de enfoque manual, pese a que fue Leica quien inventó el primer sistema de autofoco, denominado Correfot, en 1976.
De hecho, la Leica SL de formato completo alcanza los 11 fps en RAW con un rapidísimo AF al que la empresa de Wetzlar califica como el más rápido del mundo en el segmento de cámaras full frame, si bien en mi opinión es algo que habrá que verificar, ya que éste es un ámbito en el que existen cámaras full frame con una rapidez y precisión de AF extraordinarias, como la Nikon D750 con su módulo autofocus de última generación Multi-CAM 3500 FX II en sinergia con el dsp EXPEED 4 (y que es a efectos prácticos una versión optimizada del también extraordinario y probado sistema AF de 51 puntos de sus cuerpos profesionales de gama alta como la Nikon D4S capaz de alcanzar los 11 fps con su área AF dinámica de 9, 21 y 51 puntos complementado por su modo 3D de seguimiento de enfoque), con el beneficio añadido de una sensibilidad de -3 EV que le permite un extraordinario rendimiento en contextos de luz muy baja e incluso con teleobjetivos acoplados a convertidores 1.4, 1.7x y 2x; o la Canon EOS-1DX con su soberbio AF de 61 puntos y que es capaz de alcanzar los 12 fps con una gran velocidad y precisión incluso en situaciones de luz muy baja.
No obstante, los indicios apuntan claramente a que el sistema AF de la Leica SL es de una velocidad y precisión impresionante, probablemente comparable al Sistema Híbrido Dual AF de la Olympus OM-D E-M1 formato Micro 4/3 — referente mundial de rapidez y precisión con sujetos estáticos y de movimiento lento, y dotado de un muy buen AF predictivo — y con un seguimiento de enfoque excelente y de gran exactitud para foto deportiva o de fauna en rápido movimiento.
Esto significaría con poco margen para la duda que la Leica SL es con diferencia la cámara mirrorless full frame con autofocus más rápido de todas las existentes hoy por hoy en el mercado fotográfico, sobre todo en condiciones de baja y muy baja luminosidad, donde la enorme rapidez y precisión de su AF son admirables.
Pero al margen de cual sea hoy por hoy la cámara full frame profesional con AF más rápido del mundo, en mi opinión, lo verdaderamente importante es el hecho de que una cámara mirrorless formato 24 x 36 mm con visor electrónico como la Leica SL sea capaz de competir tanto en velocidad y precisión de AF como en alta tasa de disparos en RAW — en buena medida gracias a su nuevo dsp Maestro II con gran capacidad de cálculo — con cámaras profesionales reflex full frame de gama alta y visor óptico (que son hasta la fecha la referencia en fotografía profesional con temas en movimiento merced a su impresionante rapidez de respuesta global) de empresas muy consolidadas en esta faceta como Canon o Nikon, sin olvidar el hecho de que un factor decisivo a la hora de realizar fotografía de acción es utilizar tarjetas de memoria lo más rápidas posibles y que marcarán grandes diferencias a la hora de vaciar el buffer entre ráfagas en modo RAW.
c) Un extraordinario visor electrónico de 4.4 megapíxels, muy superior a todos los EVFs existentes en el segmento de cámaras mirrorless profesionales, con una rapidísima tasa de refresco de 60 fps, gran tamaño y enorme resolución, magnificación de 0.8x, una nitidez excepcional y apenas tiempo de retardo entre presión del botón liberador del obturador e imagen,
Este es uno de los aspectos más fuertes de la nueva Leica SL y con él se inicia la génesis de un sueño que comienza a ser realidad: el desarrollo en el ámbito fotográfico profesional de EVFs de cámaras digitales con una calidad de imagen y comodidad de visionado que se aproxime todo lo posible a legendarios visores ópticos de cámaras analógicas réflex de formato 35 mm como las Leicas R8 y R9, Olympus OM-1 y OM-2 o de formato medio analógicas como la Pentax 645.
Este soberbio EVF de la Leica SL, denominado EyeRes, marca un antes y un después en el campo de las cámaras digitales profesionales, supone la introducción en el ámbito civil fotográfico de una tecnología que comenzó a usarse en el ámbito militar a principios de los años noventa y a buen seguro catalizará la reacción de las grandes empresas del sector que intentarán mejorar con la mayor rapidez posible este aspecto en sus cámaras, lo que redundará en beneficio de los usuarios, que podrán disponer de una amplia gama de EVFs con unas prestaciones impensables hace solo cinco años.
d) La adopción por parte de la Leica SL de la misma montura que la Leica T, lo cual demuestra sin ningún género de dudas que además de su soberbio diseño, la Leica T ha sido, es y seguirá siendo una cámara de gran calado en el futuro de la fotografía digital y no es en absoluto un capricho, sino una cámara plenamente profesional caracterizada por un bellísimo diseño atemporal y una nueva montura T muy versátil y de gran diámetro, que constituye el mayor logro en esta faceta por parte de Leica desde la patente de la bayoneta Leica M para objetivos intercambiables desarrollada por Hugo Wehrenfennig en Wetzlar en 1950, así como los primeros prototipos de ópticas Leica M.
Al igual que el diseño de montura M de Wehrenfenning permitió a la Leica M3 y modelos posteriores tanto analógicos como digitales una notable versatilidad haciéndola capaz de albergar no sólo objetivos de serie M, sino también de rosca M39 mediante la reducción en 1 mm de la distancia de registro, utilizando adaptadores,
la montura de bayoneta de la Leica SL — que es la misma que la de la Leica T, siendo la única diferencia el sensor formato 24 x 36 mm — hará posible el acoplamiento no sólo de los nuevos objetivos AF anunciados (Vario-Elmarit-SL 24-90 mm f/2.8-4 ASPH, Apo-Vario-Elmarit-SL 90-280 mm f/2.8-4 ASPH y Summilux-SL 50 mm f/1.4 ASPH) sino también los Leica M — cuya codificación 6-bit preserva todas las funciones tales como medición de exposición, prioridad a la apertura y opción manual — y los soberbios Leica R — gracias al Leica R-Adapter L — , existiendo también la opción de conectar la cámara a los objetivos cinematográficos Summicron-C y Leica Summilux-C mediante adaptador específico PL-SL.
e) El nivel cualitativo de construcción es extraordinario, ya que la Leica SL está fabricada mediante máquinas CNC estado del arte a partir de un bloque de aluminio que es fresado con gran precisión. Esto aporta al cuerpo de cámara una gran robustez y resistencia incluso en las más duras condiciones de trabajo.
f) Incorpora un muy eficaz sellado antipolvo, gotas de agua y suciedad, complementado por un avanzado sistema de autolimpieza de sensor por ultrasonidos, una tecnología cuyo pionero fue Olympus con su cámara E-1 de 2002, que todavía utilizan algunos fotógrafos profesionales como segundo cuerpo, sin haber tenido que limpiar manualmente el sensor durante más de 10 años, y que incorporaba además un excelente obturador de muy baja intensidad sonora al disparar, que aunque con un tiempo de retardo mayor, era casi tan silencioso como el de una Leica M.
g) Graba Video 4K UHD a 30 fps y mp4 a 120 fps. Si ya la Leica T graba video Full HD de gran calidad — especialmente con el Summicron-T 23 mm f/2 ASPH y los objetivos Leica M ultraluminosos acoplados mediante el adaptador T-M — , la posibilidad de grabar Video 4K UHD de la Leica SL en sinergia con los objetivos Leica T-L, los Leica R y los cinematográficos Summicron-C y Summilux-C supone un salto cualitativo muy importante en este aspecto.
h) CMOS de 24 megapíxels. Esto ha sido para muchos una de las mayores sorpresas, ante la presencia de cámaras profesionales de formato completo con sensor de 50 megapíxels como las Canon EOS 5DS y EOS 5DSR o de 42 megapíxels como la Sony A7RII.
Pero ello tiene su explicación, ya que está habiendo abundante confusión, falta de rigor y desconocimiento relacionados con el concepto calidad de imagen, que engloba una pléyade de factores a cual más importante, no sólo la resolución del sensor.
Ello ha generado la creencia por parte de algunos — dicho sea sin acritud alguna — de que cuanto mayor sea el número de megapíxels del sensor de una cámara, mayor será la calidad de imagen obtenida, lo cual no es cierto.
Existen otros factores muy importantes y determinantes en la calidad de imagen a considerar: rango dinámico obtenido, acutancia, calidad óptica de los objetivos acoplados y sinergia de su fórmula óptica con el sensor digital y el dsp de imagen, el contraste, la captación fidedigna de ambientes, la distancia de visualización, el tamaño al que serán impresas las imágenes, etc.
Hace varios años, Carl Merkin, fotógrafo profesional con muchas décadas de experiencia y que ha trabajado con cámaras de formatos muy distintos (gran formato 9 x 12 cm, 20 x 25 cm, Hasselblad 6 x 6 cm, Leica de 35 mm y otras) me comentó con mucha convicción tras hacer una foto de una mantis religiosa con una cámara de 5 megapíxels con muy buena óptica, que la cantidad de megapíxels no es en absoluto el factor decisivo a la hora de conseguir la mejor calidad de imagen posible con una cámara digital, sino que el aspecto más determinante es la calidad óptica del objetivo acoplado.
Sinceramente, creo que estaba y sigue estando en lo cierto, sin olvidar la también notable importancia de la calidad del sensor y del dsp de imagen.
Además de contar hoy por hoy con grandes expertos de talla mundial y gran experiencia en imagen digital como Dr. Volker Zimmer, Maike Harberts, Jesko von Oeynhausen, Markus Limberger, Andreas Lenhardt y otros, Leica confiere también mucha trascendencia a la fotografía en papel como entidad de naturaleza háptica y al feedback de los fotógrafos profesionales, más allá de las curvas MTF de los objetivos, los megapíxels del sensor o la imagen en la pantalla de un ordenador.
Este énfasis en el concepto háptico de la fotografía a su máximo nivel ha permanecido indemne tanto en el siglo XX como en el XXI, con ejemplos señeros como la exposición Pittsburgh de Eugene Smith o Génesis de Sebastiao Salgado.
Un sensor 24 x 36 mm de 24 megapíxels puede dar más calidad de imagen que uno de 50 megapíxels — mucho más exigente con las ópticas para poder alcanzar resultados excelentes — .
Y 24 megapíxels son mucho más que suficientes para cualquier fotógrafo profesional o aficionado avanzado en la inmensa mayoría de trabajos fotográficos de la más variada índole que no precisen ampliaciones en papel de más de un metro.
Por otra parte, un sensor formato APS-C puede conseguir también mejor calidad de imagen que un sensor full frame. Dependerá de muchos factores. En este sentido, lo logrado por Fuji con cámaras como la Fuji XT-1 de "solo" 16 megapíxels con su sensor X Trans II y DSP EXR II es digno de encomio, ya que puede con cierta frecuencia, gracias a su especial arquitectura y a la plena integración de óptica, sensor y dsp en simbiosis con la tecnología de optimización de modulación del objetivo, batir en calidad de imagen en tamaños en papel de hasta 50 x 70 cm e incluso mayores a algunas cámaras con sensor full frame de distintas marcas.
Sea como fuere, tengo la firme convicción de que la empresa de Wetzlar ha elegido la resolución de sensor más adecuada y equilibrada posible para una máxima sinergia con sus ópticas y el dsp Maestro II, y la Leica SL produce una excepcional calidad de imagen, propia del formato medio, con impresionantes resolución y contraste a todos los diafragmas y distancias de enfoque, pero sobre todo con una gama tonal muy amplia que la convertirán en uno de los referentes de su segmento de cámaras o bien en su buque insignia, potenciada además por el hecho de que pese a que su sensor CMOS "solo" es de 24 megapíxels, ha sido diseñado y fabricado bajo especificaciones muy estrictas de Leica, sin filtro de paso bajo y sobre todo con una arquitectura de píxel muy estudiada que optimiza al máximo el que la mayor cantidad de luz posible incida sobre cada fotodiodo, con lo cual se consiguen imágenes sin ruido incluso en las más bajas condiciones lumínicas, así como un rango dinámico espectacular, un excelente contraste y excepcionales valores de nitidez y captación de detalle.
Esto supone alcanzar un extraordinario nivel de uniformidad lumínica con soberbio rendimiento óptico en centro, bordes y esquinas de la imagen en el segmento digital profesional mirrorless full frame sin telémetro y la cúspide evolutiva aplicada a una cámara mirrorless formato 24 x 36 mm con visor electrónico del concepto iniciado por Hugo Wehrenfennig cuando en 1949 concibió la bayoneta M de cuatro piezas de la Leica M3 mirrorless con telémetro de 1954, cuyo diseño permitió que la máxima cantidad de luz procedente del sistema óptico de cada objetivo alcanzara las esquinas de la imagen.
i) La existencia en estos momentos de dos líneas de cámaras profesionales de gama alta full frame (la dslr con visor óptico encarnada por las Nikon D4, D4S, D750, Canon EOS 5D Mark III, Canon EOS 6D, Canon EOS-1D X, Canon EOS 5DS, Canon EOS 5DSR a las que hay que añadir la Pentax de formato completo recién anunciada; y la mirrorless full frame con EVF representada por las Sony A7, Sony A7 II, Sony A7R y Sony A7R2, a las que hay que añadir la Leica SL recién presentada) indican claramente una más que probable decantación del segmento profesional de cámaras digitales y sus ópticas hacia el formato 24 x 36 mm, sin que ello signifique por mi parte menoscabo alguno hacia el resto de formatos (APS-C, Micro 4/3, etc), que han generado excelentes cámaras pioneras de muchas tecnologías avanzadas y continuarán aportando notables cotas de interés al sector fotográfico. De hecho, auténticos tour de force tecnológicos como la Fuji XT-1 formato APS-C, Fuji X-Pro 1 formato APS-C, Samsung NX1 formato APS-C, Olympus OM-D E-M5 II formato Micro 4/3, Panasonic Lumix DMC-GH4 4K Micro 4/3, Panasonic Lumix DMC-G7KS 4K Micro 4/3, Panasonic GX-8 Micro 4/3 y otras son sin duda excelentes productos con muy buena relación calidad/precio, y es muy interesante e importante el que coexistan en el mercado cámaras con distintas filosofías, dimensiones, pesos y tamaños de sensor.
Pero creo sinceramente que la realidad es la que es y las ventajas que aportan los sensores grandes 24 x 36 mm son demasiado significativas en lo tocante a calidad de imagen en muy distintos aspectos (sobre todo en nivel de detalle, rango dinámico, ausencia de ruido a isos altos, así como muy superior control de la profundidad de campo y posibilidades creativas con fondos desenfocados) como para poder ser soslayadas, y si la sinergia entre los sensores full frame de las cámaras digitales profesionales — ya sean reflex con visor óptico o mirrorless con visor electrónico — con sus ópticas de muy alta calidad y sus dsp de imagen son las adecuadas, no tienen rival, además del hecho de que desde hace ya algunos años las cámaras APS-C y Micro 4/3 consiguen una calidad de imagen propia del 35 mm de la era analógica y las full frame 24 x 36 mm obtienen una calidad de imagen propia del formato medio, con las inmensas posibilidades que ello genera.
Nikon, Canon, Sony, Leica y Pentax son cinco empresas muy importantes y consolidadas en el mercado fotográfico digital, que han apostado muy fuertemente por las cámaras digitales profesionales con sensores formato 24 x 36 mm, un standard que ejerció una enorme influencia en la industria fotográfica durante el siglo XX y cuya asombrosa vigencia — que obedece a una pléyade de aspectos que trascienden el ámbito fotográfico y están relacionados con la proporción aúrea 2:3 — poco menos que inalterada durante el siglo XXI, confirma una vez más la grandeza de un genio y gran visionario llamado Oskar Barnack, creador de la Ur-Leica de 1914 y su formato 24 x 36 mm.
j) El tamaño de la Leica SL es grande, con unas dimensiones de 147 x 104 x 39 mm y un peso de 900 gramos, claramente más grande y pesada que las Sony A7, A7R y A7RII, la Leica M Typ 240 (139 x 80 x 42 mm y 680 g) y cualquier cámara Leica M de formato 24 x 36 mm.
Este es otro de los factores que ha provocado cierta sorpresa, ya que muchos esperaban una especie de Leica Q con ópticas intercambiables o una cámara de dimensiones tan sumamente reducidas como las Sony A7, A7R y A7rII , y la Leica SL es en realidad una especie de Leica S pequeña con un tamaño ligeramente inferior al de una Canon EOS DS o DRS.
Pero ello tiene su explicación, que obedece a cuatro motivos principales:
1) Leica ha querido seguir en gran medida la filosofía de sus cámaras réflex analógicas de 35 mm, que — pese a que algunas de ellas fueron realmente soberbias como la Leica R6.2, Leica R8 y Leica R9 — debido principalmente a la falta de autofocus, no pudieron competir en el mercado con las excelentes cámaras réflex de 35 mm de marcas japonesas como Nikon, Canon, Pentax y Olympus, que ofrecían además una relación calidad / precio muy difícil de batir.
2) A la hora de concebir una cámara mirrorless formato 24 x 36 mm con visor electrónico como la Leica SL, no existe una necesidad intrínseca de enorme máxima miniaturización viable de cuerpo de cámara y objetivos como sucede con la línea de cámaras Leica M, cuyas ópticas poseen no sólo una gran luminosidad, sino muy poca longitud, peso muy ligero y un diámetro de lente frontal muy reducido en aras de la máxima compacidad y facilidad de transporte posibles — además de que hay que evitar que los objetivos interfieran con el visor con telémetro acoplado —.
Aunque como consecuencia del inevitable stress mediático y rapidez desmesurada que preside muchos contextos, algunos han proclamado que la Leica SL es poco menos que una copia de la Sony A7, A7R y A7RII e incluso insinúan presuntas rencillas entre Leica y Sony, a mi modesto entender, nada más lejos de la realidad.
En primer lugar, las Sony A7 (416 g), A7R (465 g) y A7RII (625 g) y dimensiones 126.9 x 94.4 x 48.2 mm son notablemente más pequeñas y ligeras que la Leica SL (147 x 104 x 39 mm y un peso de 900 gramos).
Por otra parte, el cuerpo de las Sony A7, A7R y A7RII está fabricado en aleación de magnesio, un buen material de calidad más que suficiente para dichas tres excelentes cámaras mirroless de 35 mm con EVF, pero la Leica SL está hecha en aluminio unibody, un material de calidad muy superior a la de las aleaciones de magnesio y garantiza en gran medida una enorme resistencia al más duro trato profesional durante muchos años, pero el fresado unidad por unidad con varias fases en gran medida artesanales mediante máquinas CNC estado del arte incrementa enormemente el precio de fabricación.
3) Las Sony A7, A7R y A7RII son cámaras extraordinarias, con sensores de primerísimo nivel, capaces además de conseguir muy buenas calidades de imagen a sensibilidades estratosféricas, un campo en el que el gigante japonés, uno de los referentes mundiales en electrónica, si no el buque insignia, es virtualmente imbatible.
Son además cámaras de una enorme capacidad en contextos que no requieran alta velocidad o seguimiento de sujetos en movimiento y en situaciones lumínicas bajas y muy bajas, gracias a los altísimos ISOS operativos que pueden alcanzar y sus excepcionales sensores 24 x 36 mm, y es en mi opinión con los objetivos Leica M asféricos de última generación (sobre todo el Summilux-M 50 mm f/1.4 ASPH - 335 gramos. 52.3 x 53.5 mm- , Summicron-M 35 mm f/1.4 ASPH, Summicron-M 35 mm f/2 ASPH y Summicron-M 28 mm f/2 ASPH), el Summicron-M 50 mm f/2 (referente mundial Doble Gauss sin asféricos, fabuloso grado de miniaturización con dimensiones de 43,5 x 53 mm y 240 gramos que produce con la Sony A7R y A7II impresionantes resultados), los Asahi Super-Multi-Coated Takumar 50 mm f/1.4 de 1971 y Asahi SMC Takumar 50 mm f/1.4 de 1972 (con 7 elementos en 6 grupos y 8 palas de diafragma con muy bello bokeh, ambos también de dimensiones muy reducidas y un peso muy ligero de 250 gramos) acoplados mediante adaptador, y en menor medida con otros excelentes objetivos como el Carl Zeiss Sonnar FE 55 mm f/1.8 ZA con los que alcanzan no sólo los mayores niveles cualitativos en calidad de imagen sino también su máxima compacidad y auténtica simbiosis objetivos de alta luminosidad / cuerpo de cámara, mientras que con otras ópticas la sinergia es bastante menor, tanto con respecto a calidad de imagen como a equilibrio de tamaño del tándem cuerpo de cámara/objetivo.
Por tanto, en mi opinión, a Leica no le disgusta en absoluto la presencia de soberbias cámaras Sony mirrorless full frame en el mercado fotográfico, ya que ambas empresas pueden beneficiarse mutuamente de las interacciones activas y pasivas a efectos de ventas entre un gigante japonés de la electrónica y la empresa de Wetzlar que continúa siendo el referente mundial cualitativo óptico/mecánico en diseño y producción de objetivos fotográficos.
De hecho, desde que en noviembre de 2013 comenzaron a venderse unidades de las Sony A7 y A7R, son muchos los fotógrafos profesionales de diferentes paises del mundo que deseosos de obtener la máxima calidad de imagen posible. las han estado utilizando acopladas a objetivos como el Summicron-M 28 mm f/2 ASPH, Summicron-M 35 mm f/2 ASPH, Summilux-M 35 mm f/1.4 ASPH, Summilux-M 50 mm f/1.4 ASPH, Summicron-M 50 mm f/2 no asférico, Apo-Summicron-M 50 mm f/2 ASPH, etc.
4) Aunque la Leica SL refuerza todavía más la tendencia de futuro de cámaras profesionales mirrorless full frame con EVF iniciada por Sony en 2013 con las Sony A7 y A7R y confirmada por su lanzamiento de la Sony AR7II en 2015, la Leica SL sigue una senda distinta a la muy meritoria miniaturización de dichas cámaras Sony, ofreciendo un cuerpo de cámara y objetivos zoom de notables dimensiones, en absoluto excesivas, pero evidentemente más grandes de lo habitual en el segmento de cámaras mirrorless con visor electrónico.
Y ello obedece a una importante razón: por increible que pueda parecer, la Leica SL no intenta competir con las Sony A7, A7R y A7R II.
La raison d´être de la Leica SL gira en torno a un aspecto fundamental: la velocidad, e intenta competir de tú a tú con los buques insignias dslr Canon y Nikon full frame como all-around performer en rapidez de autofocus, cadencia de disparos en RAW, precisión de enfoque, y realización de trabajos fotográficos no sólo en contextos controlados como estudio, moda, arquitectura, etc, sino también en fotografía deportiva y de fauna en rápido movimiento, algo que hasta la fecha estaba más allá de las posibilidades de las cámaras mirrorless de formato completo con EVF.
k) Leica apuesta muy fuertemente no sólo por su cámara SL mirrorless EVF formato 24 x 36 mm con una velocidad de respuesta global y de rapidez y precisión de AF así como ráfagas en RAW bastante superior a lo existente en este segmento, sino también por sus dos zooms anunciados: el Vario-Elmarit-SL 24-90 mm f/2.8-4 ASPH con la más impresionante fórmula óptica realizada hasta la fecha en un zoom profesional standard: nada menos que 18 elementos — de los cuales cuatro son asféricos y once están hechos con vidrios especiales con dispersión anómala parcial para la corrección de las aberraciones cromáticas — en 6 grupos móviles.
Las curvas MTF mostradas por Leica de este zoom ciertamente de ensueño no dejan lugar a dudas: es el objetivo de focal variable que aporta mayor calidad de imagen en cuanto a resolución y contraste fabricado hasta la fecha a nivel mundial, con una uniformidad de rendimiento extraordinaria en centro, bordes y esquinas, a todos los diafragmas y distancias de enfoque.
Por su parte, el Leica Apo-Vario-Elmarit-SL 90-280 mm f/2.8-4 promete ser también fabuloso con un esquema óptico igualmente muy definitorio: 23 elementos — siete de ellos realizados con vidrio de dispersión anómala parcial para minimizar las aberraciones cromáticas — en 7 grupos móviles.
De este modo, por primera vez en una cámara digital profesional de formato 24 x 36 mm, se ha podido cubrir la gama focal entre 24 mm y 280 mm mediante el diseño y fabricación de los dos mencionados extraordinarios zooms profesionales, obteniendo una extraordinaria calidad de imagen propia de ópticas fijas de primerísimo nivel en todas y cada una de las focales que abarcan: 24 mm, 28 mm, 35 mm, 50 mm, 75 mm, 90 mm, 100 mm, 135 mm, 180 mm, 200 mm, 250 mm y 280 mm.
José Manuel Serrano Esparza