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UN TOUR DE FORCE ÓPTICO-MECÁNICO SIN PRECEDENTES EN ESTE TIPO DE OBJETIVOS ZOOM
La fabricación del zoom Canon EF 11-24 mm f/4L USM precisa de una gran inversión tanto en muy sofisticadas máquinas CNN específicas de gran precisión que han de ser manejadas por técnicos muy experimentados como en diseñadores ópticos de muy alto nivel y profundo conocimiento de las técnicas de acabado magneto reológico con herramientas MRF, sobre todo en lo tocante a seis de sus 16 elementos: uno asférico de gran tamaño y torneado a mano con diámetro de nada menos que 87 mm, otro asférico también muy grande moldeado en vidrio, dos asféricos más de menor tamaño igualmente moldeados en vidrio, otro fabricado en vidrio Super ED de dispersión cromática extrabaja y uno UD de dispersión cromática muy baja.
Sección transversal del impresionante esquema óptico-mecánico de 16 elementos en 11 grupos del zoom angular extremo Canon EF 11-24 mm f/4L USM, que ha supuesto un antes y un después en el diseño y construcción de este tipo de objetivos de focal variable al haber ampliado el rango ultra angular hasta los 11 mm, superando incluso la barrera de los 12 mm del super gran angular no retrofoco Voigtlander Heliar 12 mm f/5.6, lo cual puede calificarse sin ambages como hazaña, ya que el zoom de Canon es un diseño retrofoco creado para su uso con cámaras profesionales reflex full frame y en el que la lente frontal bulbosa de gran tamaño (nada menos que 108 mm) se mueve al enfocar, con una distancia mínima de enfoque que cambia según la focal utilizada: 32 cm en la posición 11 mm y 28 cm en la de 24 mm.
El coste de producción de este zoom angular extremo es muy elevado e inevitablemente ello repercute en su precio de venta de aproximadamente 3.000 euros, que ciertamente los vale, ya que constituye en sí mismo un importante tour de force óptico y mecánico que supone un salto cualitativo y una espectacular ampliación de cobertura angular con respecto al camino abierto por otros dos objetivos zooms ultra gran angulares de élite, uno rectilíneo con un impresionante nivel de corrección de la distorsión, viñeteado apenas apreciable incluso en las focales más cortas y gran uniformidad de excelente calidad de imagen en centro, borde y esquinas (el Olympus Zuiko Digital 7-14 mm f/4 ED) y otro enormemente versátil, no tan superlativamente corregido en distorsión y viñeteado pero con importante abertura máxima de f/2.8, generador de excepcionales niveles de resolución y contraste y que es hasta ahora el referente en el ámbito del reportaje y la fotografía de paisaje (el Nikon AF-S Nikkor 14-24 mm f/2.8G ED):
- El Olympus Zuiko Digital 7-14 mm f/4 ED para sistema Cuatro Tercios, equivalente a un 14-28 mm f/4 en paso universal, presentado en septiembre de 2004, con fórmula óptica de 18 elementos en 12 grupos (dos de ellos asféricos - el segundo con un torneado de gama referencial, gran diámetro y más que intrépida curvatura así como notable meticulosidad en el tallado de sus bordes y el décimosexto fabricado en vidrio ED y de tamaño mucho más pequeño-, dos Super ED - el cuarto y el sexto, este último de tamaño algo menor -, y uno ED - el décimo cuarto) y peso de 780 gramos. Todavía el patrón en este ámbito y uno de los mayores logros en toda la historia de las ópticas fotográficas, con un nivel de corrección óptica increíble: prácticamente exento de distorsión geométrica alguna, un viñeteado extremadamente bajo para un objetivo de tan gran cobertura y una homogeneidad de altísima definición y contraste entre centro y esquinas desconocida en un zoom de este tipo hasta su aparición, incluso a 7 mm (gracias al mantenimiento de algo de color fringing en el extremo focal corto), siempre teniendo en cuenta que dentro de la extrema complejidad y mérito que conlleva diseñar un objetivo zoom angular extremo de primerísimo nivel como éste, es más fácil y con un coste de producción más bajo hacerlo para formato 4/3, micro 4/3 o APS-C que para formato 24 x 36 mm.
- El Nikon AF-S Nikkor 14-24 mm f/2.8G ED. Presentado en agosto de 2007. Un auténtico referente que destaca por su gran luminosidad para un zoom extremo de tales características diseñado para sensor full frame y muy especialmente por su extraordinario poder de resolución y contraste en el centro, caracterizado por su impresionante homogeneidad de rendimiento óptico a todos los diafragmas entre f/2.8 y f/11 y en todas y cada una de las focales (superando incluso en este ámbito al soberbio Leica Vario-Elmar-R 21-35 mm f/3.5-4 ASPH, lo cual tiene un enorme mérito, ya que el AF-S Nikkor 14-24 mm f/2.8G ED alcanza una cobertura angular 7 mm mayor, por lo que su diseño fue mucho más prolijo y mayor la inversión en su desarrollo), produciendo además espléndidos colores, mientras que en las esquinas hay un ligero descenso cualitativo a f/2.8 que a partir de f/4 se aproxima a los resultados en el centro de la imagen.
Nikon volcó en este zoom todo su know-how óptico y mecánico, con una fórmula óptica de 14 elementos en 11 grupos (3 de ellos asféricos y 2 ED), 9 palas de diafragma y uso extensivo de revestimiento con nano cristal, habiéndose corregido muy bien el viñeteado, con valores a efectos prácticos insignificantes incluso a plena abertura f/2.8, muy superior en esta faceta (al igual que en las restantes) al Nikkor 16-35 mm f/4 VR.
Obviamente, un objetivo con esta gama de focales ultraangulares, f/2.8 constante y soberbia construcción mecánica enteramente metálica (con excepción del parasol de plástico) no puede ser pequeño, por lo que sus dimensiones son de 9,8 cm de diámetro x 13,5 cm de longitud y su peso de 969 g.
Es un auténtico todoterreno, tanto en fotografía de reportaje como de paisaje, con excepción de la fotografía de arquitectura, donde la corrección de la distorsión del Olympus Zuiko 7-14 mm f/4 y el Canon EF 11-24 mm f/4L USM es superior.
No obstante, la corrección de la distorsión en el AF-S Nikkor 14-24 mm f/2.8 es bastante más que digna, ya que únicamente presenta una ligera distorsión en barrilete entre 14 y 19 mm, que desaparece a partir de 20 mm y una distorsión en cojinete aún menor, casi imperceptible, a 24 mm.
FÓRMULA ÓPTICA DE PRIMERÍSIMO NIVEL Y ENSAMBLAJE MECÁNICO ESTADO DEL ARTE
La muy compleja y exótica fórmula óptica del zoom super gran angular extremo Canon 11-24 mm f/4L de 16 elementos (uno asférico de gran tamaño y torneado a mano con diámetro de nada menos que 87mm mm, otro asférico también muy grande moldeado en vidrio, dos asféricos más de menor tamaño igualmente moldeados en vidrio, otro fabricado en vidrio Super ED de dispersión cromática extrabaja y uno UD de dispersión cromática muy baja) define por sí misma el enorme esfuerzo de diseño, uso integral de know-how óptico/mecánico y las dificultades de fabricación que entraña producir un zoom con estas características, que posee una excelente calidad óptica en toda su gama focal, así como una muy encomiable corrección de la distorsión para un objetivo tan sumamente angular.
Ni que decir tiene que durante la fase de elaboración hay un elevado porcentaje de elementos ópticos desechados, en especial la gran lente asférica frontal torneada de 87 mm que precisa tallado manual de extraordinaria precisión por parte de un muy experimentado óptico, así como el uso de ingeniería de vanguardia y diferentes ultramodernas tecnologías que hacen que se tarde varios días en fabricar. Todo ello hace que el coste de producción de este extraordinario objetivo zoom ultra gran angular sea muy elevado.
A ello hay añadir el hecho singular de que existe una afinidad conceptual clave entre la gran atención prestada por Canon al diseño de la forma y curvatura del segundo elemento asférico de la zona frontal del 11-24 mm f/4L, que es muy importante en su rendimiento óptico final y decisivo en la enorme personalidad de este objetivo zoom y la igualmente enorme importancia que se dió en el diseño del Super-Elmarit-R 15 mm f/2.8 a la forma y curvatura de su segundo elemento (que es el único asférico de su esquema óptico) ubicado detrás de la gran lente frontal.
Tampoco hay que olvidar que diseñar y fabricar objetivos angulares y standard para sensores Cuatro Tercios, Micro Cuatro Tercios y APS-C que den menos rayos divergentes en los márgenes del campo de imagen es más fácil y con un coste de producción mucho más bajo que diseñar y fabricar objetivos para sensor 24 x 36 mm que hagan lo propio, sobre todo con los angulares, ya que cuanto más oblicuos son los rayos de luz que llegan al sensor, mayor es la posibilidad de que se produzcan errores de color, viñeteado y ruido de fondo, a diferencia de los teles cuyos rayos de luz emergentes son casi paralelos.
No obstante, tal y como ocurre con todos los objetivos, tanto fijos como zoom, ninguno es perfecto, y no es menos cierto que el AF-S Nikkor 14-24 mm f/2.8 es también un fantástico zoom profesional ultra angular, superior al Canon EF 11-24 mm f/4L USM en máxima abertura de diafragma (f/2.8) y ligeramente superior en resolución y contraste - ambos son excelentes en estos dos parámetros - , aspectos que le aportan algunas importantes ventajas y le convierten en una opción mejor en fotoperiodismo, paisaje (aunque en este género fotográfico las cosas se equilibran mucho, ya que los 11, 12 y 13 mm disponibles en el zoom Canon pueden marcar la diferencia a la hora de fotografiar paisajes en los que se necesite la máxima cobertura angular posible) , astrofotografía y moda.
CRITERIO PRÁCTICO DE DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN OPTIMIZADOS PARA CONSEGUIR EL MEJOR RENDIMIENTO ÓPTICO POSIBLE EN LAS FOCALES MEDIAS Y CORTAS ENTRE LOS 19 Y 11 MM Y LA REDUCCIÓN DE LA DISTORSIÓN A VALORES CASI INAPRECIABLES, INCLUSO EN EL EXTREMO MÁS CORTO DE SU RANGO FOCAL
Desde un punto de vista óptico, es hoy por hoy prácticamente imposible conseguir una uniformidad al 100% en centro, bordes y esquinas en toda la gama de focales cubiertas por un objetivo zoom ultra gran angular tan sumamente extremo como éste que incluye en su rango más corto las focales rectilíneas de 11, 12 y 13 mm y en su rango más largo la de 24 mm.
Por ello, Canon ha realizado un brutal esfuerzo de diseño en el que se da prioridad sobre todo a las focales medias de su rango 16, 17, 18, 19 y 20 mm desde el punto de vista de la obtención de una mayor homogeneidad de excelente rendimiento en centro, bordes y esquinas (siendo 16 mm a f/8 y f/11 la cúspide cualitativa de este buque insignia), pero con un objetivo fundamental: la consecución de la máxima resolución y contraste posibles en el centro en las focales cortas más extremas de 15, 14, 13, 12 e incluso 11 mm, igualando en gran medida (y ésto es un logro óptico excepcional) los valores de poder de definición y contraste en el centro de la imagen en las mencionadas focales medias, aunque con un inevitable descenso en resolución y contraste en bordes y esquinas (si bien la calidad sigue siendo muy buena en dichas zonas para un zoom con esta tremenda cobertura gran angular extrema rectilínea) a todos los diafragmas y distancias de enfoque.
Canon ha aplicado el criterio práctico de potenciar sobre todo la eliminación al máximo posible de la distorsión, dejándola en unos niveles admirables, casi inapreciables, en acerico para la gama de focales largas y medias (entre 24 mm y 19 mm aproximadamente) y en barrilete (para las focales entre alrededor de 16 y 11 mm, siendo ésta última, inevitablemente, en la que hace más acto de presencia — con aproximadamente 3.8 % —), con unos valores excelentes y sobre todo sorprendentes para un objetivo tan brutalmente angular, algo dificilísimo de conseguir, a costa de preservar intencionadamente las aberraciones cromáticas visibles inherentes a 12 mm y sobre todo 11 mm en las esquinas, además de un notable viñeteado en posición 11 mm a plena abertura f/4 (tolerable, ya que ello permite muy buena resolución, contraste y más que aceptable corrección de la distorsión a esta focal tan extremadamente corta — por mencionar sólo un ejemplo, el Super-Elmarit-R 15 mm f/2.8 ASPH tiene una distorsión en barrilete del 2% —), siempre teniendo en cuenta que hay oscurecimiento en esquinas visible a máxima abertura f /4 en todas las focales (incluyendo 1.5 EV en posición 24 mm a f/4), pero desaparece a partir de f/5.6 entre 12 mm y 24 mm
Y esta sensacional corrección de la distorsión en un objetivo zoom de cobertura ultra gran angular tan gigantesca como es el Canon 11-24 mm f/4L que permite hacer con él fotografía de arquitectura incluso a 11 mm, constituye per se un importante hito en la historia de las ópticas fotográficas, siendo en estos momentos el zoom profesional rectilíneo más angular del mercado, con la ventaja añadida de que posee una excelente resolución y contraste en el centro a todas las focales y diafragmas, incluyendo f/4, manteniendo muy buenos valores (sólo ligeramente inferiores) en las esquinas, se ha eliminado de modo prácticamente integral el coma y el control del flare es más que notable gracias a los recubrimientos Wavelength Structure Coating (SWC) y Air Sphere Coating (ASC), todo lo cual tiene un mérito enorme en un objetivo que comienza en 11 mm y ha marcado sin duda un punto de inflexión en la Historia de la Fotografía en este tipo de objetivos zoom ultra gran angulares.
En otro orden de cosas, para percibir en su adecuada dimensión el trascendental logro conseguido por Canon con la ampliación de la cobertura angular extrema de 14 mm a 11 mm, es importante tener en cuenta que hasta hace muy poco se consideraba poco menos que inviable dentro del ámbito ultraangular la construcción de objetivos angulares extremos rectilíneos de gama alta con excelente corrección de la distorsión para cámaras reflex por debajo de la barrera de los 13 mm encarnada por el mítico Nikkor F 13 mm f/5.6 de 16 elementos en 12 grupos, dotado de corrección óptica para distancias muy cortas mediante elementos traseros flotantes, multirrevestimientos integrados y 7 palas de diafragma, diseñado por Ikuo Mori en 1971 y cuyo primer prototipo fue construido por Nikon en 1972, al que el nuevo zoom Canon EF 11-24 mm f/4L USM supera nada menos que en 2 mm en su focal más corta.
ELIMINACIÓN PRÁCTICAMENTE INTEGRAL DEL COMA Y MUY BUEN CONTROL DEL FLARE
El Canon 11-24 mm f/4L está prácticamente exento de coma a plena abertura f/4 a todas sus focales y diafragmas, algo enormemente revelador, al igual que el hecho de que el Nikkor 14-24 mm f/2.8 esté casi libre de coma incluso a plena abertura f/2.8 donde sus valores en esta faceta son insignificantes y desaparecen totalmente a partir de f/4.
Generalmente, quienes compran un objetivo de gama profesional (con excepción de los fotógrafos especializados en fotografía nocturna y astrofotografía), tanto si es óptica fija como zoom, no suelen tener la corrección del coma entre sus prioridades más importantes, sino que buscan sobre todo una muy amplia abertura de diafragma, la máxima resolución y contraste posibles, una excelente corrección de la distorsión, una buena reducción del viñeteado en los diafragmas más luminosos, un tratamiento antireflejos de primer nivel, etc.
Es por ello que al diseñar y fabricar excelentes objetivos angulares muy luminosos entre f/1.4 y f/2.8 que destacan en dichos parámetros mayormente anhelados por profesionales y fotógrafos avanzados, con frecuencia se optimiza todo el diseño apoyándose en una intencionada falta de atención integral a la corrección del coma durante el desarrollo de la fórmula óptica, los tests con curvas MTF, etc, porque el coma no será un aspecto decisivo en géneros fotográficos como la arquitectura, paisajes, fotografía de interiores, moda creativa a diafragma abierto, etc, y el mantenimiento de cierto grado de coma a la máxima abertura que desaparece al diafragmar dos puntos suele ser lo habitual, ya que ello permite decantar los compromisos inherentes a cualquier diseño óptico por bueno que sea en favor de los parámetros anteriormente mencionados.
Es lo que ocurre por ejemplo con el Canon 24 mm f/1.4L II y el Sigma Art 24 mm f/1.4 DG HSM, ambos con un coma visible a f/1.4 y f/2, que en el Sigma desaparece en gran medida a f/2.8 y en el Canon a f/4.
Por su parte, el Samyang 24 mm f/1.4 ED AS IF UMC Aspherical está ya prácticamente libre de coma a f/2 y muy reducido a f/1.4, pero su corrección de la distorsión y sus valores de resolución y contraste aún siendo buenos son claramente inferiores al Canon 24 mm f/1.4L II y al Sigma Art 24 mm f/1.4 DG (siendo este último el de mayor calidad global de los tres), ya que igualar las cotas en resolución y contraste tanto del angular Canon como del de Sigma preservando simultáneamente su excelente corrección del coma a diafragma abierto habría elevado notablemente el coste de diseño y fabricación, así como su nivel cualitativo, y su precio habría sido inevitablemente mucho más alto.
Además, es también muy significativo el hecho de que el Canon 11-24 mm f/4L supera claramente en todas sus focales y diafragmas tanto al Canon EF 14 mm f/2.8L II como al Canon 16-35 mm f/2.8L II en corrección del coma y definición en bordes, y posee algo menos de distorsión en posición 14 mm que el Canon EF 14 mm f/2.8L II y menos distorsión a 16, 17 y 18 mm que el Canon 16-35 mm f/2.8 L II.
Con respecto al control del flare, desde el mismo comienzo del diseño de su zoom 11-24 mm f/4L, Canon fue plenamente consciente de que éste iba a ser uno de los aspectos clave y más complicados de abordar, debido a que la ampliación de 14 mm a 11 mm en el extremo angular más corto hace aumentar muchísimo tanto las probabilidades de que se produzcan reflejos como las dificultades para controlarlos en comparación con ópticas fijas de 14, 15 y 16 mm o zooms que parten de 14 mm.
Todo ésto tiene como resultado una gran potenciación del contraste, que realza notablemente la percepción visual de la nitidez y captación de detalles ya de por sí excelentes de este zoom.
Para hacerse una idea de lo que ha supuesto en la historia de la óptica el Canon 11-24 mm f/4 L, el objetivo fijo Samyang 14 mm f/2.8 IF ED UMC Aspherical posee una extraordinaria corrección del coma, de tal manera que incluso a plena abertura está exento de él, pero el zoom Canon 11-24 mm f/4L posee cualidades de óptica fija en toda su gama focal, hasta el punto de que a 12 y 13 mm posee mejor corrección de la distorsión que el Samyang 14 mm f/2.8 Aspherical, superándole también en resolución y contraste, al tiempo que su diseño óptico ha preservado una prácticamente total reducción del coma a máxima abertura f/4 gracias sobre todo a la interacción entre los cuatro elementos asféricos (tres de ellos en la parte delantera y el otro al final de la parte trasera), el elemento Super UD de la parte delantera y el elemento UD de la parte trasera del objetivo zoom.
Por tanto, el hecho de que se haya prestado bastante más atención de lo habitual a la corrección del coma a plena abertura f/4 (diafragma abierto relativamente moderado) en el Canon 11-24 mm f/4L teniendo en cuenta los sobresalientes valores de poder de resolución, contraste, increíblemente buena corrección de la distorsión y la enorme cobertura super angular hasta 11 mm que ofrece y viñeteado admirablemente reducido, indican claramente que es un objetivo de élite en el que se han analizado concienzudamente todos y cada uno de la pléyade de aspectos ópticos y mecánicos que entran en juego y se han invertido grandes cantidades de dinero en I + D en sinergia con un ímprobo esfuerzo de diseño y construcción, algo también aplicable en esta faceta al Nikkor 14-24 mm f/2.8 (un diseño más meritorio en esta faceta que el Canon, siempre teniendo en cuenta que un Canon 11-24 mm f/2.8 con la calidad del Canon 11-24 mm f/4L es imposible de construir sin que el peso y el tamaño aumenten a más del doble) , cuyos apenas apreciables valores de coma a f/2.8 y su eliminación a f/4 le hacen todavía más apropiado para fotografía nocturna y astrofotografía, que requieren la mayor captación de luz posible, por lo que lo mejor es disponer de una abertura máxima f/2.8 o mayor.
Conseguir con un zoom angular tan extremo como el Canon 11-24 mm f/4L o el Nikkor 14-24 mm f/2.8 integrar una práctica desaparición del coma a la máxima abertura de diafragma con el resto de cualidades mayormente buscadas por los profesionales al adquirir un zoom de élite es algo de enorme dificultad, que aumenta exponencialmente si se quiere conseguir reducir todo lo posible las aberraciones de Seidel, ya que para conseguir dicho nivel cualitativo referencial es imposible controlar eficazmente todos los parámetros mediante sistemas ópticos cuyo trazado de rayos lumínicos sea establecido únicamente por ordenadores y softwares de diseño, por muy avanzados que puedan ser, y hará falta al menos un óptico con tremendo conocimiento y experiencia que sepa las decisiones que hay que tomar.
CUIDADO DIAFRAGMA DE 9 PALAS
Canon ha prestado también gran atención al diseño del diafragma de su zoom 11-24 f/4L, dotándole de 9 palas de diafragma con forma concienzudamente estudiada para sinergizar al máximo con los multirrevestimientos Subwavelength Structure Coating (SWC), Air Sphere Coating (ASC) y Fluorine Coating que incorpora su fórmula óptica, lo cual potencia todavía más si cabe la excelente reducción del flare que caracteriza a este objetivo, y además confiere al sol que aparezca en fotografías de paisaje como una bella estrella de 18 puntas.
ELEVADO PORCENTAJE DE ELEMENTOS DESECHADOS DURANTE LAS FASES DE FABRICACIÓN
Otra razón importante del alto coste de los objetivos muy sofisticados y con muy elevadas prestaciones ópticas y mecánicas es la muy alta tasa de elementos fuera de tolerancias rechazados, ya que cuanto mayor sea su rendimiento, mayor habrá de ser la precisión con la que se tallen, pulan y cubran con revestimientos sus elementos ópticos, por lo que sobre todo los cuatro elementos asféricos de la fórmula óptica (especialmente el primero - de enorme diámetro, 87 mm, y torneado a mano - y el segundo - también de gran diámetro, moldeado y todavía más interesante desde un punto de vista óptico-) del nuevo zoom Canon EF 11-24 mm f/4 L requieren una extrema precisión y pueden tardarse varios días en configurarlos, por lo que se genera una inevitable pérdida de tiempo y de capacidad de producción, además de que con objetivos de este sobresaliente nivel, si se produce la más mínima desviación de tolerancia o descentramiento, no es posible utilizar el recurso (del que a veces pueden servirse los diseñadores ópticos con objetivos de gama intermedia y alta) de contrarrestar el efecto producido por dicha desviación utilizando otro elemento óptico con características opuestas que lo neutralicen.
LA NECESIDAD TRANSFORMADA EN VIRTUD
Las excepcionales cualidades del Canon 11-24 mm f/4L con respecto a su impresionante cobertura gran angular extrema, su enormemente meritoria corrección de la distorsión geométrica, sus excelentes valores de resolución y contraste especialmente en sus focales más cortas y medias incluso a diafragma abierto f/4, la plena operatividad profesional de sus 11, 12 y 13 mm, su viñeteado notablemente bien controlado, sobre todo si se tiene en cuenta que es el zoom rectilíneo más angular del mercado, su muy avanzada y exótica fórmula óptica con profusión de elementos asféricos de gama alta tanto torneados como moldeados en vidrio (en especial los muy difíciles de construir y de elevado coste de producción elementos 1 y 2 con gran diámetro de la parte frontal), etc, son producto de dos factores clave:
a) El muy fuerte peso específico en el mercado fotográfico y prestigio del AF-S Nikkor 14-24 mm f/2.8G ED.
b) La presentación por Canon de sus nuevas cámaras reflex profesionales Canon 5DS y 5DS R con sensores full frame de 50 megapíxels, mucho más exigentes con las ópticas que se les acoplen que los sensores de 24 o 18 megapíxels de cámaras réflex full frame también profesionales como la Canon EOS 5D Mark III de o la Canon EOS-1D X.
Parece claro que el Canon 11-24 mm f/4L fue diseñado desde un principio con la necesidad fundamental in mente de obtener una interacción lo mejor posible con los nuevos sensores formato 24 x 36 mm de 50 megapíxels de sus nuevas cámaras reflex profesionales y otras nuevas que puedan aparecer en el futuro.
Será interesante ver la evolución del mercado y si esta escalada en megapíxels se va convirtiendo en una futura tendencia de mercado en el segmento profesional full frame, ya que está muy claro que cámaras como la Nikon D800, D800E y Sony A7r de 36 megapíxels, las Fujifilm X-T1 APS-C de 16 megapíxels, la Olympus E-M5 MK II, CSC Micro 4/3 de 16 megapíxels, la Panasonic Lumix GH4 Micro 4/3 de 16 megapíxels son cámaras totalmente profesionales con prestaciones, avanzadísima tecnología y excelentes calidades de imagen producidas, que permiten además la obtención de grandes ampliaciones sobre papel fotográfico a tamaños impensables sólo hace unos pocos años (sobre todo las de sensor APS-C y Micro 4/3) y satisfacer la inmensa mayoría de trabajos de los fotógrafos que las usen, por lo cual considerar una necesidad absoluta el tener una cámara con sensor de 50 megapíxels (algo que obviamente también tiene sus ventajas) sería una falacia, ya que las cámaras son ante todo y para todo herramientas fotográficas cuya idoneidad dependerá mayormente del tipo de trabajo a realizar.
Por otra parte, el aumento del poder de resolución del sensor hasta los 50 megapíxels con cámaras reflex dotadas de pentaprisma, espejo reflex y abundantes piezas móviles presenta más inconvenientes que el hipotético diseño de un tipo de cámara mirrorless full frame 24 x 36 mm con visor electrónico del tipo de la Sony A7r pero con 50 megapíxels en lo tocante a vibraciones, desgastes y muy especialmente la creación de objetivos específicos para sensor tan potente, ya que la ausencia de espejo basculante y una flange distance menor que en las cámaras dslr de formato completo permite concebir diseños ópticos más puros y fabricar ópticas todavía de mayor nivel cualitativo y con un porcentaje menor de compromisos.
NACE UNA NUEVA ERA EN EL DISEÑO Y FABRICACIÓN DE OBJETIVOS ZOOM SUPER ANGULARES EXTREMOS RECTILÍNEOS
El Canon 11-24 mm f/4L ha inaugurado una nueva era en el diseño y fabricación de objetivos zooms ultra gran angular, con unos niveles de resolución, contraste, impresionante corrección de la distorsión si se tiene en cuenta que parte en su extremo focal más corto nada menos que de 11 mm, excelente control del flare mediante el uso de dos multirrevestimientos estado del arte en simbiosis con otro revestimiento muy avanzado que evita la adherencia de gotas de agua, suciedad y polvo tanto en la enorme lente frontal bulbosa como en la parte trasera del elemento asférico 4 - el más próximo al sensor -, y la más exótica y completa fórmula óptica realizada hasta la fecha con este tipo de objetivos y dotada de 4 elementos asféricos, uno Super UD de dispersión cormática extrabaja y uno UD de dispersión cromática muy baja, unido todo ello a una construcción mecánica de primer nivel.
Esto supone un hecho trascendental: la superación con un objetivo zoom de extrema cobertura superangular hasta los 11 mm del en gran medida progenitor de todos los objetivos fijos ultraangulares retrofoco de 15 y 14 mm durante más de 40 años: el Carl Zeiss Distagon 15 mm f/3.5 rectilíneo de 13 elementos en 12 grupos- diseñado y optimizado para f/5.6 por el genio Erhard Glatzel, pionero en el uso de elementos asféricos de gran tamaño en este tipo de objetivos angulares extremos con excelente corrección de la distorsión y muy altos valores de resolución y contraste- y presentado durante la Photokina de 1972 como prototipos HFT Distagon 15 mm f/3.5 con montura de bayoneta Rollei para Rolleiflex SL35 y como SMC Takumar 15 mm f/3.5 con montura de rosca M42 para cámaras Pentax y fabricado para Asahi Optical Co por Carl Zeiss mediante un acuerdo entre ambas empresas.
De hecho, el Carl Zeiss Distagon T* 15 mm f/3.5 C/Y en montura Contax-Yashica presentado durante los años ochenta — con ADN Erhard Glatzel e idéntica fórmula óptica que el Carl Zeiss Distagon 15 mm f/3.5 de 13 elementos en 12 grupos original de 1972, aunque con mejores multirrevestimientos antirreflejos — sigue siendo hoy en día uno de los mejores objetivos fijos angulares extremos rectilíneos, y pese a haber sido diseñado para cámaras réflex de película 24 x 36 mm, obtiene una espléndida calidad de imagen y ausencia de distorsión conectado mediante adaptador a cámaras reflex full frame de 24 megapíxels como la Canon EOS 5D Mark III, aunque con cámaras profesionales reflex digitales con sensor de 50 megas como las Canon 5DS y 5DS R su rendimiento no es tan bueno.
El Canon 11-24 mm f/4L — creado desde cero para sensor digital 24 x 36 mm de 50 megapíxels — posee un mejor control del flare mediante unos multirrevestimientos lógicamente mucho más evolucionados y eficaces (pese a que el revestimiento antirreflejo T* del diseño original Carl Zeiss Distagon 15 mm f/3.5 de Erhardt Glatzel sigue siendo incluso hoy en día muy bueno y compensa los abundantes tramos de aire de su fórmula óptica), una resolución y contraste ligeramente superiores, un mayor control del color fringing, y un elemento asférico 2 muy grande (justo detrás del 1 de tamaño enorme, aún mayor y tallado a mano), cuya superficie de curvatura interna (a diferencia de la lente asférica más delantera) presenta abundantes zonas desuniformes meticulosamente estudiadas para interactuar con la gran lente frontal asférica y la tercera lente asférica (más pequeña que las otras dos de la zona delantera del objetivo) ubicada justo tras ella.
Esto supone a efectos prácticos la génesis de una nueva especie, ya que esta lente asférica 2 ocupa una posición en el esquema óptico del Canon 11-24 mm f/4L similar a la de la lente 2 no asférica de notable tamaño del Carl Zeiss Distagon 15 mm f/3.5 que interactúa con la gran lente frontal no asférica de este objetivo y el bastante más pequeño y de mayor grosor elemento asférico (11) antepenúltimo de su fórmula óptica, pero con la diferencia de que el grado de curvatura externa del elemento asférico 2 del Canon 11-24 f/4L es significativamente mayor que la lente 2 no asférica del Carl Zeiss Distagon 15 mm f/3.5 y mucho menor (aproximadamente la mitad) la distancia entre dicho elemento asférico 2 y el enorme elemento asférico 1 más delantero.
Evidentemente, los objetivos de referencia en el ámbito ultra angular diseñados para full frame siguen siendo hoy por hoy dos, ambos ópticas fijas de enfoque manual y también creados para full frame:
a) El Super-Elmarit-R 15 mm f/2.8 ASPH de 13 elementos — uno de ellos asférico, el segundo tras la gran lente frontal, cuatro e dispersión parcial anómala y seis de vidrio óptico altamente refractivo — en 10 grupos, diseñado por Schneider- Kreuznach conforme a especificaciones Leica y presentado en 2001, virtualmente sin flare y con extraordinarios niveles de resolución y contraste a plena abertura en centro, bordes y esquinas, además de una impresionante corrección de la distorsión, eliminación prácticamente integral del color fringing y el astigmatismo y una distancia mínima de enfoque de tan sólo 18 cm, con unas dimensiones muy reducidas de 85,3 mm de longitud y 83,5 mm de diámetro en su zona más ancha y un peso de 710 gramos.
b) El Carl Zeiss Distagon 15 mm f/2.8 T* lanzado al mercado en 2012, con 15 elementos — dos de ellos asféricos — en 12 grupos, distancia mínima de enfoque de 25 cm, dimensiones de 132 mm de longitud y 103 mm de diámetro, peso de 748 gramos, y al igual que el Super-Elmarit-R 15 mm f/2.8 ASPH con unos valores extraordinarios prácticamente en todos los aspectos ópticos relevantes, incluso a plena abertura f/2.8, superiores incluso a los del Super-Elmarit-R 15 mm f/2.8, además de tener también una construcción mecánica de primerísimo nivel.
Estas dos ópticas fijas juegan en otra liga — especialmente el Carl Zeiss Distagon 15 mm f/2.8 T* , aunque el Super-Elmarit-R 15 mm f/2.8 ASPH se le aproxima mucho, lo cual tiene un gran mérito, ya que es un objetivo once años más antiguo pero bastante más pequeño y ligero, con casi 5 cm menos de longitud y pesa 38 gramos menos, por lo que fue más difícil de diseñar y fabricar — y son los buques insignias en el segmento de ópticas super angulares extremas para formato 24 x 36 mm, pero con un precio inevitablemente muy elevado: entre 6.000 y 7.000 euros el Super-Elmarit-R 15 mm f/2.8 ASPH (que es además pieza de coleccionistas, ya que sólo se fabricaron 420 unidades) de segunda mano y unos 2.700 euros el Carl Zeiss Distagon 15 mm f/2.8 T* nuevo, ya que la construcción enteramente metálica de ambos, su robustez y duración en el tiempo, la máxima calidad de los metales nobles utilizados en su fabricación, las exquisitas helicoidales de enfoque en latón, la precisión de la ingeniería mecánica que incorporan, su resolución lineal y contraste, su corrección de la distorsión y la ausencia de aberraciones cromáticas que permite hacer fotografías en interiores con contextos de grandes contrastes de altas y bajas luces o reflejos brillantes, y muchas otras cualidades, sencillamente no tienen rival hoy en día.
Pero la llegada de la fotografía digital y la necesidad de adecuar los diseños ópticos a los sensores digitales que han sustituido a las antiguas emulsiones químicas, ha generado entre 2007 con la aparición del Nikkor 14-24 mm f/2.8G ED y el 2015 con la aparición del Canon 11-24 mm f/4L
un hito en la historia de las ópticas fotográficas en general y de los objetivos de focal variable en particular: la creación de objetivos zoom diseñados para formato 24 x 36 mm con prestaciones ópticas y mecánicas de altísimo nivel en lo tocante a resolución, contraste, corrección de la distorsión, ausencia de aberraciones, y ampliación de la cobertura focal más angular hasta los 14 mm en una primera fase y de modo insólito hasta los 11 mm con el reciente Canon 11-24 mm f/2.8L que posicionan a ambos zooms en una ubicación cualitativa de calidad de imagen entre el diseño primigenio Carl Zeiss Distagon 15 mm f/3.5 creado por Erhard Glatzel en 1972 — y que fue el patrón hasta finales del siglo XX — y el imbatible dúo Super-Elmarit-R 15 mm f/3.5 ASPH/Carl Zeiss Distagon 15 mm f/2.8 T*.
Y hacer ésto con objetivos zooms constituye una proeza óptico-mecánica sin precedentes, cuyos protagonistas han sido primero el Nikkor 14-24 mm f/2.8GED y ahora este increíble Canon 11-24 mm f/4L.