elrectanguloenlamano.blogspot.com ha podido identificar la cámara y objetivo utilizados por Robert Doisneau en tres fotografías de mediados de los años cincuenta en las que aparece en la azotea de un edificio muy alto de París usando una cámara de 35 mm con visor de capuchón cromado y plegable para observación a la altura de la cintura desplegado y un superteleobjetivo con parasol de notables proporciones sobre robusto trípode metálico, hallándose el fotógrafo además manejando un cable disparador, cuyo extremo de pulsación sujeta entre los dedos índice y pulgar de su mano derecha, mientras el otro está enroscado al zócalo con rosca del botón liberador del obturador, ubicado en la parte superior frontal derecha de la cámara.
Se trata de una cámara de 35 mm Praktiflex FX (versión de exportación de la Praktika FX) de funcionamiento enteramente mecánico conectada a un superteleobjetivo Carl Zeiss Jena Fern-Objektiv 500 mm f/8 T de 2 elementos.
En las tres imágenes en que aparece el Maestro de la Fotografía francés, éste se halla concentrado en su trabajo, que parece corresponder a fotografía de algún edificio lejano visible desde el ático en que se encuentra, por lo que necesita un teleobjetivo de gran distancia focal que permite realizar el encuadre de una parte concreta del mismo, obteniendo una imagen de detalle y produciéndose simultáneamente una compresión de perspectiva debido a la notable distancia entre el tema fotografiado y la cámara.
A Robert Doisneau no le importaba en exceso la marca de sus cámaras y objetivos, sino que intentaba utilizar lo más adecuado para conseguir los mejores resultados posibles según el tipo específico de trabajo que tenía que hacer, basándose en su experiencia y probando diferentes modelos hasta comprobar que satisfacían sus necesidades, aplicando pues un criterio discernidor esencialmente práctico.
Ello se debe a que a mediados de los cincuenta no existían todavía vidrios ópticos ED (de dispersión extrabaja) y alta calidad para superteleobjetivos con los que fabricar el elemento convexo positivo del doblete cuyo grado de aberración cromática pudiera ser compensado por la del otro elemento negativo cóncavo del mismo con mayor dispersión pegado a él, lo cual produce en el superteleobjetivo Asahi cierta degradación de imagen a f/5, f/5.6 y f/8, diafragma éste último en el que el CZJ Fern-Objektiv 500 mm f/8 T genera mayor nitidez, al igual que a f/11 y f/16, ya que su diseño con apertura máxima más moderada hace que la aberración cromática residual producto de los efectos del espectro secundario (que no podía ser minimizado mediante la combinación de vidrios ópticos convencionales utilizados por aquel entonces en la construcción de los superteleobjetivos acromáticos) sea menor.
En el momento en que son hechas estas tres fotografía de Doisneau en una azotea de un edificio muy alto en París, el gran fotógrafo francés lleva más de veinte años utilizando sobre todo una Rolleiflex de formato medio 6 x 6 cm dotada de visor de capuchón a nivel de cintura con pantalla de enfoque, por lo que está muy habituado a componer y enfocar mediante este sistema,
Así pues, Doisneau se encuentra muy a gusto con esta cámara réflex alemana, sabedor además de su muy alto grado de fiabilidad, ya que es la segunda generación del modelo original Praktika FX (diseñada por Alois Hoheisel, lanzada al mercado en 1939 con montura de rosca M40 y que fue la tercera cámara réflex de 35 mm en aparecer a nivel mundial tras la Ihagee Kine Exakta y la GOMZ Sport rusa, ambas de 1936) y fruto de una evolución de 14 años (en los que se han realizado abundantes mejoras en la robustez y precisión de los trenes de engranajes del obturador, metales empleados en sus componentes, adopción de la mucho más versátil montura M42, reforzamiento de las cortinillas del obturador que en el modelo original de 1939 presentaban frecuente filtración de luz, etc.
Es además una cámara muy resistente, que funciona perfectamente en condiciones de temperatura muy bajas y cómoda y fácil de usar, con mandos minimalistas: dos diales concéntricos ubicados en la parte superior derecha de la cámara, junto al visor de capuchón (el de mayor tamaño, asentado sobre el cuerpo de cámara y en el que se hallan todas las velocidades de obturación, y justo sobre él, uno de menor tamaño que posee forma de pequeña rueda acanalada con la que se seleccionan las velocidades rápidas o lentas) en sinergia con el dial de avance de película y armado del obturador (sobre el que se encuentra el contador de fotogramas) situado a la derecha del todo de dicho panel superior, un pequeño botón de activación de rebobinado justo a la izquierda y el gran dial de rebobinado propiamente dicho ubicado a la izquierda del todo de la zona superior izquierda de la cámara.
No existe automatismo de diafragma alguno, sino el clásico sistema de preselección del mismo, por lo que el fotógrafo ha de poner primero el diafragma en máxima abertura, enfocar y a continuación girar el aro de diafragmas hasta la abertura elegida.
La cámara tampoco dispone de fotómetro incorporado ni medición TTL alguna.
Pero estos "inconvenientes" no le importan en absoluto a Doisneau, que sabe perfectamente el diafragma y velocidad que ha de elegir según las condiciones lumínicas del momento y que además, gracias a su experiencia, es capaz de calcular la exposición correcta mediante estimación, sin tener que utilizar ningún fotómetro de mano.
En otro orden de cosas, ni que decir tiene que el disponer de un visor de capuchón con pantalla de enfoque de vidrio esmerilado permite a Doisneau un enfoque muy preciso, que puede optimizarse todavía más utilizando la lupa de aumento, algo de vital importancia al utilizar un objetivo de tan larga longitud focal, con un ángulo de visión de tan sólo 5º y cuya profundidad de campo es muy reducida, pese a la modesta máxima abertura f/8.
Con respecto a dicho superteleobjetivo Carl Zeiss Jena Fern-Objektiv 500 mm f/8 de 1816 gramos de peso y una distancia mínima de enfoque de 6 metros, se trata de un diseño óptico constituido por un doblete acromático y que lleva ya en el mercado fotográfico unos 25 años en el momento en que son hechas estas tres fotos de Doisneau, ya que su origen se remonta a 1932 en que fue formulado para acoplar a caja réflex Flektoskop (dotada con espejo y pentaprisma deslizable) para Contax telemétricas (a las que dicho accesorio transformaba en cámaras reflex para uso con objetivos de distancias focales a partir de 150 mm en adelante), y producido entre 1934 y 1945, siendo reintroducido en 1948 por Carl Zeiss Jena de Alemania Oriental, que lo siguió fabricando en montura de rosca M42 hasta 1964.
El esquema óptico-mecánico es sencillo pero eficaz: un diafragma de preselección manual, 18 palas y posibilidad de aberturas entre f/8 y f/45 en simbiosis con dos elementos ópticos pegados el uno al otro y ubicados en la parte delantera del objetivo,
que es en esencia un tubo hueco (constituido por dos secciones separables para su fácil transporte) de 480 mm de longitud y diámetro máximo de 92 mm, con iris manual y un aro de enfoque cuya helicoidad trabaja sobre dicha zona.
© José Manuel Serrano Esparza