sábado, 14 de marzo de 2020

FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE : 40º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE UN EXTRATERRESTRE

Texto : José Manuel Serrano Esparza


Hoy se cumple el 40º Aniversario de la muerte en Shaktoolik (Alaska) de Félix Rodríguez de la Fuente, un ser humano y naturalista excepcional, así como gran visionario cinematográfico y audiovisual, que con míticas series como El Hombre y La Tierra significó un antes y un después a nivel mundial en el ámbito de los documentales sobre fauna y naturaleza, filmados con unos parámetros cualitativos de imagen y sonido superiores a las mejores producciones cinematográficas de Hollywood durante los años setenta e incluso a películas de referencia en esta faceta como Ben-Hur y Lawrence de Arabia, utilizando cámaras profesionales Arriflex y Mitchell BNC de 35 mm en simbiosis con grabadores de sonido profesionales analógicos Hi-Fi monofónicos a carrete abierto Nagra III NP y Nagra 4.2 con ADN Stefan Kudelski.

Un hombre con descomunal conocimiento, experiencia y capacidad de trabajo, que amó como nadie a los animales, por los que sintió una desaforada pasión, y a varias de cuyas especies como el lobo ibérico, el lince ibérico, el águila real, el águila imperial y otras, salvó de una extinción segura gracias a su gran labor ecológica y de divulgación.

Félix Rodríguez de la Fuente, con su increíble facilidad de palabra, dominio extraordinario del idioma castellano, inaudita capacidad para hacer que millones y millones de españoles se pegaran literalmente a sus televisores durante quince años (entre aproximadamente 1965 y 1980) fue uno de los pioneros del ecologismo a nivel internacional y junto con Richard Attenborough y Jacques Cousteau, está considerado el número 1 del mundo hasta la fecha en la realización de documentales sobre fauna y naturaleza en los más diversos biotopos.

Félix Rodríguez de la Fuente, fue, es y seguirá siendo con diferencia el mayor influencer de España, a pesar de que desarrolló su labor en una época en la que no existía tal concepto, ni internet, ni el AV digital ni las redes sociales, porque consiguió cosas que hoy serían totalmente imposibles e impensables.

El Puto Amo que congregó durante muchos años a millones y millones de españoles, cuyo corazón y admiración supo ganarse a pulso, y que contemplaban atónitos en sus televisores todos y cada uno de los maravillosos programas sobre animales creados por Félix Rodríguez de la Fuente y su gran equipo de profesionales de primerísimo nivel como Teodoro Roa García (operador de cámara y director de fotografía, que realizaba además la elección de emulsiones químicas de 35 mm, objetivos, enfoque de los mismos, filmación, etc), Alberto Mariano Huéscar (ayudante de cámara de Teodoro Roa, de quien aprendió el oficio), Manuel Peña (técnico de sonido), Antonio Torreblanca (técnico de sonido), Manuel Barroso (técnico de sonido), Ángela Minaya, Carlos de las Heras, Antonio Soubrier, Faustino Ocaña, Carlos Barrutia, Pedro Sevilla, Miguel Caparrós, Javier Ceña, Luis Miguel Domínguez Mencía, Joaquín Araujo, Carlos Sanz, Suso Garzón, José Luis Carredano, Josechu Lalanda, Rafael Onieva y otros.

Por mencionar sólo dos ejemplos de los todavía por batir niveles de audiencia generados por Félix Rodríguez de la Fuente, que literalmente paralizaba España cada vez que aparecía en pantalla o hablaba por radio, en 1973, tras el primer programa radiofónico La Aventura de la Vida (que se emitió el jueves de cada semana hasta 1980) realizado por Herminio Verdú y en el que Félix Rodríguez de la Fuente se dió a conocer por parte del gran público con su fabulosa retransmision radiofónica en la que hablaba de diferentes aves de España y de sus campos, se recibieron en RNE más de 50.000 cartas de espectadores que habían quedado fascinados y pedían por favor que ese hombre maravilloso siguiera.

Y durante los años setenta, todos los clientes de la antigua Cafetería Manila de Madrid, que estuvo ubicada en la zona baja del Edificio Carrión de la Plaza del Callao (popularmente conocido como Edificio Schweppes) guardaban un respetuoso y total silencio mientras la televisión de dicho establecimiento mostraba los capítulos de la serie El Hombre y La Tierra, hasta el punto de que no se oía ni una mosca.

Tal era el respeto, admiración y credibilidad que infundía en todo el mundo Félix Rodríguez de la Fuente, hombre caracterizado por unos enormes impulsos emocionales y que ponía el alma en todo lo que hacía.

Félix Rodríguez de la Fuente fue además un adelantado a su tiempo que avisó de los peligros que para el futuro del Planeta Tierra supondría la presencia en él de mediocres a más no poder y muy codiciosos impresentables para quienes el fin justifica los medios y que conceptúan la Naturaleza como un ente al que esquilmar como sea para su enriquecimiento personal, por lo cual la degradación de las reservas naturales, la contaminación ambiental, la letal alteración de los ecosistemas para las especies animales y vegetales, la progresiva extinción de especies y sus biotopos, el envenenamiento de ríos y mares, la desaparición de ancestrales razas humanas, etc, les importan literalmente un carajo.

Asimismo, Félix Rodríguez de la Fuente habló en muchas de sus trascendentales alocuciones, tanto en programas de radio como en televisión, sobre los peligros de la futura acumulación incontrolada de basura y la devastación que provocarían en mares y océanos los millones de toneladas de plásticos arrojados en ellos, así como del incesante deterioro de ríos y aquíferos como consecuencia de la ubicación de vertederos en sus proximidades, con enormes niveles de desvergüenza, zafiedad y bajeza.

Un hombre pues irrepetible, que se estremeció y entusiasmó al máximo cuando en 1974, durante el rodaje de El Hombre y la Tierra Fauna Venezolana, entró en contacto con los Yanomamos, pueblo indígena de la selva de dicho país, que viven junto al río Orinoco, le recibieron con sus mejores galas, y de los que Félix dijo que para él era un enorme honor el conocerles.

Félix Rodríguez de la Fuente fue además una persona de gran humildad y sensibilidad, que lloró a mares cuando en compañía del maestro Antón García Abril (músico de talla internacional, que compuso la famosa banda sonora de la serie El Hombre y La Tierra) vió en la sala cinematográfica nº 2 de los estudios de RTVE en Prado del Rey la famosa escena en la que un gran águila real captura a un recental de cabra montés sobre un risco a gran altura y lo transporta entre sus garras durante cientos de metros hasta su nido.

El Dr Félix Rodríguez de la Fuente, hombre de enorme fuerza, potencia y resistencia a la fatiga, parecía no cansarse nunca y asumía siempre los mayores riesgos cuando el equipo tenía que filmar especies peligrosas, tal y como fue evidente durante el rodaje de los capítulos de El Hombre y la Tierra realizados en Venezuela, en los que es él quien agarra el cuello de todas las enormes anacondas que aparecen en imagen, para evitar peligros a sus colaboradores.

Han pasado ya nada menos que cuarenta años desde la muerte de El Amigo de Los Animales, el Jefe de la Manada de Lobos Ibéricos, e increíblemente, se siguen emitiendo en diferentes canales de televisión programas sobre su vida y obra, que una y otra vez continúan generando enorme interés mediático,

y son cada vez más los libros sobre su figura publicados por diferentes editoriales, además de que la gente no le ha olvidado en absoluto.

Su enorme huella y legado, así como su imbatible influencia y visión de futuro, siguen de hecho muy vivos.

“Lo que más nos diferencia de otras épocas y de otras culturas, lo que más nos preocupa, y lo que realmente más puede transformar radicalmente la posición de la humanidad en el presente es la basura. Basura no solamente en forma de coches viejos que se hacinan y se amontonan en los cementerios, no solamente en bolsas de plásticos y de esos famosos envases sin retorno que van a llenar España y el mundo entero. Basura en forma de venenos disueltos en la propia sangre de los seres vivos que se van acumulando en nuestras vísceras. Basura en forma de toda clase de sustancias químicas sin las cuales ya no podemos vivir, incluido el alcohol y otros estimulantes. No cabe duda de que la nuestra puede llamarse la civilización de la basura”

                                                                                                                                                                                      Félix Rodríguez de la Fuente, 1972