miércoles, 5 de septiembre de 2018

NIKON Z7 : PROBABLEMENTE MUCHO MÁS TRASCENDENTE DE LO QUE PUDIERA PARECER EN UN PRINCIPIO

José Manuel Serrano Esparza


La reciente aparición en Tokyo (Japón) de los primeros modelos de preproducción de las nuevas cámaras mirrorless formato 24 x 36 mm Nikon Z7 de 45.7 megapixels y Nikon Z6 de 24.5 megapixels ha supuesto la tardía entrada de la empresa fotográfica japonesa (con una legendaria historia que se remonta a 1917 y un siglo de trayectoria jalonada por muy representativos e influyentes modelos de cámaras telemétricas y réflex de 35 mm así como un amplísimo surtido de excelentes ópticas) en el sector mirrorless, con diferencia el más disputado del mercado fotográfico y en el que otras marcas como Olympus, Panasonic, Fuji y Sony han sido hasta la fecha los principales actores, habiendo desarrollado soberbias cámaras mirrorless profesionales en formatos Micro Cuatro Tercios (Olympus OM-D E-M1 Mark II, Panasonic G9), APS-C (Fuji XT-2, Fujifilm XH-1, Fujifilm X-Pro 2) y 24 x 36 mm (Sony A7 III y Sony A9, cuyos buques insignias en estos momentos son fruto de años de trabajo y constantes mejoras que las hacen realmente difíciles de batir en muchos aspectos importantes.


Por motivos obvios de formato, la Nikon Z7 mirrorless full frame ha sido diseñada y creada teniendo muy pero que muy en cuenta a la formidable Sony A7RIII con sensor de 42.2 megapixels, que desde su lanzamiento el 26 de febrero de 2018 ha sido y continúa siendo la cúspide evolutiva y cualitativa así como el referente mundial en calidad de imagen del segmento mirrorless formato 24 x 36 mm que la empresa con sede en Tokyo inició el 16 de Octubre de 2013 con sus cámaras Sony A7 y A7R.

Es decir, Nikon (que disfruta una situación de privilegio en el ámbito réflex con su extraordinaria dslr Nikon D850, generadora de una excepcional calidad de imagen que se aproxima en poder de resolución y contraste al gran formato 4 x 5 — 10 x 12 cm analógico — , aunque con distinta estética de imagen e inferior bokeh)

inicia su andadura en el mercado de cámaras mirrorless formato 24 x 36 mm con un retraso de aproximadamente cinco años con respecto a Sony, que tiene mucha carretera corrida desde 2013, y no digamos ya con respecto a Olympus (que presentó la Olympus Pen-EP1, su primera cámara mirrorless Micro Cuatro Tercios, en Junio de 2009) y Panasonic (cuyo primer modelo de cámara mirrorless Micro Cuatro Tercios, la Panasonic Lumix DMC-G1, fue presentado en Octubre de 2008) y Fuji (que introdujo la Fujifilm X-Pro 1, su primera cámara mirrorless con sensor Xtrans APS-C, en Enero de 2012).

Por tanto, todas las marcas rivales de Nikon en el ámbito mirrorless (independientemente del formato y siempre teniendo presente que su principal rival es y seguirá siendo Sony en el ámbito de usuarios de cámaras mirrorless formato 24 x 36 mm, al que muy probablemente se sumará Canon que podría estar a punto de lanzar al mercado un nuevo sistema fotográfico mirrorless full frame de muy alto nivel y extraordinarias ópticas que trasciendan en calidad de imagen a los objetivos profesionales Canon L II) han adquirido una más que notable madurez durante todos esos años.

Y especialmente si nos referimos a la Sony A7III, el reto para Nikon era de gigantescas proporciones si quería superar, igualar o simplemente acercarse a sus bondades, ya que dicho modelo de Sony es una de las cámaras más logradas de toda la historia de la fotografía, un producto en gran medida redondo, que junto con el resto de modelos de su estirpe Sony A7 ha sido el punto de inflexión que ha catalizado la orientación in crescendo del mercado fotográfico hacia las cámaras sin espejo (tendencia corroborada por la introducción por Leica de su modelo Leica SL formato 24 x 36 mm el 20 de Octubre de 2015), gracias no solo a la gran calidad de su sensor 24 x 36 mm (Sony es con diferencia el referente en esta faceta, gracias a sus ingentes recursos económicos que invierte de modo constante en I + D, sumado ello a su inmenso know-how electrónico) sino a su impresionante versatilidad y conectabilidad mediante adaptadores a una pléyade de objetivos de otras marcas con soberbia calidad optomecánica y generadores de gran calidad de imagen, ya sea para aquellos fotógrafos que buscan sobre todo extraordinario poder de resolución y contraste (Summilux-M, Leica R, Carl Zeiss ZM, Zeiss Batis, Zeiss Loxia) o bien bastante más que aceptable poder de resolución y contraste pero sobresaliente carácter con una estética de imagen única y con frecuencia soberbio bokeh como los Asahi Pentax Takumar Super Multicoated de los años setenta, los Leica R no asféricos, algunas joyas como el Olympus Zuiko OM 100 mm f/2 (de rendimiento óptico superlativo, al igual que su bokeh), el Minolta MC Rokkor P.G 58 mm f/1.2, el Canon FD 50 mm f/1.2 L y muchísimos otros.

UN SISTEMA FOTOGRÁFICO BASTANTE LOGRADO TRATÁNDOSE DEL DEBUT MIRRORLESS 24 X 36 MM DE NIKON

Primero de todo, hay que insistir en la veracidad de dos aspectos negativos que se han comentado ya hasta la saciedad.
a) Es incomprensible el hecho de la Nikon Z7 únicamente tenga una ranura para tarjetas XQD, un formato muy rápido y robusto pero todavía poco extendido en el mercado, caro y que obliga además al usuario a comprar el lector específico, por lo que deberían haber incorporado otra ranura para tarjetas SD, que son hoy por hoy las de mayor difusión en el mercado.

Y la posibilidad de perder algunos potenciales compradores debido a ello es un riesgo que Nikon no puede permitirse, sobre todo si se tiene en cuenta que la Sony A7RIII tiene doble ranura para tarjetas SD.

b) La autonomía real de la batería es de aproximadamente 590 disparos, que se quedan escasos en comparación con los 700 disparos que permite realizar la Sony A7RIII hasta que se agota su batería.

De nuevo, ésto es un sinsentido y hubiera sido mucho más razonable, ya que se presenta una nueva cámara, que las prestaciones en esta faceta como mínimo igualaran a la rival de referencia o bien que la superaran en número de disparos. No obstante, parece ser que la cantidad de disparos que permite realizar es aproximadamente el doble que la cantidad de 320 anunciada inicialmente.


AUTOFOCUS MUY BUENO Y PRECISO PERO SUPERADO POR OTRAS CÁMARAS MIRRORLESS CON VISOR ELECTRÓNICO DE DIFERENTES MARCAS

A ello habría que añadir el hecho de que aunque el autofocus de la Nikon Z7 que alcanza los 9 fps en modo ráfaga es muy bueno, rápido y preciso, con 493 puntos AF, detección de fase en eficaz sinergia con una cobertura tanto horizontal como vertical del 90% del fotograma y unos puntos AF brillantes más fáciles de ver en el visor que los puntos AF de color gris de la Sony A7III, no es menos cierto que el Modo Eye AF de la Sony A7III (y del que carece la Nikon Z7) es extraordinario en su precisión y velocidad al enfocar los ojos del sujeto, además de estar dotado con un fiable y pertinaz seguimiento de enfoque que mantiene dicha exactitud sobre los ojos de la persona fotografiada aunque ésta se mueva dentro del encuadre.


Además, el AF de la Nikon Z7, por bueno, rápido y preciso que pueda ser, es un sistema basado en el AF utilizado por las cámaras Nikon réflex en modo Live View, algo que ralentiza la operatividad en los contextos fotográficos más exigentes en los que se quiera mantener el tracking con la máxima fiabilidad sobre sujetos en movimiento, por lo que el AF de la Sony A7RIII basado en la ubicación del punto o puntos AF sobre el sujeto, presionando a continuación el botón disparador hasta la mitad para iniciar el tracking, será más rápido, preciso y efectivo.

Evidentemente, habría sido mucho mejor introducir en la Nikon Z7 el extraordinario sistema autofocus 3D de la Nikon D850 reflex formato 24 x 36 mm, hoy por hoy probablemente el referente mundial global en su ámbito (sobre todo en la velocidad, precisión y consistencia de resultados con sujetos en movimiento), mucho mejor que el de la Nikon Z7 y mejor que el AF híbrido de la Sony A7RIII (que aunque no llega al nivel de la Sony A9 con su impresionante cobertura AF de casi todo el fotograma que la hace muy apta para deportes y temas en movimiento no uniformemente acelerados ni con trayectorias previsibles, es muy bueno, con sus 399 puntos de detección de fase con un 50 % de cobertura y 425 puntos AF de contraste con un 70% de cobertura, muy eficaz incluso en condiciones de muy poca luz).


Asimismo, hay que tener en cuenta que La Leica SL alcanza los 11 fps en modo ráfaga, siendo la referencia en esta faceta el dispositivo Venus Engine de la soberbia Panasonic G9 Micro Cuatro Tercios (cámara dotada de una avanzadísima electrónica y una amplísima gama de prestaciones), que permite alcanzar ráfagas de hasta 20 fps con el autoenfoque continuo activado, superando incluso a la Olympus OM-D E-M1 Mark II, que alcanza los 18 fps.



Por otra parte, el excelente y muy silencioso obturador de la Nikon Z7 está preparado para aguantar 200.000 ciclos, pero el obturador de la Sony A7RIII es mejor, no sólo porque puede alcanzar indemne los 500.000 ciclos, sino porque su núcleo de respuesta rápida y su innovador sistema de freno luchan muy eficazmente contra la trepidación y aumentan notablemente su duración en el tiempo.

Con respecto a grabación de video, 4K UHD a 30 fps está bien, pero esta cámara tenía que haber ofrecido video 4K UHD a 60 fps, que ya incluyen la Panasonic Lumix G9 formato Micro Cuatro Tercios  de 20.3 megapixels y la recién aparecida Fujifilm X-T3, cúspide evolutiva de la excelente gama de cámaras formato APS-C de Fuji, calidad de imagen más que contrastada, gran relación calidad/precio, ópticas fijas de primer nivel y una compacidad y ligereza de peso que las hacen bastante más manejables que las también excelentes cámaras mirrorless full frame formato 24 x 36 mm, que son mucho más grandes y pesadas, aunque con mayor potencial a la hora de generar zonas desenfocadas para realzar a los sujetos o temas,  superior rango dinámico y mejor rendimiento a isos altos y muy altos.

Pese a todo, creo sinceramente que Nikon ha conseguido varios logros fundamentales que a mi modesto entender van a ser los factores verdaderamente claves y de notable calado :





a) Nikon ha logrado lanzar al mercado una cámara mirrorless full frame que al igual que la Sony A7RIII produce una extraordinaria calidad de imagen, utilizando además el mismo sensor que la Nikon D850.

Los modelos de producción definitivos de la Nikon Z7 darán más calidad de imagen que la Nikon D850, ya que al ser la nueva bayoneta Z bastante más grande que la F, la cantidad de luz que llega a los bordes del sensor es también mayor y la resolución que se obtiene es idéntica a la que se consigue en el centro del fotograma, además de ofrecer una sensación óptica de aproximadamente un diafragma de ganancia en profundidad de campo.

Esto significará en la práctica un muy significativo incremento cualitativo en rendimiento óptico, especialmente con los objetivos profesionales de gran luminosidad entre f/0.95 y f/1.8 y el nacimiento de una nueva era óptica que ya fue inaugurada por Leica Camera AG con sus objetivos para la Leica SL mirrorless full frame (lanzada al mercado en Octubre de 2015)  diseñados por Peter Karbe, pero que es un modelo que por precio y prestaciones hoy por hoy de referencia de sus ópticas SL, ocupa un pequeño nicho.

El movimiento realizado por Nikon lanzando al mercado la Nikon Z7 mirrorless full frame y sus soberbios objetivos Nikkor S, va a obligar a un porcentaje significativo del resto de marcas a crear nuevas bayonetas (Canon ya ha lanzado al mercado su modelo R de 30 megapíxels con bayoneta más grande que la EOS y es posible que Panasonic introduzca una cámara también de formato completo y nueva montura)  y ópticas notablemente superiores en calidad de imagen a lo mejor que tenían en sus respectivos catálogos de objetivos, iniciándose una dinámica en la que todos intentarán acercarse al máximo posible al nivel óptico-mecánico de los objetivos Leica SL, algo totalmente impensable tan sólo hace un año.

Es decir, si ya las mejores cámaras digitales profesionales formato 24 x 36 mm desde hace años obtienen una calidad de imagen propia del formato medio analógico 6 x 4.5, las recién estrenadas cámaras mirrorless full frame de Nikon y Sony lanzadas al mercado con nuevas monturas y ópticas que suponen un muy importante salto cualitativo ópticomecánico, van a conseguir, acopladas a los mejores y más luminosos objetivos en plena sinergia con los muy avanzados sensores de formato completo y dsp de última generación, una calidad de imagen comparable al formato medio analógico 6 x 9 cm (aunque con distinta estética de imagen y bokeh) también con aspect ratio 3:2.

b) Los indicios apuntan claramente a que Nikon ha sido capaz de crear una cámara que pese a ser la primera de su especie, genera una muy buena experiencia de usuario, 


con una ergonomía notablemente potenciada por una empuñadura de mayor tamaño, que permite superar claramente en esta faceta a la Sony A7RIII, y por tanto, garantiza el acoplamiento de objetivos de gran luminosidad y calidad óptico-mecánica (especialmente standards de 50 mm f/0.95, f/1.2, f/1.4 y f/2, teles medios f/2 de 75 mm, 85 mm, 90 mm, 100 mm, 135 mm y 200 mm, y grandes teleobjetivos 300 mm f/2.8 y 400 mm f/2.8) de notable peso y volumen con mucha mayor comodidad y equilibrio para el fotógrafo a la hora de fotografiar con ellos.


c) La nueva montura Nikon Z de grandes dimensiones (con sus nada menos que 55 mm de diámetro, mucho más grande que la de la Sony A7RIII con 46.1 mm de diámetro) y una muy corta distancia de brida de 16 mm que permite que la máxima cantidad posible de luz a través de los objetivos Nikkor S alcance el sensor 24 x 36 mm con la mayor pureza, sin olvidar sus 11 contactos que potencian al máximo la comunicación entre la cámara y los objetivos acoplados.
Esta simbiosis nueva montura Z de gran tamaño + distancia de brida de 16 mm, cuya consecución ha significado un enorme esfuerzo para los ingenieros de Nikon (que se han visto obligados a realizar un encomiable trabajo de reducción del grosor de distintos componentes ubicados sobre la parte superior del sensor) es en mi opinión el factor más importante de todos y una muy significativa declaración de intenciones por parte de Nikon, que desde que se puso manos a la obra para la creación de la Z7 fue plenamente consciente de la importancia que tuvo para el desarrollo de los formidables objetivos para la Leica SL el enorme tamaño de montura de dicha cámara (48.8 mm, con una muy corta distancia de brida de de 20 mm) compartida con la Leica T, que no sólo destacó por su bellísimo diseño y gran calidad constructiva, sino que fue además banco de pruebas en una amplia variedad de ámbitos, tanto orientados a futuros sensores formato APS-C como 24 x 36 mm.

Hay muchas voces expertas que han afirmado con buena parte de razón que esperaban un puñetazo en la mesa por parte de Nikon, sobre todo con la Nikon Z7, y que evidentemente, no se ha producido desde el punto de vista de novedades tecnológicas y funciones de las que las mejores cámaras mirrorless de Sony, Olympus, Panasonic y Fuji ya estaban dotadas.




Pero no es menos cierto que Nikon (una marca de planteamientos más clásicos y conservadores que el resto de los principales actores del segmento mirrorless en sus distintos formatos) ha hecho las cosas sin querer acelerar nada más de lo necesario, con enorme cautela y respeto hacia la Sony A7RIII, una cámara que han estudiado muy concienzudamente y que sabían de antemano que era muy difícil de superar.
En mi opinión, la prioridad para Nikon era lanzar al mercado una cámara que pudiera competir de tú a tú con la Sony A7RIII, y creo que lo han conseguido en gran medida, pese a los inexplicables errores de bulto mencionados anteriormente y que deberán corregir cuanto antes si no quieren perder algunas ventas y a que evidentemente, aunque muy buena, la Nikon Z7 no es una cámara revolucionaria ni que reinvente el segmento de cámaras profesionales mirrorless, tal y como ha proclamado Nikon con cierta vehemencia, porque el aspecto con diferencia más trascendental de su movimiento al lanzar al mercado fotográfico esta cámara, es su enorme montura con el diámetro más ancho a nivel mundial, nada menos que 55 mm, y su muy corta distancia de brida de 16 mm.

Los actores de este segmento que han inventado y reinventado permanentemente el sector de cámaras mirrorless full frame en distintos formatos desde 2008 hasta hoy en día han sido sobre todo Olympus, Panasonic, Fuji, Sony y en mucha menor medida Leica, sin olvidar un hito sincrónico enormemente importante desde un punto de vista conceptual: el lanzamiento al mercado en 2003 de la Olympus E-1 formato Cuatro Tercios, primera cámara profesional digital que (aun siendo dslr) constituyó el sistema fotográfico digital propiamente dicho pionero en diseñar y fabricar desde cero objetivos para sinergizar con el sensor específico, que en esta cámara era un excelente CCD Kodak de 5 megapixels.


Algunos de dichos objetivos eran extraordinarios, como el ED 7-14 mm f/4 con uno de los elementos asféricos con curvatura más difícil de diseñar y fabricar en toda la historia de la fotografía (el segundo más próximo a la lente frontal del objetivo, también de enorme tamaño), el ED 300 mm f/2.8, el ED 150 mm f/2, así como dos fabulosos zooms profesionales (ED 35-100 mm f/2 y ED 90-250 mm f/2.8) que formaron dicho año junto con el Leica Vario-Elmarit-R 28-90 mm f/2.8-4.5 ASPH la punta de lanza cualitativa mundial en estos objetivos de focal variable.


Pese a sus 5 megapixels, esta cámara sí que fue verdaderamente rompedora en su momento y ha ejercido desde entonces una influencia enorme en el devenir de la fotografía digital, ya que su razón de ser basada en objetivos hechos a medida en función de las características de los sensores, ha sido utilizada después por muchas de las empresas del sector fotográfico para crear sus ópticas nativas.


Otras cámaras rompedoras y revolucionarias han sido en mi opinión:


– La Panasonic Lumix G9 formato Micro Cuatro Tercios (con su impresionante obturador electrónico que permite alcanzar 20 fps en modo ráfaga durante 50 frames, sus soberbias prestaciones para videógrafos con grabacion 4K UHD/60p, su referencial sistema de estabilización de imagen de 5 ejes con I.S Dual integrado en el cuerpo de cámara y que permite disparar a pulso sin trepidación a 6.5 diafragmas por debajo de lo que sería posible sin dicha estabilización, etc).


Si a ello se añade que esta pequeña y ligera cámara cámara con dimensiones de 137 x 97 x 92 mm puede conectarse a un objetivo pata negra Leica DG Elmarit 200 mm f/2.8 Power O.I.S (equivalente a un 400 mm f/2.8) dotado con muy buen estabilizador de imagen, con extraordinario rendimiento óptico incluso a plena abertura, con un peso de tan sólo 1245 g y dimensiones muy reducidas de 88 x 174 mm, con el que pueden consegurise espléndidos resultados en fotografía deportiva y fauna salvaje, disparando a pulso sin necesidad de trípode o monopie alguno, con total comodidad, sin trepidación alguna e inefables niveles de discreción.


Eso sí que es revolucionario.


Una revolución de verdad que se extiende a otro objetivo sensacional : el Olympus 300 mm f/4 IS Pro ED M. Zuiko Digital (equivalente a un 600 mm f/4, pero muy pequeño y ligero, con sus dimensiones de 227 mm x 92.5 mm, un peso de tan solo 1.27 kg y que también genera una excepcional calidad de imagen incluso a plena abertura) con estabilizador interno, que conectado a cámaras asombrosamente pequeñas y ligeras como la Olympus OM-D E-M1 Mark II o la Olympus OM-D E-M5 Mark II formato Micro Cuatro Tercios permite obtener espléndidas imágenes disparando a pulso con total comodidad de aves en vuelo y de aviación, siendo incluso capaz de fotografiar desde gran distancia avelolcidades entre 1/125 s y 1/250 s (para plasmar adecuadamente la motricidad de la hélice) el majestuoso Sukhoi-31 Adventia de Ramón Alonso (Campeón del Mundo de Acrobacia Aérea, con muchos menos medios que los pilotos rusos, franceses y americanos) durante sus evoluciones en el aire a gran altura sincronizando música y movimiento, en las que su inmensa pericia y la potencia del motor radial a pistón estado del arte Vedeneyev M-14 PF de 9 cilindros, refrigerado por aire y 400 caballos, brillan con luz propia.


– La Sony A7RIII.


La Sony A9 (utilizada por algunos fotógrafos en competiciones deportivas del máximo nivel por todo el mundo).


– La Olympus EM1-Mark II ( resultado de un titánico esfuerzo durante años por extraer el máximo potencial cualitativo de los pequeños sensores Micro Cuatro Tercios, una proeza tecnológica muy encomiable, obteniendo espléndidos resultados con luz día y bastante aceptables en situaciones de baja luminosidad, donde compite en desventaja frente a cámaras con sensor APS-C y 24 x 36 mm, superiores también a ISOS altos y a la hora de generar enfoque selectivo en géneros fotográficos como retrato y moda, pero con Olympus luchando siempre al máximo por reducir las distancias, así como (al igual que Panasonic y Fuji) ofreciendo soberbias cámaras de avanzadísima electrónica, muy pequeñas y ligeras, con imbatible comodidad de manejo y transporte, demorando mucho la fatiga de los fotógrafos en comparación con quienes usan cámaras de sensor 24 x 36 mm más grandes y pesadas.


– La Fuji-X Pro 1 en el momento de su aparición en 2012 con sensor CMOS X-Trans APS-C de 16 megapixels, dotada con un excelente y por aquel entonces en buena medida revolucionario visor híbrido óptico / electrónico. Una cámara que cuatro años después tendría su sucesora en la Fuji X-Pro 2 de 24 megapixels, muy mejorada en el dsp (un 400% más rápido que su antecesora), visor híbrido de mayor nivel e incluso un muy interesante nuevo modo de simulación de la mítica película química de blanco y negro Fuji Acros 100.


No obstante, en mi opinión, quizá no se podía pretender que con el contexto precedente de nada menos que diez años de evolución del sector de cámaras mirrorless con visor electrónico por parte de las empresas mencionadas anteriormente, una marca recién llegada a este segmento lanzara al mercado una cámara revolucionaria y rompedora de moldes.



FACTORES ESENCIALES DE LA ESTRATEGIA DE NIKON CON SU CÁMARA MIRRORLESS Z7 DE FORMATO 24 X 36 MM

De ningún modo estaba Nikon en condiciones de intentar entrar como elefante en cacharrería con su Nikon Z7 e intentar imponerse a la Sony A7RIII por la fuerza e inmediatamente.

Creo que no es esa en estos momentos la pretensión de Nikon, sino ocupar una progresiva cuota de mercado en el sector de cámaras mirrorless con visor electrónico, con cinco pilares fundamentales :




– La nueva montura Z de gran tamaño y enormes posibilidades de futuro, con un inmenso potencial de conectividad, además de permitir una bastante mayor libertad de diseño a la hora de crear objetivos de excepcional calidad óptica y mecánica gestados ex profeso para el sensor Sony 24 x 36 mm que alberga la Nikon Z7 y con los que obtendrá su mayor calidad de imagen.

Las circunstancias de mercado obligan a Nikon a sacar nuevos objetivos S de gran luminosidad en las focales más importantes (sobre todo en 28 mm, 35 mm, 50 mm, 58 mm, 85 mm) y zooms profesionales (un 24-70 mm f/2.8 y un 80-200 mm f/2.8 ) que obtengan todo el potencial viable de la nueva bayoneta Z de gran diámetro y optimicen al máximo la simbiosis entre dichas ópticas y probablemente el mismo sensor Sony 24 x 36 mm utilizado por Nikon en su D850 reflex (cuya calidad de imagen es excepcional, con un rango dinámico en RAW algo superior incluso al de la Sony A7RIII).




– Nikon intentará rizar el rizo, es decir, utilizar su inmenso know-how óptico y de visualización de imágenes con ” trucos ” de cosecha propia para conseguir ligeramente más calidad de imagen que las más punteras cámaras mirrorless full frame de Sony, no sólo la A7RIII y A9, sino también las que pueda ir sacando Sony en el futuro, con idénticos sensores en cada momento, en los distintos modelos de cámaras Nikon mirrorless formato 24 x 36 mm que aparezcan en el futuro.

Por asombroso que pueda parecer, Nikon ha demostrado con frecuencia hasta la fecha que es capaz de extraer de los sensores Sony estado del arte ligeramente más calidad de imagen que la propia Sony, con todo tipo de inventiva propia, incluyendo la optimización de arquitectura de diodos y el modo de captar más luz, por lo que la posibilidad de que el sensor de las Nikon Z7 de producción pueda dar algo más de calidad de imagen que el de la Nikon D850 crece por momentos.




– Un visor electrónico de primerísimo nivel, de hecho el segundo mejor del mundo en estos momentos, sólo superado por el de la Leica SL mirrorless formato 24 x 36 mm.

Nikon ha hecho un enorme esfuerzo en el diseño y fabricación del sensacional visor electrónico Quad-VGA de 3.69 millones de puntos, 100% de cobertura de imagen y magnificación 0.8x de su Nikon Z7 que ofrece al fotógrafo una imagen de impresionante brillantez y nitidez, sin lag alguno.


Se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, incluyendo un recubrimiento especial de flúor en la ventana protectora del ocular que consigue eliminar prácticamente cualquier atisbo de flare y evita a la vez cualquier acumulación de polvo o suciedad.


Este visor electrónico de la Z7  va a marcar un antes y un después.


Nikon sabía que el referente a batir era el también extraordinario visor de la Leica SL, al que se ha cercado muchísimo en calidad y comodidad de visionado. 


Eran también plenamente consciente de que se trataba de un aspecto crucial con vistas a usuarios de cámaras reflex Nikon profesionales acostumbrados a soberbios visores ópticos, como la Nikon D850, que desearan adquirir también la Nikon Z7 mirrorless formato 24 x 36 mm como segundo cuerpo.



Pero se ha producido un hecho muy significativo : Nikon no se ha conformado con optimizar todo lo posible los tres parámetros básicos que definen la calidad de observación de un visor electrónico (resolución, elementos ópticos del más alto nivel y tasa de refresco).

Han trabajado a destajo y utilizando todo su know-how fotográfico en simbiosis con varios auténticos gurús del tratamiento de imagen digital, Nikon ha conseguido reducir a valores prácticamente inapreciables las aberraciones ópticas y fatiga visual en este visor de ensueño, mediante un fastuoso sistema óptico con cuatro elementos de enorme calidad (especialmente uno de ellos, asférico), en simbiosis con una ventana de protección del ocular, también de gran calidad y ubicada junto al primer elemento del mencionado esquema óptico, en el que se ha buscado con muy altas dosis de pasión obtener una nitidez verdaderamente alucinante, todo un homenaje en este sentido a la más pura tradición Nikon que se remonta a la época Nippon Kogaku de principios de los años cincuenta, en la que con enorme habilidad y tesón, potenciaban sobre todo el contraste y la acutancia para conseguir una gran sensación vitual de nitidez y contrarrestar así el algo superior poder de resolución de los mejores objetivos alemanes de la época.


No en vano, alguien que mire a través del visor de la Leica SL y a través del visor de la Nikon Z7 puede tener la sensación visual de que el visor japonés es mejor, además de que ha sido creado para reducir al máximo posible la fatiga de observación durante trabajos profesionales prolongados.


– Video 4K UHD sin recorte de sensor hasta 30p, con opción de grabar video Full HD a 60p. Obviamente, al tratarse de una cámara mirrorless, sus prestaciones en video serán superiores a las de la Nikon D850, pero se queda algo limitado en comparación con el gran nivel en esta faceta que tienen en estos momentos algunas cámaras de otras marcas del segmento mirrorles full frame.


– Un sistema de óptico de estabilización de imagen de 5 ejes integrado en el cuerpo de cámara.


– Un sistema electrónico E-VR de reducción de la vibración mientras se graba video a pulso.



– Cuerpo de cámara sellado según Nikon con el mismo nivel de resistencia y durabilidad que la Nikon D850. Sea como fuere, los indicios apuntan claramente a que en este aspecto la Nikon Z7 es claramente superior a la Sony A7RIII.



– Un display de cuarzo líquido de muy alta calidad en el panel superior derecho de la cámara, junto a la empuñadura, para que el fotógrafo pueda ver los valores de velocidad de obturación, diafragma, ISO, etc, que ha elegido. Nikon se ha inspirado claramente en el display de cuarzo líquido de la Leica SL (una cámara que también ha estudiado en profundidad) para la adopción de este rasgo.



– El adaptador FTZ que permite acoplar una muy amplia gama de objetivos Nikkor AF con montura F con notables niveles de compatibilidad, precisión y velocidad de enfoque.


Nikon se ha esmerado mucho con este dispositivo, que permite a sus usuarios veteranos poder utilizar muchos de sus objetivos Nikkor AF e incluso los míticos Nikkor-Ai de enfoque manual de los años ochenta, consiguiendo muy buena calidad de imagen.

Evidentemente, desde un punto de vista óptico la mejor opción es utilizar ópticas nativas S de alta luminosidad para conseguir resultados sobresalientes e incluso estratosféricos (como por ejemplo el Nikkor-S 58 mm f/0.95 anunciado, cuya calidad de imagen probablemente sea incontestable, o los zooms profesionales Nikkor-S 24-70 mm f/2.8 y Nikkor-S 70-200 mm f/2.8, anunciados todos ellos para 2019).


Pero el hecho de poder conectar a la Nikon Z7 excelentes objetivos autofocus con montura Nikon F como el AF-S Nikkor 24-70 mm f/2.8E ED, AF-S Nikkor 14-24 mm f/2.8G ED, AF-S Nikkor 70-200 mm f/2.8G ED VR II, AF-S Nikkor 24 mm f/1.4G ED, AFS-Nikkor 35 mm f/1.4G, AF-S Nikkor 50 mm f/1.4G, AF-S Nikkor 85 mm f/1.4G, Nikkor AF-S VR Micro 105 mm f/2.8G IF-ED, AF-S Nikkor 200 mm f/2G ED VR II, AF-S Nikkor 300 mm f/2.8G ED VR II y muchos otros puede ser algo bastante útil.

Todos ellos obtienen una muy buena calidad de imagen, plenamente profesional, acoplados a la Nikon Z7 y pueden ser una alternativa altamente interesante para aquellos fotógrafos profesionales y aficionados avanzados que tengan objetivos Nikkor AF con montura Nikon F, gracias al mencionado adaptador FTZ, aunque por bueno que pueda ser, debería haber sido ofrecido con la cámara, o bien a un precio no superior a los 100 euros.


Por otra parte, aunque perdiendo automatismos, mediante este adaptador, la Nikon Z7 podrá usar también soberbios objetivos Nikkor-Ai-S de enfoque manual como el Nikkor 28 mm f/2.8 AI-s, Nikkor 35 mm f/1.4 Ai-S,

Nikkor 50 mm f/1.2 Ai-s, Micro-Nikkor 55 mm f/2.8 AI-s, Noct-Nikkor 58 mm f/1.2,
Nikkor 85 mm f/1.4 AI-s, Nikkor 105 mm f/2.5 AI-s,


Nikkor ED 135 mm f/2 IF Ai-S, Nikkor ED 200 mm f/2 IF Ai-S, Nikkor ED 300 mm f/2.8 IF Ai-S y otros, obteniendo una muy buena calidad de imagen complementada por esa muy especial estética de imagen que consiguen estas míticas ópticas de los años setenta, con una sedosa y muy precisa helicoidal de enfoque de gran precisión que les hace muy apropiados para la grabación de video HD y 4K.
– El interface con pantalla táctil inclinable de grandes dimensiones, 3.2 pulgadas, y resolución de 2.1 millones de puntos.

– El estabilizador de imagen de cinco ejes.





LA CALIDAD ÓPTICA DE LOS OBJETIVOS SE CONVIERTE DE MODO CRECIENTE EN UN FACTOR TODAVÍA MÁS DECISIVO QUE EN LA ÉPOCA ANALÓGICA A LA HORA DE CONSEGUIR LA MÁXIMA CALIDAD DE IMAGEN POSIBLE CON LAS CÁMARAS DIGITALES FORMATO 24 X 36 MM

Como es sabido, los sensores digitales full frame (así como los de otros formatos) son más exigentes que las películas químicas a la hora de sinergizar con los objetivos que se acoplen a las cámaras digitales que los albergan.

En este sentido, la simbiosis a la hora de crear objetivos (especialmente los muy luminosos) que generen gran calidad de imagen es algo extremadamente difícil y que precisa un enorme conocimiento, experiencia, tesón, máquinas especiales y operarios muy cualificados que sepan manejarlas, avanzadísimos softwares ópticos que a estos niveles no bastan en absoluto per se y habrán de ser permanentemente complementados por el know-how, experiencia, capacidad para elegir la mejor opción entre las varias que le ofrece el ordenador e intuición del diseñador óptico con sus toques personales y recursos de todo tipo para que el tamaño, peso, diámetro del objetivo y coste de producción no se disparen, y en todo momento con muy alto índice de elementos ópticos desechados, algo que encarece notablemente su fabricación.


Obviamente, la compatibilidad de la montura Nikon F (que data nada menos que de 1959 y ha sido la más versátil de toda la historia de la fotografía, sólo superada por la montura de bayoneta Leica M) no puede ser desde un punto de vista estrictamente técnico compatible al 100% tras los 60 años transcurridos desde su creación, aunque no es menos cierto que todavía hoy en día es incuestionable el hecho de que gran cantidad de objetivos tanto AF como de enfoque manual son conectables y utilizables gracias al anteriormente mencionado adaptador con la Nikon Z7, preservando con los más modernos Nikkor AF-S tanto la velocidad y precisión de AF como en gran medida los automatismos.

Pero Nikon necesitaba imperiosamente crear desde cero una nueva montura de mayores dimensiones (55 mm) que la F (44 mm) y con distancia de brida más corta (16 mm) para su nueva mirrorless full frame Nikon Z7.

E indudablemente, la montura Z abre nuevos horizontes muy prometedores para Nikon en el mercado fotográfico y de hecho, le permitirá diseñar y fabricar objetivos que superarán claramente a las mejores ópticas con montura F Nikkor AF-S G ED en calidad de imagen, extrayendo el máximo potencial de los sensores formato 24 x 36 mm cada vez mejores que vayan apareciendo, además de que no puede excluirse la hipótesis de que dicha montura Z, gracias a sus más que notables dimensiones, pueda albergar en el futuro sensores de mayor tamaño que el 24 x 36 mm, probablemente también con aspect ratio 3:2.

Es decir, todavía más importante que la cámara Nikon Z7 en sí es la presentación por Nikon de su nuevo Sistema Z, con inmensas posibilidades de futuro.

Parece claro que tras un minucioso trabajo de investigación y desarrollo de años, Nikon ha considerado que su nueva montura Z es la que a día de hoy le proporciona un mejor equilibrio entre diámetro de montura, tamaño de sensor y distancia de brida, que hará posible la creación de objetivos ultraluminosos de calidad probablemente estratosférica como el Nikkor-S 58 mm f/0.95. 


De hecho, Nikon posee en estos momentos el suficiente know-how óptico incluso para trascender el mítico Zeiss 50 mm f/0.7 (diseñado por el genio Erhardt Glatzel, desarrollado para la NASA y utilizado por Stanley Kubrick en la película Barry Lyndon) y poder construir objetivos de aproximadamente 55 mm f/0.6, aunque evidentemente no serían prácticos por la escasísima profundidad de campo (el Noctilux-M 50 mm f/1 produce una profundidad de campo de 2 cm a un metro, 4, 5 cm a dos metros) , el desorbitado coste de producción con enorme porcentaje de elementos asféricos fuera de tolerancia desechados que haría inviable lanzarlos al mercado, las descomunales dimensiones y peso que impedirían su uso sin un robusto trípode y la imposibilidad hoy por hoy de obtener aceptable calidad de imagen a plena abertura con un objetivo standard f/0.6 para formato 24 x 36 mm.


No obstante, dicho know-how ha sido muy útil a la hora de diseñar y construir los nuevos objetivos Noct Nikkor 58 mm f/0.95 y Nikkor 50 mm f/1.2 S.

Tengo la firme convicción de que en lo tocante a calidad óptica deseable en sus objetivos Nikon S nativos para la Nikon Z7 y en la calidad del visor electrónico, Nikon se ha inspirado en la Leica SL y sus ópticas, y que va a ir lanzando al mercado objetivos de primerísimo nivel y alta luminosidad específicamente diseñados para su montura Z, tratando por todos los medios de lograr la máxima simbiosis posible con el sensor y el dsp Nikon Expeed 6.


Asimismo, Motohisa Mouri, diseñador óptico Nikon, a consecuencia de la muy corta distancia de brida de 16mm, ha tenido que introducir significativas dosis de telecentrismo en los objetivos Nikkor S para la Nikon Z, potenciando la ubicación de elementos ópticos de gran diámetro muy cerca del sensor 24 x 36 mm, de tal manera que los rayos de luz pueden incidir de modo mucho más directo e intenso sobre su superficie, lo cual permite un mejor control de la aberración cromática.


Pero no es menos cierto que la gama de objetivos que acompañan al sistema Nikon Z en el momento de su presentación en Agosto de este año 2018 se antoja escasa, con únicamente tres ópticas:





el Nikkor Z 35 mm f/1.8 S con 11 elementos en 9 grupos,




el Nikkor Z 50 mm f/1.8 S con 12 elementos en 9 grupos




y el zoom Nikkor Z 24-70 mm f/4 S con 14 elementos en 11 grupos.

Es cierto que para 2019 están anunciados varios objetivos más, tanto ópticas fijas como zooms muy luminosos y generadores de excepcional calidad de imagen, que en mi opinión serán absolutamente fundamentales para el devenir del sistema Nikon Z, como los zooms Nikkor 24-70 mm f/2.8 S y Nikkor 70-200 mm f/2.8 S, el Nikkor 58 mm f/0.95 S Noct y el Nikkor 85 mm f/1.8 S, sin olvidar el Nikkor 24 mm f/1.8 S, Nikkor 14-24 mm f/2.8 S y el Nikkor 50 mm f/1.2 S anunciados para el año 2020.


Pero a mi modesto entender, Nikon ha cometido un error no presentando la Nikon Z7 acompañada al menos por un zoom profesional (preferentemente el 24-70 mm f/2.8 S) y como mínimo tres objetivos fijos de muy alta luminosidad f/1.4 (preferentemente en las focales de 35, 50 y 85 mm).


En este sentido, en mi opinión, por excelentes que puedan ser en rendimiento óptico como mecánico (el Nikkor Z 35 mm f/1.8 S incluye 3 elementos asféricos y 2 ED y el Nikkor Z 50 mm f/1.8 S 2 elementos asféricos y dos ED), poseen unas aberturas de diafragma máximas que aun siendo notablemente luminosas, distan mucho de la presentación de cartas credenciales e impacto anímico que en los usuarios de Nikon (la segunda marca con mayor prestigio histórico en toda la historia de la fotografía junto con Leica, sin menoscabo alguno del resto de marcas del sector fotográfico a las que corresponde el importante mérito de alterar un mercado fotográfico que hasta aproximadamente 2010 estaba abrumadoramente dominado por Canon y Nikon) hubiera tenido el que la Nikon Z7 hubiera estado acompañada en Tokyo el día de su presentación a los medios de al menos un 35 mm f/1.4 (no se aprecia ninguno en su hoja de ruta de ópticas durante los próximos dos años), un 24 mm o 28 mm f/1.4 y un 50 mm f/1.2.


Sobre todo si se tiene en cuenta que las ópticas nativas de alta y muy alta calidad para la Sony A7RIII son en estos momentos ya notablemente abundantes y que la mayoría de marcas poseen muy consolidados zooms 24-70 mm f/2.8.


Es cierto que el Nikkor 24-70 mm f/4 es también soberbio ( con sus nada menos que 4 lentes asféricas — una de las cuales posee simultáneamente características ED — , dos elementos ED de dispersión extra baja — uno de los cuales posee al mismo tiempo cualidades asféricas — , formidable multirrevestimiento doble con Nano Crystal Coat y Nikon Super Integrated Multicoating e incluso un recubrimiento delantero de flúor muy resistente a la suciedad y las manchas ) y que probablemente en estos momentos es el estado del arte en zooms standard f/4 sólo superado por el Vario-Elmarit-SL 24-90 mm f/2.8 – 4 ASPH.


Pero un zoom profesional de similar o incluso superior calibre óptico mecánico, con un f/2.8 constante, habría sido algo muy relevante acompañando a la Nikon Z7 durante su presentación en Tokyo, porque además, sobre todo durante los últimos cuatro años, Nikon ha mejorado muchísimo sus técnicas de fabricación, que le permiten hoy por hoy conseguir un muy alto porcentaje de elementos ópticos asféricos de gama alta con un centrado impecable, a la primera, durante la fase de montaje.


Además, con respecto a las dos ópticas fijas f/1.8 introducidas junto con la Z7, por excelentes que puedan ser, la mítica aureola de Nikon en este ámbito exigía en mi opinión que hubieran tenido aberturas máximas f/1.4, porque los objetivos f/1.8 o incluso 1.7 (por excelentes que puedan ser) son — dentro de la extrema dificultad que se precisa para diseñar y fabricar objetivos de este nivel cualitativo — bastante más fáciles de fabricar que los f/1.4, no exigen modificaciones sustanciales de diseño con respecto a los objetivos f/2 y sólo suponen una ganancia de 1/3 EV con respecto a ellos, mientras que los objetivos f/1.4 obtienen una ganancia real de 1 EV y precisan un diseño totalmente nuevo, por lo que son bastante más difíciles de crear y fabricar, además de aumentar de modo importante el potencial de fotografía con foco selectivo y fondos desenfocados en distintos géneros fotográficos.

Aunque creo que sobre todo durante 2019 Nikon va a intentar con algunos objetivos fijos y zooms de su hoja de ruta de dicho año (optimizados para potenciar el flujo luminoso central y generar excepcional calidad de imagen incluso a máxima abertura) acercarse todo lo posible al rendimiento óptico de los hoy por hoy imbatibles objetivos AF del sistema Leica SL como el Summilux-SL 50 mm f/1.4 ASPH, Apo-Summicron-SL 90 mm f/2 ASPH, Vario-Elmarit-SL 24-90 mm f/2.8-4 ASPH, que son con mucha diferencia el referente cualitativo ópticomecánico en el sector de cámaras mirrorless con visor electrónico, creo que las dos ópticas fijas de 35 mm y 50 mm f/1.8 junto con el zoom 24-70 mm f/4 (que al parecer es realmente muy bueno) son una panoplia óptica un tanto decepcionante para secundar en el histórico y muy importante momento de su presentación a una cámara que sin ser extraordinaria y adoleciendo de algunos defectos quizá no determinantes (pero sí nocivos e inexplicables y que tendrá que intentar subsanar cuanto antes), es en mi opinión excelente para ser un modelo de primera generación.


Nikon ha conseguido su principal objetivo : una cámara mirrorless de formato completo mucho más pequeña, compacta y ligera que su buque insignia dslr, que logre de manera fluida la transición reflex/mirrorless, preservando muchos de los valores y cualidades diacrónicamente presentes en las cámaras digitales formato 24 x 36 mm reflex más señeras de la marca, que obtenga una excepcional calidad de imagen comparable a la Nikon D850 y a la Sony AR7III y que pueda competir en el disputadísimo segmento de cámaras mirrorless con visor electrónico, donde el enorme cash-flow disponible de Sony en I + D, su tremendo know-how electrónico y su condición de referente mundial incuestionable en el diseño y fabricación de sensores estado del arte, le confieren algunas ventajas importantes, incluyendo la posibilidad de poder sacar nuevos modelos de cámaras en menor tiempo que el resto de marcas, pese a lo cual, de modo insólito, Nikon consigue con cierta asiduidad extraer ligeramente más calidad de imagen utilizando los mismos sensores que Sony.

Nikon no tiene más remedio que mostrar sus galones lanzando al mercado cuanto antes los mejores objetivos fijos ultraluminosos y los dos zooms profesionales muy luminosos de su hoja de ruta óptica (no más tarde que durante la primera mitad de 2019) en los que los indicios apuntan claramente a que va a inaugurar una nueva etapa de su brillantísima carrera en esta faceta, con un ulterior nivel de asombroso rendimiento optomecánico, en el que adquirirán especial protagonismo grandes elementos ópticos con superficies asféricas fabricadas con exóticos y muy caros vidrios con las mayores prestaciones, no solo mediante su muy avanzada tecnología PGM de moldeado de precisión de los mismos (Nikon es capaz de hacerlo incluso con los vidrios ópticos más difíciles de moldear) con lentes asféricas de tamaño mediano y grande, sino también (sobre todo en los objetivos de mayor abertura f/0.95, f/1.2 y f/1.4) tallados y pulidos con el máximo nivel de precisión mediante máquinas CNC estado del arte y técnicas de acabado magneto reológico con herramientas MRF de última generación (además de anillos de tallado que realizan su función sobre puntos de la superficie de los elementos ópticos orientados tangencialmente, progresando desde los bordes hasta el centro) al más puro estilo Leica y Zeiss para generar la mejor simbiosis posible con el sensor 24 x 36 mm de la Nikon Z7.


No obstante, tampoco puede excluirse en absoluto la posibilidad de que Nikon obtenga también muy buenos resultados en este ámbito optimizando técnicas especiales de prensado de vidrio óptico con notable precisión, fabricando elementos con superficies asféricas hechas a medida para dicho sensor de formato completo, porque evidentemente, para conseguir ese nivel de calidad de imagen, el extraordinario sensor formato 24 x 36 mm de la Nikon Z7 tendría muchos más problemas para sinergizar con objetivos dotados con uno o varios elementos asféricos fabricados de modo barato y masivo mediante técnicas normales de moldeado de vidrio, moldeado de plástico inyectado, moldeado de polímeros o resina óptica para formar lentes composite con forma asférica.


Todo ello complementado a posteriori por un muy preciso análisis interferométrico de los objetivos asféricos con los más modernos instrumentos computerizados y controlados por láser.




Ni que decir tiene que Nikon pondrá toda la carne en el asador con su tecnología Nano Crystal Coat con multirrevestimiento óptico antirreflejante, de múltiples capas y muy bajo índice de refracción, que potencia enormemente la eliminación de reflejos dentro de los elementos ópticos de los objetivos a través de una amplia gama de longitudes de onda, combatiendo muy eficazmente el ghost y el flare, algo que será decisivo sobre todo en las ópticas angulares y superangulares y catalizará un nuevo salto cualitativo a la hora de hacer fotografías en escenas con mucho contraste o contraluz extremos.

Por otra parte, cuanto más grande es la abertura máxima de un objetivo, mayor ha de ser el tamaño y diámetro de sus elementos ópticos para que capten más luz, y por tanto se dispara la aberración esférica (especialmente en las distancias de enfoque más próximas).


Es decir, por mencionar solo un ejemplo, la nueva etapa en la historia de la fotografía digital que está a punto de iniciarse en la próxima Photokina 2018, ya no se conformará en gama alta y muy alta con excelentes objetivos profesionales f/1.2 que den muy buena calidad de imagen a partir de f/1.4 como el Canon EF 85 mm f/1.2 L II USM (con ADN Doble Gauss asimétrico H.W Lee Taylor-Hobson Opic f/2 de 1920) y simplemente aceptable a f/1.2, por muy bueno que pueda ser su gran elemento asférico tallado y pulido con gran precisión, ubicado el tercero tras la primera lente frontal y aproximadamente un 300% más ancho, por muy bien que pueda funcionar su elemento flotante moviendo los siete primeros elementos (incluyendo el diafragma en iris entre los elementos cuatro y cinco) con respecto al elemento más trasero, el octavo, por muy buena que pueda ser su supresión del flare, su excepcional detalle en sombras incluso con temas a contraluz, etc.


De ahora en adelante, a los usuarios que compren objetivos de gama alta f/0.95, f/1.2 y f/1.4 de las distintas marcas, no les bastará su tradicional adecuación a retratos con suavidad de texturas a plena abertura y mayor nitidez y captación de detalles al diafragmar.


Querrán también una gran calidad de imagen a máxima abertura con admirable poder de resolución, nitidez y contraste, que no difiera mucho de la obtenida a f/2.8, por lo que tendrán que luchar sin descanso, ya que aparte de las aberraciones , es muy difícil diseñar y fabricar objetivos tan sumamente luminosos que combatan eficazmente la luz dispersa y el flare, sobre todo porque cuanto más grandes son las dimensiones de los elementos ópticos frontales que acumulan luz, más alto será el nivel de luz no enfocada que llegue a la superficie del sensor.




Nikon ha trabajado muy intensamente, sobre todo durante 2016 y 2017, en el estudio concienzudo de los diferentes vidrios ópticos de su catálogo Ohara, que reflejan entre aproximadamente el 4.2% y el 9.6% de luz que entra al sensor 24 x 36 mm de su Nikon Z7 a través de los objetivos S, para intentar minimizar todo lo posible la reducción del grado de transmisión de luz del sistema óptico y garantizar asi los mejores valores fotométricos y sensitométricos viables, por lo que es previsible que intenten aproximarse todo lo posible a Leica y Zeiss en la consecución de muy similares altos grados de transmisión de luz y rendición de color en sus ópticas, independientemente de las longitudes focales.

En mi opinión, este es sin duda uno de los momentos más importantes en toda la historia de la fotografía mundial, sobre todo desde un punto de vista óptico, y el movimiento de Nikon lanzando al mercado su cámara mirrorless Z7 de formato completo con enorme diámetro interno de montura y una muy corta distancia de brida de 16 mm así como su extraordinario visor electrónico, sumado a la recién anunciada también mirrorless formato 24 x 36 mm Canon R que será presentada muy pronto con un imponente surtido de ópticas de primer nivel ( e incluso se especula también sobre una Panasonic formato 24 x 36 mm) van a revitalizar sin duda enormemente el sector fotográfico a nivel mundial con este tipo de cámaras, además de consolidarse cada día más una tendencia muy positiva a la ausencia de monopolios, algo que redundará en beneficio de todos, ya que las diferentes marcas (no sólo dos o tres) tendrán que lanzar al mercado cámaras y objetivos cada vez mejores en distintos formatos.