miércoles, 29 de diciembre de 2021

CARLOS VEGA HIDALGO DESCUBRE A GERDA TARO EN DOS FOTOGRAFÍAS REALIZADAS DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Por José Manuel Serrano Esparza 

Carlos Vega Hidalgo, Técnico de Catalogación y Análisis de Materiales Fotográficos de la Biblioteca Nacional de España, Técnico en Laboratorio de Imagen y Fotografía y hoy por hoy probablemente el mayor experto del mundo sobre fotografías de la Guerra Civil Española hechas en Toledo, ha descubierto la presencia de Gerda Taro en dos importantes fotografías realizadas durante dicha contienda : 


A) Fotografía de Mondial Photo Presse aparecida en el diario francés La Dépêche en su número de septiembre de 1936, hecha en Toledo pocas semanas antes, en Agosto de dicho año, y en la que se aprecia a Gerda Taro conversando con varios milicianos de la FAI.

Esta fotografía es muy relevante, porque verifica que Gerda Taro hablaba español (que había aprendido como tercera lengua extranjera en un instituto de negocios de Stuttgart, tal y como descubrió Irme Schaber en su libro Gerda Taro, editado por ICP/Steidl en 2007) y charla con los milicianos tratando de obtener toda la información posible. 

No intenta hacer las fotos nada más llegar, sino que trata de que los milicianos se familiaricen con su presencia, habla con ellos e intenta conocer el contexto en que se encuentra con la mayor precisión viable para hacer las fotos después, en los momentos más adecuados y captar momentos definitorios. 

Se aprecia claramente la famosa gran cabellera rubia de Gerda Taro, que está de pie, a la derecha de la imagen. 

El erróneo pie de foto afirma en francés que una joven miliciana, oficial de enlace, está entre sus camaradas.

Pero se trata sin duda de Gerda Taro, tal y como ha descubierto Carlos Vega Hidalgo. 

                                                                                        Photo : Robert Capa / © ICP New York

B) Fotografía hecha por Robert Capa en el puerto de Almería en Febrero de 1937, desde una posición elevada a bordo del acorazado Jaime I, en la que capta a Gerda Taro rodeada de milicianos, tal y como ha descubierto Carlos Vega Hidalgo.

Es una fotografía muy importante por varios motivos : 

Reencuadre selectivo de la fotografía en el que se aprecia a Gerda Taro sujetando entre sus manos una cámara fotográfica Leica III cromada conectada a un objetivo Leitz Summar 5 cm f/2. Se aprecia también la correa de transporte de la cámara, que cuelga por debajo del cuerpo de cámara, insertado dentro del estuche de cuero abierto.

- Gerda Taro lleva en su mano derecha una Leica III cromada formato 24 x 36 mm metida dentro de su estuche de cuero abierto y acoplada a un objetivo Leitz Summar 5 cm f/2 extendido, mientras que la correa de transporte de la cámara cuelga por debajo del cuerpo de cámara y el área inferior del estuche de cuero.  


Reencuadre selectivo de la mitad izquierda de la fotografía en el que se aprecia en la zona superior frontal derecha de la cámara, junto a la base del dedo pulgar de la mano derecha de Gerda Taro, el pequeño dial para velocidades lentas de obturación (1/20 s, 1/8 s, 1/4 s, 1/2 s y 1 s) creado por Oskar Barnack en 1933 y que funcionaba a través de un tren de engranajes instalado dentro del mecanismo de obturación plano focal de recorrido horizontal de la cámara. 

Por otra parte, gracias a la gran acutancia de la película de blanco y negro Kodak Nitrate Panchromatic cinematográfica fabricada en Rochester (Estados Unidos) de sensibilidad Weston 32 (equivalente a aproximadamente iso 40) utilizada por Capa al hacer la foto, en simbiosis con el revelador Agfa Rodinal optimizado para nitidez con preservación de contornos y usado por Csiki Weisz para revelar el rollo de película formato 24 x 36 mm, también son discernibles las dos ventanas redondas del telémetro de la Leica III de Gerda Taro, una cerca de la esquina superior delantera izquierda de la cámara y la otra en su zona superior delantera central. 

Es la misma cámara y objetivo que utiliza Gerda Taro en su foto más famosa, realizada cinco meses después, el 4 de Julio de 1937, por el fotógrafo español Guillermo Fernández Zúñiga durante la inauguración del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de Valencia. 

Es decir, la cámara que lleva Gerda Taro en la imagen no es la Réflex Korelle formato medio 6 x 6 cm (con la que hizo también algunas fotos en el acorazado Jaime I) que utilizó en 1936 y a veces hasta Marzo de 1937 (año durante el cual usó mayormente una Leica II Model D y la Leica III que aparece en imagen, hasta su muerte el 25 de Julio de 1937 durante la Batalla de Brunete), descubrimiento que fue realizado por Irme Schaber en 2013 en su libro Gerda Taro, Fotoreporterin. Mit Robert Capa im Spanischen Bürgerkrieg. Die Biografie, editada por Jonas Verlag en 2013, y que fue verificada con evidencia fotográfica por elrectanguloenlamano.blogspot.com el 25 de septiembre de 2014 : 

http://elrectanguloenlamano.blogspot.com/2014/09/verificado-el-hallazgo-de-irme-schaber.html

- La imagen en la que aparece Gerda Taro sobre la cubierta del acorazado Jaime I no es en absoluto una fotografía posada, sino que muestra a la fotoperiodista alemana de origen judío preparada para sacar fotografías, rodeada de milicianos que escuchan la música interpretada por tres marineros : dos que tocan el acordéon y otro que toca la gaita. 

La mayoría de los milicianos no miran a Gerda Taro, sino que están de pie sobre la cubierta del barco, muchos de ellos pensativos, ensimismados con la música que les trae recuerdos de todo tipo, y con su vista orientada en distintas direcciones. 

Y ni uno sólo de ellos mira a Robert Capa, que les ha captado por sorpresa desde una posición elevada. 

                                                                                Photo : Robert Capa / © ICP New York

- Gerda Taro parece estar mirando fijamente al marinero pensativo y cabizbajo con las manos en los bolsillos, que está de pie, en la zona superior derecha de la imagen, muy por encima de ella, en una cubierta superior del barco, mientras otro marinero con vestimenta más oscura le pasa una mano por su hombro izquierdo y otra por el brazo derecho, tratando de animarle. 

- Se observa también que Gerda Taro tiene su cámara Leica III metida dentro de su estuche de cuero, del que cuelga visible la correa de transporte. 


- Capa, una vez más, muestra su gran talento y experiencia, no sólo para captar un momento significativo, sino para componer con maestría y conferir el máximo impacto posible a la imagen, ya que hace predominar en la fotografía cuatro líneas diagonales muy potentes de personas que miran en distintas direcciones : 

1) Los cinco milicianos de pie más próximos a Gerda Taro, pensativos y que tienen sus caras dirigidas hacia el borde superior izquierdo de la imagen.

2) La propia Gerda Taro, cuya mirada traza la más potente diagonal de todas, con trayectoria ascendente hacia la esquina superior derecha de la imagen, observando al miliciano que está de pie pensativo y cabizbajo, mientras que otro marinero trata de darle ánimos, y que sintetiza en gran medida la semántica informativa de la fotografía.

3) Los dos marineros visibles en la esquina inferior izquierda de la imagen, que miran hacia la derecha de la misma, mientras el marinero con su hombro izquierdo muy próximo al borde inferior derecho de la fotografía se halla cabizbajo, mirando al suelo. 

                                                                            Photo : Robert Capa / © ICP New York

4) Este último marinero establece a su vez otra diagonal muy potente que cruza prácticamente toda la imagen de izquierda a derecha hasta conectar con el marinero vestido con indumentaria oscura que aparece caminando en la mitad superior derecha de la imagen, con su mano izquierda agarrando su muñeca derecha por detrás de su cuerpo. 

Pero a mi modesto entender, la imagen es sobre todo importante porque revela a una Gerda Taro pletórica, con alma fotoperiodística y que se desenvuelve muy bien en las distancias cortas, donde lucha al máximo por captar imágenes representativas con la mayor discreción posible. 

                                                                          Photo : Robert Capa /  © ICP New York 

Por otra parte, la fotografía es muy significativa, porque Capa, con su atávica sensibilidad y talento para percibir momentos especiales, ha captado un instante muy definitorio, ya que pese a la música con la que se les intenta animar, la inmensa mayoría de marineros que aparecen en imagen no se muestran alegres ni joviales, sino pensativos, en profunda introspección y con expresiones faciales que revelan notable preocupación, algo especialmente palpable en : 

- El semblante del marinero muy joven, ataviado con indumentaria clara y gorra de plato, que está cabizbajo y pensativo, con las manos en los bolsillos, junto a Gerda Taro.

- La actitud del marinero alto y delgado con traje y gorra oscuros que aparece en la zona superior izquierda de la fotografía. Está con los brazos cruzados, pensativo y con la mirada perdida. 

- La más que notable introspección y preocupación visible en el marinero con atuendo claro y gorra oscura, situado ligeramente por encima de la zona central de la imagen, al que sólo se aprecia de cintura para arriba y que está de perfil con respecto a la cámara, con la cabeza inclinada hacia abajo y formando con su hombro derecho otra potente línea diagonal que se inicia en la cabeza de Gerda Taro y cruza aproximadamente dos tercios de la imagen, con trayectoria ascendente. 

- El segundo marinero más próximo al músico que está tocando la gaita. Sólo se aprecia su cabeza con gorra oscura, la zona inferior de sus piernas y sus dos zapatos, está sentado y con las piernas colgando. 

El semblante de este hombre indica claramente angustia y desazón.

- El marinero con traje y boina negros, visible de espaldas en la mitad superior derecha de la imagen, que camina en dirección contraria al grupo, con la cabeza baja, pensativo y alejándose de la música, con su mano izquierda agarrando la muñeca de su mano derecha. 

- El marinero que está de pie justo detrás de la boina del músico que toca la gaita. Este hombre está con las manos en los bolsillos y la cabeza baja, afligido, mientras otro marinero amigo le pasa la mano por su hombro izquierdo y brazo derecho y trata de animarle. 

                                                                                          Photo : Robert Capa / © ICP New York

Y por si todo ello fuera poco, la imagen alberga un trasfondo diacrónico dramático a más no poder, porque Capa y Gerda Taro saben que ocho meses antes, el 20 de Julio de 1936, todos estos marineros, así como los cabos, radiotelegrafistas y fogoneros se amotinaron en aguas portuguesas contra los jefes y oficiales del barco afectos al golpe de estado franquista, apresándolos y apoderándose del acorazado, mientras la nave se dirigía desde Santander al Estrecho de Gibraltar.

Después, el 14 de agosto de 1936 diez oficiales afectos al golpe de estado franquista fueron fusilados por los cabos y marineros a bordo del buque.

Así pues, esta fotografía muy importante en la que Carlos Vega Hidalgo ha descubierto la presencia de Gerda Taro y que fue hecha por Capa desde una posición elevada, captando por sorpresa a un porcentaje muy alto de los marineros visibles en imagen, es muy especial, no sólo por la enorme relevancia de que en ella aparece Gerda Taro sobre la cubierta del acorazado Jaime I mientras tres músicos tratan de infundir ánimo, sino porque a diferencia de la mayor parte de fotografías hechas por Gerda Taro, David Seymour Chim y él mismo a marineros del barco posando, mirando a la cámara y expresando júbilo y entusiasmo, en esta imagen el fotoperiodista húngaro capta magistralmente una realidad que subyace en todo instante cuando dichos hombres no están pendientes de la cámara: la gran preocupación palpable en las expresiones faciales de la mayoría de marineros visibles en la fotografía, plenamente conscientes de que si son capturados por las tropas franquistas serán también fusilados, algo que finalmente no ocurrió, ya que cuatro meses después, el 17 de junio de 1937, una tremenda explosión en el interior del barco mientras se realizaban en él labores de reparación en el puerto de Cartagena provocó 300 muertos, entre ellos probablemente varios de los marineros que aparecen en esta imagen.